Nadia.-— Otra vez –podía sentir el tono exasperado de Emil cuando por tercera vez intento desarmar una nueve milímetros en el tiempo que él me estaba exigiendo, suelto un suspiro cargado de frustración siempre pensé que lo más difícil es quitarle la vida a alguien que lo es, pero mis manos parecen grasa no logro mantener el control de estas cosas y con la mirada inquisitiva y sexi de mi marido, menos “concéntrate Nadia”.Ya con la frustración en el límite, me acerco y examino la pistola, mis manos se mueven con cuidado, sintiendo el peso del metal en mis dedos, la textura del grip es familiar y un escalofrío de adrenalina recorre mi cuerpo, sé que cada movimiento cuenta y tengo que ser meticulosa, pero rápida sin errores, me digo convenciéndome, con decisión, empiezo a presionar el botón de liberación del cargador, el clic resuena y el cargador cae en mi mano de inmediato giro la empuñadura hacia mí y empujo la corredera hacia atrás, sintiendo la resistencia del mecanismo. Un instant
Este capítulo contiene, descripciones no aptas para personas sensibles.Nadia.-Apenas dejé de vomitar corrí de regreso a la mansión, sin ni siquiera mirar a Emil, las lágrimas se desbordaron sobre mi rostro, entre corriendo con todos los ojos puestos sobre mí. — ¿Hola cómo te fu…Nadia? –me topo con Lina, pero le pasó rápidamente por un lado, subo las escaleras, solo deseaba encerrarme en mi habitación y no salir en semanas. – ¿Nadia, por dios que fue lo que pasó? — Acabo de hacer el papel de idiota, siento que no puedo, no puedo seguir negando lo que estoy sintiendo, pero lo que siento es un error Lina, no puede ser –digo acurrucada en mi cama hecha un ovillo. — Cariño ¿de qué hablas que pasó? ¿Emil te hizo algo? Porque si es así dímelo y ahorita mismo lo pongo saco de boxeo viejo. — No, Lina, él no es el del problema, soy yo… que aún sigo perseguida por mi pasado, me atormenta y no me deja seguir adelante. — ¿Quieres contarme? Desahogarte te hará bien. — Es vergonzoso –expreso
Este capitulo tiene contenido, no apto para personas sensibles.Nadia.-— Esa noche hizo lo que quiso con mi cuerpo y me dijo que él me enseñaría quien era el que mandaba, me dejó encerrada en la habitación toda la noche, a la mañana siguiente busqué el teléfono para llamar a la policía. Volví a sonreír y en este punto la ansiedad iba en aumento, tocaba mis uñas intentando arrancarlas con mis dedos, Lina lo notó y tomó mis manos con fuerza.— Descubrí que la línea estaba cortada, mi mente comenzó a notar que en todos los meses que había estado con él yo no tenía celular, me mantenía incomunicada, el pánico se apoderó de mí, estaba desesperada por salir de allí, llegó con un montón de bolsas con ropa vestidos todos cortos, me ordenó que me arreglara y estuviera lista porque tendríamos una fiesta. — Mal nacido –susurró Lina. — En ese momento decidí hacer lo que me exigía, pensé que lo más importante era salir del encierro de la habitación y en la fiesta posiblemente tendría la oportu
Varna, Bulgaria.-Nadia.-Siento el sudor deslizándose por mí frente a medida que avanzo, mis piernas comienzan a sentir el agotamiento mientras corro por las calles de Varna, miro mi reloj y frente a mí la luz neón del nombre del bar ilumina mi rostro.— Nuevamente tarde –Ruedo mis ojos, intento recuperar el aliento después de la maratón que me acabo de echar para llegar a tiempo a mi turno, fracasando estrepitosamente, en la entrada se encuentra Boris, el guardia de seguridad de este lugar. –Boris— Nadia –Su semblante es serio, sus brazos fuertes y musculosos, llenos de tatuajes, están cruzados sobre su pecho, todo para infundir miedo, pero detrás de esa fachada dura es solo un enorme oso de felpa o por lo menos conmigo lo es. –Llegas tarde.— ¡Lo sé, lo sé! –Salto dejando un beso en su mejilla, que medio lo hace sonreír, de inmediato vuelve a su postura de ogro.Entro como un huracán al bar, la oscuridad del interior es característico, los rostros que visitan este lugar no son los
Nadia.-La ira mezclada con el miedo recorría cada rincón de mi sistema, era una sobreviviente y ahora acabaría en manos de un mafioso o sicario lo que fuera este hombre, en ese momento pensé en mis hermanos sobre todo en Aleksi aún me necesitaba, quería alejarlo de la vida que seguramente Andrey mi hermano mayor lo arrastraría.— Señor Petrov –desvié mis ojos cuando escuché a Niko y maldije para mis adentros, no solo había fastidiado a un jefe mafioso, fastidié al más peligroso, uno de los líderes de la banda criminal más grande, el dragón plateado, Emil Petrov alías “El Dragón” –Yo meto las manos por Nadia, la conozco desde niña, es de mi entera confianza y es muy discreta, aunque su actitud de ahora no lo ¡parezca!Emil Petrov no dejaba de mirarme fijamente, yo intentaba retarlo, no demostrarle miedo, pero la imagen de mi hermano menor aparecía en mi mente y eso me debilitaba, lo odiaba, juré no volver a ser débil delante de un hombre como este.— Entonces te mato a ti –movió el ar
Emil.-¡Qué mujer tan insolente! Pero no puedo negar las agallas que tiene, ese temperamento removió algo en mi interior, algo que creí que había desaparecido hace muchos años. No debo darle importancia ¿Y entonces por qué estoy aquí? Siguiéndola, vigilándola, aprieto mis manos sobre el volante.La veo entrar en una casa, es territorio de mis rivales, los araña roja, no puedo involucrarme con una mujer de la roja, siento frustración y enojo, seguramente por ser una de ellos fue que se envalentonó enfrentándome como lo hizo.— ¡Maldita araña roja! –unos segundos después sale de su casa Yuri el segundo al mando de los araña, ese mal nacido me debe una, saco mi arma poniéndola sobre mi muslo –sería muy fácil acabar contigo –veo que se dirige hacia donde estoy estacionado, bajo el asiento ocultándome.— ¡Ese idiota lo tiene, estoy seguro! Se atrevió a mentirme en mi cara, prepárate es hora de hacerlo pagar, dejaremos un mensaje para cualquiera que desee ayudarlo a él y a sus hermanos, mor
Nadia.-Limpio mis lágrimas después de leer esa carta, era una despedida, Andrey se estaba sacrificando por nosotros, de pronto sentí un estruendo que me hicieron pegar un brinco del susto, miré a Aleksi que estaba profundamente dormido, me levanté con el cuerpo temblando, me alejé un poco cuando escuché los gritos de Yuri.— Te daré una última oportunidad, Andrey dime ¿Dónde está el cilindro?— Ya te dije que mi padre se llevó ese secreto a la tumba, él no confiaba en mi para decirme eso —escuché decir a mi hermano, su tono de voz intentaba sonar segura.— Busquen a los hermanos, tal vez si presencias lo que le puedo hacer a tu hermanita elijas abrir la boca —soltó Yuri con un tono amenazador.— Jefe no estánEscucho un hombre entrando a la habitación donde estamos escondidos, se puede oír como rompen todo, mi corazón retumba en mi pecho de manera acelerada mirando la entrada esperando no ser descubiertos.— Entonces no tienes nada que esconder, es la una de la mañana ¿A dónde irían
Nadia.-La ciudad estaba tomada con hombres que llevaban armas largas, Yuri había movilizado a todos los hombres que tenía y hasta ahora me daba cuenta de que eran muchos, comenzaba a dudar si podíamos salir de esta.Debo aprovechar la oscuridad de la noche para ocultarnos, le coloqué la capucha de la sudadera a Aleksi cubriendo su rostro lo que más podía lo mismo hice yo. Mi primer lugar seguro sería el bar con Niko, pero lo pondría en riesgo, Yuri seguramente lo debe tener vigilado y siendo sincera no puedo soportar ser la culpable de otra muerte, menos la de Niko que fue capaz de arriesgarse por mí.— Mantén la cabeza baja, tenemos que irnos de la ciudad, vamos a tomar un taxiMientras nos manteníamos ocultos en un callejón, divisé un taxi, extendí mi brazo, por suerte se detuvo tomé de la mano a Aleksi y nos subimos, miré al taxista con tranquilidad ocultando mi nerviosismo, para nadie era un secreto que la ciudad era de los Araña Roja.— Por favor hasta Asparuhov –Le pedí al taxi