Emil.- — ¿Crees que lograrás que ella sienta algo mientras la provocas de esa manera? –comenta Desmond caminando detrás de mí, camino hacia el rincón de licores y sirvo dos tragos. — Tal vez –me encojo de hombros. –necesito que Nadia salga de su trance.— Perdió a su familia — Y estoy al tanto de eso y lo lamento mucho, pero una guerra se avecina después de mi nombramiento, necesito una guerrera que me acompañe no un venadito desvalido llorando en cada esquina. –Desmond asiente en silencio bebiendo un sorbo del trago que le serví, tenía la mirada pensativa. — ¿Por eso trajiste a Lina? –enarqué la ceja sonriendo divertido. — ¿Lina? Veo que ya tomaron confianza –vuelvo a sonreír burlándome. –ella está súper prendada de ti.— No estoy interesado –aclara su garganta desviando su mirada. –solo digo que no sé si sea conveniente dejarla con tu esposa cerca, esa mujer es… desesperante –suelta alargando con un suspiro la última palabra. — Si lo es, pero es inteligente, astuta y leal como
Nadia.-Termino de anudar la pequeña cola de caballo, hago una mueca al verme en el espejo, parezco un hombre afeminado con el cabello corto, suelto un suspiro de resignación, ni siquiera sé porque busco verme bien. — ¿Ya estás lista? –Lina entra y la miro de arriba abajo, lleva unos pantalones de yoga en color verde oscuro y un top súper corto que resalta su amplio busto, en general mi amiga tiene un cuerpo de infarto y sin todo ese maquillaje exagerado se ve muy linda, una aparte de mi comienza a sentirse insegura.— Uhm… ¿eso te ibas a poner con… Emil? –apenas las palabras salieron de mis labios me arrepentí de hacer la pregunta. — Pues sí, es ropa para hacer ejercicios –se encogió de hombros restándole importancia. – ¿estás bien? — Sí, vamos tú ve al gimnasio mientras yo voy a la camioneta. –dije un poco cabreada, solo pensar a Emil con Lina solos y ella vestida así, me enoja.Ambas habíamos madrugado, en la entrada una camioneta me esperaba para ir al campo de tiro. (…) El c
Nadia.-— Otra vez –podía sentir el tono exasperado de Emil cuando por tercera vez intento desarmar una nueve milímetros en el tiempo que él me estaba exigiendo, suelto un suspiro cargado de frustración siempre pensé que lo más difícil es quitarle la vida a alguien que lo es, pero mis manos parecen grasa no logro mantener el control de estas cosas y con la mirada inquisitiva y sexi de mi marido, menos “concéntrate Nadia”.Ya con la frustración en el límite, me acerco y examino la pistola, mis manos se mueven con cuidado, sintiendo el peso del metal en mis dedos, la textura del grip es familiar y un escalofrío de adrenalina recorre mi cuerpo, sé que cada movimiento cuenta y tengo que ser meticulosa, pero rápida sin errores, me digo convenciéndome, con decisión, empiezo a presionar el botón de liberación del cargador, el clic resuena y el cargador cae en mi mano de inmediato giro la empuñadura hacia mí y empujo la corredera hacia atrás, sintiendo la resistencia del mecanismo. Un instant
Este capítulo contiene, descripciones no aptas para personas sensibles.Nadia.-Apenas dejé de vomitar corrí de regreso a la mansión, sin ni siquiera mirar a Emil, las lágrimas se desbordaron sobre mi rostro, entre corriendo con todos los ojos puestos sobre mí. — ¿Hola cómo te fu…Nadia? –me topo con Lina, pero le pasó rápidamente por un lado, subo las escaleras, solo deseaba encerrarme en mi habitación y no salir en semanas. – ¿Nadia, por dios que fue lo que pasó? — Acabo de hacer el papel de idiota, siento que no puedo, no puedo seguir negando lo que estoy sintiendo, pero lo que siento es un error Lina, no puede ser –digo acurrucada en mi cama hecha un ovillo. — Cariño ¿de qué hablas que pasó? ¿Emil te hizo algo? Porque si es así dímelo y ahorita mismo lo pongo saco de boxeo viejo. — No, Lina, él no es el del problema, soy yo… que aún sigo perseguida por mi pasado, me atormenta y no me deja seguir adelante. — ¿Quieres contarme? Desahogarte te hará bien. — Es vergonzoso –expreso
Este capitulo tiene contenido, no apto para personas sensibles.Nadia.-— Esa noche hizo lo que quiso con mi cuerpo y me dijo que él me enseñaría quien era el que mandaba, me dejó encerrada en la habitación toda la noche, a la mañana siguiente busqué el teléfono para llamar a la policía. Volví a sonreír y en este punto la ansiedad iba en aumento, tocaba mis uñas intentando arrancarlas con mis dedos, Lina lo notó y tomó mis manos con fuerza.— Descubrí que la línea estaba cortada, mi mente comenzó a notar que en todos los meses que había estado con él yo no tenía celular, me mantenía incomunicada, el pánico se apoderó de mí, estaba desesperada por salir de allí, llegó con un montón de bolsas con ropa vestidos todos cortos, me ordenó que me arreglara y estuviera lista porque tendríamos una fiesta. — Mal nacido –susurró Lina. — En ese momento decidí hacer lo que me exigía, pensé que lo más importante era salir del encierro de la habitación y en la fiesta posiblemente tendría la oportu
Emil.-Cuando vi que Nadia salió despavorida después de intentar besarla, me sentí frustrado, no por el beso, sino porque deseaba aliviarla, pero no tenía idea de cómo hacerlo, estuve a punto de decirle que lo sabía todo, que solo deseaba ayudarla.Regresé a la mansión, a lo lejos veo que Nadia y Lina caminan por el jardín, entro rápidamente por el gimnasio y corro hasta el sauna, podía escuchar su conversación sin que nadie me viera.(…)Después de escuchar a Nadia, todo lo que le hicieron, no pude evitar sentirme un fracasado, debí haber vuelto por ella hace años, mis manos empuñadas con tanta fuerza que ya las sentía acalambradas, no sé cómo pudo sobrevivir a todo eso y no convertirse perderse en el camino, ella regreso junto a sus hermanos consiguió un trabajo, tenía amigos, recordando al dueño del bar, mi respiración estaba agitada, el pecho me subía y me bajaba, quería gritar y acabar con toda Milán volverla cenizas para que no quedará nada de esos desgraciados.Presto atención c
Emil.-Escucho el suspiro de Nadia a mi lado, de reojo puedo ver sus dedos moviéndose con nerviosismo, está ansiosa con la mirada perdida, sin dudarlo tomo sus manos, pega un pequeño brinco al tomarla desprevenida.— Relájate –le digo con toda la ternura y tranquilidad posible, sé que a veces mi voz suena lúgubre y peligrosa.— Es fácil decirlo, no me has dicho con quién nos reuniremos, bueno sí… con el alcalde, pero, imagino que hay acuerdos no muy ¿correctos?— Nadia debes entender que los “lideres” –enfatizo las comillas con mis dedos. –del mundo no son honrados, cuando prueban el poder buscan aferrarse a él, para eso deben… conseguir alianzas que los ayude a establecerse y es ahí donde la gente como nosotros nos aprovechamos para lograr nuestros negocios con más libertad. –hace una mueca como si no le agradara la idea. –no vivimos en un mundo dominado por la justicia Nadia o por acciones correctas, es hora de que lo entiendas.Observo por la ventana la enorme residencia del alcalde
Emil.-Veo como la camioneta que va delante de nosotros vuela por en mil pedazos dejando una llamarada enorme.— ¡DA LA VUELTA! –vuelvo a ordenar a mi conductor, de la nada aparecen dos vehículos con ametralladoras. – ¡Maldita sea!— ¿Qué está pasando? –Nadia estaba aferrada a mi cubriéndose asustada, me pongo de rodillas cubriéndome lo más que pueda, comenzamos a sentir las balas sobre la carrocería, aunque estamos blindados no estamos fuera de peligro, en la parte posterior guardo mis armas solo por si acaso, sacó la HK416 coloco el cargador.— ¡HAGAN LO QUE HAGAN SIGUE CONDUCIENDO HASTA LLEGAR A LA MANSION! –le ordeno al chofer, me pasó al otro lado abriendo la ventana. –Quédate abajo –le digo a Nadia, empiezo a disparar a los autos que no siguen, mis hombres en la camioneta en la otra camioneta ya habían iniciado el fuego, pero cada vez que avanzamos somos interceptados por otros dos.Un destello se mueve a mi lado, era Nadia que había tomado un arma y comenzado a disparar junto a