—Si no tienes ningún problema, firma el divorcio.En la villa de los Salamanca, ubicada en la Ciudad Ríomar.Una mujer hermosa, en un vestido de gala, puso los papeles del divorcio delante de Miguel Rodríguez.Esta mujer era, justamente, su suegra, Ana Gómez.Con la mirada puesta en los papeles, Mig
Miguel salió de la villa y volvió la cabeza para ver el lugar donde había vivido durante tres años.Vino solo y se fue con las manos vacías.Un Rolls-Royce llegó desde lejos y paró frente a él.Se abrieron las puertas y se apeó un hombre de mediana edad, vestido de traje.—Señor Rodríguez...Trotó h
Juan se quedó perplejo, ¿qué pasó con este José? Ni él mismo le había ofendido.Le pasó el Rolls-Royce.Juan abrió desmesuradamente los ojos, como si hubiera vivido una escena increíble.¿Miguel estaba realmente en el coche de José?¿Qué demonios estaba pasando aquí?En el escritorio de la familia S
Cuando Miguel descansaba con los ojos cerrados en el coche, una llamada lo despertó.Inesperadamente, era una llamada de Alicia.Al contestarla, oyó su voz fría:—Miguel, ¿estás con el presidente Morales?Miguel echó un vistazo rápido a José, a su lado, y respondió:—Sí.Alicia respiró profundamente
—Estás bromeando, ¿no? ¡Es demasiado joven!Le interrumpió en seco José, con una expresión seria:—Señor Álvarez, todo lo que digo es verdad. Si el señor Rodríguez no puede curar la enfermedad de la señorita Álvarez, quizás no haya nadie que pueda curarla.Aunque Alejandro no estaba convencido de qu
—Pum, pum, pum —resonaron una sucesión de explosiones.La energía que produjo la palmada de Lucía Blanco fue tan fuerte que era difícil de resistir.Se cruzaron más de diez movimientos entre los dos en cuestión de segundos.Miguel no tenía intenciones de matarla, por eso, solo se enfocó en defenders
Era como si le preguntara quién era este muchacho.José enjuagó el sudor en la frente y dejó un gran suspiro.Por suerte Miguel tenía clemencia, no habría herido de verdad a Lucía.Si no, se dejaron resentimientos entre ambas partes.Frente a la mirada atónita de Alejandro, no sabía cómo lo explicar
—¿Ha visto lo suficiente?Lucía vio que Miguel miraba a Mía fijamente, y no se contuvo de preguntar.Pese a su talento en artes marciales, sospechó que este tipo tenía pensamientos abyectos contra Mía bajo el pretexto de quitarle la ropa para el tratamiento.Miguel sonrió, pero no se halló vergüenza