Capítulo 0003
Juan se quedó perplejo, ¿qué pasó con este José? Ni él mismo le había ofendido.

Le pasó el Rolls-Royce.

Juan abrió desmesuradamente los ojos, como si hubiera vivido una escena increíble.

¿Miguel estaba realmente en el coche de José?

¿Qué demonios estaba pasando aquí?

En el escritorio de la familia Salamanca.

Alicia miraba de vez en cuando su reloj.

José dijo que le visitaría por la mañana, pero ahora ya era por la tarde y todavía no tenía ninguna noticia de él.

Ana, igualmente angustiosa, apremió:

—Alicia, es mejor que llames al presidente Morales por ti misma.

—El presidente Morales no precisó la hora, esperemos un poco más.

—El proyecto de desarrollo en la Ciudad Oeste es muy importante, tienes que tomar la iniciativa. Llama ahora al presidente Morales.

Ana no se contuvo de ansiedad y dijo:

—Llamaré por ti si te da vergüenza.

—Está bien, lo llamaré.

Alicia estaba preocupada por que su madre echara a perder todas las cosas.

Tras darle vueltas en la mente, decidió hacer una llamada al señor Morales.

La llamada fue contestada a los primeros tonos.

Alicia se mostró agradable y preguntó con voz suave:

—Señor Morales, ¿a qué hora llegará hoy? Podría salir a recibirle.

Lo que llegó al oído no fue más que la voz gélida de José.

—Señorita Salamanca, creo que la cooperación entre nosotros puede darse por terminada.

—¿Ah? ¿Pero por qué?

Las palabras de José dieron un varapalo tan fuerte que le daban náuseas a Alicia.

—Yo pensaba que usted era una persona que valoraba el amor y la justicia, pero parece que me equivoqué. Me temo no poder apreciar sus modales, Señorita Salamanca. No tenemos que trabajar juntos en el futuro.

José se burló y colgó el teléfono.

Alicia estaba boquiabierta.

No acababa de entender lo que estaba pasando.

Era muy respetuosa con él, y nunca le había ofendido, ¿cómo que no le apreció sus modales?

Ana urgió:

—¿Qué pasa? ¿Qué ha dicho el presidente Morales?

Alicia murmuró para sí misma:

—Quiere terminar las colaboraciones con nosotros.

—¿Qué? ¿A qué viene esto?

—Yo tampoco sé la razón exacta... —dijo Alicia frotándose la frente.

En ese momento, Juan regresó a la villa a pasos apresurados.

Al ver que su madre y su hermana mayor estaban allí, inquirió:

—Hermana mayor, ¿las cooperaciones con el presidente Morales ya se han terminado?

—¿Cómo pueden haber terminado si ni el mismo Morales no ha venido? Y para colmo, ahora, quiere terminar las cooperaciones con nuestra familia —respondió Alicia, de mal humor.

—¿Cómo es posible? ¡Acabo de verlo en la puerta!

Juan no se lo creía.

—¿Qué?

La cara de Alicia también estaba llena de estupor.

El presidente Morales había venido de verdad, ¿por qué no entró cuando había llegado a la puerta?

Juan se dio una palmada en el muslo y se le escapó un suspiro.

—¡No puede ser que ese hijo de puta de Miguel le haya dicho algo al presidente Morales! Acabo de ver con mis propios ojos que Miguel ha subido al coche del presidente Morales.

—Uy, debe ser eso —se percató Ana.

—El gamberro de Miguel, aparenta ser honesto, pero de hecho, en el fondo es malvado. Nos ha puesto zancadillas antes de irse.

Alicia agitó las manos con las cejas levemente fruncidas.

—Es poco posible que Miguel actúe así, no es una persona que chismea.

Tenía cierta comprensión de su carácter gracias a los tres años que pasaron juntos.

Nunca le había visto hablar de alguien a sus espaldas.

—Hermana mayor, ¡conoces al perro, pero no al amo!

Juan, cuyo pecho henchido de ira, agregó:

—Ha pasado tres años en nuestra villa, y sabe todo de nuestra familia. Es pan comido para él si quiere embarrar nuestra fama.

Ana, con mucha seguridad en su voz, estaba de acuerdo con Juan.

—Estoy de acuerdo con Juan. Si no es así, ¿por qué el presidente Morales se marcha en el caso de que ya llegó a nuestra puerta? Seguro que este Miguel ha dicho algo.

Alicia estaba dando vueltas, y pensó que su madre tenía toda la razón.

Si no, nada explicó lo anormal de los comportamientos del presidente Morales.

Apretó los puños inconscientemente.

No le trató mal a Miguel, ¿cómo podía devolverle bien por mal?
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