*Sarah*
Durante mi vida entera no conocí otra familia que mi madre, ella me cuidó, me ayudó a sobrevivir en ese mundo cruel que era la mansion Vandervert y aun después de casada, era mi lugar seguro, mi refugio cuando Cristhian me gritaba, mi consuelo cuando él pasaba las noches fuera de nuestra cama, con Elena. Sus consejos me ayudaron mucho, esa mujer a la que llamé "mamá" toda la vida estaba frente a mi con ojos enormes y brillantes. Jamás había visto aquella mirada en su rostro, no supe leerla en ese momento, era una niña. Era una niña tonta, confiada, incapaz de leer a las personas. Ahora lo sé. Sé que esa mirada estaba llena de culpa.
-mami -se me salió un gemido. Me acerqué a ella y la abracé -mamá. Por favor ayúdame. Necesito salir de aquí, necesito buscar a Zack y huir con él muy lejos donde los Vandervert no puedan encontrarme. Las lágrimas me empapaban las mejillas y mi madre me miraba con el ceño fruncido. Pero no estaba confundida, parecía saber bien lo que ocurría, estaba asustada, parecía estar sopesando lonque ocurría. Su mirada iba de mi hacia los papeles en la mesa y volvía a mí
-¿Qué pasa hija? ¿Por qué quieres huir? -preguntó susurrando. Miró hacia la puerta
-Quieren hacerme daño. Cristhian, su padre ellos.. ellos dijeron que... mi corazón se detuvo al recordar sus palabras "lo haremos parecer un accidente" "si ella muere heredarás sus acciones sin necesidad de un documento"
-Cariño. Creo que estás confundida ¿por qué el joven Cristhian y el señor Vandervert iban a querer matarte. ¿Has bebido? -me pregunto clavando en mi una mirada inquisitiva
-¿Quién es Amanda Blake y porqué aquí dice que soy su hija? -le mostré la hoja a mi madre -mi madre eres tú, Sonia Bennet. Tu eres mi madre. La sirvienta de la familia Vandervert, mi padre era un chófer que trabajó para los Vandervert pero murió unos meses después de mi nacimiento. No hay una tumba porque fue enterrado en Inglaterra, ahí nació y ahí quería descansar - yo narraba la historia que mi madre siempre me había contado, y ella asentía con la cabeza con cada frase que salía de mi boca - entonces ¿Quienes es esa Amanda? ¿Por qué su testamento dice que soy su hija? ¿por qué quieren que firme ese papel? ¿Que tengo que ver yo con las acciones de su empresa? ¿grupo Vanderblacke? ¡que tontería! Nunca había escuchado ese nombre. Siempre fue grupo Vandervert, ¿por qué rstaría mi apellido en el nombre de la empresa? - le hablaba a mi madre como si ella tuviese las respuestas.
-Te han pedido que firmes algo? -pregunto ella inquisitiva-yo negué con la cabeza
-no no. No entiendes mamá. Mamita, ellos dijeron que iban a obligarme y que iban a matarme, ella busco algo en el delantal de su uniforme
-Entonces firma. Firma ese papel y huye -me entrego un lapicero. Yo asentí con la cabeza, su consejo tenía sentido, si todo lo que querían era que firmará. Entonces debía hacerlo. Así salvaría mi vida y podría huir.
Apoyé el papel sobre la mesa, hice el primer trazo con la mano temblorosa y fria como un trozo de hielo, pero me detuve, recordé como mi madre me había enseñado a firmar, no sabia escribir muy bien. Pero mi firma era perfecta ¿por qué mi madre se había preocuoado por enseñarme a firmar? ¿por qué me aconsejaba firmar el documento? las preguntas se me clavaron el la cabeza como miles de agujas. Dejé el documento doblado sobre la mesa. No lo firmé
-No puedo hacerlo mamá. No puedo firmar. Me iré antes de que se den cuenta vamos. Busquemos a Zack y huyamos de aquí, tengo un dinero ahorrado, podremos ir a algún país lejano, cambiar de nombres ir...
-Mi pequeña -una lágrima solitaria cayó por su mejilla -ven. Ven aqui - extendió sus brazos hacia mí, yo la abracé. La abracé fuerte y no pude evitar llorar como una bebé, como lloraba cuando me raspaba las rodillas o cuando las hermanas de Cristhian me decía que no podía jugar con ellas porque no estaba a su nivel. O como cuando le rogué al señor Vandervert que me dejara ir a la escuela y se negó dándome una paliza. Lloré igual que todas esas veces y como siempre, mi mamá estaba ahí, pero ¿era realmente mi mamá? ¿por qué había insistido en que firmara el documento? Sentí un pinchazo en el cuello. Rompí el abrazo y me alejé despacio de mi madre, estaba confundida, no entendía lo que pasaba, no entendia por que todo daba vueltas a mi alrededor, mis piernas se convirtieron en aire que no podía sostenerme en pie, me desvanecí, tendida en el suelo inmóvil, vi el rostro de mi madre por última vez, entonces, todo se oscureció.
*Sarah*Estaba en el asiento trasero de un auto cuando desperté. El auto saltaba como un caballo, -¡Ayuda! -intenté gritar, pero mi voz era un susurro débil. El auto se detuvo y el conductor giró su rostro hacia el asiento trasero en el que yo estaba tendida sin poder moverme. Al principio no lo reconocí, su rostro estaba borroso-Hola Sarah -mis lágrimas salieron de mis ojos como mares desbordados -tranquila. Vas a estar bien- aquella voz me resultó familiar, era calma, suave, pero masculina, ya había escuchado antes a ese hombre-¿Dónde está Zak? -era lo.unico en lo que podía pensar en ese momento. Yo ya no estaba en la.mansión Vandervert, pero mi hijo no estaba a mi lado, se había quedado con aquellas personas peligrosas-Descuida. Te ayudaré a recuperar a tú hijo -aquella promesa parecía sincera y aunque no estaba segura de quien era aquel hombre le creí, cerré los ojos y dormí. La casa del señor x como se hacía llamar mi salvador, era pequeña y modesta, pero contaba con todas la
*Cristhian*-Felicitaciones Cristhian-dijo Percy justo después de estampar su firma en los documentos -eres el dueño oficial de la mayoría de las acciones del grupo Vandervert -me estrechó la mano. Yo tenía una mezcla agridulce de sentimientos. Era todo lo que siempre había querido ¿pero a qué costo? Tragué saliva como si tragara clavos al pensar en Sarah. Nunca pude enamorarme de ella a pesar de sus esfuerzos, pero era una buena esposa y una buena madre. Zack crecería sin ella, todo por unas acciones ¿valdría la pena?-Gracias amigo -le respondí. Percy era mi abogado de confianza, una de las pocas personas en el mundo que sabía lo que habíamos hecho por esas acciones. Nunca cuestionó nada. Sólo hacía su trabajo (resolver todo lo legal) tomaba su parte y se mantenía callado.Mi padre aplaudió y a él lo siguieron el grupo de directores ejecutivos del grupo Vandervert. Traté de sonreír. Mi padre se aclaró la garganta y los aplausos cesaron.-Querido Hijo... -hizo una pausa como si el esf
*Sarah*Hice todo lo que Xavier me había pedido. Durante el último año estudié todo lo que no había estudiado en toda mi vida. "Eres muy inteligente" me repetía él a diario, jamás había creído que era inteligente, nunca nadie me lo había dicho. Además de estudiar, entrené mucho, artes marciales, musculación, atletismo y sobretodo; baile, aprendí todo tipo de bailes y Xavier se encargó de que me concentrara en los más eróticos "eres muy sexy" me decía siempre. También tomé clase de etiqueta y modales, claes de moda y estilo "eres muy elegante" "eres muy refinada" a Xavier le sobraban los elogios para mí y aquello realmente me caló ondo, era lo que siempre había esperado de Cristhian, y el señor X me lo dio, una cosa llevó a la otra y terminé... terminamos....teniendo una relación más allá de un maestro con su pupilo, el señor X era unos quince años mayor que yo, pero eso no lo hacía menos guapo, era incluso más guapo que Cristhian, alto, piel tostada, ojos color miel, mandíbula cuadrada
*Cristhian*Atravesé todo el local y subí las escaleras hacia el segundo andar para llegar a la mesa que el señor X había reservado. No era la clase de lugar que yo acostumbrara frecuentar, menos para una cena de negocios, pero el señor X era conocido por ser un poco extravagante, era lo que llamamos un "nuevo rico" una persona que nació en una familia de clase muy pobre y que por azares de la vida o esfuerzo propio había conseguido amasar una gran fortuna, ese tipo de ricos son un poco diferentes, ellos disfrutan de los placeres de la vida de forma, digamos,...un poco menos refinada. Una cortina de terciopelo rojo nos separaba del bullicio de la pista de baile, ahí dentro teníamos una mesa y butacas cómodas, servicio particular y un pequeño escenario.-¿Has disfrutado de este tipo de espectáculo antes? -La voz del señor X me hizo girarme, él estrechó mi mano -soy fan de este tipo de baile, dijo señalando hacia el tubo metálico en el centro del escenario, me aclaré la garganta.-En un
*Sarah*Al atravesar la puerta roja un hombre corpulento me indicó el camino hacia los camerinos, ahí me cambié e hice lo que Xavier me había ordenado; bailé para él y para Cristhian."Míralo como si lo desearas" había escrito Xavier en las instrucciones que había enviado por mensajes de texto, pensé que sería más facil mirar a Cristhian con deseo, y es que yo siempre lo había deseado, incluso antes de saber que me casaría con él, cuando era apenas una niña, yo de doce y él de dieciseis, Cristhian era mi amor platónico. Ya estando con él, esperaba con ansias las sobras de amor que me daba después de estar con Elena. No creí que mirarlo con deseo podía ser tan difícil, pero lo fue, cuando subí al escenario, cuando sentí sus ojos recorriendo mi cuerpo casi desnudo, sentí una mezcla de tristeza, rabia, dolor. Le había sido tan fácil deshacerse de mí, no le había importado dejar a nuestro hijo sin su madre, las lágrimas se acum
*Sarah*Mi nombre es Sarah Blake y mi historia comienza el día que debía ser el más feliz de mi vida; mi boda.Los estilistas terminaron de arreglarme después de cuatro largas horas, cuando me vi en el espejo, no me reconocí, el vestido hecho a la medida era el más hermoso del mundo, el peinado, el maquillaje, las joyas, todo era... era un sueño.¿Como es que una persona como yo se casará con un Vandervert? Aquella pregunta no había abandonado mis pensamientos desde el día en que me dieron la noticia ¿Por qué yo? ¿Que tengo de especial? El joven Cristhian jamás me había mirado, la frase más larga que me había dicho en toda su vida había sido algo como "El piso está sucio, ve a limpiarlo" y ahí estaba yo, una semana después de cumplir dieciocho años, casándome con ese chico rico, guapo, elegante.Tal vez se habia enamorado perdidamente de mí y se había enfrentado a sus padres diciéndoles que se casaria con la hija de la sirvienta, así el mundo estuviese en contra, aquello no tenía el me
*Sarah*-Sarah- la voz de Cristhian me despertó. No sabía en qué momento había logrado conciliar el sueño, mis párpados estaban tan hinchados de llorar que apenas podía abrir los ojos.-Hola- le dije despues de sentarme en el borde de la cama en un movimiento brusco, era extraño despertar con el ahí. Me levanté y mire a mi alrededor buscando alguna cosa para limpiar o arreglar, ya estaba programada para eso. Cogi unas sabnas y comencé a doblarlas-Deja eso - dijo fastidiado - Estaba parado debajo del dintel. Ya no llevaba el traje de la boda sino jeans y camiseta. Miró su reloj, me miró con el ceño fruncido -Cambiate - me ordenó - nuestro vuelo sale en una hora.-¿ Nuestro vuelo? - pregunté mientras me frotaba los ojos. Él me miró indignado, pero su gesto cambió de un segundo a otro, sonrió y dejó escapar aire por la.nariz; un resoplando.-Me he casado con una mujer corriente como tú- dijo dando pasos lentos hacia mí, me miró a los ojos, yo aparté la mirada, mi corazón se arrugó dentro
*Sarah*La fiesta de aniversario fue igual a las demás. Muchas personas desconocidas, muchos fotógrafos, periodistas de revistas de farándula que siempre estaban detrás de los mínimos detalles de nuestras vidas y con los que yo tenía completamente prohibido hablar. Sólo se me permitía posar para las fotos. Jamás debía hablar con alguien que no fuese un Vandervert, ni siquiera podía decir mi verdadero apellido, para el mundo entero Cristhian Vandervert se había casado con Sarah Bennet, una chica proveniente de una familia humilde que vivía en un pueblo rural a horas de la ciudad más cercana y que había conquistado el corazón del magnate y de la que nadie sabía nada antes de ser Sarah Vandervert .Cristhian y yo llegamos con ropa del mismo color, ese año mi suegra había elegido el turquesa y la temática de la fiesta era de bosque encantado. Todo era hermoso y perfecto, como de costumbre. Posamos para las fotos con aquellas sonrisas acartonadas que nos habíamos acostumbrado a fingir. Ese