*Cristhian*
-Felicitaciones Cristhian-dijo Percy justo después de estampar su firma en los documentos -eres el dueño oficial de la mayoría de las acciones del grupo Vandervert -me estrechó la mano. Yo tenía una mezcla agridulce de sentimientos. Era todo lo que siempre había querido ¿pero a qué costo? Tragué saliva como si tragara clavos al pensar en Sarah. Nunca pude enamorarme de ella a pesar de sus esfuerzos, pero era una buena esposa y una buena madre. Zack crecería sin ella, todo por unas acciones ¿valdría la pena?
-Gracias amigo -le respondí. Percy era mi abogado de confianza, una de las pocas personas en el mundo que sabía lo que habíamos hecho por esas acciones. Nunca cuestionó nada. Sólo hacía su trabajo (resolver todo lo legal) tomaba su parte y se mantenía callado.
Mi padre aplaudió y a él lo siguieron el grupo de directores ejecutivos del grupo Vandervert. Traté de sonreír. Mi padre se aclaró la garganta y los aplausos cesaron.
-Querido Hijo... -hizo una pausa como si el esfuerzo de emitir ese par de palabras lo hubiese dejado agotado -hoy comienza una nueva era en el grupo Vandervert, y tú estarás al frente para dirigir el renacimiento de nuestra empresa después de dos décadas de haber permanecido con las manos atadas y de enfrentar una demanda injusta en los tribunales- casi la mitad de la docena de hombres en la sala se mostraron incómodos con eso, los más cercanos a los Blake echaron una mirada furtiva al asiento de la presidencia que en una época ocupaba Amanda Blake.
-Gracias padre. Gracias a todos los que tuvieron que ver de alguna manera con este logro -aquello no había sido un logro. Al menos no uno honorable. Todo había sido fruto de engaños y trampas.
Fue un dia largo. La comosión administrativa expuso las estádisticas de los últimos meses y yo solo escuché las dos primeras palabras de la presentación: "buenos días"
Me instalé en mi nueva oficina casi al medio dia. Me senté en la silla que una vez ocupó Reymond Blacke y posteriormente su esposa, Amanda Blacke, me sentí diminuto; insuficiente para ocupar aquel puesto, tenía las capacidades, de eso no había duda, pero la forma en que había llegado hasta ahí... cerré los ojos que empezaban a arderme, pero la imagen que apareció en mis pensamientos me hizo abrirlos de golpe como si despertara de una pesadilla; la cocina del salón de fiestas envuelta en llamas.
Los recuerdos de esa noche jamás iban a dejar de atormentarme.
MÁS DE UN AÑO ATRÁS.
La señora Benett gritaba desesperada diciendo que su hija no había logrado salir, mi primer instinto fue querer entrar, tenía que sacar a Sarah de ahí, pero en cuanto di dos pasos al frente, sentí un apretón fuerte en mi brazo.
-¿qué demonios haces? -la voz seca de mi padre me atravesó el oído
-Tengo que sacar a Sarah de ahí, le dije, traté de soltarme, pero me había asegurado con ambas manos, acercó sus labios a mi oído
-Parecerá un accidente, tal como lo planeamos -me susurró -no lo eches a perder. Sus palabras se sintieron como estocadas directo al corazón, se me hizo un nudo en el estómago. Dejé de forcejear porque recuperar las acciones de la empresa familiar era más importante que una vida, después de todo, mi familia había acabado con la vida de Sarah Blacke hacía muchísimo tiempo.
En la madrugada, después de apagar el incendio y recuperar dos cuerpos, los bomberos declararon muerta a Sarah Blake de Vandervert. Desde entonces, no consiguía dormir bien ni comer suficiente, mucho menos ver a Zacary a los ojos ¿cómo podría después de lo que le había hecho a su madre?
Encendí la televisión y ahí estaba, mi rostro en las noticias... era ese programa... masajeé mis sienes tratando de recordar el nombre, eran esos tres periodistas que adoraban hacerle la vida cuadritos a todo aquel tuviese éxito en los negocios.
-Después de un año del fallecimiento de su esposa, Cristhian Vandervert asumirá hoy la presidencia del grupo Vandervert -anunció la periodista rubia.
-Por supuesto, Deb-respondió otro periodista, el de cabellera canosa - ahora todas las acciones son suyas, le corresponden por derecho, sin duda será una nueva era para el grupo Vandervert, y eso repercutirá en la economía del país.
-¿Por derecho? -preguntó un tercer periodista, un chico joven, delgado y pálido-recordemos que el señor Vandervert se casó con la heredera de la mayoría de las acciones, que "supuestamente" había desaparecido, pero le dijo al mundo que esa chica era la hija de la sirvienta y la chica muere justo cuando completó la edad para reclamar su herencia, psss... Creo que no hay nada de legítimo ahí.
Se hizo el silencio en la mesa ovalada en la que los tres periodistas discutían
-Esa es una acusación seria -dijo la rubia un poco nerviosa
-Si me lo preguntan, a mí me parece que ha sido solo un golpe de suerte- intervino el canoso -siempre he pensado que...
Apagué el televisor ¡Un golpe de suerte! pensé dejé salir un suspiro
Mi teléfono sonó, miré la pantalla. Además de recuperar el grupo Vandervert, haber quedado viudo me había dado la libertad que tanto deseaba para estar con Elena.
-¿Cómo estás cariño? -contesté su llamada
-No muy bien amor, te extraño mucho... -dijo con la voz entrecortada
-Lo sé, lo sé, yo también te extraño -no era mentira, realmente sentía su falta - veámosnos hoy
-Sí, pero que sea en público, no soporto tener que seguir escondiéndonos, Creo que ya hemos dejado pasar suficiente tiempo -dejé salir un suspiro, no podía decirle que no a Elena
-Está bien, dejemos que nos vean juntos, un año de luto ha sido suficiente. Cenemos juntos.
No pensaba así, me parecía que lo más prudente era esperar al menos un par de años para salir formalmente con Elena. Ya podía imaginarme las noticias: "El exitoso empresario Crithian Vandervert ha demostrado no poder resistirse a las mujeres de la familia Blacke" con certeza empezarían a espécular respecto a mi relación con Elena, dirían que ya tenía un amorío con ella durante mi matrimonio con Sarah, y esa era la verdad, una verdad que oculté de forma muy metículosa, me había cuidado mucho para que mi vida personal no afectara al grupo Vandervert.
Por un momento pensé en llamar a Elena y decirle que mejor no, pero cuando se trataba de Elena Blake mi cuerpo le llevaba la contra a mi cerebro, por más irracional que fuera una petición de esa mujer, yo estaba dispuesto a cumplirla ¿cómo era que me tenía tan hechizado? no me interesaba, solo quería estar cerca de ella, poseerla, saber que era mia y de nadie más.
-Señor Vandervert -la secretaria de presidencia; Missy o Lissy estaba en el dintel -el señor Xavier Xanders quiere verlo -dijo leyendo el nombre en una libreta -pero no tiene una cita así que...
-Hazlo pasar de inmediato -dije poniéndome de pie -rápido, no lo hagas esperar y trae champan, la mas costosa.
Xavier Xanders, era el dueño de Zymes, la empresa mas grande del país, la única por encima del grupo Vandervert y hacía poco había sugerido una alianza, pero el hombre iba y venía como impelido por el viento, un día parecía estar dispuesto a firmar los documentos para una unificación y al siguiente parecía haber perdido por completo el interés. Sí lograba esa colaboración terminaría de convencer a mi padre de que merecía la presidencia más que nadie.
-Adelante señor X -le dije poniéndome de pie en cuanto se asomó en la puerta, a Xavier Xanders se le concoía como el señor X, seudónimo que él mismo se había adjudicado.
-Cristhian Vanderver - dijo elevando la voz, estaba acompañado de una mujer enganchada en su brazo, ella llevaba lentes oscuros y sombrero cuando comencé acercarme para saludarlos, ella susurró algo en el oído de Xanders y se marchó caminando a sancadas como si huyera de una enfermedad contagiosa, estreché la mano de Xanders viento la espalda de la mujer alejarse, el repiqueteo de sus tacones altos contra el piso pareció martillarme la cabeza por unos segundos. Ella se había marchado, pero su perfume había quedado impregnado en el aire de mi oficina, me pregunté quien era y por qué se había marchado de esa forma - ¡Mujeres! exclamó él levantándo los hombros como si hubiese leído mis pensamientos.
*Sarah*Hice todo lo que Xavier me había pedido. Durante el último año estudié todo lo que no había estudiado en toda mi vida. "Eres muy inteligente" me repetía él a diario, jamás había creído que era inteligente, nunca nadie me lo había dicho. Además de estudiar, entrené mucho, artes marciales, musculación, atletismo y sobretodo; baile, aprendí todo tipo de bailes y Xavier se encargó de que me concentrara en los más eróticos "eres muy sexy" me decía siempre. También tomé clase de etiqueta y modales, claes de moda y estilo "eres muy elegante" "eres muy refinada" a Xavier le sobraban los elogios para mí y aquello realmente me caló ondo, era lo que siempre había esperado de Cristhian, y el señor X me lo dio, una cosa llevó a la otra y terminé... terminamos....teniendo una relación más allá de un maestro con su pupilo, el señor X era unos quince años mayor que yo, pero eso no lo hacía menos guapo, era incluso más guapo que Cristhian, alto, piel tostada, ojos color miel, mandíbula cuadrada
*Cristhian*Atravesé todo el local y subí las escaleras hacia el segundo andar para llegar a la mesa que el señor X había reservado. No era la clase de lugar que yo acostumbrara frecuentar, menos para una cena de negocios, pero el señor X era conocido por ser un poco extravagante, era lo que llamamos un "nuevo rico" una persona que nació en una familia de clase muy pobre y que por azares de la vida o esfuerzo propio había conseguido amasar una gran fortuna, ese tipo de ricos son un poco diferentes, ellos disfrutan de los placeres de la vida de forma, digamos,...un poco menos refinada. Una cortina de terciopelo rojo nos separaba del bullicio de la pista de baile, ahí dentro teníamos una mesa y butacas cómodas, servicio particular y un pequeño escenario.-¿Has disfrutado de este tipo de espectáculo antes? -La voz del señor X me hizo girarme, él estrechó mi mano -soy fan de este tipo de baile, dijo señalando hacia el tubo metálico en el centro del escenario, me aclaré la garganta.-En un
*Sarah*Al atravesar la puerta roja un hombre corpulento me indicó el camino hacia los camerinos, ahí me cambié e hice lo que Xavier me había ordenado; bailé para él y para Cristhian."Míralo como si lo desearas" había escrito Xavier en las instrucciones que había enviado por mensajes de texto, pensé que sería más facil mirar a Cristhian con deseo, y es que yo siempre lo había deseado, incluso antes de saber que me casaría con él, cuando era apenas una niña, yo de doce y él de dieciseis, Cristhian era mi amor platónico. Ya estando con él, esperaba con ansias las sobras de amor que me daba después de estar con Elena. No creí que mirarlo con deseo podía ser tan difícil, pero lo fue, cuando subí al escenario, cuando sentí sus ojos recorriendo mi cuerpo casi desnudo, sentí una mezcla de tristeza, rabia, dolor. Le había sido tan fácil deshacerse de mí, no le había importado dejar a nuestro hijo sin su madre, las lágrimas se acum
*Sarah*Mi nombre es Sarah Blake y mi historia comienza el día que debía ser el más feliz de mi vida; mi boda.Los estilistas terminaron de arreglarme después de cuatro largas horas, cuando me vi en el espejo, no me reconocí, el vestido hecho a la medida era el más hermoso del mundo, el peinado, el maquillaje, las joyas, todo era... era un sueño.¿Como es que una persona como yo se casará con un Vandervert? Aquella pregunta no había abandonado mis pensamientos desde el día en que me dieron la noticia ¿Por qué yo? ¿Que tengo de especial? El joven Cristhian jamás me había mirado, la frase más larga que me había dicho en toda su vida había sido algo como "El piso está sucio, ve a limpiarlo" y ahí estaba yo, una semana después de cumplir dieciocho años, casándome con ese chico rico, guapo, elegante.Tal vez se habia enamorado perdidamente de mí y se había enfrentado a sus padres diciéndoles que se casaria con la hija de la sirvienta, así el mundo estuviese en contra, aquello no tenía el me
*Sarah*-Sarah- la voz de Cristhian me despertó. No sabía en qué momento había logrado conciliar el sueño, mis párpados estaban tan hinchados de llorar que apenas podía abrir los ojos.-Hola- le dije despues de sentarme en el borde de la cama en un movimiento brusco, era extraño despertar con el ahí. Me levanté y mire a mi alrededor buscando alguna cosa para limpiar o arreglar, ya estaba programada para eso. Cogi unas sabnas y comencé a doblarlas-Deja eso - dijo fastidiado - Estaba parado debajo del dintel. Ya no llevaba el traje de la boda sino jeans y camiseta. Miró su reloj, me miró con el ceño fruncido -Cambiate - me ordenó - nuestro vuelo sale en una hora.-¿ Nuestro vuelo? - pregunté mientras me frotaba los ojos. Él me miró indignado, pero su gesto cambió de un segundo a otro, sonrió y dejó escapar aire por la.nariz; un resoplando.-Me he casado con una mujer corriente como tú- dijo dando pasos lentos hacia mí, me miró a los ojos, yo aparté la mirada, mi corazón se arrugó dentro
*Sarah*La fiesta de aniversario fue igual a las demás. Muchas personas desconocidas, muchos fotógrafos, periodistas de revistas de farándula que siempre estaban detrás de los mínimos detalles de nuestras vidas y con los que yo tenía completamente prohibido hablar. Sólo se me permitía posar para las fotos. Jamás debía hablar con alguien que no fuese un Vandervert, ni siquiera podía decir mi verdadero apellido, para el mundo entero Cristhian Vandervert se había casado con Sarah Bennet, una chica proveniente de una familia humilde que vivía en un pueblo rural a horas de la ciudad más cercana y que había conquistado el corazón del magnate y de la que nadie sabía nada antes de ser Sarah Vandervert .Cristhian y yo llegamos con ropa del mismo color, ese año mi suegra había elegido el turquesa y la temática de la fiesta era de bosque encantado. Todo era hermoso y perfecto, como de costumbre. Posamos para las fotos con aquellas sonrisas acartonadas que nos habíamos acostumbrado a fingir. Ese
*Sarah*Durante mi vida entera no conocí otra familia que mi madre, ella me cuidó, me ayudó a sobrevivir en ese mundo cruel que era la mansion Vandervert y aun después de casada, era mi lugar seguro, mi refugio cuando Cristhian me gritaba, mi consuelo cuando él pasaba las noches fuera de nuestra cama, con Elena. Sus consejos me ayudaron mucho, esa mujer a la que llamé "mamá" toda la vida estaba frente a mi con ojos enormes y brillantes. Jamás había visto aquella mirada en su rostro, no supe leerla en ese momento, era una niña. Era una niña tonta, confiada, incapaz de leer a las personas. Ahora lo sé. Sé que esa mirada estaba llena de culpa. -mami -se me salió un gemido. Me acerqué a ella y la abracé -mamá. Por favor ayúdame. Necesito salir de aquí, necesito buscar a Zack y huir con él muy lejos donde los Vandervert no puedan encontrarme. Las lágrimas me empapaban las mejillas y mi madre me miraba con el ceño fruncido. Pero no estaba confundida, parecía saber bien lo que ocurría, estab
*Sarah*Estaba en el asiento trasero de un auto cuando desperté. El auto saltaba como un caballo, -¡Ayuda! -intenté gritar, pero mi voz era un susurro débil. El auto se detuvo y el conductor giró su rostro hacia el asiento trasero en el que yo estaba tendida sin poder moverme. Al principio no lo reconocí, su rostro estaba borroso-Hola Sarah -mis lágrimas salieron de mis ojos como mares desbordados -tranquila. Vas a estar bien- aquella voz me resultó familiar, era calma, suave, pero masculina, ya había escuchado antes a ese hombre-¿Dónde está Zak? -era lo.unico en lo que podía pensar en ese momento. Yo ya no estaba en la.mansión Vandervert, pero mi hijo no estaba a mi lado, se había quedado con aquellas personas peligrosas-Descuida. Te ayudaré a recuperar a tú hijo -aquella promesa parecía sincera y aunque no estaba segura de quien era aquel hombre le creí, cerré los ojos y dormí. La casa del señor x como se hacía llamar mi salvador, era pequeña y modesta, pero contaba con todas la