Capitulo 3

 

—¡Estás loco!—grito al borde de la locura.—¡¿Cómo me vas a decir que este desconocido es mi futuro esposo?!

—Lo siento hija pero él te compró hace años. Por esa razón hoy mismo te vas con él ya que tu boda se realizará pronto—replica mi padre con voz autoritaria y sin vergüenza.

Me desmorono mientras siento cómo la desesperación me envuelve.

Mi voz se quiebra al gritar:

—¡No pienso irme con un desconocido! ¡Esto es una locura!

Mi mirada busca la de mi madre, pero su silencio me golpea como un balde de agua fría. Las palabras de mi padre caen como piedras en mi pecho:

—Cariza, ya no es tu decisión. Este acuerdo se cerró hace años.

Miro a la ventana, sintiendo que esta podría ser asomada libremente por última vez.

Era como si un túnel oscuro se estuviera tragando mi futuro, mis sentimientos, mi libertad ...... todo destrozado por la decisión de mi padre.

Me sentía como atrapada bajo el agua, luchando desesperadamente, pero sujeta por un par de manos frías.

Lloro dando vueltas alrededor del salón, miro a mamá de pie en el lumbral de la puerta, corro hasta ella y le pido una explicación.—Mami, dime que esto es mentira una broma de mal gusto, explícame de qué se trata este absurdo juego—las lágrimas salen como cascadas.

Mi madre niega y me abraza con fuerza. Ella llora, acaricia mi cabello rubio y me pide que la perdone.

—Perdóname mi amor. Por favor. 

Caigo de rodillas al frío piso, siento un nudo fuerte en mi pecho. Cómo es posible que me obliguen a irme con ese hombre. No lo conozco y además se ve que es malo. Unos brazos me levantan y me sujetan, empiezo a patalear y a gritar con fuerza.

—¡Suéltame!chillo desesperada—¡Mami, no permitas esto!

—Arthur, llévesela —mi padre lo dice con una frialdad que me atraviesa el alma.

Antes de que pueda reaccionar, siento unas manos firmes sujetándome.

Sus dedos son como grilletes, y antes de darme cuenta, estoy sobre su hombro como si fuera un objeto.

—¡Suéltame! —grito, pateo, pero cada movimiento parece inútil.

Me esfuerzo por liberar mis piernas, pero él simplemente me aprieta más fuerte.

Apenas podía respirar, era como estar envuelta en un velo de desesperación.

Poco a poco, mi cuerpo empezó a abandonar la lucha mientras las lágrimas seguían brotando de mis ojos.

—Si sigues así, te aseguro que no será placentero. —

Su voz es baja, pero cada palabra está cargada de una amenaza tan fría que me paraliza.

—Pueden ir a visitarla cuando quieran—replica el maldito.

—¡Oh mi hija!—exclama mamá entre lágrimas.

—¡Mamá!... Mamá por favor...— levanto la vista a mi padre y segura le grito—¡Te odio ojalá estés maldito toda tu vida—lloro más fuerte.

—Llévese a esta ingrata— nuevamente ordena mi padre. El desconocido sale de la casa conmigo en su hombro, lloro pero creo que de nada me sirve. Cierro los ojos y pido al cielo que esto sólo sea una m*****a pesadilla y no la jodida realidad.

—Si te portas bien y dejas de gritar, te aseguro que estarás bien, pero si sigues con tu berrinche, recibirás unos buenos azotes y una bofetada que jamás olvidarás—me advierte con dureza.

Mi corazón retumba con fuerzas, mi cuerpo tiembla po achina. Dejo de gritar y lloro en silencio sintiendo como se me desgarra el alma en pequeñas partes. Abrocha mi cinturón y cierra la puerta del copiloto con llave sube y a los segundos arranca a toda velocidad, a los minutos nos encontramos en la autopista de la ciudad.

Cierro los ojos reprimiendo las lágrimas que amenazan con salir, el nudo formado en mi garganta duele y quiere explotar. Lloro tapando la boca, la cabeza me retumba por lo ocurrido hace unos minutos. Miro al tipo de reojo, éste maneja con tranquilidad. ¿Quién es él?, ¿por qué dice el maldito de mi padre que él me ha comprado? No entiendo nada, todo es tan confuso y raro, este caso parece salido de una película de terror, donde el tipo compra a la chica por mucho millones y luego la lleva a prostituir hasta luego matarla y vender sus órganos con los más ricos del mundo. Negando cierro los ojos y me digo que eso no será mi caso. Eso espero. 

Durante el trayecto del viaje que ha saber dónde me lleva, decido perderme en mis pensamientos. ¿Qué pasará conmigo? Mis estudios, mis dos únicos y valiosos amigos, 

¡Oh! mi novio Max.

Pongo las manos en mi pecho, las aprieto por el dolor de sentir esto que me está pasando. Me quedo sumergida en mis pensamientos por horas, no me percato cuando el coche se detiene.

—Ya llegamos—Espeta saliendo del coche, lo rodea y abre la puerta de copiloto.

Salgo abrazada a mí misma, el viento sopla con rigor, miro para todos lados sin saber qué lugar es éste. ¿En dónde me ha traído?

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