—¡Estás loco!—grito al borde de la locura.—¡¿Cómo me vas a decir que este desconocido es mi futuro esposo?!
—Lo siento hija pero él te compró hace años. Por esa razón hoy mismo te vas con él ya que tu boda se realizará pronto—replica mi padre con voz autoritaria y sin vergüenza.
Me desmorono mientras siento cómo la desesperación me envuelve.
Mi voz se quiebra al gritar:
—¡No pienso irme con un desconocido! ¡Esto es una locura!Mi mirada busca la de mi madre, pero su silencio me golpea como un balde de agua fría. Las palabras de mi padre caen como piedras en mi pecho:—Cariza, ya no es tu decisión. Este acuerdo se cerró hace años.Miro a la ventana, sintiendo que esta podría ser asomada libremente por última vez.
Era como si un túnel oscuro se estuviera tragando mi futuro, mis sentimientos, mi libertad ...... todo destrozado por la decisión de mi padre.
Me sentía como atrapada bajo el agua, luchando desesperadamente, pero sujeta por un par de manos frías.
Lloro dando vueltas alrededor del salón, miro a mamá de pie en el lumbral de la puerta, corro hasta ella y le pido una explicación.—Mami, dime que esto es mentira una broma de mal gusto, explícame de qué se trata este absurdo juego—las lágrimas salen como cascadas.
Mi madre niega y me abraza con fuerza. Ella llora, acaricia mi cabello rubio y me pide que la perdone.
—Perdóname mi amor. Por favor.
Caigo de rodillas al frío piso, siento un nudo fuerte en mi pecho. Cómo es posible que me obliguen a irme con ese hombre. No lo conozco y además se ve que es malo. Unos brazos me levantan y me sujetan, empiezo a patalear y a gritar con fuerza.
—¡Suéltame!chillo desesperada—¡Mami, no permitas esto!
—Arthur, llévesela —mi padre lo dice con una frialdad que me atraviesa el alma.
Antes de que pueda reaccionar, siento unas manos firmes sujetándome.
Sus dedos son como grilletes, y antes de darme cuenta, estoy sobre su hombro como si fuera un objeto.
—¡Suéltame! —grito, pateo, pero cada movimiento parece inútil.
Apenas podía respirar, era como estar envuelta en un velo de desesperación.
Poco a poco, mi cuerpo empezó a abandonar la lucha mientras las lágrimas seguían brotando de mis ojos.
—Si sigues así, te aseguro que no será placentero. —
Su voz es baja, pero cada palabra está cargada de una amenaza tan fría que me paraliza.
—Pueden ir a visitarla cuando quieran—replica el maldito.
—¡Oh mi hija!—exclama mamá entre lágrimas.
—¡Mamá!... Mamá por favor...— levanto la vista a mi padre y segura le grito—¡Te odio ojalá estés maldito toda tu vida—lloro más fuerte.
—Llévese a esta ingrata— nuevamente ordena mi padre. El desconocido sale de la casa conmigo en su hombro, lloro pero creo que de nada me sirve. Cierro los ojos y pido al cielo que esto sólo sea una m*****a pesadilla y no la jodida realidad.
—Si te portas bien y dejas de gritar, te aseguro que estarás bien, pero si sigues con tu berrinche, recibirás unos buenos azotes y una bofetada que jamás olvidarás—me advierte con dureza.
Mi corazón retumba con fuerzas, mi cuerpo tiembla po achina. Dejo de gritar y lloro en silencio sintiendo como se me desgarra el alma en pequeñas partes. Abrocha mi cinturón y cierra la puerta del copiloto con llave sube y a los segundos arranca a toda velocidad, a los minutos nos encontramos en la autopista de la ciudad.
Cierro los ojos reprimiendo las lágrimas que amenazan con salir, el nudo formado en mi garganta duele y quiere explotar. Lloro tapando la boca, la cabeza me retumba por lo ocurrido hace unos minutos. Miro al tipo de reojo, éste maneja con tranquilidad. ¿Quién es él?, ¿por qué dice el maldito de mi padre que él me ha comprado? No entiendo nada, todo es tan confuso y raro, este caso parece salido de una película de terror, donde el tipo compra a la chica por mucho millones y luego la lleva a prostituir hasta luego matarla y vender sus órganos con los más ricos del mundo. Negando cierro los ojos y me digo que eso no será mi caso. Eso espero.
Durante el trayecto del viaje que ha saber dónde me lleva, decido perderme en mis pensamientos. ¿Qué pasará conmigo? Mis estudios, mis dos únicos y valiosos amigos,
¡Oh! mi novio Max.
Pongo las manos en mi pecho, las aprieto por el dolor de sentir esto que me está pasando. Me quedo sumergida en mis pensamientos por horas, no me percato cuando el coche se detiene.
—Ya llegamos—Espeta saliendo del coche, lo rodea y abre la puerta de copiloto.
Salgo abrazada a mí misma, el viento sopla con rigor, miro para todos lados sin saber qué lugar es éste. ¿En dónde me ha traído?
Cariza. —Estamos en Estelí, en carretera Panamericana lejos de la ciudad, esta es mi finca y acá se realizará nuestra boda—Explica como si leyera mi mete de querer saber en dónde demonios estoy.Toma de mi brazo y me lleva con rapidez, una vez adentro de la finca se aprecia una casa grande y hermosa de corredor con un porche, sala y una área de comedor de la cual tiene palmeras a su alrededor, con flores de todo tipo pasto verde y está repleto de plantas amarillentas. La brisa fresca acaricia mi piel, pero no puedo sentir alivio alguno. Mis ojos recorren el paisaje: una casa imponente rodeada de flores y árboles frondosos, pero para mí no es más que una jaula dorada. Cada paso que doy hacia la casa es un recordatorio de que mi vida ya no me pertenece. Aquí no había ningún atisbo de ambiente acogedor, sólo indiferencia y desapego, como una jaula invisible que me atrapaba en ella.Varios hombres al ver a este mal nacido hijo de su mamá lo saludan y luego siguen en lo suyo.—¡Carmen
Las lágrimas brotaron de mis ojos como un torrente que se rompe, y el dolor de mi corazón casi me ahoga. Había pensado ingenuamente que el día que me pusiera el vestido de novia sería el comienzo de una vida con Max, y no como era hoy, obligada a ponerme delante de un desconocido y ponerme un anillo. El destino me había empujado cruelmente al abismo, y yo ni siquiera tenía fuerzas para luchar.He sido comprada por un desconocido.Ahora comprendo lo que mis padres conversaban en la mañana.—Sí y eso que ahora el desea cobrar... la compró y nuestro deber es entregarla —decía mi padre.Desde cuando él me compró mejor dicho ¿por qué me compró como si fuera un objeto? Cuál es su propósito conmigo? Lloro frustrada, preguntándome una y mil veces.No podía dejar de llorar, el dolor de mi corazón llegaba en oleadas como las olas del océano. ¿Por qué yo? ¿Por qué me hicieron esto mis padres? Habían sido las personas en las que más confiaba, pero me habían enviado al abismo con sus propias m
Ella desnuda encima de él teniendo sexo o apuntó de tenerlo, no lo sé. Es un asqueroso. Trato de cerrar la puerta sin hacer ruido, pero mis pies se enredan con no sé qué m****a y caigo al piso, rápidamente me levanto pero muy tarde. La mirada de Arthur me perfora, molesto empuja a la chica y le dice que se salga de la habitación, ella se viste y sale por la otra puerta sin mostrar su rostro.Se volvió bruscamente, sus afilados ojos verdes atravesándome como espadas,—¿Quién te ha dado permiso para entrar sin permiso en mi habitación?—Su voz era grave pero llena de intimidación, como si cada palabra me oprimiera el pecho, dejándome sin aliento. Se levantó lentamente, la impaciencia mezclada con la ira oculta en su rostro, pero sus movimientos seguían siendo elegantes y comedidos, desconcertantes.—¡Quien m****a te dio órdenes para que entres a mi habitación de esa manera?!—grita furioso.—lo siento, pensé que era la puerta del baño—miento.Él se levanta de la cama, bufa y maldice.Se
Cariza El día pasó rápidamente para mi desgracia. En estos momentos la estilista hace su trabajo de hacerme ver radiante (si como no). Mi madre vino junto a su marido, el hombre que un tiempo consideré mi padre, ambos quedaron en el living, por el momento no deseo verlos a ninguno.—Señorita ya está lista, se ve hermosa y radiante—comenta la estilista.—Gracias—agradezco en un susurro.Me levanto y miro mi reflejo en el espejo, el vestido de novia es de tubo muy lindo. Tiene un hermoso velo en forma de corona, si estuviera enamorada me sentiría la chica más afortunada por el hermoso vestido.Respiro sacando todo el aire que se acumuló en mi interior, reprimo las lágrimas que amenazan con salir.—Hija luces hermosa—comenta mi madre mientras me ayuda para acomodar el velo de novia. Ni siquiera tengo deseos de responderle.El jardín se encontraba repleto de invitados desconocidos, está decorado con varias flores, rosas blancas a su alrededor, las mesas con mantel blanco y muy fino, lo
Su pene entra en mi interior, siento un poco de dolor y ardor pero no me quejo solo dejo que siga con lo que empezó, sus embestidas son suaves una y otra ves hasta que sale nuevamente, levanta mis caderas y esta vez me penetra con más rapidez y a la vez juega con mi clítoris luego con mis senos, los aprieta descendiendo con besos hasta llegar a mi vientre, con la mano libre acaricia mi pierna.Dejo que él haga lo que quiera conmigo, total se ha llevado mi virginidad. Escucho como emite sonidos de su boca, jadea excitado, su sudor se mezcla con el mío, cierro los ojos al sentir un líquido mojar mi entrepierna, muerdo mi labio inconsciente y un jadeo involuntario sale de mi boca.No sé qué m****a es esto pero se siente una sensación deliciosa.—Eres tan apretada y te ha encantado.Mi cuerpo me está traicionando, ya que muevo mis caderas al sentir varios espasmos en mi interior.—¡Ah!—grito al presenciar como mi vagina derrama un líquido placentero y satisfactorio.Me odio a mí misma al
Cariza.De un jalón rompo su bikini, bajo mi bóxer y ya rígido froto mi erección contra su entrada.—Aún sigue doliéndome— Susurra contra mis labios.—Cuando el placer llegue, olvidarás el dolor, Mía moglie—Susurré excitado.Le quito su sostén para llevar mi boca a sus pechos. Estos se endurecen al instante que los lamo. No son los más grandes que he visto, pero son perfectos y redondos.—Arthur...Sostengo sus nalgas para luego introducir mi pene en su interior.—Te gusta chiquilla—gruñoElla emite un sonido desde su garganta, no sé si es de dolor o placer mientras sus ojos se cierran. Empiezo a moverme, penetrándola lentamente, el agua empieza a salpicar nuestros cuerpos.—Mírame.Abre sus ojos azules, me observa acalorada, atrapa su labio entre sus dientes.—¿Dime te gusta esto?— Pregunto, bajando mi boca a sus pechos al mismo tiempo que me muevo en su interior.—No lo se— murmura excitada, decido tomarlo como un sí. Mientras chupo sus deliciosos pechos rosados, ella muerde mi homb
Cariza. —Ten por seguro que jamás volverás a querer decirme eso. La próxima no me resistiré.Las lágrimas salen de mis ojos como lluvia, pongo mi cabeza en el respaldar del asiento, lloro en silencio pidiendo al cielo fuerzas para aguantar este infierno torturante en que mis propios padres me han sometido.El conductor estaciona el auto enfrente de una inmensa casa, la cual se me hace conocida, pero obvio que no la conozco ya que jamás pise esta residencia.Creo que este barrio se llama las Colinas son una de las mejores en la ciudad y solo viven personas adineradas. Al bajar del auto, admiro el gran patio, Arthur me toma de la mano y los guardias bajan la cabeza en reverencia y nos dice Bienvenidos Señores (se creerá Rey, este loco), el levanta la mano en modo de saludo, nos adentramos al interior de la casa y luego aparecen varios empleados, todos nos dan la bienvenida como que si estuvieran en un coro. Una rara sensación hace que mi piel se eriza al entrar al interior de semejant
—¡¿Que?! ¿Pero cuando? Y ¿¡porque!?—Grita cerca de mí a chino los ojos y tapo mis oídos por sus gritos.—Ellos me vendieron y llevo mas de la semana casada con él— El rostro de Keyla es de total sorpresa, al narrarle todo lo que me sucedió.—No lo puedo creer y porque no los demandas y ya— Niego con lágrimas en los ojos.—Afectaría a mi madre y eso sería injusto—digo aturdida.—Si entiendo—Se queda pensativa un buen rato, tuerce las manos y luego me mira con preocupación.—Pregunta lo que sea—Le animo a que me hable.—¿Te has acostado con él?—Pregunta nerviosa.—¡Sí!—grite bajando la cabeza un tanto apenada.—¡Por Dios! ¿Abuso de ti?, ¿Él fue el primero? ¿Qué pasara con Max? —Rodee los ojos por tantas preguntas a la misma vez.—Bueno la noche de bodas trate de emboracharme, según para no sentir nada—Keyla abre su boca y me mira perpleja— Sin embargo senti todo y me gusto lo que me hizo— Musite y mi amiga abrió la boca y sus ojos aún más.—¡Te... te gusto!, pero como puedes decir eso