Cinco años después.Cariza.Cinco hermosos años he pasado al lado de mis seres queridos. La vida me ha enseñado muchas cosas, buenas y malas.Las buenas es tener a mi esposo y a mi hijo junto a mí, mis padres, hermana y amigos, ellos son lo que día a día me hacen sonreír feliz y sentirme protegida, lo malo fue pasar todo aquello incluyendo no tener más hijos, a pesar de los años, siempre pienso en todo eso. Me siento algo melancólica pero debo dejar de pensar en ello. Es un día muy especial y no quiero arruinarlo, en fin les contare que he finalizado la universidad ya hoy es mi graduación. Cuando era más joven y me encontraba en la secundaria quise estudiar Arquitectura o Diseño gráfico, pero luego con el tiempo me decidí por Psicología, no me pregunten por qué ya que no tengo ni la menor idea del porqué me afane por esa carrera sin embargo mi pasión por el dibujo siempre esta intacto.Mientras me seco el cuerpo, mi amado esposo se encuentra en la ducha junto Axel, ambos están dentro
Cariza.Nos encontramos colocados en la hermosa habitación con gran ventanal de cristal y con la mejor vista al mar, me recosté en la gran cama, Arthur se acercó a mi depósito un beso y antes de hablar tocan el timbre de la habitación, mientras él va a recibir lo que pidió, me pierdo en el hermoso panorama.—¿Te gusta la sorpresa mi amor?—. Me cuestiona mientras sirve el vino, no me había fijado en el carrito.Varias porciones de frutas, dos copas y una botella de vino, a otro extremo una cajita de color rojo. De que se trata.—Wau, lo tenías todo planeado mi amor—. Añadí levantando ambas cejas.—Cuando se trata de ti eso pasa Esposa Mia—. Declara extendiéndome la copa con vino tinto.Le sonreí sincera, chocamos nuestras copas le di un sorbo, sus ojos no dejan de verme, algo más se trae.—Mi amor eres muy bonita, sabes que me encanta cuando sonríes ruborizada, me alegra ponerte de esa manera.—Gracias por el cumplido— Suspiro mirándole, es un hombre tremendo en todos los aspectos.Gir
Axel.Creo que me voy a volver loco con estas dos mujercitas, hacen lo que quieren, las traje para que compren el regalo de mama y ellas se ponen a fisgonear con sus amigas, son tan exasperantes y pensar que tengo que cuidar de ellas o ciertos niños se les pueden acercar y eso no lo permitiré, están muy pequeñas.—Oye cielito, tus hermanas son un dolor de cabeza— comenta Lorena, mi novia, ella levanta sus cejas y mira en dirección a la tienda.—Preciosa, si mantuvieras esa boquita cerradita te vieras más bonita, mientras hablas provocas que tenga más dolor de cabeza—espete molesto, me fulmina con la mirada. La amo pero jamás permitiré que nadie le hable de esa manera a mis pequeñas hermanas.Soy el hermano mayor, tengo dieciocho años y ellas apenas once, las quiero un montón, mi madre y ellas son mi debilidad y claro amo a mi novia pero ella es tan exasperante y ni idea porque.Lorena es cuatro año mayor que yo, la conocí hace dos años. Es hija de uno de los amigos de mi padre, bueno
Axel.Camino por el jardín, el ambiente es refrescante, las luciérnagas avivan la oscuridad, me senté en uno de los balancines, dirijo la mirada en dirección a mi hermosa familia, mi padre adora a mi madre, ella es una mujer digna de ese amor. Algún día no muy lejano deseo tener una hermosa y buena esposa como lo es mama, sé que un día uniré mi vida junto a Lorena, nos amamos o bien si no es ella se que habrá otra.—Cielo, que haces solito— aparece mi novia detrás de mí.—Solo recibiendo el aire que desprende los árboles.—Te amo Axel— expresa en murmullo, la abrazo con vehemencia, ella sonríe sobre mis labios.Yo también te amo— respondi sobre su boca.Mientras nos besamos con amor, el viento acaricia nuestros rostros, me siento feliz de mi familia y feliz de tener a mi novia.—¡Axel ven, es hora de la foto familiar!— la voz angelical de Casseling nos hace separarnos de nuestro beso, Lorena deja escapar un suspiro molesto, sostengo su mano y entramos a la casa. Mi madre se acerca a m
Cariza. Cada día que pasa entiendo menos las intenciones de mi padre. Quiere que deje mis estudios ya que jamás lograre terminarlos, según él estoy perdiendo mi tiempo.Definitivamente no lo entiendo, pero como dicen por ahí, es mejor que haya un loco y no dos, no me pondré al discutir con alguien que no razona.Me llamo Cariza Golddy. Me falta poco para terminar la secundaria y unos seis meses para cumplir mis diecinueve años de edad, quizás ya soy mayor edad en este país pero mientras viva con mis padres sigo siendo una mantenida, de echo debo obedecer y hacer cada cosa que ellos me digan. Dejando atrás a mis padres, les contare un poco de mi, bueno estoy fascinada con el chocolate, amo las uva son dos cosas de cual no me puedo resistir a pesar que el chocolate tiene demasiada grasa, en fin ¡me encanta!En mis pasatiempos la paso dibujando o bien leyendo alguna historia de amor. Me encanta leer esa es una de las cosas que no dejaría jamás.Tengo novio, su nombre es Maximiliano él
Me encuentro con mis amigos en la cafetería cada uno habla de lo que planean hacer el fin de semana y yo sólo pienso en una cosa, en la supuesta visita que tenemos hoy en casa.¿Quién podría ser? Hasta la piel se me eriza al no saber de qué se trata esa visita. Ya que jamás nos hemos juntado con nadie. Sólo con mis abuelos o tías, pero ellos no están acá. Se encuentran en Nueva Orleans.—¡Cari!—grita mi amiga Keyla.— ¿En qué mundo andas nena?— Parpadeo.—Perdón ¿qué decías?—Estás muy distraída, mira quién está ahí. —me señala hacia Maximiliano, quién está recostado contra su Audi. Viste de manera sexy, Jeans negros y polera gris. Cuelgo mi mochila sobre mi hombro y sonrío feliz.—Bueno me voy antes—sonrió.—Quiero pasar un tiempo con mi novio. —Keyla se ríe.—¡Cuídate!—Me despido de mis amigos con un beso en cada mejilla. Al llegar junto a Max me besa en mis labios.—Hola mi amor.—Hola—respondí entrando al auto—¿Dónde iremos?—A mi departamento a ver una película —respondi cerrando
—¡Estás loco!—grito al borde de la locura.—¡¿Cómo me vas a decir que este desconocido es mi futuro esposo?!—Lo siento hija pero él te compró hace años. Por esa razón hoy mismo te vas con él ya que tu boda se realizará pronto—replica mi padre con voz autoritaria y sin vergüenza. Me desmorono mientras siento cómo la desesperación me envuelve. Mi voz se quiebra al gritar:—¡No pienso irme con un desconocido! ¡Esto es una locura!Mi mirada busca la de mi madre, pero su silencio me golpea como un balde de agua fría. Las palabras de mi padre caen como piedras en mi pecho:—Cariza, ya no es tu decisión. Este acuerdo se cerró hace años.Miro a la ventana, sintiendo que esta podría ser asomada libremente por última vez. Era como si un túnel oscuro se estuviera tragando mi futuro, mis sentimientos, mi libertad ...... todo destrozado por la decisión de mi padre. Me sentía como atrapada bajo el agua, luchando desesperadamente, pero sujeta por un par de manos frías.Lloro dando vueltas alre
Cariza. —Estamos en Estelí, en carretera Panamericana lejos de la ciudad, esta es mi finca y acá se realizará nuestra boda—Explica como si leyera mi mete de querer saber en dónde demonios estoy.Toma de mi brazo y me lleva con rapidez, una vez adentro de la finca se aprecia una casa grande y hermosa de corredor con un porche, sala y una área de comedor de la cual tiene palmeras a su alrededor, con flores de todo tipo pasto verde y está repleto de plantas amarillentas. La brisa fresca acaricia mi piel, pero no puedo sentir alivio alguno. Mis ojos recorren el paisaje: una casa imponente rodeada de flores y árboles frondosos, pero para mí no es más que una jaula dorada. Cada paso que doy hacia la casa es un recordatorio de que mi vida ya no me pertenece. Aquí no había ningún atisbo de ambiente acogedor, sólo indiferencia y desapego, como una jaula invisible que me atrapaba en ella.Varios hombres al ver a este mal nacido hijo de su mamá lo saludan y luego siguen en lo suyo.—¡Carmen