Cariza.
El día pasó rápidamente para mi desgracia. En estos momentos la estilista hace su trabajo de hacerme ver radiante (si como no). Mi madre vino junto a su marido, el hombre que un tiempo consideré mi padre, ambos quedaron en el living, por el momento no deseo verlos a ninguno.
—Señorita ya está lista, se ve hermosa y radiante—comenta la estilista. —Gracias—agradezco en un susurro. Me levanto y miro mi reflejo en el espejo, el vestido de novia es de tubo muy lindo. Tiene un hermoso velo en forma de corona, si estuviera enamorada me sentiría la chica más afortunada por el hermoso vestido. Respiro sacando todo el aire que se acumuló en mi interior, reprimo las lágrimas que amenazan con salir. —Hija luces hermosa—comenta mi madre mientras me ayuda para acomodar el velo de novia. Ni siquiera tengo deseos de responderle. El jardín se encontraba repleto de invitados desconocidos, está decorado con varias flores, rosas blancas a su alrededor, las mesas con mantel blanco y muy fino, los sillones decoran un hermoso lazo de lado. Había muchos espectadores. Me pregunto si se encuentra algún conocido? Niego y sin percatar me encuentro con los ojos verdes de Arthur. El sonrió elevando la comisura de sus labios, se acercó a mí, guiándome enfrente de los abogados. Apreté mis manos sintiendo un inmenso deseo de huir, no obstante no tenía idea de cómo hacerlo. La boda sin amor se realizó, no tengo idea de cómo trascurrió todo, ya que parecía un alma sin vida o peor como un títere que obedecía todo. Los aplausos y el bullicio de los invitados se hacen presente sacándome de mi trance, miro el anillo en mi dedo anular y me percato que ya me he casado. —¡Besooo, besooo!—gritaron varias personas.Arthur levanta el velo y me sonríe de oreja a oreja. Roza su labio con los míos, cierro los ojos por inercia, él se separa y pide a gritos que la fiesta empiece.
Muchas personas a la cual no conozco se nos acercan y felicitan. Mi madre está llorando, trata de acercarse a mí pero yo le niego que no lo haga, el dolor aún está intacto, por el momento no quiero hablar con ella, no ahora.Arthur toma mi mano, rodea mi cintura y me pide que baile con él. Creo que esta falsedad duró sus tres horas, ya estaba harta.
Al entrar a la habitación quedo en shock viendo la gran cama que está lleno de todo tipo de rosas rojas, blancas y hasta negras, en la mesita de noche dos copas y una botella de vino. Trago saliva, Arthur entra y cierra la puerta con llave. Me toma en sus brazos y me lleva hasta la cama me baja y temblorosa le pregunto. —¿Qué vamos a hacer? —Lo que todos los recién casados hacen. Se quita el saco y luego desabotona la pajarilla de su cuello se apega a mí, besando mi cuello sus manos bajan el cierre de mi vestido y este cae al suelo. Mi cuerpo tiembla del miedo, cierro los ojos para no ver como su mirada está oscureciendo por la excitación. Puedo sentir como sus manos juegan con el cierre de mi sostén, luego con mi ropa interior. Madre Mia —Abre los ojos, quiero que veas lo que voy a hacer— susurra mordiendo el lóbulo de mi oreja. Un nudo se forma en mi garganta, abro los ojos encontrándome con las de él, recorre mi cuerpo con lasciva. Miro la copa y lleno en contenido, tomando dos sorbos. —Haz lo que quieras—Le digo nerviosa. —Así me gusta—dicho eso me recuesta en la cama, se termina de quitar la ropa quedando desnudo, bajo mis ojos en su gran miembro ya duro (es la primera vez que veo un pene de ese tamaño), tiene una marca de quemadura en su pierna. Nuevamente miro su gran producto.Oh Dios, eso no entrará en mi... sigo virgen... Las lágrimas salen de mis ojos, estos recorren mi mejilla, necesito tranquilizarme, de una puta vez, miro la botella de vino y nuevamente tomo otro sorbo.
—Deja de llorar, acaso eres virgen? Asiento sollozando. —Sírveme otra copa— le pido molesta, el ríe a carcajadas y me sirve el vino a lo que lo bebo de un sopetón, nuevamente tomo otro y el solo me observa. —¿Entonces eres Virgen? Pensé que ya te habías acostado con ese idiota que decías llamar novio— Lo mire mal. —Mil veces hubiese sido mejor estar con el hombre que amo y no con un desconocido que me compró, porque seguramente nadie lo ama. No sé por qué le dije eso sus ojos se agrandaron. Aprieta sus manos con fuerzas, formándolo en puños pensando que me golpearía cubro mi rostro con las manos. —No te golpeare, con el tiempo aprenderás a respetarme. Trago saliva y tomo un sorbo más, ya me encuentro mareada y quizás no sienta nada. La Bestia de Arthur se me acerca como un lobo ardiente, besa mi labio y luego baja dejando besos suaves en mis pechos, trato de cerrar mis ojos pero los abro al sentir como su lengua baja hasta mi vientre laminado la parte baja, sin percatar muerdo mis labios de lo delicioso que se siente. Luego me recuesta en la cama y se posiciona en medio de mis piernas. —Vas a suplicar por más— Replica rozando su lengua en mi vagina. No digo ni una palabra porque de nada me sirve. Esta vez cierro los ojos y solo siento que besa mis labios con dureza, adentra su lengua buscando la mía, trato de no corresponder pero de nada vale mis esfuerzos ya que este ha succionado hasta mi lengua. Siento su pene rozar en la entrada de mi vagina pienso que lo hará con fuerzas pero es lo contrario ya que juega conmigo hasta sentirse mojado, que vergüenza creo que me ha salido un liquido —Ya veo que estás lista para mi, esposa Mía.—Susurra mordiendo el lóbulo de mi oreja. Su pene entra en mi interior, siento un poco de dolor y ardor pero no me quejo solo dejo que siga con lo que empezó, sus embestidas son suaves una y otra ves hasta que sale nuevamente, levanta mis caderas y esta vez me penetra con más rapidez y a la vez juega con mi clítoris luego con mis senos, los aprieta descendiendo con besos hasta llegar a mi vientre, con la mano libre acaricia mi pierna.Dejo que él haga lo que quiera conmigo, total se ha llevado mi virginidad. Escucho como emite sonidos de su boca, jadea excitado, su sudor se mezcla con el mío, cierro los ojos al sentir un líquido mojar mi entrepierna, muerdo mi labio inconsciente y un jadeo involuntario sale de mi boca.
No sé qué m****a es esto pero se siente una sensación deliciosa. —Eres tan apretada y te ha encantado. Mi cuerpo me está traicionando, ya que muevo mis caderas al sentir varios espasmos en mi interior. —¡Ah!—grito al presenciar como mi vagina derrama un líquido placentero y satisfactorio. Me odio a mí misma al disfrutarlo. —Te gusto, aunque me lo niegues—comenta saliendo de mi interior. Nuevamente el ardor se hace presente. Ignoro su estúpido comentario ya que me duele mi vagina, él baja dejando besos hasta mi ombligo, se levanta de encima de mí y luego se recuesta al lado mío, su pecho tonificado sube y baja se nota cansado. Quiero levantarme de la cama pero el cansancio me gana. —Estás sangrando toma límpiate. Me extiende una toalla, limpio mi sensibilidad luego las piernas. —Ahora duerme chiquita, que mañana te falta mucho por hacer. Le doy la espalda, cierro los ojos y pienso en Max. Como me arrepiento de no haberle entregado a él mi virginidad, mi corazón se aprieta por el dolor de haberle engañado. Soy una traidora. Ya que disfruté hasta el último momento en que este hombre me penetraba. Perdóname Maximiliano.Arthur.Chiquilla tonta. Ella pagará todo lo que me ha hecho su maldita familia. Si piensa que nuestro matrimonio será perfecto, está equivocada.El infierno recién empieza.Termino mi baño, me envuelvo en el albornoz al salir del baño lo primero que veo es a ella, su cuerpo desnudo en mi cama es como una escultura perfecta. No pensé que fuera virgen, después de todo ya que la vi en varias ocasiones con ese tipo. No voy a mentir, me siento satisfecho sabiendo que fui el primero. Ella no tiene idea de todo el dinero que pagué por tenerla. Cuando empecé a obervarla apenas tenía 14 años, después le propuse un trato a su padre, quién no dudo en aceptarlo. Cuando sepa quién soy realmente lamentará por haberme vendido a la chiquilla. No cabe duda alguna que Demetrio no tiene corazón y tampoco la quiere, si no fuera yo quien la compra estoy más que seguro que la vendería al mejor comprador.¡Mierda! Lo mejor es nopensar en eso.Imaginar a mi ahora esposa en manos de otro hombre me enfurece.
Arthur Cuando terminamos de desayunar, nos dirigimos a los establos. Le pido al encargado que prepare la silla de montar y las riendas.—¿Cuál de los caballos jefe?— Pregunta Diego.Cariza está mirando con fascinación a los animales.—Trae a Poderoso—Le respondo a Diego.—Por supuesto señor, enseguida.A los minutos vuelve con mi gran corcel negro. Poderoso se ve imponente, me acerco para acariciar su pelaje es mi gran amigo, el no se deja dominar por ningún jinete. Al único que obedece es a mí, su dueño.—¿Es tuyo?—Pregunta Cariza con curiosidad.—Sí, todo lo que hay aquí es mío—Respondo, y agrego— Incluyéndote a ti— Sus ojos azules no dejan de observar a Poderoso.—Uhm, si, lo que digas—Replica, antes de poder articular palabra alguna, ella se acerca a mi caballo.—¡Oye! Ten cui... —Las palabras se me quedan estancadas al ver como Poderoso se deja acariciar por ella. Cariza sonríe con sinceridad, es la primera vez desde hace mucho tiempo que veo su sonrisa.Me parece sorprendente,
Cariza Llevo viviendo una semana con Arthur, y lejos del amor de mi vida, como podría olvidarme de Maximiliano si cada día recuerdo sus besos con ternura, su amor puro y sincero diciendome cuanto me ama. Cierro los ojos y lloro en silencio mientras que los brazos de Arthur rodea mi cuerpo. —¿Por qué lloras o por quien lo haces?—Trago saliva con miedo, un nudo se forma en mi garganta sin saber que responderle.—No estoy llorando— respondi tartamudeando.Arthur me hace girar el cuerpo y verlo de frente, sus ojos verdes amarientos me inspeccionan, tengo miedo de que me trate de golpear.—Lloras por ese tipo ¿Cierto?—Niego rápidamente, sería capaz de decirle que sí, pero temo que me maltrate—Duerme—Replica con voz dura. Cierro los ojos reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir, me dejó llevar por el sueño.Abrí los ojos al sentir la claridad del día filtrarse por los grandes ventanales. Observo a Arthur el cual esta dormido profundamente, me levanto y veo la hora en el reloj que
Me dejo llevar por sus caricias, solo debo actuar y así dominar a la bestia, lograr hacer lo que realmente deseo.Sus manos juegan con mis senos su boca chupa mi lengua, cierro los ojos y siento un deseo inmenso que me tome como lo hace tantas veces, mi cuerpo se estremece por su tacto.¡No! pero que me pasa, no soy yo.Sacudo la cabeza borrando los pensamientos descabellados. Mis manos arañan su torneada y dura espalda, al sentir como presiona su miembro en mi entrada, mis muslos se abren automáticamente como si obedecieran a este hombre. Sin dejar de besarme baja su mano a mi centro y mete sus dedos en mí mientras que los gritos se quedan estancados en mi garganta ya que él no deja de besarme con ferocidad.Saca los dedos de mí interior, mientras que levanta mis piernas y me penetra suavemente, se mueve con paciencia y luego salvajismo suelta mi boca y jadea, me mira directo a los ojos se le forma una sonrisa algo encantadora en sus labios gruesos y rosados. Se mueve con mayor rapid
Cariza.—Estas preciosa esposa— Le sonreí falsamente y me senté a un lado de él, las sirvientas empezaron a servir el desayuno mientras tanto me pongo a pensar la manera cariñosa en cómo me llama esta Bestia. (Esposa Mia pequeña mia.). Aunque bueno es algo posesivo su manera de decirlo, sin embargo me gusta.Dejo mis pensamientos al escuchar un gruñido de parte de Arthur.—Tus padres vendrán dentro de unas dos horas, espero que quites tus dudas en cuanto el porque te vendieron— Decidí no responder ya que sería gastar saliva, realmente mi odio crece por él y por mi padre.Desayunamos en silencio que para mí es cómodo y no sé si para la Bestia lo es ya que su rostro luce enojado.—Mañana iré a la escuela—Le digo segura.—Aja, tú sabes lo que debes hacer y recuerda esto Cariza, estas vigilada—Asentí y respire hondo por su forma de decírmelo ******Arthur y yo nos sentamos en el gran sofá blanco en frente de nosotros dos están mis padres, mi madre se nota triste y con ojeras en los ojos
Cariza.Me encuentro de pies en la entrada de mi escuela, Arthur me mira con seriedad arquea las cejas al ver que aún no he entrado.—No piensas entrar o esperas a alguien— Niego dedicándole una falsa sonrisa— Vengo por ti a la hora de la salida, estas advertida—Replica con tono duro.—¿Piensas recordármelo todos los días?—Pregunte cabreada.—Si es necesario si, me voy—Arranca su coche a toda velocidad.Resople aturdida, aprieto los puños con enfado, miro en la esquina del muro se encuentra el Audi negro que nos seguía, seguramente estará ahí vigilándome. ¡Maldición!—¡Keyla!—Grite eufórica al ver a mi amiga del alma, ella gira y viene hacía mi con su hermosa sonrisa.—Oye Cari, donde diablos te habías metido— Me lanzo sobre ella y sin querer decir nada sollozo con un nudo formándose en mi garganta.Sus manos acarician mi espalda, no dice nada solo me sobaba la espalda, luego de unos minutos de estar abrazadas nos separamos, limpie mis ojos hipeando le pido que vallamos al estadio a p
Arthur.Diez años atrás.—Ten tómalo.—Es mi cadenita de Cristal. Te la regalo para que te acuerdes de mi cada que lo veas—Sus ojitos brillan al hablar—Me lo dio mi nana cuando tenía dos añitos y yo te lo regalo porque me gustas mucho.Recibio la cadenita de cristal en forma de corazón en mis manos, es lindo me pregunto si no habrá problemas.—¡Cristal donde te has metido!— Grita la madre de la niña mientras la busca.—Ay no, mi mama se enojará si se da cuenta que estoy aquí, no le digas a nadie, será nuestro secreto—Susurra extendiendo su pequeño dedito—Es una promesa de amigos.Asentí sonriéndole, es increíble la manera en cómo mi corazón palpita al ver esa hermosa sonrisa en su rostro, a pesar de ser una niñita me gusta.Cristal sale del sótano cerrando las puertas, nuevamente quedo solo y sin saber cómo esta Destiny dentro de esa casa y por otro lado siento que me estoy acostumbrando a las visitas de esta niña y eso no debe ser bueno. Dios ayúdanos a salir de este infierno, no ent
Arthur.Observo mi reflejo en el espejo del baño y lo primero que se me viene a la mente son los recuerdos del pasado.—Jamás olvidaras el pasado.—Eso parece, pero tengo lo que quiero.—No de la forma adecuada.—Cállate debilucho— le grite a mi mente débil.Después de la ducha me vestí con mi traje de siempre. Miro a mi esposa bostezar a cada segundo, ella es una total perezosa. Necesito saber que ha estado haciendo esta semana en la escuela.—Buenos días— digo depositando un beso en su sien.—Buenos días—responde cohibida. –Umh me daré una ducha—musita levantándose de la cama y corriendo al cuarto de baño.Salgo de la habitación y entro en el cuarto donde tengo todas las cámaras. Introduzco la contraseña y veo todo lo referente a la semana que fue a la escuela. Sin que se diera cuenta introduje una mini cámara en su mochila y en una de sus prendas sin contar al magnifico de Gamaliel, él la vigila 24hrs.Busco la fecha del primer día en que llego a la escuela. Lo prendo y empiezo a v