Cariza.
—Estamos en Estelí, en carretera Panamericana lejos de la ciudad, esta es mi finca y acá se realizará nuestra boda—Explica como si leyera mi mete de querer saber en dónde demonios estoy.
Toma de mi brazo y me lleva con rapidez, una vez adentro de la finca se aprecia una casa grande y hermosa de corredor con un porche, sala y una área de comedor de la cual tiene palmeras a su alrededor, con flores de todo tipo pasto verde y está repleto de plantas amarillentas.
La brisa fresca acaricia mi piel, pero no puedo sentir alivio alguno.
Mis ojos recorren el paisaje: una casa imponente rodeada de flores y árboles frondosos, pero para mí no es más que una jaula dorada.
Cada paso que doy hacia la casa es un recordatorio de que mi vida ya no me pertenece.
Aquí no había ningún atisbo de ambiente acogedor, sólo indiferencia y desapego, como una jaula invisible que me atrapaba en ella.
Varios hombres al ver a este mal nacido hijo de su mamá lo saludan y luego siguen en lo suyo.
—¡Carmen!—grita el pendejo de m****a, ¿quién es Carmen? Aparece una señora bajita y regordeta justo en la entrada de la gran casa.
—Hola señor Arthur, ha vuelto.
—Carmen, ella es Cariza, mi futura esposa. —Arthur lo dice con una voz tan segura que me da escalofríos.
Sus ojos verdes no se apartan de los míos, como si quisieran desentrañar cada secreto que guardo.
Siento un nudo en el estómago.
¿Cómo puede hablar con tanta seguridad, como si realmente creyera que esto es lo correcto?
¿Quién demonios es este hombre y qué pretende?
— Cariño mío, ella es Carmen, la persona que se encargará de ti y desde ahora que se te quede grabado en tu cabecita, nada es color de rosa—trago saliva y reprimo el llanto que amenaza con salir de mis ojos. El tal Arthur da la orden a un tal Josep para que meta mis cosas, no entiendo en que momento me empacaron todo y a qué hora los habrá metido en la cajuela del coche de este tipejo.
—Carmen avisa a los demás empleados que preparen todo para la ceremonia que se llevara a cabo mañana.
Dios mío, todo esto es real. Absorbo por la nariz, el aire se me hace espeso mientras que el corazón y el alma me duelen.
—Prepara la cena es para mi amada ella ama el un zumo de uva, pollo asado y tortillas de maíz, pronto bajaremos para la cena— replica con tono autoritario.
Yo quedo en shock, ¿Cómo él sabe mis gustos? Seguramente mi padre es él que se lo ha dicho. Maldito. El tipo no suelta mi brazo trato de zafarme, pero no puedo mientras que sube las escaleras. Cuando llegamos a una habitación grande en donde hay una cama doblemente más grande que la mía y una ventana doble se puede apreciar la naturaleza pero por ahora solo se ve la oscura noche con el resplandor de la Luna.
Su voz no necesita elevarse para ser aterradora. Me congelo por un instante, pero luego lo miro con desafío.
Ah ni se te ocurra escapar o llamar a ese chico con el que te besuqueabas ayer. ¿Entendido?
Lo miro incrédula y enfurecida. A este tipejo le diré unas cuantas verdades.
—Ese chico es el amor de mi vida—mi voz tiembla—. Al hombre que amo le guste o no, a usted. No sé quién demonios es y por qué el maldito de mi progenitor me ha vendido a un maldito loco, acosador y pervertido que no puede conseguir a una mujer con sus propios méritos. Jamás lograré quererlo, aunque me haya comprado ¡Entiende ahora usted señor!—Grito ya molesta.
Él me mira sin parpadear, sus labios se forman en una línea recta. Me toma del hombro y me lanza en la cama como si de una muñeca se tratara. Luego sube encima de mí y con ira me advierte.
—Di lo que deseas, esa boquita que tienes es muy traviesa y espero que así como hablas puedas usarla para hacerme otras cosas—sin pensarlo, lo escupo.
Me mira con los ojos muy abiertos y en un movimiento rápido, me asusta queriendo golpearme, haciéndome que se me escape un grito y que el aire me comience a faltar, toma mis manos y las pone a cada lado de mi cabeza.
—No te golpeo el rostro porque te verás fea para mañana, espero que esta sea la primera y la última vez que me desafías y escupes mi rostro, porque la próxima vez será peor.
Sus ojos verdes me penetran, se me dificulta respirar por el susto, mientras que con una mano sigue sujetando mis dos muñecas arriba de mi cabeza y con la otra me toma la barbilla y junta sus labios con los míos. Aprieto con dureza mi boca para no sentir su asquerosa lengua en mi interior, pero él es más fuerte por lo que hace que termine abriendo mi boca y pueda sentir como adentra su lengua hasta así atraparla con la mía.
Su aliento es una mezcla de menta, su beso provoca una sensación extraña en mí, cierro los ojos diciendome a mi misma que este hombre es un mal hombre, una Bestia. Sin poder hacer nada dejo que invada mi boca, las fuerzas se me han ido ya no sé qué mas me va a pasar junto a este demonio.
Maximiliano mi amor ¿Por qué nunca te hice caso al pedirme que me fuera a estar contigo? Si hubiera aceptado, nada de esto me estaría pasando.
Por favor que todo sea una simple pesadilla y no la jodida realidad.
—Duerme bien, Cariza. Mañana será el primer día del resto de tu vida.
Sus palabras, aunque tranquilas, resuenan como una sentencia.Las lágrimas brotaron de mis ojos como un torrente que se rompe, y el dolor de mi corazón casi me ahoga. Había pensado ingenuamente que el día que me pusiera el vestido de novia sería el comienzo de una vida con Max, y no como era hoy, obligada a ponerme delante de un desconocido y ponerme un anillo. El destino me había empujado cruelmente al abismo, y yo ni siquiera tenía fuerzas para luchar.He sido comprada por un desconocido.Ahora comprendo lo que mis padres conversaban en la mañana.—Sí y eso que ahora el desea cobrar... la compró y nuestro deber es entregarla —decía mi padre.Desde cuando él me compró mejor dicho ¿por qué me compró como si fuera un objeto? Cuál es su propósito conmigo? Lloro frustrada, preguntándome una y mil veces.No podía dejar de llorar, el dolor de mi corazón llegaba en oleadas como las olas del océano. ¿Por qué yo? ¿Por qué me hicieron esto mis padres? Habían sido las personas en las que más confiaba, pero me habían enviado al abismo con sus propias m
Ella desnuda encima de él teniendo sexo o apuntó de tenerlo, no lo sé. Es un asqueroso. Trato de cerrar la puerta sin hacer ruido, pero mis pies se enredan con no sé qué m****a y caigo al piso, rápidamente me levanto pero muy tarde. La mirada de Arthur me perfora, molesto empuja a la chica y le dice que se salga de la habitación, ella se viste y sale por la otra puerta sin mostrar su rostro.Se volvió bruscamente, sus afilados ojos verdes atravesándome como espadas,—¿Quién te ha dado permiso para entrar sin permiso en mi habitación?—Su voz era grave pero llena de intimidación, como si cada palabra me oprimiera el pecho, dejándome sin aliento. Se levantó lentamente, la impaciencia mezclada con la ira oculta en su rostro, pero sus movimientos seguían siendo elegantes y comedidos, desconcertantes.—¡Quien m****a te dio órdenes para que entres a mi habitación de esa manera?!—grita furioso.—lo siento, pensé que era la puerta del baño—miento.Él se levanta de la cama, bufa y maldice.Se
Cariza El día pasó rápidamente para mi desgracia. En estos momentos la estilista hace su trabajo de hacerme ver radiante (si como no). Mi madre vino junto a su marido, el hombre que un tiempo consideré mi padre, ambos quedaron en el living, por el momento no deseo verlos a ninguno.—Señorita ya está lista, se ve hermosa y radiante—comenta la estilista.—Gracias—agradezco en un susurro.Me levanto y miro mi reflejo en el espejo, el vestido de novia es de tubo muy lindo. Tiene un hermoso velo en forma de corona, si estuviera enamorada me sentiría la chica más afortunada por el hermoso vestido.Respiro sacando todo el aire que se acumuló en mi interior, reprimo las lágrimas que amenazan con salir.—Hija luces hermosa—comenta mi madre mientras me ayuda para acomodar el velo de novia. Ni siquiera tengo deseos de responderle.El jardín se encontraba repleto de invitados desconocidos, está decorado con varias flores, rosas blancas a su alrededor, las mesas con mantel blanco y muy fino, lo
Su pene entra en mi interior, siento un poco de dolor y ardor pero no me quejo solo dejo que siga con lo que empezó, sus embestidas son suaves una y otra ves hasta que sale nuevamente, levanta mis caderas y esta vez me penetra con más rapidez y a la vez juega con mi clítoris luego con mis senos, los aprieta descendiendo con besos hasta llegar a mi vientre, con la mano libre acaricia mi pierna.Dejo que él haga lo que quiera conmigo, total se ha llevado mi virginidad. Escucho como emite sonidos de su boca, jadea excitado, su sudor se mezcla con el mío, cierro los ojos al sentir un líquido mojar mi entrepierna, muerdo mi labio inconsciente y un jadeo involuntario sale de mi boca.No sé qué m****a es esto pero se siente una sensación deliciosa.—Eres tan apretada y te ha encantado.Mi cuerpo me está traicionando, ya que muevo mis caderas al sentir varios espasmos en mi interior.—¡Ah!—grito al presenciar como mi vagina derrama un líquido placentero y satisfactorio.Me odio a mí misma al
Cariza.De un jalón rompo su bikini, bajo mi bóxer y ya rígido froto mi erección contra su entrada.—Aún sigue doliéndome— Susurra contra mis labios.—Cuando el placer llegue, olvidarás el dolor, Mía moglie—Susurré excitado.Le quito su sostén para llevar mi boca a sus pechos. Estos se endurecen al instante que los lamo. No son los más grandes que he visto, pero son perfectos y redondos.—Arthur...Sostengo sus nalgas para luego introducir mi pene en su interior.—Te gusta chiquilla—gruñoElla emite un sonido desde su garganta, no sé si es de dolor o placer mientras sus ojos se cierran. Empiezo a moverme, penetrándola lentamente, el agua empieza a salpicar nuestros cuerpos.—Mírame.Abre sus ojos azules, me observa acalorada, atrapa su labio entre sus dientes.—¿Dime te gusta esto?— Pregunto, bajando mi boca a sus pechos al mismo tiempo que me muevo en su interior.—No lo se— murmura excitada, decido tomarlo como un sí. Mientras chupo sus deliciosos pechos rosados, ella muerde mi homb
Cariza. —Ten por seguro que jamás volverás a querer decirme eso. La próxima no me resistiré.Las lágrimas salen de mis ojos como lluvia, pongo mi cabeza en el respaldar del asiento, lloro en silencio pidiendo al cielo fuerzas para aguantar este infierno torturante en que mis propios padres me han sometido.El conductor estaciona el auto enfrente de una inmensa casa, la cual se me hace conocida, pero obvio que no la conozco ya que jamás pise esta residencia.Creo que este barrio se llama las Colinas son una de las mejores en la ciudad y solo viven personas adineradas. Al bajar del auto, admiro el gran patio, Arthur me toma de la mano y los guardias bajan la cabeza en reverencia y nos dice Bienvenidos Señores (se creerá Rey, este loco), el levanta la mano en modo de saludo, nos adentramos al interior de la casa y luego aparecen varios empleados, todos nos dan la bienvenida como que si estuvieran en un coro. Una rara sensación hace que mi piel se eriza al entrar al interior de semejant
—¡¿Que?! ¿Pero cuando? Y ¿¡porque!?—Grita cerca de mí a chino los ojos y tapo mis oídos por sus gritos.—Ellos me vendieron y llevo mas de la semana casada con él— El rostro de Keyla es de total sorpresa, al narrarle todo lo que me sucedió.—No lo puedo creer y porque no los demandas y ya— Niego con lágrimas en los ojos.—Afectaría a mi madre y eso sería injusto—digo aturdida.—Si entiendo—Se queda pensativa un buen rato, tuerce las manos y luego me mira con preocupación.—Pregunta lo que sea—Le animo a que me hable.—¿Te has acostado con él?—Pregunta nerviosa.—¡Sí!—grite bajando la cabeza un tanto apenada.—¡Por Dios! ¿Abuso de ti?, ¿Él fue el primero? ¿Qué pasara con Max? —Rodee los ojos por tantas preguntas a la misma vez.—Bueno la noche de bodas trate de emboracharme, según para no sentir nada—Keyla abre su boca y me mira perpleja— Sin embargo senti todo y me gusto lo que me hizo— Musite y mi amiga abrió la boca y sus ojos aún más.—¡Te... te gusto!, pero como puedes decir eso
—Qué haces a estas horas, deberías estar dormida— Replico nervioso.—Ahí dentro hay mucho ruido y pues me escape por el balcón, además quería verte por suerte aun no te han encerrado en ese horrible lugar.Niego bufando, Dios mío esta niña es un tanto rara ojalá y no se den cuenta sus locos padres que esta aquí afuera, hace lo que quiere, me pregunto cómo habrá bajado del balcón sin lastimarse, posee tanta energía. —Cuando sea grande quiero dibujar muchas estrellas—Habla como una lora, sin embargó me encanta oírla—¿ Alguna vez has tenido novia?—Pregunta dejándome perplejo. Rio despacio por sus locas preguntas.—Nunca, pero porque serás tan preguntona y habladora— Se encoge de hombros mientras camina hasta mí, se sube en mi regazo dejándome sorprendido, no le digo nada, ella se acurruca en mi pecho, acaricio su cabellera rubia, la abrazo inconscientemente.Auto reclamo que esto esta mal.Después de minutos asi no percatamos cuando nos quedamos dormidos, hasta que varios gritos me hace