—¡¿Que?! ¿Pero cuando? Y ¿¡porque!?—Grita cerca de mí a chino los ojos y tapo mis oídos por sus gritos.—Ellos me vendieron y llevo mas de la semana casada con él— El rostro de Keyla es de total sorpresa, al narrarle todo lo que me sucedió.—No lo puedo creer y porque no los demandas y ya— Niego con lágrimas en los ojos.—Afectaría a mi madre y eso sería injusto—digo aturdida.—Si entiendo—Se queda pensativa un buen rato, tuerce las manos y luego me mira con preocupación.—Pregunta lo que sea—Le animo a que me hable.—¿Te has acostado con él?—Pregunta nerviosa.—¡Sí!—grite bajando la cabeza un tanto apenada.—¡Por Dios! ¿Abuso de ti?, ¿Él fue el primero? ¿Qué pasara con Max? —Rodee los ojos por tantas preguntas a la misma vez.—Bueno la noche de bodas trate de emboracharme, según para no sentir nada—Keyla abre su boca y me mira perpleja— Sin embargo senti todo y me gusto lo que me hizo— Musite y mi amiga abrió la boca y sus ojos aún más.—¡Te... te gusto!, pero como puedes decir eso
—Qué haces a estas horas, deberías estar dormida— Replico nervioso.—Ahí dentro hay mucho ruido y pues me escape por el balcón, además quería verte por suerte aun no te han encerrado en ese horrible lugar.Niego bufando, Dios mío esta niña es un tanto rara ojalá y no se den cuenta sus locos padres que esta aquí afuera, hace lo que quiere, me pregunto cómo habrá bajado del balcón sin lastimarse, posee tanta energía. —Cuando sea grande quiero dibujar muchas estrellas—Habla como una lora, sin embargó me encanta oírla—¿ Alguna vez has tenido novia?—Pregunta dejándome perplejo. Rio despacio por sus locas preguntas.—Nunca, pero porque serás tan preguntona y habladora— Se encoge de hombros mientras camina hasta mí, se sube en mi regazo dejándome sorprendido, no le digo nada, ella se acurruca en mi pecho, acaricio su cabellera rubia, la abrazo inconscientemente.Auto reclamo que esto esta mal.Después de minutos asi no percatamos cuando nos quedamos dormidos, hasta que varios gritos me hace
—Artic, Artic juguemos, papá se fue de viaje, ya no te va a lastimar ni a ti ni a mí.Niego alejándome de ella.—No seas malo, yo quiero que me hables—pide suplicante.—No quiero jugar contigo niña! Entiende!—le grite enojado, ella me observa y se hecha a llorar, la ignoro mientras sigo limpiando el estiércol en las caballeriza.—Por favor, te quiero mucho y quiero jugar— murmura a mis espaldas. Dios, esta niña es un caso, cuando me dejara en paz.—Cristal vete— replico sin verla.Pase todo el día limpiando la pequeña caballeriza, luego me cruce al jardín a levantar las hojas, llevo días hablando solo, parezco un loco diciéndome a mí mismo que soy fuerte. Soy un debilucho de 14 años que no sirve para nada.El día transcurrió aburrido, al terminar de bañarme me senté cerca del gran árbol observando el cielo estrellado. De lejos veo a Cristal venir, me escondo detrás del árbol. Pasan los segundos y ella no aparece. Un grito muy fuerte me hace salir de mi escondite. Corro hasta donde el
Cariza.—Llegaremos en máximo cuatro horas— me informa sin dejar de ver la autopista.—Ah sí que bien—respondí recostándome en el respaldar del asiento. El silencio de ambos reinaba agradable, observaba de vez en cuando a mi esposo el cual lucia tranquilo, cerré mis ojos para relajarme.Llegamos al hermoso Hotel Real. Arthur me ayuda a bajar, entrega la llave al encargado de los autos, toma mi mano apretándola como si no me doliera. ¿Qué demonios le sucede? Entramos al lujoso lugar esta se encuentra repleta de personas a dineradas, todo es lujo en este gran hotel.Cuando llegamos a una gran mesa por cierto muy bien decorada, mi esposo empieza a saludar y a presentarme como su novia. Después tomamos lugar en las delicadas sillas de maderas bronceadas y acolchonadas. Unos que otros comentarios me hacían sentir incomoda, decidí observar el lugar y no prestar atención a los comentarios. Tres hombres al ver a mi marido lo saludan y se sientan, junto a ellos están tres mujeres muy elegantes
Arthur.La cabeza me va a explotar en miles de pedazos, mi cuerpo está pegado junto a una pequeña suave y deliciosa piel, beso su sien sin despertarla, huelo su cabello embriagándome con su aroma. Me levantó de la cama aturdido y con la punzada más fuerte en la cabeza.Entre al cuarto de baño, hice mis necesidades fisiológicas y luego me adentro al chorro de agua tibia. Los recuerdos de anoche invaden mi mente, sonrió como un idiota, no sé cómo paso, le hice el amor a mi esposa. Debe ser que la borrachera me hizo caer ante ella. A pesar de no querer implicarme, pero caí bajo por ella.Al salir del baño, seco mi cuerpo mientras me visto llamo a la tienda de hotel para pedir un traje, calzoncillo y para Cariza, vestido y ropa interior.Me senté al borde de la cama inspeccionando su rostro dormido. Duerme plácidamente, como si estuviera en el mundo de las maravillas. Le quito la sabanas y azotó su trasero, para que despierte, es una perezosa.—¡Oye!—grita adormilada.—Te crees la reina I
Cristal (Cariza).Noviembre 20, 2008—Juguemos, no seas malito, Artic.—No entiendes la palabra, No.Le muestro un puchero para convencerlo pero no funciona.—Me voy y no te vuelvo a visitar más, eres malo—digo jalando mis labios. Camino hasta la puerta de hierro, antes de salir mi amiguito enojón me llama.—Cristal ven acércate—me pide palpando con la mano un lugar a su lado. Camino de puntillas hasta él, me senté luego pongo mi cabeza en su pierna.—Acepto jugar un ratito contigo ya que tus padres no están, pero debes entender que ellos piensan mal de mí y tú sabes muy bien que yo jamás te haría daño y te pido que al estar ellos no te acerques a mí— sus manos grades acarician mi cabello.—Cuando sea grande te sacaré de aquí y luego me casaré contigo— le digo con sincera.Él ríe a carcajadas, baja su cabeza pegándola con la mía. Sé que aún soy pequeña pero una vez mi nana me leyó un libro muy bonito donde decía que,En el amor la edad es lo de menos. Será posible eso.—Te quiero mucho
Arthur.—Destiny, no fui yo, no te mate, no. ¡No!, Ellos fueron yo los vi.¿Qué? ¿De que habla?Es posible que Cariza o mejor dicho Cristal sabe todo lo que sucedió aquel horrible dia. Pensé que había perdido la memoria, pero tal parece que ella siempre supo quiénes fueron los asesinos de mi madre. Que mierda es todo esto, me acerco a zarandearla de un lado a otro para que despierte de su pesadilla que de seguro es su maldita consciencia, su cuerpo está sudoroso y frío.—¡Yo no!— grita alterada.—Despierta ¡Mentirosa— me hierve la sangre al amarla tanto, es una falsa. Maldita sea, ella sabe quiénes asesinaron a mi madre. Cristal todo este tiempo lo ha sabido.— No suéltame, ¡no me hagas daño! ¡POR FAVOR! No ¡Auxilio, Artic! Sácame de la alberca— súplica en su pesadilla.Me separo de ella y lloro como un maldito loco, tengo ganas de matarla y sacarla de mi débil corazón, si tan solo ese día al sacarla de la alberca y al reaccionar me hubiera reconocido o me hubiera dicho que mi madre s
Cariza.—Eres un deseo incontrolable— susurra besando mi cuello, su miembro roza mi entrada, mi cuerpo lo reclama con ansias, realmente estoy quedando loca, no sé si estaba con otra y yo.—No dejes que tu cabeza piense cosas que no son, eres la única— Oh Dios como si leyera mi mente, me está aclarando mis dudas, sólo soy yo.Su lengua lame mis labios, mi cuerpo tiembla bajo el suyo, su olor es embriagante, cada beso proporcionado por el me excita, lo amo como si lo amara desde siempre, sé que mi primer amor fue Max pero me he dado cuenta que el amor que le tengo a Arthur es más fuerte que cualquier cosa.—Estas deliciosa Esposa, tu eres perfecta no te comparo con nadie.Sonríe feliz por sus palabras, me encanta todo lo que me dice me enciende como una chimenea en fuego alto.Sus manos bajan hasta mi nalga y las azota, su forma de tener sexo es un tanto brusca pero eso ya no me importa, me estoy acostumbrando a lo rudo, ahora lo que quiero es que me penetre de una jodida vez.—¡Arthur!