Cristal (Cariza).Noviembre 20, 2008—Juguemos, no seas malito, Artic.—No entiendes la palabra, No.Le muestro un puchero para convencerlo pero no funciona.—Me voy y no te vuelvo a visitar más, eres malo—digo jalando mis labios. Camino hasta la puerta de hierro, antes de salir mi amiguito enojón me llama.—Cristal ven acércate—me pide palpando con la mano un lugar a su lado. Camino de puntillas hasta él, me senté luego pongo mi cabeza en su pierna.—Acepto jugar un ratito contigo ya que tus padres no están, pero debes entender que ellos piensan mal de mí y tú sabes muy bien que yo jamás te haría daño y te pido que al estar ellos no te acerques a mí— sus manos grades acarician mi cabello.—Cuando sea grande te sacaré de aquí y luego me casaré contigo— le digo con sincera.Él ríe a carcajadas, baja su cabeza pegándola con la mía. Sé que aún soy pequeña pero una vez mi nana me leyó un libro muy bonito donde decía que,En el amor la edad es lo de menos. Será posible eso.—Te quiero mucho
Arthur.—Destiny, no fui yo, no te mate, no. ¡No!, Ellos fueron yo los vi.¿Qué? ¿De que habla?Es posible que Cariza o mejor dicho Cristal sabe todo lo que sucedió aquel horrible dia. Pensé que había perdido la memoria, pero tal parece que ella siempre supo quiénes fueron los asesinos de mi madre. Que mierda es todo esto, me acerco a zarandearla de un lado a otro para que despierte de su pesadilla que de seguro es su maldita consciencia, su cuerpo está sudoroso y frío.—¡Yo no!— grita alterada.—Despierta ¡Mentirosa— me hierve la sangre al amarla tanto, es una falsa. Maldita sea, ella sabe quiénes asesinaron a mi madre. Cristal todo este tiempo lo ha sabido.— No suéltame, ¡no me hagas daño! ¡POR FAVOR! No ¡Auxilio, Artic! Sácame de la alberca— súplica en su pesadilla.Me separo de ella y lloro como un maldito loco, tengo ganas de matarla y sacarla de mi débil corazón, si tan solo ese día al sacarla de la alberca y al reaccionar me hubiera reconocido o me hubiera dicho que mi madre s
Cariza.—Eres un deseo incontrolable— susurra besando mi cuello, su miembro roza mi entrada, mi cuerpo lo reclama con ansias, realmente estoy quedando loca, no sé si estaba con otra y yo.—No dejes que tu cabeza piense cosas que no son, eres la única— Oh Dios como si leyera mi mente, me está aclarando mis dudas, sólo soy yo.Su lengua lame mis labios, mi cuerpo tiembla bajo el suyo, su olor es embriagante, cada beso proporcionado por el me excita, lo amo como si lo amara desde siempre, sé que mi primer amor fue Max pero me he dado cuenta que el amor que le tengo a Arthur es más fuerte que cualquier cosa.—Estas deliciosa Esposa, tu eres perfecta no te comparo con nadie.Sonríe feliz por sus palabras, me encanta todo lo que me dice me enciende como una chimenea en fuego alto.Sus manos bajan hasta mi nalga y las azota, su forma de tener sexo es un tanto brusca pero eso ya no me importa, me estoy acostumbrando a lo rudo, ahora lo que quiero es que me penetre de una jodida vez.—¡Arthur!
Arthur.—Señor acá tiene el dispositivo y la camara—Gamaliel me extiende la pequeña cámara digital junto al USB, con esto puedo ver cada uno de los pasos de mi esposa.Conecto todo con sumo cuidado hacia la computadora, espero que todos los videos se vayan cargando, cuando ya todo esta listo, busco la fecha y hora, al darle play, lo primero que veo y escucho es al maldito de Maximiliano, apreté mis nudillos con fuerza al oírla hablar con él —¡Maldición! Ella aun lo ama y le está diciendo que se verán mañana.—apreté los nudillos con fuerza—Me las vas a pagar Cariza, si no acabas con esta mierda me las pagaras.—Vocifere para mi mismo.Llego al hotel las Brisas en Rivas, me siento enfurecido, no sé cómo sacar esta maldita cólera, me deje llevar por sus malditas mentiras, es una bruja falsa.Pensé que lo de anoche era real, me deje llevar por su inocencia y la manera en que deseaba que la hiciera mía.—Señor, si desea estar solo me retiro— me informa Gamaliel. Le hice un además con la ma
Cariza.El corazón se me quería salir del pecho, nuevamente el pánico me invadió.—Te voy a encerrar por traidora—su tono de voz es fuerte y se nota furioso, ahora parece una bestia de verdad.—No, escúchame. Yo no tengo nada que ver con él, solo quería dejarle claro lo nuestro. Ya no lo quiero, debes escucharme primero.—Eres una mentirosa y ahora mismo me vas a conocer de lo que soy capaz cuando me mienten.Me suelta con furia empujándome en la cama. Note como se desabrochaba el cinturón. Mi cuerpo empezó a temblar. Me va a pegar con su fajón.—¡Te lo advertí, Cariza! ¡Y lo peor es que se besaron!—No, no, estas equivocado. El me beso, yo no le correspondí te lo juro.Se acercó a mí y levanto el cinturón, me encogí en la cama por el miedo que se impacte en mi piel. Las lágrimas salieron y varios sollozos. El golpe nunca llego pero me aterre al verlo aventando todo al suelo. Arthur empezó a gritar.—¡Maldición, lárgate, déjame en paz!Puso sus manos en cada lado de su cabeza y de una
ArthurNo sé qué tenía en mente en este preciso momento, solo su cálido cuerpo junto al mío. Amo a Cariza pero odio lo que hace, realmente no sé si es verdad que ya no ama a ese mal nacido.Observo su rostro algo rojizo, trazo líneas en ella, empuño las manos al ver un pequeño morete en su mejilla. En qué momento la lastime.Me levanto de la cama sin hacer ruido. Entro al cuarto de baño enojado.—Soy un monstruo.—Sí que lo eres.—Déjame en paz y salte de mi vida de una vez.—Lo hare, pero con una condición.Ya me imagino que es lo que quiere.—Dilo de una puta vez—Deja de lastimarla, ella es inocente de todo. Si cumples me alejo, sino seguiré perturbándote.Aprieto los dientes y acepto. Artic sonríe desde el interior del espejo. Salgo del baño y antes de salir de la habitación la contemplo una vez más, su pequeño cuerpo esta aferrado a las almohadas. Suspiro exasperado por los malditos celos, como demonios voy a lograr que se enamore de mi si soy un loco posesivo. Bufe saliendo de
Cariza.Me encontraba en el jardín disfrutando del aroma de las rosas y las margaritas, aspire los olores que emanaban. La brisa es agradable, levante las manos, inhale y exhale, me sentía plena y feliz, en estos días Arthur ha cambiado, logre decirle que lo amo y aunque él no me respondió lo mismo ahora me trata diferente y cuando se va a la empresa me llama.Hace unos días sucedieron muchas cosas, me llevo a cenar y a hacer compras, luego me regalo un celular. Pasamos un sábado agradable y fuimos a ver el mirador de Catarina en Masaya, fue increíble ver a mi esposo sonreír y tomarse fotos conmigo, ese día nos quedamos a dormir en un hotel y toda la noche hicimos el amor.Fue una experiencia inolvidable.Hasta me sonrojo en solo pensar en todas las cosas que Arthur me hizo. Jamás pensé que salir con la bestia hubiese sido tan genial, llevo casi tres meses de casada y cada día me enamoro más de él. Suspiro y me pregunto si Max se encontrara bien, sé que él me ama o me amaba y espero q
Arthur. Llegamos a Villa Fontana, a la residencia de mí ahora socio Dylan Castillo. Mi pequeña esposa está algo distraída y eso que aún no hemos entrado a la fiesta. Mis ojos recorren su cuerpo, realmente se ve deliciosa y ese vestido la hace ver bella, sexi, hermosa y linda para mí. Deseo desnudarla y hacerla mía, hasta saciarme de ella. Debo controlar la Bestia que hay en mí. Me aguantare las ganas hasta que termine la fiesta.—¿Estas bien?—. Pregunté preocupado al verla frunciendo el ceño y mirando todo a su alrededor. —Uh, estoy genial— Me dice mostrando sonriendo. La tomo de la mano entrando a la residencia de los Castillo. Entramos al interior del salón, todo está bien decorado, la melodía es linda y suave, mesas, sillas de madera fina, los manteles son al estilo turquesa, las rosas artificiales de varios estilos decoran las mesas. Estatuillas y pinturas por toda la fina pared. —Esto es un sueño—. Comentó mi esposa. —¿Te gusta el ambiente?— Pregunté al verla feliz y distr