Arthur.
Chiquilla tonta. Ella pagará todo lo que me ha hecho su m*****a familia. Si piensa que nuestro matrimonio será perfecto, está equivocada.
El infierno recién empieza.
Termino mi baño, me envuelvo en el albornoz al salir del baño lo primero que veo es a ella, su cuerpo desnudo en mi cama es como una escultura perfecta. No pensé que fuera virgen, después de todo ya que la vi en varias ocasiones con ese tipo. No voy a mentir, me siento satisfecho sabiendo que fui el primero. Ella no tiene idea de todo el dinero que pagué por tenerla. Cuando empecé a obervarla apenas tenía 14 años, después le propuse un trato a su padre, quién no dudo en aceptarlo. Cuando sepa quién soy realmente lamentará por haberme vendido a la chiquilla. No cabe duda alguna que Demetrio no tiene corazón y tampoco la quiere, si no fuera yo quien la compra estoy más que seguro que la vendería al mejor comprador.
¡Mierda! Lo mejor es no
pensar en eso.
Imaginar a mi ahora esposa en manos de otro hombre me enfurece. Ella es la presa perfecta para saciar mi odio, sin embargo no me gustaría que otro hombre la tuviera.
Me acerco a la cama y le arrebato las sábanas de su cuerpo. Está desnuda y su cabello rubio se esparce por las almohadas, me pongo duro con sólo mirarla.
Increible, ella hace que sienta esto.
—Despierta— replico con voz autoritaria a lo que ella se remueve en la cama, se levanta bostezando, restriega sus ojos y mi observa de mal modo—Tenemos cosas que hacer.
—¿Qué cosas?—Inquiere negando.
—Sólo levántate, no me gustan las perezosas— Le Ordenó, nuevamente se recuesta, camino con pasos rápidos hasta la cama me inclino y la tomo del brazo con fuerza. Ella se queja, pero la ignoro, la jaloneo hasta el cuarto de baño —Date un baño, y al salir, inmediatamente te quiero abajo. No me hagas esperar.
—Ay te pasas eh, pareces un loco— esta chiquilla que se cree
—Alijerate o te daré unos buenos azotes en ese trasero.
—Vale, está bien— Cede asintiendo, sabe que no tiene opción.
Al entrar cierra la puerta del baño, mientras que yo me acerco a la cama para mirar rastros de sangre. Sonrió como un estúpido recordando que fui el causante. Mi pene ha sido el único en estar en su interior
Ella es mía, Cariza Goldy, es toda mía.
Salgo de la habitación, le ordenó a la sirvienta que limpie este desastre, en la habitación, voy al comedor para desayunar. Me siento en la silla al final de la mesa, Carmen me sirvan el desayuno. La chica morena con la que tenía sexo me guiña un ojo y sonríe, mientras deja los cubiertos.
—Buenos días señor— Se acerca toda coqueta.
—¿Crees que puedes sonreírme?—inquiero molesto—Te pago para trabajar no para sonreír. Sírveme que para eso estas aquí.
Ella me mira con los ojos bien abierto pero termina asintiendo. ¿Piensa que tiene derecho sólo porque nos hemos acostado? He tenido encuentros con ella y admito que es una experta en la cama, pero no la quiero para otra cosa que no sea follar. Ahora tengo a mi esposa y no pienso ser infiel no por ahora.
Soy un hombre que jamás sentirá amor por nadie, aunque esté casado. Lo mío con las mujeres sólo es placer y lujuria. Tengo veinticinco años de edad bueno pronto los cumpliré, poseo lo que deseo sin restricciones. Nadie puede cambiar mis ideales, soy un tanto arrogante, presumido y uno de los empresarios más ricos del país. Fui pisoteado antes de llegar a donde estoy, antes era un pobre diablo, ¿pero ahora? Un gran magnate deseado por miles de mujeres. El Arthur de antes murió y ahora lo tengo todo.
Cariza por fin baja al comedor y no puedo dejar de mirarla. Ese vestido se ajusta muy bien a su pequeño cuerpo. Sé que tiene sólo diecinueve años, le llevo casi seis años y sus padres me cedieron el permiso para casarme con ella. Lanzaron a su hija a la boca del lobo, sin tener idea de lo que les espera
—Buenos días—Saluda tímidamente con esa voz que no asusta ni a una mosca.
—Siéntate, y come— Replique con tono hostil— Iremos de paseo en caballo, así que no demores.
Sus ojos azules se abren con sorpresa.
—¿Iremos?
—¿Acaso estás sorda?— Pregunté exasperado—Ahora come.
Asiente mientras la sirvienta le sirve el desayuno. Cariza empieza a comer su tocino como si de un pajarito se tratara, me irrita que sea tan inocente. Mientras desayunamos no quito la mirada de ella. Algo en mi interior se remueve y la culpa me invade.
¿Por qué le haces daño? Ella es muy sensible.
Mi voz interior me reprocha, niego con la cabeza quitando ese pensamiento. Soy esto, me han convertido en un diablo. Mi parte buena ha muerto, nadie lo va a revivir, debo vengarme eso me grita mi cerebro todos los días.
Arthur Cuando terminamos de desayunar, nos dirigimos a los establos. Le pido al encargado que prepare la silla de montar y las riendas.—¿Cuál de los caballos jefe?— Pregunta Diego.Cariza está mirando con fascinación a los animales.—Trae a Poderoso—Le respondo a Diego.—Por supuesto señor, enseguida.A los minutos vuelve con mi gran corcel negro. Poderoso se ve imponente, me acerco para acariciar su pelaje es mi gran amigo, el no se deja dominar por ningún jinete. Al único que obedece es a mí, su dueño.—¿Es tuyo?—Pregunta Cariza con curiosidad.—Sí, todo lo que hay aquí es mío—Respondo, y agrego— Incluyéndote a ti— Sus ojos azules no dejan de observar a Poderoso.—Uhm, si, lo que digas—Replica, antes de poder articular palabra alguna, ella se acerca a mi caballo.—¡Oye! Ten cui... —Las palabras se me quedan estancadas al ver como Poderoso se deja acariciar por ella. Cariza sonríe con sinceridad, es la primera vez desde hace mucho tiempo que veo su sonrisa.Me parece sorprendente,
Cariza Llevo viviendo una semana con Arthur, y lejos del amor de mi vida, como podría olvidarme de Maximiliano si cada día recuerdo sus besos con ternura, su amor puro y sincero diciendome cuanto me ama. Cierro los ojos y lloro en silencio mientras que los brazos de Arthur rodea mi cuerpo. —¿Por qué lloras o por quien lo haces?—Trago saliva con miedo, un nudo se forma en mi garganta sin saber que responderle.—No estoy llorando— respondi tartamudeando.Arthur me hace girar el cuerpo y verlo de frente, sus ojos verdes amarientos me inspeccionan, tengo miedo de que me trate de golpear.—Lloras por ese tipo ¿Cierto?—Niego rápidamente, sería capaz de decirle que sí, pero temo que me maltrate—Duerme—Replica con voz dura. Cierro los ojos reprimiendo las lágrimas que amenazaban con salir, me dejó llevar por el sueño.Abrí los ojos al sentir la claridad del día filtrarse por los grandes ventanales. Observo a Arthur el cual esta dormido profundamente, me levanto y veo la hora en el reloj que
Me dejo llevar por sus caricias, solo debo actuar y así dominar a la bestia, lograr hacer lo que realmente deseo.Sus manos juegan con mis senos su boca chupa mi lengua, cierro los ojos y siento un deseo inmenso que me tome como lo hace tantas veces, mi cuerpo se estremece por su tacto.¡No! pero que me pasa, no soy yo.Sacudo la cabeza borrando los pensamientos descabellados. Mis manos arañan su torneada y dura espalda, al sentir como presiona su miembro en mi entrada, mis muslos se abren automáticamente como si obedecieran a este hombre. Sin dejar de besarme baja su mano a mi centro y mete sus dedos en mí mientras que los gritos se quedan estancados en mi garganta ya que él no deja de besarme con ferocidad.Saca los dedos de mí interior, mientras que levanta mis piernas y me penetra suavemente, se mueve con paciencia y luego salvajismo suelta mi boca y jadea, me mira directo a los ojos se le forma una sonrisa algo encantadora en sus labios gruesos y rosados. Se mueve con mayor rapid
Cariza.—Estas preciosa esposa— Le sonreí falsamente y me senté a un lado de él, las sirvientas empezaron a servir el desayuno mientras tanto me pongo a pensar la manera cariñosa en cómo me llama esta Bestia. (Esposa Mia pequeña mia.). Aunque bueno es algo posesivo su manera de decirlo, sin embargo me gusta.Dejo mis pensamientos al escuchar un gruñido de parte de Arthur.—Tus padres vendrán dentro de unas dos horas, espero que quites tus dudas en cuanto el porque te vendieron— Decidí no responder ya que sería gastar saliva, realmente mi odio crece por él y por mi padre.Desayunamos en silencio que para mí es cómodo y no sé si para la Bestia lo es ya que su rostro luce enojado.—Mañana iré a la escuela—Le digo segura.—Aja, tú sabes lo que debes hacer y recuerda esto Cariza, estas vigilada—Asentí y respire hondo por su forma de decírmelo ******Arthur y yo nos sentamos en el gran sofá blanco en frente de nosotros dos están mis padres, mi madre se nota triste y con ojeras en los ojos
Cariza.Me encuentro de pies en la entrada de mi escuela, Arthur me mira con seriedad arquea las cejas al ver que aún no he entrado.—No piensas entrar o esperas a alguien— Niego dedicándole una falsa sonrisa— Vengo por ti a la hora de la salida, estas advertida—Replica con tono duro.—¿Piensas recordármelo todos los días?—Pregunte cabreada.—Si es necesario si, me voy—Arranca su coche a toda velocidad.Resople aturdida, aprieto los puños con enfado, miro en la esquina del muro se encuentra el Audi negro que nos seguía, seguramente estará ahí vigilándome. ¡Maldición!—¡Keyla!—Grite eufórica al ver a mi amiga del alma, ella gira y viene hacía mi con su hermosa sonrisa.—Oye Cari, donde diablos te habías metido— Me lanzo sobre ella y sin querer decir nada sollozo con un nudo formándose en mi garganta.Sus manos acarician mi espalda, no dice nada solo me sobaba la espalda, luego de unos minutos de estar abrazadas nos separamos, limpie mis ojos hipeando le pido que vallamos al estadio a p
Arthur.Diez años atrás.—Ten tómalo.—Es mi cadenita de Cristal. Te la regalo para que te acuerdes de mi cada que lo veas—Sus ojitos brillan al hablar—Me lo dio mi nana cuando tenía dos añitos y yo te lo regalo porque me gustas mucho.Recibio la cadenita de cristal en forma de corazón en mis manos, es lindo me pregunto si no habrá problemas.—¡Cristal donde te has metido!— Grita la madre de la niña mientras la busca.—Ay no, mi mama se enojará si se da cuenta que estoy aquí, no le digas a nadie, será nuestro secreto—Susurra extendiendo su pequeño dedito—Es una promesa de amigos.Asentí sonriéndole, es increíble la manera en cómo mi corazón palpita al ver esa hermosa sonrisa en su rostro, a pesar de ser una niñita me gusta.Cristal sale del sótano cerrando las puertas, nuevamente quedo solo y sin saber cómo esta Destiny dentro de esa casa y por otro lado siento que me estoy acostumbrando a las visitas de esta niña y eso no debe ser bueno. Dios ayúdanos a salir de este infierno, no ent
Arthur.Observo mi reflejo en el espejo del baño y lo primero que se me viene a la mente son los recuerdos del pasado.—Jamás olvidaras el pasado.—Eso parece, pero tengo lo que quiero.—No de la forma adecuada.—Cállate debilucho— le grite a mi mente débil.Después de la ducha me vestí con mi traje de siempre. Miro a mi esposa bostezar a cada segundo, ella es una total perezosa. Necesito saber que ha estado haciendo esta semana en la escuela.—Buenos días— digo depositando un beso en su sien.—Buenos días—responde cohibida. –Umh me daré una ducha—musita levantándose de la cama y corriendo al cuarto de baño.Salgo de la habitación y entro en el cuarto donde tengo todas las cámaras. Introduzco la contraseña y veo todo lo referente a la semana que fue a la escuela. Sin que se diera cuenta introduje una mini cámara en su mochila y en una de sus prendas sin contar al magnifico de Gamaliel, él la vigila 24hrs.Busco la fecha del primer día en que llego a la escuela. Lo prendo y empiezo a v
Cariza.¡Muerta! Así debería de estar. Ya no quiero sentir nada por ese mal hombre, me enamore del sin saber el porqué, quizás si lo sé pero me rehusó a reconocerlo, ya no vale la pena sentir lo que estoy sintiendo en mi corazón, tengo que sacarlo como sea y desecharlo. Por otro lado no comprendo cómo se llegó a enterrar que estuve llamando a Maximiliano toda la semana. ¿Qué tipo de fenómeno es mi esposo? Sabe todo referente a mí.Llevo días con el corazón en la boca. Bueno exagero un poco. El día de ayer pensé que moriría al caerme en la alberca, por suerte la Bestia me rescato y logre salir con vida pero luego de eso empecé a tener una extraña pesadilla de una niña y un niño. En fin ni idea.Suspiro aburrida, cansada y desganada, los domingos solía salir con Keyla y Joel ibamo al parque de villa feliz o a ver una buena película en estreno. Pero ahora estoy cautiva, ni siquiera puedo salir a caminar.Observo la habitación y me pregunto si deseo estar encerrado todo el bendito día. Ar