Mis compañeros se quejaban del clima y un par de niñas peleaban con el maestro Mora, que se le ocurrió sacarnos a hacer ecuaciones bajo el inclemente sol.
Joel de forma jocosa arrendaba a las chicas que saltaban como si el asfalto les quemara los pies. Se puede decir, que era el BADBOY de nuestro salón, lo habían transferido poco antes de iniciar el verano y jamás había cruzado palabra con él.
A decir verdad, tenía el tipo de chico malo, con ínfulas de rockero, a mí me parecía guapo, su oscuro cabello que caía coquetamente sobre su rostro, sus perfectas y pobladas cejas enmarcaban perfectamente esos ojos casi negros, todo en conjunto le daba un aire de misterio.
Todas morían por el, se puede decir que besaban el piso por dónde él caminaba y eso me aterraba, total, solo era un muchacho medianamente guapo.
Isabela, brincaba y gritaba porque su rostro perfecto se arruinaría por el sol, mientras Joel la imitaba con gracia
Ella lo miró y soltó un suspiro, lamentándose al ver su actuar.
—Si sigues así, la harás llorar —le dije en un tono muy severo y casi gritándole, dejándole claro que, no le permitiría seguir con sus burlas y humillaciones.
Me miró de pies a cabeza de una forma bastante despectiva, encogiéndose de hombros, no le importó nada de lo que le dije, me dió la espalda y siguió con sus monerías.
¡Tipo grosero ese! Pensé, muy lindo y todo pero con una forma de ser horrible.
—¿Qué pasa linda?, ¿Te molesta mi presencia?
Le miré y no entendía por qué seguía haciendo eso, si sabía que alguien lo acusaría, aunque, pensándolo bien, no creo que le hubieran puesto una sanción por arremedar a una compañera, no lo hicieron hace un par de días cuando se burló de un maestro...
Si buscamos "imbécil prepotente" en el diccionario, podremos ver su fotografía.—Qué te diré... Pues sí, tu y tu actitud de malote me molestan demasiado, ¿puedes evitar hacer tus ridículas burlas frente a mí?
—No, no puedo, oblígame niñita mimada.
Me puse de pie y le rapé el vaso de soda a Leo y se lo tiré en la cara a Joel.
—A ver si con eso se le bajan los humos don señorito importante.
Pude escuchar el coro de los presentes: "Osh"
No quise discutir más, para mí, la conversación había terminado, así que opté por dar la vuelta e irme lejos de ahí.
—Huye cobarde —me gritó mientras me alejaba de él y sus igualmente descerebrados amigos.
Joel tuvo que quitarse su camisa pues lo dejé empapado de soda, mientras seguía mi camino, pude escuchar como varias de mis compañeras se desvivían ante su imagen ligeramente musculosa, claramente, en cuestión de cuerpo y rostro era lo más interesante que había pisado este colegio.
Llegaba yo a la puerta del edificio cuando sentí que alguien se aproximaba corriendo hacia mi, me asusté y aligeré el paso hasta mi casillero, lo abrí para sacar unos libros y al cerrarlo, justo detrás, estaba él.
—Me han hablado muy mal de ti últimamente, por los pasillos del colegio, se dice que eres una bruja loca.
—Me tiene sin cuidado lo que una partida de imbéciles piensen o digan de mi, a diferencia tuya, no vivo de apariencias ni del qué dirán.
—Si, claro, te creo —dijo bacilando mientras bebió un sorbo de una botella de agua, que por el aliento que le sentí, percibí que lo que allí contenía era alcohol.
—Así que... No te importa lo que digan o piensen los demás... Interesante, creo que acabas de aprobar el último nivel —dijo mirándome fijamente, esbozando una leve y coqueta sonrisa, logrando sonrojarme un poco.
—¿Último nivel? ¿De qué? —Pregunté con la voz un poco temblorosa.
—¡Pues para ser mi novia! —respondió en tono de burla, a la vez que se encogía de hombros. —No tienes opción nena.
—¿Debería sentirme feliz? —pregunté molesta.
—Por supuesto que sí, muchas desearían estar en tu lugar.
—No pues qué maravilla, sabes qué, prefiero dejarle la vacante a alguien que "se muera" por estar en mi lugar, ¡no me interesa un tipo grosero, egocéntrico y borracho como tú!
El sonrió, mordió suavemente su labio inferior, se me acercó y sopló su aliento alcohólico en mi rostro, sin pensarlo le puse una fuerte bofetada y me marché.
—Así me gustan, que me peguen y me eduquen —Gritó mientras me alejaba de él.
Ese fue mi primer encuentro directo con Joel Vásquez, el chico malote, el llamado (en el argot popular), el tumba locas del colegio.
Jamás imaginé que mi existencia cambiaría tanto a partir de ese día, que su presencia me marcaría para toda la vida, que aprendería tanto de él, que por años, sería una constante en mi diario vivir.
Joel es el tipo de chico con el que se tendría un romance fugaz y a escondidas, no es el chico que le presentarías formalmente a tus padres como tu novio, más aún si provienen de una familia conservadora como yo.
En mi casa, por tradición, las mujeres se han casado con hombres íntegros e intachables (en apariencia), todas, se han dedicado a ser las esposas y madres perfectas, a estar siempre bonitas para sus maridos, no puedo recordar a ninguna dama con una carrera dentro de la respetada familia Luján, (mi familia materna), pero yo quería ser la primera.
No quiero vivir a la sombra de un hombre, si sueño con tener una familia e hijos, pero también anhelo tener una profesión, desempeñarme con éxito en el ámbito laboral y aportar económicamente a mi hogar.
No busco un hombre perfecto y cuadriculado como los que se ven en mi medio social, quiero alguien que me ame sinceramente, me respete, me apoye y quiera salir adelante conmigo, no creo que sea mucho pedir.
Nunca he sido una chica que piense y analice las situaciones con cabeza fría, la mayoría de las veces, me dejó llevar por las emociones del momento y por lo general, me equivoco. Mis padres siempre me sermoneaban al respecto, que debía aprender a actuar con calma, que por acelerada era que me salían las cosas mal, que consultara siempre con alguien idóneo y de confianza antes de tomar una decisión final, que dejará de ser tan terca y voluntariosa y me dejara ayudar.Crecí y viví en un pequeño pueblo aledaño a la ciudad, en un país latinoamericano que podría ser cualquiera... en ese país donde tenemos el más exquisito café, el de paisajes maravillosos, el de culturas indígenas, el de acentos y dialectos diferentes, el de variedad de comidas según la región.Con fauna y flora envidiable, el país de las más hermosas flores que cada San Valentín inundan el mundo entero, soy orgullosamente Colombiana, de mi país se habla mucho en el exterior, lamentablemente de las cosas malas, de narco
Siempre tuve la mala fortuna de verme envuelta en líos por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, era algo gracioso, porque yo era tan despistada que podrían estar cometiendo un delito junto a mí y yo ni por enterada me daba. No lo sé, quizás el vivir con mil cosas en la cabeza a la vez me desconectaban a tal punto del mundo que no notaba con facilidad lo que pasaba a mi alrededor, fue así como un día resulté castigada en clase educación física, por haber estado en el mismo lugar que unos chicos que rompieron un par de cristales. El maestro Botero, nos puso a darle 1.000 vueltas a la cancha de básquet, no importó cuántas veces dijera que no tuve nada que ver. Mis piernas me dolían mucho, el esfuerzo que estaba haciendo era demasiado para mí regordete cuerpo, debo decir, que jamás fui amiga del ejercicio, además, desde muy niña, sufría de fuertes crisis asmáticas. Como cosa rara, los malandros del asunto eran Joel, Ariel y Marcos... Los de siempre. Llevé mi cuerpo
Desperté en la enfermería del colegio con un fuerte dolor de cabeza, a mi alrededor estaban la madre superiora, la enfermera y Joel.—¿Qué pasó? —pregunté muy confundida.La madre superiora tomó mi mano.—Recibiste un fuerte golpe en la cabeza, pero no te preocupes, no es grave, todo estará bien.—No siento mi cara.—Es temporal, ahora debes descansar, necesito evaluar un par de cosas antes de llevarte al hospital —me dijo la enfermera.—¿Hospital? ¿No se supone que no es grave?—Por protocolos de la escuela y por ser un golpe en la cabeza, es imprescindible llevarte a hacer un chequeo para descartar cualquier eventualidad que se pueda presentar más adelante, como un hematoma interno o alguna secuela.La enfermera y la madre superiora se salieron de la enfermería y me quedé con Joel, quién no podía ocultar la preocupación de su rostro, lo último que recuerdo fue verlo a él con un balón en las manos con la intención de tirarlo hacia mí, así que decidí preguntarle sí era el quien me hab
Al siguiente día, me desperté casi a las 10:00AM con una sensación muy extraña, la cabeza muy pesada y apresar de dormir más de 12 horas, tenía sueño, intenté desayunar pero simplemente no me provocó, la pasé tirada en el sofá toda la mañana.Muy puntual, posterior a la salida del colegio, Joel llegó a mi puerta nuevamente, pero yo me sentía mal, abrí la puerta tambaleándome y caí en sus brazos.—Alexa, ¿Estás bien?—Tengo mareo.No sé de dónde sacó fuerzas para cargar mis casi 80 kilos de peso, pero me tomó entre sus brazos y me puso sobre el sofá. Entre dormida lo escuché hablando por celular dando la dirección de mi casa.Después de un rato tocaron a la puerta y Joel atendió, un hombre de considerada edad entró, era un doctor, me examinó y me tomó una muestra de sangre, quedó de hablarle cuando tuviera algún resultado concreto.—Alexa, el número de tu mamá, dámelo.—No, llama a mi papá, el puede salir más fácil, búscalo en mi celular, la clave es 1031.Recuerdo escuchar la voz de p
Me levanté temprano al siguiente día para ir a la escuela, mamá vió que ya estaba mejor y no objetó nada, ella salió para su trabajo y yo me quedé desayunando, salí a prisa y llegué media hora antes al colegio y aún no había nadie por ahí.Me dirigí hacia la cancha y me senté en una de las graderías, pude ver a tres chicos que pasaron corriendo y se metieron detrás de ellas, era Joel y sus amigos, me acerqué sigilosamente para ver qué estaban haciendo, a una prudente distancia, donde no pudieran verme, observé detenidamente sus actividades, uno de ellos se encontraba sentado dándole la espalda al campo, vacío, la escena se me hizo llamativa, pero como estaban de espaldas no podía ver bien lo que pasaba, así que intenté acercarme más por un costado y me llevé una gran decepción, estaban armando cigarrillos de hierba; regresé por dónde venía con tan mala fortuna de enredar mi bolso con unos barriles, al intentar sacarlo, los tumbé e hice un ruido impresionante... Me descubrieron.—¡Mier
Era la primera clase de cocina, hoy se prepararía un lomo saltado, la maestra Demm, asignaría parejas para todo el año por sorteo, de una bolsa saldrían los papelitos con nuestros nombres y mi fortuna no pudo ser peor, a darme cuenta que me tocaba con Joel.—El destino nos quiere juntos nena, deja de hacerte la rogada y acepta ser mi novia.—Espero que te comportes correctamente.—Claro que sí jefa, —dijo en tono burlón.Ya estaba, tenía que aguantarlo todo el año.Iniciamos bien, todo marchaba justo como la maestra quería y como Joel era tan hábil, no teníamos mayor dificultad, venía ahora lo difícil, flamear, ambos debíamos hacerlo, él lo hizo sin problema, pero yo... Hice un desastre, regué el vino y una enorme llama salió, me agarró de inmediato, pasando un brazo por encima de mi, acercándome a su cuerpo, brindándome protección, su reacción fue muy rápida.Nuevamente ví en él que sus ojos denotaban preocupación, me sentí segura entre sus brazos.—Lo siento, —le susurré.—No te pr
Estaba intentando evitarlo y por lo que pude ver, el a mí también, era lo mejor, pero era inevitable no tenerlo frente a frente en los extracurriculares.El maestro Mora llegó al salón tarde, cosa que era muy recurrente en él, como siempre con una excusa.—Jóvenes, disculpen la demora, estaba resolviendo un inconveniente de urgencia, López, Vásquez, vengan acá.Me sorprendió un poco que nos llamara, mire a Joel buscando apoyo, pero el evitó mi mirada, nos acercamos a su escritorio para saber qué sucedía.—Muchachos, hubo un inconveniente en la cocina, así que por esta semana no tendrán clases, luego se repondrán los días sábados.—Perfecto profesor, —dijo Joel y se retiró a su puesto.Yo agradecí la información y me senté en mi lugar.Por unos días no tendría que estar cerca de él y eso me aliviaba.En el receso, como por variar no pude comprar nada, cuando llegué a la cafetería, la fila era interminable, yo miraba con tristeza lo poco bueno que había en la vitrina, resignada, fui a s
Fue difícil dormir esa noche, por más que me las diera de valiente, me daba miedo estar sola en casa, cualquier ruido o sombra me asustaba, tal vez había Sido mala idea ahuyentar a Joel.Apenas asomó el sol llamé a mis padres, ya habían llegado y estaban bien, eso me reconfortaba un poco.—Hija, buenos días, ¿Qué tal noche pasaste? Tu papá y yo llegamos bien gracias a Dios.—Bien mamá, ninguna novedad.—Me alegra mucho hija, aunque ya seas una mujer, nos preocupas, dime, ¿Ya comiste? —No mamá, aún no, voy a poner a lavar la ropa primero.—Bueno, no te quedes sin comer, nosotros vamos a desayunar y luego nos organizamos para ir a casa de Lola.—Ok mamá, me mantienes informada de lo que suceda, saludos a papá.—Cuídate, adiós.Puse a funcionar la lavadora y mientras tanto organicé un poco la casa, estaba revisando la alacena y lo más fácil de hacer era un sándwich y un huevo frito, en el refrigerador tenía leche achocolatada así que el desayuno estaba cubierto.Recibí un mensaje en mi