CAPÍTULO 4 EL AMABLE JOEL

Al siguiente día, me desperté casi a las 10:00AM con una sensación muy extraña, la cabeza muy pesada y apresar de dormir más de 12 horas, tenía sueño, intenté desayunar pero simplemente no me provocó, la pasé tirada en el sofá toda la mañana.

Muy puntual, posterior a la salida del colegio, Joel llegó a mi puerta nuevamente, pero yo me sentía mal, abrí la puerta tambaleándome y caí en sus brazos.

—Alexa, ¿Estás bien?

—Tengo mareo.

No sé de dónde sacó fuerzas para cargar mis casi 80 kilos de peso, pero me tomó entre sus brazos y me puso sobre el sofá. Entre dormida lo escuché hablando por celular dando la dirección de mi casa.

Después de un rato tocaron a la puerta y Joel atendió, un hombre de considerada edad entró, era un doctor, me examinó y me tomó una muestra de sangre, quedó de hablarle cuando tuviera algún resultado concreto.

—Alexa, el número de tu mamá, dámelo.

—No, llama a mi papá, el puede salir más fácil, búscalo en mi celular, la clave es 1031.

Recuerdo escuchar la voz de papá llamándome, a Joel explicándole que había dicho el doctor y el sonido de una sirena.

Desperté nuevamente y más lúcida en un hospital, pero no era el de aquí, se veía mucho más lujoso, mis padres y Joel estaban junto a mí.

—¿Qué sucede?

—Nada grave amor, —respondió papá, —resulta que tú mareo y somnolencia fue causado por el medicamento que te dieron, la dosis no era la correcta y te estaba perjudicando, Joel se puso en contacto con su doctor, te revisó en casa y te sacó una muestra de sangre arrojó el resultado, enviaron una ambulancia por tí y por eso estamos aquí.

—Hijo, gracias por estar pendiente de mi Alexa, mi esposo y yo no sabemos cómo pagarte —expresó mi madre.

—Señora, ni más faltaba, aprecio mucho a Alexa y siempre estaré ahí para lo que necesite.

Yo aún me sentía mareada, debía reposar mucho para lograr que el exceso de medicamentos saliera de mi sistema... En otras palabras había sufrido una sobredosis.

—¿Cómo te sientes nena?

—Drogada jajajaja.

—Yo sé que soy irresistible, pero es la primera vez que caen a mis pies tan fácil, ¿No que no querías?

—Ya quisieras imbécil.

—No, ya en serio, me preocupaste mucho, revivste un episodio horrible de mi vida.

—¿Quieres contarme?

—Es algo difícil... Mamá murió de una sobredosis de tranquilizantes y no pude hacer nada por ella.

—Oh, no lo sabía, lo siento mucho de verdad.

—Nadie lo sabía aparte de la familia, espero tu discreción por favor.

—Por supuesto, no voy a defraudar tu confianza.

Tomó mi mano y la besó, ví cómo sus ojos se llenaron de lágrimas, no sé qué clase de situación vivió pero es claro que ello lo ha marcado de por vida. No quise ahondar en el tema así que espero que algún día, se abra y me cuente cómo fue todo.

Tan solo unas horas después me dieron salida con algunas recomendaciones, me eliminaron el medicamento y me sugirieron no tomar nada por varios días, al salir, había una camioneta negra enorme esperándonos, de esas que se ven en las películas de mafiosos, Joel se acercó al conductor y este le entregó las llaves, nos invitó a subir y así lo hicimos.

—¿Tienes permiso para conducir? —Le preguntó papá.

—Sé conducir desde los 12 y sí, tengo permiso, ya soy mayor de edad, cumplí los 18 hace dos meses y fue lo primero que saqué después de la cédula claro.

Yo apenas pisaba los 17 y cumplía los 18 en octubre, en halloween...

—¿Este auto es tuyo? —preguntó mamá.

—Supuestamente lo es, pero no lo considero mío, cada cosa que viene de mi padre la veo en calidad de préstamo nada más.

—¿Cómo se llama tu padre?

—Genaro Vásquez.

—¿El de la cadena de supermercados?

—El mismo señora, ese personaje es mi papá.

Pude notar desprecio en sus palabras.

Llegamos a casa y me dejó en mi cuarto, le entregó una tarjeta a mis padres, se despidió y se fue.

—Mamá, papá, ¿Qué les dió Joel?

—El número de su doctor, —respondió papá, —ese muchacho se siente responsable por haberte golpeado y corrió con los gastos del hospital, yo me negué pero él insistió, entonces, le dije que le pagaría en cuanto pudiera y aceptó.

Cenamos y me fui a la cama, aunque me dolía la cabeza, prefería eso a estar dopada y sin aliento.

¿Quién era realmente Joel Vásquez?

¿Por qué todo el mundo lo tenía en un concepto tan diferente a lo que realmente es?

Este chico despertó en mi gran curiosidad, creo que fue buena idea aceptar el trato que me propuso, tendría la oportunidad de compartir más tiempo con él, talvez, podría saber más sobre su pasado.

Al siguiente día me levanté, mamá había dejado dinero junto a una nota

"Hija, hubo un daño en la tubería del gas, te dejo dinero para que pidas un domicilio"

En tanto, recibí un mensaje a mi celular, era Joel.

—Hola nena, ¿Cómo amaneces?

—Mucho mejor, gracias por preguntar.

—¿Ya comiste?

—No, resulta que no hay gas y mamá no pudo preparar nada, me dejó dinero para comprar algo hecho, saldré a buscar a ver qué encuentro.

—No salgas, dame un momento y te haré llegar algo.

—No es necesario, no te molestes.

—Claro que si, todo esto es culpa mía y quiero reivindicarme contigo.

—Está bien.

No pasaron ni 10 minutos cuando tocaron a mi puerta, Joel se dió mañas de enviar un desayuno hasta mi casa, le escribí para agradecerle pero no respondió, se me olvidaba que él estaba en clase.

Traía de todo un poco, fruta, avena, pancakes, huevos con jamón y leche achocolatada.

A eso de las 11:00AM, me escribió de nuevo diciéndome al salir del colegio me traería los cuadernos y el almuerzo.

Ordené un poco la casa, tomé un baño y me puse lo mejorcito que tenía, no quería estar desarreglada cuando el llegara.

Después pensando, me sentí ridícula, ¿por qué me preocupaban ese tipo de cosas?

Muy cumplido como siempre llegó a casa en su camioneta, abrí la puerta y me miró de arriba a abajo.

—Vaya, ¿a dónde tan guapa?

—Por si no llegabas y debía salir a comprar algo.

—Yo jamás rompo una promesa nena.

Bajó un par de bolsas del carro y las puso sobre el comedor, cantidad de pollo frito... De ese del general yo no sé qué, jamás en mi vida lo había probado, pensé yo que un par de piezas sería suficiente pero me comí como 8.

—Otro punto a favor para mí, si aceptas ser mi novia es que no escatimo con la comida.

Parecíamos un par de cerditos atragantados de pollo y untados de salsa picante.

—Olvidé algo, espera, —Fue al carro y sacó un par de sodas de dieta, —Ante todo la salud —Dijo en un tono bastante serio.

Después de unos segundos de silencio echamos a reír a carcajadas, era realmente un chico muy divertido.

—Alexa, quiero pedirte algo, todo lo que ha pasado estos días, lo que he hecho por ti, quisiera que quedará entre nosotros, no quiero que me vean como un héroe o algo así, no quiero gente tocando mi puerta pidiendo favores después, jamás lo hago, lo tuyo fue diferente, primero porque yo fui quien desencadenó todo esto, segundo porque eres de las pocas personas que merecen ayuda.

—Si muy bien, lo entiendo.

Nos pusimos manos a la obra, tenía que adelantar lo de los dos últimos días que por fortuna no era mucho, ya después me tomé a la tarea de explicarle los temas de química que no tenía claros.

Eran las casi las 3:00PM y me pidió un momento para salir y hacer una llamada, no tardó más de 5 minutos y volvió a entrar.

Casi de inmediato tocaron la puerta y él insistió en atender, había pedido un domicilio, era el almuerzo para mamá.

Había pensado en todo, no me permitió mover un dedo.

—No deberías tomarte tantas molestias.

—Has de cuenta que es parte de mi pago por las clases de química.

Asentí y seguí explicándole, en eso llegó mamá.

—Muchachos, ¿Cómo van con eso?

—Bien mamá, ya terminé de adelantar todo y Joel necesita que le expliqué unos temas de química que no entiende.

—Excelente, ¿Qué conseguiste para comer?

—Joel trajo mamá, sabía que no teníamos gas.

—Oh, si señora, disculpe, me tomé el atrevimiento de pedirle un almuerzo, siga y se sienta por favor, yo le serviré.

De inmediato le sirvió lo que había mandado traer y le informó que en el microondas quedaba el de papá.

Regresó y seguimos trabajando, le puse un par de ejercicios para evaluar sus falencias y explicarle sobre la marcha, resultó ser un poco cabeza dura pero después de un par de horas lo consiguió, pudo desarrollar con éxito todo lo que le puse.

—Deberías ser maestra, si pudiste hacerle entender a un bruto como yo, podrás con cualquier cosa.

—No digas eso, tu no eres bruto, solo debes poner más atención y ser paciente, dime, ¿cuál es tu materia favorita?

—De hecho ninguna, solo estudio por compromiso, la literatura me da sueño, me gusta leer pero me desencanto fácil y la mayoría de las veces dejo las historias a la mitad, las matemáticas las entiendo pero no me gustan y detesto los idiomas.

—¿Y el arte?

—El arte es fácil, pero de él no se vive.

—¿La cocina?

—Eso nada más es un pasatiempo.

—¿Qué piensas estudiar?

—Imagino que administración, se supone que debo heredar los negocios de papá y hacerme cargo de todo eso.

—¿Y eso es lo que tú quieres?

—Para ser sincero, no sé para donde va mi vida.

—Entiendo, bueno, necesitas despejar tu mente y evaluar lo que te conviene, pero que también te haga felíz.

—Ya veremos, bueno, debo irme, ah, por cierto, se me olvidaba, mañana debemos asistir a la escuela a las 8:00AM para la asignación de los extracurriculares, es mejor que asistas o te ubicarán por sorteo y sería desagradable que te pongan en algo que no te guste.

—Entiendo, estaré temprano, gracias por avisarme.

Se despidió de nosotras y se marchó en su auto.

—Me agrada mucho ese chico.

—A todas mamá, tiene un gran club de fans.

—Si, pero el te prefiere a ti.

—Ay mamá, el solo está buscando la manera de reparar lo que causó y de paso aprender algo de mi, es todo.

—Yo no estaría tan segura de eso.

El resto del día, preferí estar en mi cuarto, cuando papá llegó del trabajo subió Ami habitación para ver cómo estaba.

Bien en la noche se solucionó lo del gas y mamá pudo hacer de cenar, yo comí muy poco, aún estaba llena de todo el pollo que comimos con Joel.

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