Llegué a las 2:45, varios de los voluntarios habían llegado, pero Ana no estaba por ninguna parte, ella solía ser impuntual y yo detestaba eso.Me quedé mirando hacia el frente, a ningún punto en específico, mis manos sudaban, me estaba desesperando, entraría en una crisis de ansiedad, tomé una botella con agua y bebí lentamente, me aferraba a ella con todo mi ser intentando ahogar ese sentimiento.No soporté y regresé al auto, rompí en llanto, me sentía desamparada, Ana no llegaba y no me sentía capaz de cumplir mi labor.Puse mi rostro sobre el timón y me abracé a él, era presa de mis pensamientos y sentimientos, estaba otra vez el pasado comenzando a torturarme.Había estado intentando evadir los recuerdos, pero era algo imposible, después de estos años, la terapia no había funcionado en lo más mínimo; y por mi parte, debo aceptar que no ponía de mi parte para cambiar la situación, siempre trataba de recodar todos los momentos vividos, miraba una y otra vez nuestras fotografías..
Esperé que terminara de comer y le invite a salir a la pequeña terraza, aceptó sin problema.—Yo quiero mucho a Ana, no soportaría que le pasara algo, —le dije.—Sé perfectamente el vínculo que hay entre ustedes, aunque no he estado presente, siempre estoy pendiente de ella.—Entiendo, debe ser lindo tener un hermano que te apoye.—¿No tienes hermanos?—No, soy hija única.—No es tan bueno, mas si tienes una hermana como Ana, de verdad puede llegar a ser un dolor de cabeza.—Puede ser, pero tendría un apoyo.—Te la regalo, —dijo jocosamente, pude sentir que estaba nervioso aunque intentaba disimular, en lo poco que había visto de el aparentaba ser un hombre duro.—¿Ya le avisaste a tus padres?—Si, pretenden viajar pero les dije que yo me haría cargo, confío en que la cirugía salga bien.—Yo también... —solté un profundo suspiro y no pude evitar mirar al cielo y se me escapó su nombre —Joel.—¿Joel es tu ex?—¿Qué? —Pregunté confundida.—Dijiste su nombre, ¿Es tu ex verdad?—No es mi
Alguien debía acompañar el resto de la noche a Ana, decidí quedarme, no quería regresar a casa, Carlos se marchó pero primero me dió su número por si alguna situación se presentaba.Había un sillón bastante amplio donde me podía acostar y me proporcionaron una cobija.Ana se quedó dormida de inmediato, imagino que por efecto de tantos medicamentos.Yo intentaba dormir, pero me daba vueltas la idea de que ese señor era el padre de Joel, ahora me sentía tonta por no seguirlo para que me diera una explicación.Estaba intranquila, los recuerdos me atormentaban más y más y necesitaba enfrentar a ese señor.Salí del cuarto a dar una vuelta por ahí con la esperanza de encontrarlo pero a esa hora estaba desierto, fui a la cafetería por un café y salí a la terraza a fumar un cigarro.A lo lejos vi movimiento de autos lujosos, y bajaban una silla de ruedas, detrás, estaba el, bajé rápido pero ya no estaban, di al menos 5 vueltas por el hospital pero no lo encontré, indagué pero tampoco me diero
El cielo se percibía particularmente hermoso hoy, absolutamente despejado, sin una sola nube en el cielo y un fulminante sol, me provocaba desnudarme y correr hasta el río y sumergirme.A pesar de ello, un cálido viento nos golpeaba el rostro durante esta temporada, el aire de se sentía muy fresco; para mí, era el clima perfecto.Mis compañeros se quejaban del clima y un par de niñas peleaban con el maestro Mora, que se le ocurrió sacarnos a hacer ecuaciones bajo el inclemente sol.Joel de forma jocosa arrendaba a las chicas que saltaban como si el asfalto les quemara los pies. Se puede decir, que era el BADBOY de nuestro salón, lo habían transferido poco antes de iniciar el verano y jamás había cruzado palabra con él.A decir verdad, tenía el tipo de chico malo, con ínfulas de rockero, a mí me parecía guapo, su oscuro cabello que caía coquetamente sobre su rostro, sus perfectas y pobladas cejas enmarcaban perfectamente esos ojos casi negros, todo en conjunto le daba un aire de mister
Nunca he sido una chica que piense y analice las situaciones con cabeza fría, la mayoría de las veces, me dejó llevar por las emociones del momento y por lo general, me equivoco. Mis padres siempre me sermoneaban al respecto, que debía aprender a actuar con calma, que por acelerada era que me salían las cosas mal, que consultara siempre con alguien idóneo y de confianza antes de tomar una decisión final, que dejará de ser tan terca y voluntariosa y me dejara ayudar.Crecí y viví en un pequeño pueblo aledaño a la ciudad, en un país latinoamericano que podría ser cualquiera... en ese país donde tenemos el más exquisito café, el de paisajes maravillosos, el de culturas indígenas, el de acentos y dialectos diferentes, el de variedad de comidas según la región.Con fauna y flora envidiable, el país de las más hermosas flores que cada San Valentín inundan el mundo entero, soy orgullosamente Colombiana, de mi país se habla mucho en el exterior, lamentablemente de las cosas malas, de narco
Siempre tuve la mala fortuna de verme envuelta en líos por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, era algo gracioso, porque yo era tan despistada que podrían estar cometiendo un delito junto a mí y yo ni por enterada me daba. No lo sé, quizás el vivir con mil cosas en la cabeza a la vez me desconectaban a tal punto del mundo que no notaba con facilidad lo que pasaba a mi alrededor, fue así como un día resulté castigada en clase educación física, por haber estado en el mismo lugar que unos chicos que rompieron un par de cristales. El maestro Botero, nos puso a darle 1.000 vueltas a la cancha de básquet, no importó cuántas veces dijera que no tuve nada que ver. Mis piernas me dolían mucho, el esfuerzo que estaba haciendo era demasiado para mí regordete cuerpo, debo decir, que jamás fui amiga del ejercicio, además, desde muy niña, sufría de fuertes crisis asmáticas. Como cosa rara, los malandros del asunto eran Joel, Ariel y Marcos... Los de siempre. Llevé mi cuerpo
Desperté en la enfermería del colegio con un fuerte dolor de cabeza, a mi alrededor estaban la madre superiora, la enfermera y Joel.—¿Qué pasó? —pregunté muy confundida.La madre superiora tomó mi mano.—Recibiste un fuerte golpe en la cabeza, pero no te preocupes, no es grave, todo estará bien.—No siento mi cara.—Es temporal, ahora debes descansar, necesito evaluar un par de cosas antes de llevarte al hospital —me dijo la enfermera.—¿Hospital? ¿No se supone que no es grave?—Por protocolos de la escuela y por ser un golpe en la cabeza, es imprescindible llevarte a hacer un chequeo para descartar cualquier eventualidad que se pueda presentar más adelante, como un hematoma interno o alguna secuela.La enfermera y la madre superiora se salieron de la enfermería y me quedé con Joel, quién no podía ocultar la preocupación de su rostro, lo último que recuerdo fue verlo a él con un balón en las manos con la intención de tirarlo hacia mí, así que decidí preguntarle sí era el quien me hab
Al siguiente día, me desperté casi a las 10:00AM con una sensación muy extraña, la cabeza muy pesada y apresar de dormir más de 12 horas, tenía sueño, intenté desayunar pero simplemente no me provocó, la pasé tirada en el sofá toda la mañana.Muy puntual, posterior a la salida del colegio, Joel llegó a mi puerta nuevamente, pero yo me sentía mal, abrí la puerta tambaleándome y caí en sus brazos.—Alexa, ¿Estás bien?—Tengo mareo.No sé de dónde sacó fuerzas para cargar mis casi 80 kilos de peso, pero me tomó entre sus brazos y me puso sobre el sofá. Entre dormida lo escuché hablando por celular dando la dirección de mi casa.Después de un rato tocaron a la puerta y Joel atendió, un hombre de considerada edad entró, era un doctor, me examinó y me tomó una muestra de sangre, quedó de hablarle cuando tuviera algún resultado concreto.—Alexa, el número de tu mamá, dámelo.—No, llama a mi papá, el puede salir más fácil, búscalo en mi celular, la clave es 1031.Recuerdo escuchar la voz de p