Capítulo Cuarenta

Miro a Franco.

—Sabes, tu ego es tan grande que me parece sorprendente que no salga por las ventanas —Anuncio con voz fría.

No dice nada.

De repente algo hace clic en mi cabeza.

—Tú enviaste el contrato —susurro.

—Deberías agradecerme. Te salvé de una pena mayor junto a Vitale.

—Eres tan nefasto —niego dando media vuelta y tomando la maleta.

—¿A dónde vas?

—Lejos de tu absurda venganza—. Lo fulminó con mirada —Yo no tengo que ver en tu pleito con Renzo.

—No es así —niega —Solo tenía curiosidad de saber que vio en ti, Renzo.

—¡Nada! —abro los brazos —Nada, porque si fuera así, estaría a mi lado y no me hubiese dado una patada en el culo.

—Él es un imbécil. Pero, déjame decirte que tú no te quedas tras.

—¿Perdón? —doy un paso adelante.

—Eres una maldita caja fuerte, Samantha. No sé qué pacto tendrá Laura. Pero no pude averiguar algo sobre ti. En cambio, conseguir la información por parte de Renzo, no me supuso problemas.

Eso me da alivio.

Laura no presume de ser la mejor por solo presum
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