La familia ha recibido la noticia muy bien. Todos están felices por nosotros.La única que no se acercó a felicitarnos fue Antonella.Pero, ella no es importante.Después de que diéramos por finalizada la noche. Subo a la habitación que compartí hace un par de meses con Renzo mientras fingíamos ser un matrimonio.De hecho, Bianca y Darío también se quedarán en la antigua habitación de esta.La puerta se abre y Renzo entra a la habitación con nuestro equipaje para pasar la noche.Desde que Gianna toco el tema de matrimonio puedo ver que está algo aprensivo.—Deja de pensar tanto en el tema —espeto acercándome y sacándolo de su americana. —Cuando te conocí, lo hice porque no querías casarte.—Sam.—No hablemos de eso hoy —susurro pegada a sus labios. —Quiero que esta noche no pensemos en otra cosa que no sea nosotros y las ganas que tengo de que me llevas a la cama.Me rodea y descansa ambas manos abiertas en mi trasero y me besa.El beso comienza suave, pero poco a poco el mismo sube d
Como lo supuse. Brandon se queda sorprendido ante la noticia del bebé.El hombre no sabe si reír o llorar por la situación.Sin embargo, aunque es un huraño de primera, me consiente como una chiquilla para sorpresa de Renzo, que se queja diciendo que dejo ser la prioridad para el viejo. Pero, siempre lo dice con una sonrisa satisfecha.Por otra parte, Renzo se ocupa del trabajo mientras yo hago lo propio con el mío. También concreto la visita rápida donde le explico lo sucedido y le muestro lo que me han recetado y el eco.Ella me da una cita para el próximo mes, y así hacer una nueva revisión completa.Hoy, había decidido ir a ver a mi hermana a la clínica de reposo antes de visitar la fundación y cumplir con uno de los turnos.Como es costumbre, la encuentro en su habitación. Ha estado algo restringida Después de su intento de suicidio.Y, aunque está bien. Su salud es frágil.—Hola, Leila —digo en modo de saludo.Ella desvía su mirada y me ve.Me mira en silencio y por un momento c
Cuatro Meses Después.La vida es buena.Han sido los mejores meses de mi vida hasta ahora. Acabo de cumplir cinco meses y todo marcha bien con este pequeño que nos trae de cabeza tanto a Renzo como a mí.Bianca está un poco más adelantada que yo y está feliz. Ambas hablamos mucho por video llamadas y nos quejamos de nuestros males sin remordimiento.Ella es única y divertida.Continuo en el centro juvenil. Pero, no me esfuerzo mucho y ya dejé sobre aviso que en el sexto mes me retiro. Serán solo unos meses. Sin embargo, deje claro que no dejaré de ir de vez en cuando para saber si se necesita algo.—Estás hermosa —dice Renzo mientras me termino de maquillar.Esta noche hay una recepción hecha por la cámara de comercio de la ciudad y Renzo está invitado. Mi vestido es vino tinto, largo, escote de barco.—Te falta algo —dice como si nada.Me doy la vuelta sin saber a qué se refiere.—¿Qué?—Esto —me muestra un estuche que reconozco.Lo abre y frente a mí tengo el collar de diamantes que
La noticia sorprende a la familia. Luego de ser reacios al matrimonio, que estemos comprometidos. Es sorprendente para ellos.El tiempo pasa y mi embarazo se desarrolla con normalidad.Los temores quedaron atrás y la ansiedad de conocer a esta personita que habita en mí, me está consumiendo.He comprado ropa de bebé como loca y Renzo y yo, ya comenzamos a decorar su habitación. Lo mejor, es que ya sabemos que es, y haremos la develación de sexo. Bianca tuvo la suya el mes pasado, y va a tener una niña.La pareja no podría estar más feliz.Salgo a la terraza donde todos están y donde se llevará a cabo la develación.Renzo había sido tan extravagante que contrato una avioneta que surque los cielos y no devele el sexo del bebé.—Quiero una paleta —escucho a Bianca pedir como una niña.Darío niega exasperado.—Solo es ella por ahora —se burla Renzo —Imagina a dos.El hombre ríe nervioso.no es para menos.Miro a donde está Gianna y Lorenzo que hablan con Fernando.—Bueno, aquí hay unos ap
CINCO AÑOS DESPUÉS.Me detengo en la puerta de la cocina y veo como Brandon, Bate uno de sus pasteles, mientras a su lado está su inseparable ayudante.Leila.Ya tiene cinco. Y es como un petardo, Renzo y yo a veces nos hace falta energía para lidiar con ella. Debemos mantener las puertas cerradas por si las dudas.Ella es el calco de su padre, con ojos y cabello negro. Sin embargo, es rizado y abundante como el mío.—Quiero glaseado.—No. Es para el pastel —espeta Brandon —Además, eso será combustible para tus caries.—No tengo caries —dice con su pequeño tono petulante.—Leila —develo mi presencia.Sus ojos se abren como platos al verse descubierta.—A Brandon no le hablamos de esa manera —arqueo la ceja. —Lo tratamos con respeto.Se apena.—Lo siento —dice mirándolo con los ojos de cachorro.Esos que pueden con Renzo.—Vamos un par de horas al centro juvenil.Ella, baja del taburete y pasa a mi lado con emoción.Adora ir al centro y jugar con los niños de su edad.—Lo siento, Brand
VERANO – SICILIA.El silencio me dice que mi pequeña escurridiza y mi esposo están en algo.Bajo las escaleras de la villa, en Sicilia, en busca de ese par.Habíamos llegado para pasar el verano en casa de mis suegros hace un par de días. Luego de mucho hablarlo, llegamos al acuerdo de reunirnos todos aquí y disfrutar en familia. Darío había hecho coincidir sus vacaciones anuales con el verano. Así que, nos esperaba un verano extraordinario.Ámbar, La hija de Bianca y Darío. Y, mi hija juntas, eran terrible. Hacían cada trastada.El karma es una perra.Lorenzo siempre se los recuerda.Me detengo en el pasillo sonriso al ver una fotografía de mi boda con Renzo junto a otras fotografías familiares.Había sido una boda íntima y hermosa. Solo una veintena de personas para el momento. Leila estaba pequeña y se perdía en un vestido de tul que la tía Loreta le puso.Esta familia se ha vuelto la mía después de perder a mi hermana. En ocasiones me pregunto qué tan bueno hubiera sido si mi herm
EL INCIO.POV RENZO.—¡Tú, tienes la culpa de mi desgracia!Es lo primero que escucho, cuando contesto una llamada de mi hermana menor.—Ahora, ¿Qué hice? —inquiero, sintiéndome confundido antes sus palabras.—Darío me ha pedido matrimonio.—¿Lo lamento?—¡Renzo! —gruñe mi hermana y la escucho hipar como una magdalena.¡Señor!—No entiendo, ¿Es bueno o malo?—Vino a la villa a pedir mi mano y Mamma me dejo claro que no puedo casarme con él, porque tú no estás casado.Me paso la mano por el rostro.—¿No es cierto?—¡Si! —grita histérica—Yo le dije: Mamma. Me voy a quedar a vestir santos, porque tu niño es un idiota que no tiene relaciones serias.—¡Oye!—¡Es cierto! ¿Cuándo fue tu última relación duradera?—No es tu problema.—¡¿Lo ves?! —gimotea más—Darío y yo nos amamos. No es justo que la Mamma me haga pasar por esto para cumplir tradiciones arcaicas.—Es ridículo— susurro.—¡Bien! Díselo a ella.Ni de coña.—Bianca. Sabes que mi trabajo es aquí dirigiendo el negocio. No tengo nada
Avanzo por el pasillo de la casa de reposo y ya es costumbre que me vean recorrerlos.Con un gesto saludo a las enfermeras a cargo del lugar. Las cuales, como siempre, me reciben con una sonrisa amable.Cuando llego a mi destino abro la puerta despacio.La consigo sentada en su silla de ruedas, mirando a través de la ventana con gesto sereno.Voltea hacía a mí cuando escucha que cierro la puerta.—Hola —digo con una sonrisa — ¿Cómo estás?Me acerco hasta estar frente a ella y me pongo de cuclillas.—Muy bien —me dice con una sonrisa.Pero sus ojos no me engañan.— ¿Cuándo podré irme de aquí? —mira detrás de mí — Las enfermeras no me dejan salir cuando quiero—bufa sin dejarme hablar—Sam, sácame de aquí.Retengo las lágrimas cuando escucho sus palabras.Leila es mi hermana menor y está en sillas de ruedas.—Sabes que no puedo sacarte de aquí— susurro—Ellos están cualificados para poder cuidar de ti.Alarga la mano y limpia una lágrima traidora que rueda por mi mejilla.—Lo sé, y me sien