Laura Talbot trabaja como agente especial en la misteriosa Corporación Raven, la cual se aboca a la investigación, control y, de ser necesario, extermino de las criaturas sobrenaturales. Pero ella guarda un secreto: es una mujer lobo. Por suerte para ella otros de sus compañeros también tienen sus secretos. Ahora la Corporación ha encontrado un misterioso humanoide que podría ser el Monstruo de Frankenstein al tiempo que Talbot querrá buscar venganza contra el licántropo que la violó y la convirtió en una de los suyos.
Leer más31 de octubre Lord Dracul realizó esa noche una fiesta al estilo de las mascaradas victorianas en el Castillo Karnstein. Llegaron vampiros de todo el mundo y de los principales clanes; los Borgia, los Rasputín, los Bathory. Era todo un evento. La servidumbre repartía copas de sangre fresca extraída de humanos prisioneros en algún lugar cercano, y la música que amenizaba era entonada por músicos que había alguna vez tocado con Haydn, Mozart y Beethoven en persona. Los únicos no vampiros presentes eran Talbot quien se encontraba encadenada de manos a Dracul con rostro infeliz y el faraón Nefén-Ka. Lord Dracul silenció la fiesta llamando la atención de todos los comensales con sus aplausos y luego se colocó en lo que parecía ser un podio de cara a un gran rosetón abierto que daba al balcón que les mencioné antes. —Lo que hemos logrado ha sido realmente un logro histórico —decía Dracul—, casi todas las logias vampíricas del mundo se han uni
Bitácora personalDoctora Abigail ValdemarLugar: Residencia Fort. 31 de octubre—Sin duda Drácula trama algo —decía Fort en el desayuno. Ya que había perdido mi hogar, el Edificio Lovecraft y no tenía donde ir, él, muy amablemente, me estaba permitiendo quedarme en su casa. Estaba sentada a su lado en la mesa de la cocina, aunque yo no comía nada, por supuesto. En realidad él tampoco y no sé si beber whisky podía considerarse un desayuno.—Sea lo que sea ya nada podemos hacer, Fort. Sácatelo de la cabeza. La Corporación Raven ya no existe, Talbot sigue desaparecida, asumiendo que aún esté viva y no tenemos recursos para enfrentarlo. Es problema de otros.—La humanidad ha combatido vampiros y otros monstruos por milenios antes de que existiera la Corpora
Talbot despertó en la mañana en cuanto se le pasó el período de transformación, con la sorpresa de haber despertado dentro de la torre central, unos aposentos medievales del Castillo Karnstein con una cadena en el cuello. La torre era utilizada antaño como un laboratorio de alquimia y hechicería, y conservaba aún una extensa biblioteca de magia negra, carteles con partes del cuerpo humano o símbolos herméticos, y un modelo móvil del sistema solar colgando muy alto del puntiagudo techo. —¡Ah! —dijo Lord Dracul— ha vuelto en sí agente Talbot. Buenos días. Lord Dracul sabía de mis amplios conocimientos como bruja y me pidió expresamente que asistiera en un macabro hechizo. Las puertas se abrieron de golpe y al lugar entró un Profundo, repugnante como todos los de su especie e igual de apestoso, pero éste no era un Profundo ordinario. Igual que los demás híbridos horribles de hombre y pez pero más grande y con una cresta sobre su cabeza similar a una corona… debía ser de
30 de octubreLa noche estaba apenas comenzando. Es como la mañana para los vampiros. Me encontraba sobre la amplia cama grande como de un rey donde dormía Lord Dracul. Una cama de sábanas blancas y cobertores rojos. Por si se lo preguntan, es un mito que los vampiros dormimos en ataúdes, especialmente por nuestro gusto hacia los lujos. Lord Dracul descansaba en una espaciosa y cómoda cama con sus tres esposas y, con mucha frecuencia, con alguna de sus múltiples amantes y concubinas, si bien desde mi regreso se había empeñado en dormir conmigo y él me lo expuso bien.—Extrañé tu cuerpo —decía mientras me lo follaba— y es lo único que extrañé de ti...Eso no tenía que decírmelo. Siempre lo tuve claro. Desde que Lord Dracul derrotó a mi viejo maestro Ruthven hace dos siglos siempre había sido su servidora s
Bitácora personalDoctora Abigail ValdemarLugar: Sede de la Corporación Raven, Devon. 29 de octubreFort y Talbot empezaron a discutir airadamente. Había escuchado rumores de una pelea entre Talbot y Lucilla quien había aparecido inesperadamente en el funeral de uno de los socios. Al día siguiente Fort se reunió con Teillefer y le pidió que designara a Talbot a un equipo diferente donde no estuviera él. Lo sé porque Teillefer, que me tiene mucha confianza, me lo contó y me pidió consejo. Le recomendé que lo hiciera, al menos por un tiempo. Este trabajo es muy estresante como para que además haya roces entre agentes.Pero la noticia no le cayó bien a Talbot y en cuanto se la dieron fue a reclamarle a Fort.—¿Cuál es tu maldito problema, Fort? —escuch&e
27 de octubreEl funeral de Sir Roger Atkins se realizó casi inmediatamente después de que su cuerpo fue devuelto a la familia tras una expedita autopsia. Asistieron muchos dolientes entre ellos Teillefer, Fort y yo, si bien nunca lo conocí y mi presencia era más por razones simbólicas. Llovía ese día y muchos asistentes se cubrían con paraguas negros, entre ellos Teillefer. Fort y yo nos guarecíamos de la lluvia solamente con las gabardinas negras de nuestros uniformes y teníamos el cabello muy mojado. A lo lejos, subiendo una pendiente del cementerio, llegó una presencia inesperada.Fort la observó y de inmediato se le acercó. Era Lucilla que esperaba entre las tumbas cerca de una enorme cripta familiar con una gárgola en el techo. Me mantuve cerca de Fort por seguridad pero los dejé solos, sin embargo mi agudo oído lobuno percibió la conver
Bitácora personalAgente Laura TalbotMisión: Eliminación de críptido hostil a la vida humanaLugar: Siberia, Rusia 23 de octubreNos encontrábamos atendiendo una nueva misión a petición del gobierno ruso. Tal parece que un críptido hostil había estado causando daño a la población de unas aldeas muy rurales de Siberia. Viajamos Fort y yo en compañía de Rodríguez quien había sido asignado a nuestro equipo en sustitución de Lucilla tras su deserción.Pero las cosas con Fort no estaban bien. Fuera que nuestro encuentro carnal haya sido provocado por el súcubo o por la tensión sexual que siempre ha existido entre los dos, había perjudicado nuestra amistad y la relación profesional que siempre había sido tan co
7 de setiembreMe recuerdo a mí misma apretando el cuello de Talbot mientras estaba sobre su cuerpo desnudo sentada a horcajadas y sumida en un frenesí imparable producto de una incontenible cólera. El rostro de Talbot se estaba comenzando a poner azul y su lengua emergía de su boca mientras intentaba zafarse de mi mortal apretón allí sobre la cama de su apartamento. Donovan intentaba detenerme con todas sus fuerzas y finalmente dijo: ¡Maldita sea, Lucilla! ¡Suéltala! ¡No me obligues a matarte!Entonces la solté y me separé. Talbot comenzó a arquear y toser tratando de recuperar el aire y contrarrestar el sentimiento de asfixia.Los había encontrado allí, en el apartamento de Talbot después de que Donovan la llevara a su casa tras el hechizo y me percaté de su inusual tardanza. No puedo salir de día así que
Bitácora personal Doctora Abigail ValdemarDevon, Inglaterra3 de setiembreHabíamos rastreado el presunto refugio de Gévaudan según los informes brindados por la joven de la calle llamada Adriana Méndez y que a su vez derivaban de lo que ella había escuchado decir a otros integrantes de la ya medrada comunidad licantrópica británica.A orillas de un club de moteros bastante agresivos y localizado en el medio de la foresta donde sus actividades ilegales podían ser fácilmente ocultadas, llegó Anne Perrault. En efecto parecía salida de otra época no sólo por su anacrónica vestimenta sino también por la forma de su cara y un poco el acento en su forma de hablar. Llegó con una preadolescente Laura Talbot (ya reducida a los 11 años) maniatada y amordazada y la t