FERDINANDOCUATRO MESES ANTES —¿Por qué quieres eso? —le pregunté impactado.El hombre frente a mí se recargó en su sillón, con una sonrisa ancha.—¿Por qué no?De pronto, su pie acarició mi pierna, todos los vellos se me pusieron en punta.—No, tú estás loco, cabrón—salté del sillón.—Cálmate Ferdinando—me estremecí de nuevo—, siéntate si no quieres causar ningún alboroto—el alcohol en mi cuerpo hacia que sintiera las palmas y mi rostro con picor.Miré alrededor algunas personas ya nos lanzaban miraditas.Demonios, ¿Por qué se le había ocurrido aparecer, así como así?, sobre todo quedándose luego de que Gabriel se hubiese marchado por la Gacelita.Yang le hizo señas a un mesero.—Una botella de mezcal.—Enseguida.Me senté de nuevo, alejando mis piernas de este rarito.—No es nada del otro mundo lo que te pido—decía como si fuese lo más obvio del mundo—, me gustas y sé que muy en el fondo te gusto, no me lo vas a negar.Negué con la cabeza.—Definitivamente estás loco, a mí me gusta
FERDINANDO4 MESES DESPUéSSe de buena manera que ninguna persona es esencial en tu vida y que tampoco es necesario esperar nada de nadie.Tengo dos hermanos que adoro con mi alma, pero cada uno ha comenzado su vida solo. José Antonio (el mayor), se casó hace siete años y tiene dos hijos, Tania y el pobre de Casandro (lo jodieron con el nombre del suegro de mi hermano). Y mi hermano menor, Guillermo, quien ahora está en Australia piloteando vuelos por el mundo, él no está casado, pero tiene novia y un hijo que dejó aquí en Veracruz, mi sobrino Julián. Mamá y papá se quedan en la casa en dónde nos criamos, disfrutando de su jubilación y enfocados a disfrutar su tiempo libre, con los nietos o simplemente viajando. Suelo verlos los fines de semana.Pero siempre solían terminar con un sermón sobre sentar cabeza, encontrar a una buena chica, casarme, para no tener que estar de pirujo casco ligero.¿Cómo me los quito de encima?Les regalo un viaje redondo a dónde sea.A veces tengo una age
GABRIEL9 MESES Y DOS SEMANAS DESPUÉS—Amor ¿estás segura de que te sientes bien?—Sí, no he tenido ninguna molestia, me siento muy bien—contestó.Bueno, era cierto, recientemente ha tenido mayor energía.El parto estra programado para dentro de dos semanas.Hoy se estrenaba el evento de lucha libre más grande de Veracruz.—Voy a ir contigo—se había empecinado en acompañarme, además de que estaba curiosa por saber ¿Por qué la gente se entusiasmaba tanto?—Esta bien, pero en cuanto sientas cualquier molestia nos iremos enseguida.—Sí, sí puedo hacerlo, no pasará nada.Para eso tomé tolas las precauciones necesarias.Heché en la cajuela todo lo necesario para ir al hospital enseguida, “Hombre prevenido vale por dos”, como siempre me dice mamá. Ropa cómoda, frasadas, documentos, todo.Me coloqué mi mascara.—No—Jazmín se rio con ganas en cuanto me vio—¿De verdad irás con eso?Gabo estaba recostado sobre su barriguita.—Claro—coloqué mis manos en jarras—, soy uno con lamascara, así que ni
VERACRUZ 1942JENNIE A inicios de verano hay una fiesta celebrada en el puerto. Muchos jóvenes asisten a ella con la determinación de conocer a su futuro … infelices para siempre.Ah, ¿Por qué tenemos que soportar esto?Las mujeres aquí parece que solo tenemos cuatro etapas en el desarrollo: nacemos, nos preparamos para el matrimonio, sucede y mueres.Crecí en una buyuhan gajog o como se dice por aquí, familia acomodada, descendientes de migrantes asiáticos, cuyos primeros ancestros datan de 1810, más o menos.La verdad es que no me interesa tanto la historia familiar y tampoco mi ardua instrucción por demanda nupcial, qué pésimo.—Jennie, ven aquí—me llamó mi hermana mayor—¿Por qué no te has vestido?—No quiero ir—gruñí, arrastrándome debajo de mi cama.—Por dios, Jen—entró de lleno a mi habitación y tiró de mi pie arrastrándome por la alfombra—, deja ese viejo diario y vístete porque debemos irnos.—No quiero ir a pasearme como una res en venta.—¿Ese vocabulario tuyo nunca va a me
JENNIEAsí que era él.—Señor Kim, le presento a mi hijo, Víctor Gabriel Salazar de la Rosa, teniente de corveta y futuro alférez.Apenas pude observarlo, mi padre me miró inquisidor, así que no tuve más remedio que hacer la ceremonia. Me incliné ante ellos, arrodillándome al suelo, mi madre y mis hermanas a mi lado hicieron la reverencia.—Es un honor conocer a mi honorable prometido—posé mi cabeza sobre mis manos. Sentí mi estómago hervir y de pronto unas náuseas terribles, ¿Cómo puede ser que un gesto tan complejo como mi reverencia me llevé a la esclavitud eterna? Y no solo con este tipo tan desagradable, sino que con un hombre mentiroso.—Oh, por favor, levántense—exclamó el alférez, lo escuché sorprendido.Pero mi padre intervino.—Es una tradición, dar la bienvenida a la familia del novio—probablemente haya hecho su reverencia de aceptación—, por favor, pasemos al comedor.No levanté la cabeza hasta que escuché los pasos alejarse.—Levántense, niñas—indicó mi madre—¿Cómo es qu
JENNIE —Según dicen, el ave de paraíso, es una flor tropical traída desde Sudamérica, su nombre real es Strelizia reginae y simboliza la libertad y la alegría—me sorprendió que una de las chicas hablara sobre las flores—, lo leí en una revista—ah, era eso.Observé aquella flor, yo no le veía nada de hermosa, admito que sus colores eran llamativos, el naranja y el azul profundo, si observaba a detalle, en realidad si tenía un poco de forma a un ave.Pero no es mi tipo de flor.Las amigas de Shinae tiraban de mi popular hermana, parloteando sobre las flores, lo bonito y cuidado que estaban los jardines de Club Paraíso.Por mi parte siempre preferí las flores aromáticas, como el jazmín, por eso tengo una maceta en mi habitación.Una de las amigas de mi hermana había venido también con su hermana, ella miraba hacia todos lados, sorprendida, ¿tal vez es su primera vez aquí?Shinae se acercó a mí.—¿Por qué no hablas con ella?, es su primer día aquí, quizá le sorprenda vernos a todas en tr
VÍCTOR4 meses antes. Arrojé las flores al hoyo.Tres metros de profundidad dividían el mundo, la muerte y la vida.Los cánticos resonaron y algunas mujeres lloraban profundamente, lamentándose.Apreté los puños, esas mujeres comieron de la palma de su mano y en su lecho de muerte ninguna estuvo ahí con ella.Lloraban de amargura y culpa.Mi madre.Pensé que mi madre ayudaba a estas mujeres por caridad, quienes pretendía ser buenas con ella, pero pelaban los dientes por la espalda.Solamente al crecer me di cuenta de quienes en realidad eran.Las tres amantes de mi padre, a quienes mi madre conocía perfectamente, ella las había buscado, fue ella quien hizo de lado su orgullo femenino para hacer que mi padre tuviera lo que quisiera.¿A cambio de qué?—Ahora no tienes nada—mascullé cuando el féretro fue cubierto de tierra.Aunque quizá, la única satisfacción que mi madre tuvo es que soy el único hijo reconocido por mi padre.Esas tres mujeres tienen hijos, hijos que son de mi padre, pe
JENNIE—No me sorprende que lo que hiciste, Jennie—reclamó mi padre—, pero has hecho de tu prometido el hazmerreír del pueblo.Erguí la espalda.—Me ofendió.—Debiste hablarlo en privado.—Papá ¿Qué querías que hiciera? ¿Qué yo pasara por la burla de las personas, cuando se enteren de que soy la prometida de ese hombre? ¡Yo, la hija de Daeyang Kim! ¿Sabes lo que pensarán de mí? —lo miré fijamente—, una mujer Kim no toleraría ese tipo de tratos, somos mejor que ellos.Mi padre resopló.—Si fueras hombre, tu reputación sería impecable, y ese carácter tuyo te llevaría a la sima.—Pero no lo soy—repliqué—, así que, si quieres seguir con la reputación intachable de la familia, vas a apoyarme.—Que insolente hija tengo—resopló, pero me tranquilicé cuando vi que no estaba molesto—, pero tienes razón— se dejó caer en su sillón—. Espero que pronto asientes la posición de nuestra familia en la sociedad. Escuché muy buenos comentarios de ti, ahora todos parecen estar curiosos por “la otra hija d