Dicen por ahí que las hermanas tienen un lazo que conecta lo único, irrompible, irremplazable y especial. No importan las dificultades o las circunstancias por las que tienen que pasar, siempre estarán ahí apoyándose en los momentos buenos y no tan buenos.
En mi caso, yo conocí a más que solo dos hermanas con ese tipo de conexión. Ellas eran gemelas y lo único que diré es que, a pesar de mirarlo desde el exterior como una persona ajena a esa familia, podría asegurar que eran mujeres que se querían mucho y se apoyaban de manera incondicional, pero, aun así, de más está decir que ninguna relación puede ser perfecta y por supuesto que esta estaba lejos de serlo.
Les contaré desde el principio.
Me había mudado a un pueblo llamado Clicktons. Anteriormente me había dedicado a la medicina, pero solo estudié esa profesión para complacer a mi familia, así que, se podría decir que no encontré el valor para enfrentarlos y romper la tradición médica de mis antepasados. Era un cobarde, créeme que estoy consciente de eso.
Lo que realmente me gusta es la escritura, aun así, a pesar de que mi familia me impuso la medicina y eso provocó en cierto punto una presión en mi persona nunca tuve carencias de ningún tipo porque mi familia tiene una buena reputación y buena posición económica.
Mi familia tenía terrenos en este pueblo llamado Clicktons y una casa muy bien amueblada, pero nunca les terminó por convencer el ambiente de este lugar, así que la pedí para poder utilizarla durante mi estancia.
¿El pueblo? Ni tan pequeño, ni tan grande, ni tan rico, ni tan pobre, ni tan pintoresco, ni tan mediocre. Perfecto para alguien como yo.
El día que decidí partir a este lugar, llegué a eso de las 9:00 am. La guarda llaves me recibió y me presentó a todos los sirvientes que estarían a mi cargo.
—Es la mejor servidumbre de Clicktons que puedas encontrar —decía orgullosa.
—Me presento, soy Jacob Wintt —respondí mientras extendía mi mano.
—Lo sé, el señor Wintt me llamó hace unos días. Mi nombre es Esperanza. Su padre ya me ha dado todas las indicaciones para cuidarlo a usted como se debe. Me tiene mucha confianza —alardeaba.
—Debí suponer algo como eso. Espero convivir muy bien con la servidumbre —comencé a caminar para ya cortar la conversación.
—¡Ohh! No se preocupe señor, cualquier cosa me lo comunica y yo me encargaré —decía con tono autoritario.
—Está bien, lo haré, no se preocupe.
—Debe venir cansado de su viaje, dejaré que pueda instalarse tranquilo. Las mucamas ya tienen su habitación lista —sonrió mientras acto seguido se marchó.
Subí las escaleras y llegué a mi habitación. En efecto, estaba todo en perfecto orden, listo para yo poder hacer uso del lugar.
A pesar de que decidir venir acá fue algo de imprevisto, sin avisarle a nadie de manera previa, pensaba en que no me sorprendería que mi padre haya visto los gastos que hice para comprar un boleto de avión hacia aquí. Es lo único que se me viene a la mente como explicación de cómo sabía que vendría y la razón por la cual la servidumbre de esta casa me esperaba. Claramente yo en ese tiempo era muy ingenuo porque mi padre siempre sabía todo, sin necesidad de decirle nada.
Tenía algunos recuerdos de este lugar porque venía un par de veces cuando era niño. Mi abuela que ya no se encuentra en este mundo le gustaba este lugar. Decía que, a pesar de tener mucho dinero y unas casas excéntricas esparcidas por el mundo, la que más le gustaba y se sentía feliz era la de aquí. Era la casa más humilde que tenía, a pesar de que no quita el hecho que siga siendo una mansión, pero, aun así, me mencionaba que no le cambiaría nada.
Quizás por eso fue el primer lugar en el cual pensé al momento de decidir querer empezar de nuevo. No me iba mal en mi antigua vida, pero no me gustaba el ambiente del hospital y mucho menos la profesión que empleaba en ese lugar. Me sentía sofocado y sobre todo cansado de aparentar que mis compañeros de trabajo me caían bien, cansado de pretender que me gustaba mi trabajo y engañarme con eso por tanto tiempo. Pero es que ¿qué otra cosa hubiera hecho? no fue fácil asumir que había perdido 7 años de mi vida estudiando algo inútil para mí.
No me demoré demasiado en colocar mi ropa en los cajones y clóset que tenía la habitación. Lo que más me gustaba es que tenía un escritorio muy cómodo y perfecto para comenzar mis trabajos de escrituras.
Estuve toda la tarde tratando de crear algo nuevo, innovador, poco usual, pero, nada me hacía inspirarme. Siempre sentía que nunca era suficiente todo lo que yo podía hacer y hoy en día todavía siento que mi imaginación es limitada.
Había trabajado toda la tarde, pero no me sentía para nada productivo. De repente tocaron a la puerta y lo tomé como una señal para tomar un descanso.
—¿Señor? —dijo una sirvienta al otro lado de la puerta.
—Ehh, si, si, puedes pasar —dije sin saber si había encontrado las palabras correctas. No quería parecerme a mi padre para nada en cuanto se trata de ser estricto con el servicio.
Reitero, era muy ingenuo.
—Disculpe que lo moleste, pero los vecinos le trajeron un regalo de bienvenida —expresó de manera un poco tímida mientras me mostraba una canasta de frutas, galletas y otras cosas que solo podría averiguar si abría el paquete.
—Ohh, gracias. Puedes dejarlo ahí en el mueble junto a la cama.
—Está bien señor, me retiro entonces. Avíseme cualquier cosa —dijo mostrando una sonrisa mientras cerraba la puerta.
Me acerqué al dichoso paquete y además de las frutas y galletas que se apreciaban desde lejos, había chocolates, dulces y sorpresivamente una carta.
—¿Una carta? —dije con demasiada curiosidad de la que acostumbro.
El sobre era lindo, debía admitirlo. Me causaba paz mental ver lo impecable de este con ese color blanco tan limpio y unos bordes dorados que llamaban la atención.
Sin más que esperar, la abrí y la carta que se encontraba en el interior era del mismo diseño que el sobre.
—¡Vaya! Deben de tener una colección de esquelas y sobres que hagan juego, especial para cada vecino —me burlé un poco.
Sñr. Wintt.
ClicktonsEn nombre de la familia Varcarnyo nos complace darle la Bienvenida a Clicktons. Nos sorprendió mucho su regreso puesto que hace años no se presentaba por estos lares. Espero que pronto nos visite para poder colocarnos al día y pasar una buena noche junto a su esposa e hijos.
P.D: Lo invitamos a nuestra exposición de arte el próximo sábado a las 7:00 de la tarde. Sabemos lo mucho que le gusta el mundo de las artes visuales. Sería un honor su presencia.
Sin más que decir ¡Disfrute de Clicktons!
Al terminar de leer la carta me di cuenta de que los vecinos pensaban que era mi padre quien había vuelto. Me sentía un poco chismoso al haber abierto una carta y comido algunos dulces que no eran directamente para mí.
—¿Debería ir ahora y aclarar el malentendido? —pensé detenidamente—. ¿Debería mandar una carta devuelta? —pensé como segunda opción —. Aunque...la verdad...me interesa bastante esa exposición de arte. Podría aprovechar la invitación para ir y de paso aclarar el malentendido —pensé como tercera opción.
Sin más que decir, pensé que el esperar unos días para aclarar el malentendido no haría mal a nadie, además la invitación hacía mención a toda la familia Wintt y yo precisamente es que llevo ese apellido. No estoy engañando a nadie.
En fin, los días pasaron y no me costó adaptarme a este pueblo tanto como pensé. Era fácil acceder a las tiendas, cafés, puestos y otras cosas más que podían ofrecer, así que eso eran muchos puntos a favor porque era más fácil hacer las compras o encontrar cosas de mi interés.
No pasó nada más interesante hasta que llegó el día sábado y me correspondía ir a la exposición de arte.
Al llegar al lugar me pidieron la invitación y sin ningún problema se la mostré al guardia.
—¿Viene sin su familia? —espetó el guardia de seguridad.
—S-sí, mi familia está de viaje por negocios, así que esta vez soy solo yo —intenté decirlo lo más natural. No sabía porque me colocaba tan nervioso de repente.
De todas formas, no importaba mucho porque logré entrar y la galería de arte era preciosa, espaciosa y por donde mirara había cuadros magníficos dignos de apreciar. Todas las paredes del lugar eran de color blanco iluminadas con ciertas lámparas en forma de rosas, por otro lado, la cerámica en el suelo era blanca también y estaba tan bien cuidada que podías ver tu reflejo en ellas, sin embargo, lo que se llevaba el premio al mejor adorno de la sala era el gigante candelabro que colgaba en el centro de la habitación principal, en donde se encontraba el vestíbulo junto con las mesas de cócteles y sillas para descansar cuando quisieras.
Pensé en revisar las delicias del cóctel más tarde para poder apreciar las obras de arte más de cerca. Me detuve en un cuadro donde aparecía una mujer preciosa, al menos según mi concepto de belleza. Tenía un vestido rojo, cabellera negra e hipnotizante, pero lo que más me llamaba la atención es que sus ojos café oscuros me daban una sensación de que en el fondo a pesar de ser hermosa escondía algo profundo.
—¿Te gustó el cuadro? —dijo una voz detrás de mí.
—Si...aunque si te soy sincero me siento un poco perturbado por la mirada de la chica —confesé sin voltear hacía donde provenía la voz.
—¿Crees que parezco alguien perturbante? —dijo la misma persona que había hablado antes.
Me di vuelta para verla y para mí sorpresa era la chica del cuadro. Llevaba un vestido rojo también en esta ocasión, pero no era el mismo que tenía en la pintura. Debo admitir que era más hermosa en persona y esos ojos eran más profundos que lo que demostraba su retrato, además de su cabello oscuro que se notaba que estaba bien cuidado y de un largo admirable.
—L-lo siento, no lo decía con mala intención —me congelé.
—No te preocupes, solo bromeaba —dijo mientras me estiraba la mano para un saludo.
Le devolví el saludo —Soy Jacob Wintt.
—Julieta Varcarnyo —me dijo sin dejar de mirarme a los ojos.
—¡¿Varcarnyo?! Eres miembro de una de las familias más poderosas de esta ciudad —alcé un poco la voz.
—Lo mismo diría de ti, Señor Wintt. Estoy al tanto de que nuestros padres se conocen.
Acto seguido, termina el saludo soltándome la mano. Yo no podía pensar en otra cosa que no fuera que tenía frente a mí a una Varcarnyo.
—Entonces ¿Tú padre se encuentra aquí? Para poder presentarme a él.
—No podrá venir por temas de trabajo, pero ven a comer con nosotros mañana, así te podré presentar a todos. A mi padre le dará gusto —dijo con entusiasmo.
—Eh, s-sí, es una buena idea. Gracias por la invitación.
—Te veo mañana entonces chico Wintt —dijo de manera pícara.
—Hasta entonces chica Varcarnyo —la imité.
Me quedé un poco más en la exposición y luego regresé a mi casa. Era tarde y estaba bastante cansado la verdad, por lo tanto, lo único que quería era llegar a mi habitación y caer dormido por completo.
Sin embargo, cuando abrí la puerta de la casa, encontré en el suelo una carta.
—¿Una carta? ¿Hace cuanto habrá llegado esto? —dije un poco confuso.
En fin, no lo pensé tanto y la abrí.
<<Aléjate de los Varcarnyo o te arrepentirás>>
—¿Qué? Pero qué broma de mal gusto hacen por estos lares, en realidad si lo pensamos nadie está a salvo de los rumores, a mi familia le hacen lo mismo. Mejor ya me voy a dormir, que mañana debo ir a una comida importante —dije mientras subía a mí habitación y una vez llegué caí profundamente dormido hasta el día siguiente.
A veces hoy en el presente, pienso que quizás hubiera sido mejor hacer caso a tal advertencia.
Desperté un poco apurado ya que había dormido más de la cuenta y por nada del mundo quería llegar tarde al almuerzo de los Varcarnyo y dejar una pésima primera impresión.Mientras me vestía y tomaba un poco de café no podía evitar pensar en Julieta, la chica de anoche. No sé la razón, pero tenía profundo interés en conversar con ella sobre temas de nuestras familias y que me contara su historia de vida. Quizás esos ojos enigmáticos hacían que mi interés floreciera.—Buenos días Sñr. Wintt —dijo una sirvienta al verme salir de la habitación.—Buenos días, señorita.—¿Ha pensado en lo que quiere para la hora de comer? —dijo de manera concentrada.—Ehh...no, no, dile al resto del personal que hoy saldré a comer a otro lugar ya que me invitaron, así que si llega algo de correo déjalo en mi habitación —expresé mientras bajaba las escaleras.—Como ordene señor, que tenga buen díaUna vez salí a la calle decidí caminar hacia la mansión de los Varcarnyo ya que no quedaba lejos de la mía, sum
Al encontrarme con Juliett me percaté que ya no llevaba el mismo vestido blanco que estaba usando en la pileta por obvias razones, sin embargo, el vestido de ahora también era de ese color, solo que con un diseño diferente. Todavía creo que el blanco le sienta muy bien.—¿Terminaste tu cita con mi hermana? —dijo Juliett antes de que yo hablara.—¿Cita? —me confundí.—¡Si! Se veían bastante melosos, no me lo niegues.—La verdad es que tendré que negártelo porque solo hablamos de trabajo y demás cosas familiares —le dije calmado.—Buu, que aburridos son ustedes dos —sonrió.—Nunca pensé encontrarte en un lugar como este —dije cambiando el tema.—Soy una persona que viaja mucho así que envio cartas y otras cosas a distintos lugares del mundo —dijo mientras se le iluminaban los ojos—. Así que tengo que venir aquí cada mes para suministrarme de papelería.—Interesante, ¿Qué es lo que más te gusta de la papelería? —pregunté intrigado.—Mmm, los lápices en forma de pluma que se usan con tin
La familia Varcarnyo era un total enigma para mi mente y la aparición de las gemelas fue tan rápida que me sorprende que de manera fugaz hayan revuelto toda mi vida.Ambas eran polos opuestos y eso era precisamente lo que me volvía loco. En el buen sentido.—Juliett y Julieta, Julieta y Juliett —repetía constantemente mientras intentaba trabajar en mi despacho.Pero sinceramente, no quería trabajar, o mejor dicho no podía. Necesitaba inspiración.Decidido a encontrar esa inspiración y no quedarme sentado a esperar que me llegara de repente, empecé a caminar por la mansión en la cual vivía. Si bien es cierto que venía constantemente aquí cuando era niño, la verdad es que nunca me tomé el tiempo para recorrer cada rincón.Gracias a las sirvientas nada estaba cubierto de polvo o fuera de su lugar, pero obviamente había cosas intactas que sabía que nadie había usado en años, como por ejemplo ropas, libros, cintas, etc.Era extraño pensar en eso, pero a la vez hacía que me sintiera melanc
Juliett era un enigma, pero eso no me molestaba, sino que lo que me sucedía era que me llenaba la cabeza de preguntas y quería saber todas las respuestas.Sin embargo, mi mente ocupaba en mayor medida otro tema que me tenía desconcertado y era la carta que había encontrado en el despacho de mi padre. No estaba seguro si preguntarle a la guarda llaves sobre el tema, ya que, ella misma había mencionado que llevaba años sirviendo a mi familia. Quizás ella haya visto a la mujer de la carta en esta casa tiempo atrás.Por otro lado, la guarda llaves se notaba que era una mujer fiel a mi padre y tenía miedo de que le contara a él lo que estoy tratando de averiguar. Si decide no contarme nada y a parte avisarle a mi padre lo que estoy haciendo saldría doblemente perdiendo. Tenía que pensarlo mejor.El aire del día era fresco y calmante lo cual provocaba inspiración en mi interior o quizás el clima era totalmente irrelevante y lo que en realidad me había inspirado era la desconcertante posible
Con el paso de las semanas mi inspiración se incrementaba como nunca y no podía dejar de crear contenido acerca de lo que sentía y lo que Juliett me hacía sentir. Sería imprudente de mi parte referir este sentimiento como amor ya que lo consideraba precipitado, pero creo que la palabra correcta era un "flechazo" y eso no necesariamente tiene que ver con el amor apasionado o romántico.Era difícil de explicar o encontrar las palabras de este sentimiento, pero más que nada era porque nunca lo había experimentado antes y era difícil hablar de algo que no conoces, sin embargo, había una cosa que si tenía bien claro y era que Juliett me agradaba y quería seguir conociéndola.Intenté juntarme con ella varias veces después del último encuentro, pero siempre estaba ocupada, aunque, nunca me decía que cosas consumían su tiempo, supongo que, no tenía derecho a pedir explicaciones si solo nos estábamos conociendo.Me sumergí en mi trabajo y era inevitable no escribir sobre las cualidades que me
Julieta era parte de la empresa de su familia, aquel negocio era sobre flores y exportaban una gran cantidad de rosas durante todos los meses en donde su especialidad se centraba en las rosas amarillas.A consecuencia de dicho trabajo ha vivido y crecido en una brillante cuna de oro al igual que su hermana. No me malinterpreten, que esto no es con un fin de criticar o reflexionar sobre la sociedad y los privilegios, porque yo provengo de esa misma realidad y no me correspondería hacer ese juicio de valor. La diferencia de mi legado con el de ellas es que el mío no es las rosas amarillas si no que me dejan a mi merced el mundo de la medicina (la cual dejé), por lo cual, entiendo en qué tipo de mundo se desenvuelven. A lo que quiero llegar con todo esto es que esa cuna de oro la representaba muy bien a Julieta y sabía sacarle provecho. Por donde se le mire irradiaba elegancia de esa con la que se nace y un vocabulario admirable con el que se aprende. A pesar de que le dije que se visti
Luego de esa experiencia con Julieta los meses pasaron. Yo me dediqué a mi trabajo y de vez en cuando también hablaba con Juliett sobre las aventuras que ella tenía por toda la ciudad. No me sorprendía todo lo que compartía conmigo porque desde el primer día supe que tenía una gran personalidad inquieta.Constantemente me decía que debía hacer lo mismo que ella, que me olvidara de escribir, pero sinceramente no podía. Me tentaba cada vez que me decía que la siguiera, pero mi pasión era la literatura y no había renunciado a toda una vida de medicina para terminar de no potenciar y exprimir mi talento como escritor.Luego de la monotonía por un mes aproximadamente recibí una invitación de Juliett para ir a su casa y pasar el rato. Quería contarme sus anécdotas que había vivido durante esa semana y sinceramente nunca sabía cómo es que encontraba tanto panorama por hacer.Al llegar a su casa me dirigió inmediatamente a su habitación. Tal como sospeché su cuarto era totalmente blanco, aunq
Los días pasaron y en lo único que podía pensar era en ese diseño tan particular de la carta que había encontrado. Lo primero que hice fue buscar el diseño por internet, pero no encontré nada, lo cual me hizo creer que es un diseño personalizado, por lo tanto, me lleva también a creer que es imposible que ese diseño lo tenga más de una sola persona.Pensé durante toda la semana lo que podría hacer para averiguar más sobre esa carta y al mismo tiempo no levantar sospechas porque no quería que me ocultaran la verdad. Si mi padre tenía una amante necesitaba saberlo y mi madre también. Me quemé las neuronas tratando de pensar hasta que se me ocurrió un plan decente y mínimamente aceptable. Resulta que Julieta trabajaba para la empresa de su padre por lo cual es posible que ella tuviera casi todos los contactos de aquellos productores que utilizan, por lo tanto, sólo necesitaba decirle que mi material para cartas se había acabado y que quería probar nuevos emprendimientos. Solo así no lev