Luego de esa experiencia con Julieta los meses pasaron. Yo me dediqué a mi trabajo y de vez en cuando también hablaba con Juliett sobre las aventuras que ella tenía por toda la ciudad. No me sorprendía todo lo que compartía conmigo porque desde el primer día supe que tenía una gran personalidad inquieta.
Constantemente me decía que debía hacer lo mismo que ella, que me olvidara de escribir, pero sinceramente no podía. Me tentaba cada vez que me decía que la siguiera, pero mi pasión era la literatura y no había renunciado a toda una vida de medicina para terminar de no potenciar y exprimir mi talento como escritor.
Luego de la monotonía por un mes aproximadamente recibí una invitación de Juliett para ir a su casa y pasar el rato. Quería contarme sus anécdotas que había vivido durante esa semana y sinceramente nunca sabía cómo es que encontraba tanto panorama por hacer.
Al llegar a su casa me dirigió inmediatamente a su habitación. Tal como sospeché su cuarto era totalmente blanco, aunque eso no quería decir que no tuviera accesorios, complementos o ciertos objetos de otros colores, ya que, tendría que vivir en un mundo sin más colores para que fuera posible no tener en su posesión diversos objetos con diferentes tonos que los diferencien. Aun así, el blanco predominaba y me gustaba porque le daba amplitud y buena vibra al lugar.
—Ven aquí —me dijo Juliett indicando que me sentara con ella en su cama.
—Aquí estoy —le dije mientras me sentaba lo más junto a ella que pudiera.
—Cierra los ojos —me indicó.
Una vez le hice caso, sentía como se levantaba de la cama y abría la ventana que estaba cerca. Un aroma a rosas y el canto de los pájaros ingresaron a la habitación provocando que me sintiera relajado, además, también sentía unos pocos rayos del sol cubriendo la cama. Se sentía bien.
—Cuando quiero un momento de paz eso es lo que hago —volvió a sentarse al lado mío.
—Es una excelente técnica, me sentí relajado muy rápido —confesé.
En general siempre me sentía relajado con Juliett. Siempre que me juntaba con ella esperaba terminar relajado y distraído del mundo real porque eso es lo que siempre obtenía de ella sin excepciones. Y espero que esa sensación de relajado nunca se vaya de mi lado.
—¿Quieres té? —preguntó Juliett.
—Está bien ¿Por qué no? —le decía mientras me levantaba de la cama.
—Espera aquí, tomaremos en el balcón que tengo aquí en mi cuarto —decía mientras se alejaba.
Mientras la esperaba revisé el balcón y efectivamente tenía una mesa bastante bonita hecha exclusivamente para dos personas. No había espacio para más.
Era una mesa blanca de madera muy rústica y las sillas hacían juego con ese concepto. Encima de ella tenía porcelana de color amarilla en donde destacaban en su diseño las rosas del mismo color mencionado.
Juliett se estaba tomando su tiempo para traer el té así que decidí pasar al baño. Juliett tenía un baño en su cuarto, pero no quería parecer invasivo o creyera que busco una excusa para hurgar en su lugar. Decidido, salí apresuradamente de la habitación para demorarme lo menos posible y así Juliett pudiera encontrarme en la habitación en cuanto volviera. Desafortunadamente salí tan despavorido que choqué con alguien.
—¡Disculpe! —dije rápidamente por instinto.
Era una sirvienta que llevaba mucho papeleo en la mano y todo se desparramó sobre el suelo. Rápidamente me agaché para ayudarla.
—No necesita ayudarme señor, puedo encargarme de esto sin problemas —decía la sirvienta con la mirada hacia abajo.
—No es problema para mi —sonreí.
Mientras juntaba algunos papeles me encontré con unas esquelas para cartas y sorpresivamente el diseño de una de ellas se me hacía familiar.
—Disculpe, pero ¿Estás cosas para donde las lleva? —pregunté.
—Las llevo a la oficina del Señor Varcarnyo. Con permiso —respondió mientras me quitaba lo que ayudé a reunir.
De repente me recorrió un escalofrío por la espalda porque recordé que ese diseño de esquela es el mismo que encontré en la carta misteriosa encontrada detrás del cuadro ¿Esas esquelas las usará solo la familia Varcarnyo? Y de ser así ¿Por qué mi padre tendría guardado algo de ellos?
Con muchas preguntas y pocas respuestas logré encontrar un baño para visitas, pero antes de salir por el pasillo escuché la voz de Juliett.
—Papá, solo somos amigos —dijo.
—No me agrada que esté tan cerca de ti y tu hermana —respondió.
—Entonces ¿Por qué cuando Jacob llegó a la ciudad lo recibiste en tu casa para almorzar? —preguntó Juliett.
—Tú hermana fue quien lo invitó y para no ser descortés no lo eché de mi casa. Eso es todo.
—Si tienes problemas con los Wintt resuélvelo directamente. Los hijos no tenemos responsabilidad en las peleas de los padres —dijo Juliett decidida.
—Si te dañan a la familia, tú deber como hija es proteger y apoyarme. Estar de mi lado —dijo mientras se daba media vuelta para irse.
¡No lo podía creer! El señor Wintt no me estimaba para nada solo por mi apellido. Yo no tenía idea de que existía algún tipo de guerra o enemistad tan grande solo pensé que se centraba únicamente en los negocios y mundo empresarial.
Antes de que Juliett llegara, volví a su habitación y me acomodé en la terraza.
—Este es el mejor té que hago. Mi especialidad —dijo orgullosa.
Es increíble como es capaz de poder discutir con su padre y sonreírme de manera tan cálida al mismo tiempo. No sospecharía por ningún motivo que acababa de tener un acontecimiento triste. Me gustaba mucho eso de ella, que su calidez era difícil de disipar y tenía mucha fuerza. Así era ella en general.
—Hoy estas preciosa —se me escapó.
Juliett se sentó en la otra silla de la terraza totalmente sonrojada e intentaba acercar la taza de té para ocultarlo. Intenta tomar té para disimular aún más pero todavía estaba muy caliente como para que resulte bien.
El hecho de que usara blanco realzaba aún más sus emociones, sobre todo cuando sus mejillas se colocaban rojas y eso me encantaba también.
—Perdón, lo dije sin más, no quería hacerte sentir incomoda —confesé.
—¡Está bien! Viniendo de ti, no me molesta —otra vez se relajó.
Hablamos durante toda la tarde, pero el tema de la carta que encontré en el escritorio seguía dándome vuelta y no importaba si la curiosidad mató al gato, yo quería saberlo todo.
¿Sabes Juliett? Aún recuerdo esa discusión que tuviste con tu padre ¿Hubiera cambiado algo si lo hubieras escuchado y te hubieras alejado de mí?
Los días pasaron y en lo único que podía pensar era en ese diseño tan particular de la carta que había encontrado. Lo primero que hice fue buscar el diseño por internet, pero no encontré nada, lo cual me hizo creer que es un diseño personalizado, por lo tanto, me lleva también a creer que es imposible que ese diseño lo tenga más de una sola persona.Pensé durante toda la semana lo que podría hacer para averiguar más sobre esa carta y al mismo tiempo no levantar sospechas porque no quería que me ocultaran la verdad. Si mi padre tenía una amante necesitaba saberlo y mi madre también. Me quemé las neuronas tratando de pensar hasta que se me ocurrió un plan decente y mínimamente aceptable. Resulta que Julieta trabajaba para la empresa de su padre por lo cual es posible que ella tuviera casi todos los contactos de aquellos productores que utilizan, por lo tanto, sólo necesitaba decirle que mi material para cartas se había acabado y que quería probar nuevos emprendimientos. Solo así no lev
Estuve obsesionado durante semanas intentando encontrar la verdad. No iba a dejar ninguna piedra sin levantar, investigar o interrogar porque quería con todas mis ganas saber el origen de la carta y de donde provenía todo.Aun así, admito que esta obsesión escaló bastante, porque en mis tiempos libres no hacía otra cosa que no tuviera relación con la carta, encerrándome en mi escritorio durante horas, dejando de lado mis escrituras y demás intereses.Sin embargo, me rehusaba a dejar de buscar, ya estaba metido en esto después de todo y era algo que carcomía mi mente todo el día.Absorto en mis pensamientos mientras almorzaba en mi escritorio y no en el comedor para así ahorrar tiempo en mi investigación, tocaron a la puerta repentinamente.—Señor, tiene una visita —avisó.—¿De quién? —me asombré.—Dijo que su nombre era Juliett Varcarnyo —respondió.¿Qué? Estaba comenzando a acostumbrarme a la actitud de Juliett en donde hacia cosas sin pensar. Era alguien revoltosa e impulsiva y de h
Estaba embobado con lo que había pasado en la cocina y luego de ese día hablábamos todos los días con Juliett, ya sea por llamada, correo o chat. Cada día que pasaba, mi atracción hacia ella crecía más y más por lo tanto quería concretar una cita lo más pronto posible, ser mucho más sincero de lo que fui el día de la cocina y sacar a flote todo lo que siento por ella. Sin embargo, a pesar de que el tema de la carta se me había disipado de la mente un rato, este volvió inmediatamente como un balde de agua fría al ver que por la puerta de la casa entró mi padre con algunas maletas y su clásico sombrero de viaje. No sabía para qué vendría a Clicktons y porque ahora en este momento ¿A caso sabría de alguna manera que encontré su carta?—¡¿Padre?!—Buenos días, Jacob ¿Cómo llevas la casa en mi ausencia?—¿Tú ausencia? Hace más de 10 años que no venías aquí.—Pero sigue siendo mi casa.A mi padre no le podías hacer bromas porque todo se lo tomaba en serio y eso muchas veces me disgustaba de
Afortunadamente Julieta me respondió al otro día y mencionó que tenía tiempo en su hora de almuerzo. Me dijo que me acercara a la empresa de su familia y entrara directamente al comedor de trabajadores. Nunca esperé que me invitara a la empresa porque nunca había ido presencialmente y no sabía dónde quedaba tampoco, aunque eso no me preocupaba tanto, porque para eso estaba el mapa de internet. "Buscar Varcarnyo. Corps" No fue para nada difícil encontrar la ubicación, así que, me alisté, subí a mi auto y solamente me acompañaban mis pensamientos centrados en la carta que tenía mi padre pero que, curiosamente el diseño de esta era un diseño únicamente usado por los Varcarnyo. No quería sacar conclusiones precipitadas hasta tener evidencia. Una vez que llegué, hice exactamente lo que me indicó Julieta, así que, me dirigí al comedor de trabajadores y me senté en una mesa que tenía dos sillas. No demoró mucho en llegar.—¡Jacob! ¿Esperaste mucho? —dijo Julieta.—¡Para nada! Me alegro de
Con el paso de los días mis nervios aumentaban de un modo que pensé que explotaría porque un baile no es algo a lo que vas todos los días, además, aparte de ser una gala también se debían utilizar máscaras.En el mundo de las familias más acomodadas, eventos como este eran más comunes de lo que uno pudiera imaginar y para mí, la verdad es que me colocaba muy ansioso porque no tenía muy buenos recuerdos sobre este tipo de eventos. Siempre me sentía excluido o fuera de lugar, sin embargo, esta vez sería diferente porque Juliett estaría ahí.Cuando llegó el día, me encargué de comer contundente en mi casa porque en este tipo de eventos la comida es muy pequeña y escasa, aunque lo entendía porque este tipo de eventos no eran precisamente para venir a comer, si no para socializar y obtener contactos que te puedan beneficiar.Cuando llegué al lugar, mostré la invitación que Julieta me había entregado y a pesar de que no tenía problema con encontrarme con ella, deseaba de todo corazón que pr
Cuando besé a Juliett el tiempo se detuvo por completo. Nunca pensé que se pudiera experimentar algo así en la vida real y sentía que solo existíamos los dos en este basto universo. Si fuera por mí, hubiera continuado el beso hasta que mis labios no pudieran más producto del cansancio, pero debo destacar, que la acción de mirarnos a los ojos y reír al terminar de besarnos también fue memorable y hermosa porque sentía mariposas no solo en el estomago si no que, de pies a cabeza.De repente Juliett dirigió su mirada hacia otro lugar y acto seguido nos separó de improviso. —¡Julieta! ¡Espérame ahí! —Juliett gritó en dirección a la ventana de donde miraba su hermana con una expresión de decepción.Juliett tomó su vestido con ambas manos para evitar tropezar mientras corría y a pesar de que su expresión reflejaba preocupación en lo único que yo podía pensar es en que acababa de besarla ¡Que me había atrevido! y nadie me iba a quitar ese momento. Sinceramente yo no entendía porque Julieta
Luego de la abrumadora discusión con mi padre habían pasado tres días de los cuales no me había levantado de la cama, no tenía apetito y mi mente daba vueltas. No podía creer que mi padre haya tenido una relación extramarital y con una Varcarnyo. ¿Como le pudo hacer eso a mi madre?Mi madre solo le ha sabido dar los mejores años de su vida y siempre ha estado ahí para él. Es una mujer elegante y educada, experta en los negocios y la socialité y no lo digo porque sea su hijo, sino porque de verdad he visto lo influyente que ha podido llegar a ser. Por todo eso y más, sentía la responsabilidad de tener que contarle sobre esta infidelidad, si mi padre aun no lo hacía, yo debía hacerlo ahora que soy consciente de que sucedió y tengo pruebas.Aun así, el misterio no se había resuelto del todo. Mi padre no tiene idea que es lo que la Sra. Varcarnyo quería decirle con tanta desesperación y si bien quizás sea algo que no afecta para nada en mi vida, ya estaba lo suficientemente involucrado c
Durante días tenía la incertidumbre sobre el tema de Juliett y Julieta, quería saber con muchas ganas si Juliett se atrevería a hablar a solas con su hermana o me pediría acompañarla en este proceso. Sea como fuera, estaba dispuesto a hacer lo necesario para que nadie interfiera en mi relación con Juliett. De repente, me sorprendí, porque mi teléfono comenzó a sonar y estupefacto visualicé que era una llamada de Julieta. No sabía exactamente que quería, pero no podía desaprovechar esta oportunidad. Me sentí extremadamente impulsado a tratar el tema de mi relación con Juliett y dejarle en claro algunas cosas a Julieta. Era lo correcto, bajo mi percepción.Conversé con ella unos pocos minutos y quedamos en vernos en el bar de un hotel que nos quedaba cerca. En el bar conocían a Julieta y me convenció de elegir ese lugar con un tentador descuento de cliente frecuente por parte de ella. Ninguno de los dos mencionó porque queríamos hablar con el otro. Estuve durante la tarde trabajando