Con el paso de los días mis nervios aumentaban de un modo que pensé que explotaría porque un baile no es algo a lo que vas todos los días, además, aparte de ser una gala también se debían utilizar máscaras.
En el mundo de las familias más acomodadas, eventos como este eran más comunes de lo que uno pudiera imaginar y para mí, la verdad es que me colocaba muy ansioso porque no tenía muy buenos recuerdos sobre este tipo de eventos. Siempre me sentía excluido o fuera de lugar, sin embargo, esta vez sería diferente porque Juliett estaría ahí.
Cuando llegó el día, me encargué de comer contundente en mi casa porque en este tipo de eventos la comida es muy pequeña y escasa, aunque lo entendía porque este tipo de eventos no eran precisamente para venir a comer, si no para socializar y obtener contactos que te puedan beneficiar.
Cuando llegué al lugar, mostré la invitación que Julieta me había entregado y a pesar de que no tenía problema con encontrarme con ella, deseaba de todo corazón que primero pudiera ver a Juliett. Que la primera persona que vean mis ojos sea Juliett y poder apreciar su vestido de gala.
—Adivina ¿Quién soy? —gritó.
De repente alguien me había tapado los ojos con sus manos por detrás, sin embargo, ese olor a rosas era inconfundible y supe de inmediato que era Juliett.
—Mmm...no lo sé. Una chica preciosa, eso seguro —respondí coqueto.
—¡Me sonrojas! —gritó mientras se colocaba delante de mí.
Al verla, pude ver que lucía preciosa. Tenía un vestido blanco que llegaba hasta el suelo, pero no tenía cola. Arriba el vestido tenía tirantes y por encima de sus hombros tenía una tela translucida que le ayudaba para la brisa helada de la noche. El vestido era blanco, pero tenía encajes y algunas piedras brillosas y eso combinaba con su collar y aretes a juego, además, tenía el cabello recogido y nunca la había visto de esa manera antes. Ese look estilizaba su cuello y rostro.
Me había quedado completamente sin palabras y si me lo preguntas hoy en día, te puedo asegurar que todavía la recuerdo como si hubiera pasado ayer.
—¿Tengo algo malo en mi cara? —preguntó angustiada.
—Solamente belleza —respondí mientras le ofrecía mi brazo para que lo tomara y pudiéramos adentrarnos al lugar.
Una vez dentro pude observar que las mesas de cóctel tenían una variedad muy selecta de chocolates y bombones mientras que, por otro lado, había mesas con alimentos salados como finos y selectos quesos. Había para todos los gustos y antojos. Para beber, distintos meseros se paseaban con bandejas en mano, en donde lucían brillantes y elegantes copas de champán o espumante como le dicen algunos.
—¿Te gusta el champán? —pregunté a Juliett mientras tomaba dos copas de una bandeja que venía pasando.
—¡Me encanta! Es como tomar líquido cósmico dorado —respondió.
—¿Líquido cósmico?
—¡Si! —señalaba la copa de champán mostrando como las burbujas subían por el líquido ¡Es como si fuera el espacio, y todos los planetas estallaran primero en la copa y luego en tu boca!
Como mencioné antes, Juliett era bastante impredecible y eso me volvía loco (en el buen sentido). Siempre era una sorpresa estar con ella y por consecuencia el tiempo se pasaba demasiado rápido para mi gusto. Quería pasar cada segundo junto a ella y no perderme jamás de las ocurrencias que tenía a causa de su gran mente e imaginación.
Bebimos mucho "líquido cósmico" pero seguíamos conscientes de todo a nuestro alrededor. Decidimos soltar un rato al pobre champán y nos pusimos a bailar uno pegado del otro. No quería que ese momento terminara jamás.
Sin embargo, uno tiene sus límites, así que mientras Juliett seguía bailando con algunas amigas yo me senté un rato a descansar. Durante ese descanso se acercó Julieta.
—¿Llegué muy tarde? —preguntó avergonzada.
Obviamente, traía puesto un vestido rojo. Este no tenía tirantes y el escote era en forma de corazón, en donde, al mismo tiempo tenía un collar con forma de corazón igualmente. Traía guantes transparentes y el vestido llegaba hasta el suelo, aunque tampoco tenía cola. El vestido era de un material bastante fresco y delgado. Por último, su cabeza decoraba una rosa roja en donde lucia su largo cabello negro llevándolo suelto.
—¡No te preocupes! A Julieta aún le queda energía para poder bailar contigo —respondí sin dejar de mirar a Juliett.
—¡Perdón! Soy yo la que te invité y aun así llego tarde. Ya sabes, trabajo es trabajo —respondió mientras acto seguido colocó su mano encima de la mía.
—S-Si, el trabajo es prioridad —dije sin nada más que decir.
No sabía si su gesto con la mano que además se había repetido en el almuerzo la vez pasada era una acción que significaba apoyo entre una amistad o significaba acercamiento físico con otro tipo de intención. Decidí arriesgarme y responder a eso.
—Ese gesto que haces al tomarme la mano. La verdad es que aprecio tu apoyo y te agradezco tu amistad —concluí.
Julieta me sacó la mano de inmediato y su cara se colocó totalmente colorada. Ella en ese tipo de cosas era bastante tímida, incluso Juliett me contó alguna vez que ella la obligaba a decirle "te quiero" por teléfono porque Julieta afirmaba que le daba vergüenza y que para que decírselo, si ya lo sabía de sobra.
En fin, nuestra conversación fue interrumpida por Juliett, ya que regresaba a la mesa por algo de beber después de cansarse por tanto baile.
—¡Hola, hermana! Al fin llegas —dijo Juliett a Julieta.
Acto seguido, Juliett se sentó al lado mío y quiso entrelazar nuestras manos que permanecían debajo de la mesa. Yo no sé la razón, pero en ese momento inmediatamente aparté mi mano de la de ella bruscamente. Llámame cobarde si quieres, no sería la primera vez que alguien me lo dice.
Con esa horrible acción, pude notar inmediatamente el enojo en el rostro de Juliett y estaba a punto de decirme algo cuando Julieta se quejó muy fuerte.
—¡Ay! ¡Esta copa tenía una grieta creo que me corté el labio! —se alteró mientras se dirigía rápidamente al baño más cercano.
—Ve a ayudarla Jacob —dijo Juliett detrás de mí.
—¿Qué? —no entendía.
—Fuiste médico ¿no? ayúdala —decía fríamente.
—Pero...nosotros —decía desesperadamente porque quería aclarar lo que había pasado en la mesa y decirle todo lo que sentía por ella a pesar de que mis acciones dictaban de lo contrario.
—Otro día... —decía mientras buscaba su bolso para marcharse. No me miraba a los ojos y sabía que estaba decepcionada.
Rápidamente fui al baño en donde se encontraba Julieta. Afortunadamente el corte había sido superficial así que debía cuidarse la herida y esperar que sane a su tiempo. En poco tiempo el sangrado había cesado así que también era buena señal.
—¿Debo hacer algo especial? —preguntó Julieta mientras estaba sentada en la taza del baño con la cabeza hacia arriba. Yo estaba de pie mientras le examinaba el corte.
—Solo tener cuidado al comer y desinfectar. No te toques la herida con las manos. Si algo anómalo aparece me avisas —dije concentrado.
—Gracias Jacob —respondió.
Acto seguido se levantó de donde estaba sentada, pero fue tan rápido que quedamos cara a cara a pocos centímetros el uno del otro. Nos quedamos un buen rato mirándonos porque ninguno de los dos se atrevía a iniciar la conversación.
—Mi mano... —dijo finalmente ella.
—¿Qué pasa con ella? —pregunté sin apartarme.
—Mi mano sobre la tuya no era en señal de apoyo amistoso —confesó.
—¿Entonces? —me atreví a preguntar. El ambiente estaba tenso, pero necesitaba asegurarme que no eran ideas mías lo que yo estaba analizando.
—Es porque, de verdad me interesas —soltó mientras se daba vuelta.
¡Yo lo sabía! Pero no era algo que yo quisiera oír , ni tampoco me hacía feliz, si no que miserable por no contarle lo que sentía por Juliett.
De repente, una luz alumbró mi mente, porque pude concluir por fin para mí mismo, que no sólo me gustaba Juliett. Muy en mi interior era algo que ya sabía de sobra, pero el admitirlo completamente me daba la valentía para avanzar con ella y atreverme a demostrarle mis sentimientos sin problemas. Finalmente podía admitir que estaba enamorado de ella, cosa que, lo sentía fuerte, porque ella no estaba ahí conmigo, porque desearía que Juliett fuera la que me confesara algo como lo de Julieta. Porque me dolía haberle sacado la mano tan brusco hace unos minutos. Porque ¡Odiaba ser un cobarde! y debí haberla besado aquel día en la cocina.
De repente, una idea brusca se cruzó por mi mente y quise actuar rápido. Me disculpé con Julieta y salí corriendo del área del baño. No podía permitir que Juliett se fuera de esta fiesta sin antes saber lo mucho que significa para mí. Afortunadamente aún no se había ido, ya que se había detenido en el jardín a oler unas rosas amarillas que estaban por ahí plantadas.
—¡Juliett! —grité a todo pulmón.
—¿Jacob? ¿Qué haces? No grites —respondió con la cara colorada.
—Perdóname, soy un cobarde, no era mi intención hacerte a un lado de esa manera —confesé
—¿Lo hiciste porque Julieta estaba ahí? ¿Te gusta? —dijo enojada.
—¡No! No me gusta, si, lo hice por ella, pero no por esa razón. Si no, porque no sé si tú le quieres contar lo nuestro.
—Siento que en realidad no sientes nada por mí y esto solo es una excusa —argumentó.
Me di cuenta de que las palabras no estaban funcionando y eso que estoy aspirando a ser escritor ¿Que estaba pasando conmigo? Me sentía perdido, pero con mucha valentía, así que había decidido sacar mi último recurso especial.
—¡Estoy enamorado de ti! —le dije mientras la tomaba de la cintura para acercarla a mí y acto seguido, besarla apasionadamente.
Fue el mejor beso que he podido experimentar. Juliett continuo el beso mientras sus brazos se posaban por encima de mis hombros y me abrazaba en el proceso. Fue un cierre de la noche, mágico y ambos reímos mientras terminamos de besarnos mientras nos mirábamos fijamente a los ojos.
Lamentablemente, Julieta estaba mirando desde la ventana del baño.
¿Sabes Juliett? Siempre me he preguntado, que fue lo que sintió Julieta en ese momento y también, siempre me pregunto si las cosas hubieran sido diferentes si le hubiéramos contando antes. Nunca lo sabremos.
Cuando besé a Juliett el tiempo se detuvo por completo. Nunca pensé que se pudiera experimentar algo así en la vida real y sentía que solo existíamos los dos en este basto universo. Si fuera por mí, hubiera continuado el beso hasta que mis labios no pudieran más producto del cansancio, pero debo destacar, que la acción de mirarnos a los ojos y reír al terminar de besarnos también fue memorable y hermosa porque sentía mariposas no solo en el estomago si no que, de pies a cabeza.De repente Juliett dirigió su mirada hacia otro lugar y acto seguido nos separó de improviso. —¡Julieta! ¡Espérame ahí! —Juliett gritó en dirección a la ventana de donde miraba su hermana con una expresión de decepción.Juliett tomó su vestido con ambas manos para evitar tropezar mientras corría y a pesar de que su expresión reflejaba preocupación en lo único que yo podía pensar es en que acababa de besarla ¡Que me había atrevido! y nadie me iba a quitar ese momento. Sinceramente yo no entendía porque Julieta
Luego de la abrumadora discusión con mi padre habían pasado tres días de los cuales no me había levantado de la cama, no tenía apetito y mi mente daba vueltas. No podía creer que mi padre haya tenido una relación extramarital y con una Varcarnyo. ¿Como le pudo hacer eso a mi madre?Mi madre solo le ha sabido dar los mejores años de su vida y siempre ha estado ahí para él. Es una mujer elegante y educada, experta en los negocios y la socialité y no lo digo porque sea su hijo, sino porque de verdad he visto lo influyente que ha podido llegar a ser. Por todo eso y más, sentía la responsabilidad de tener que contarle sobre esta infidelidad, si mi padre aun no lo hacía, yo debía hacerlo ahora que soy consciente de que sucedió y tengo pruebas.Aun así, el misterio no se había resuelto del todo. Mi padre no tiene idea que es lo que la Sra. Varcarnyo quería decirle con tanta desesperación y si bien quizás sea algo que no afecta para nada en mi vida, ya estaba lo suficientemente involucrado c
Durante días tenía la incertidumbre sobre el tema de Juliett y Julieta, quería saber con muchas ganas si Juliett se atrevería a hablar a solas con su hermana o me pediría acompañarla en este proceso. Sea como fuera, estaba dispuesto a hacer lo necesario para que nadie interfiera en mi relación con Juliett. De repente, me sorprendí, porque mi teléfono comenzó a sonar y estupefacto visualicé que era una llamada de Julieta. No sabía exactamente que quería, pero no podía desaprovechar esta oportunidad. Me sentí extremadamente impulsado a tratar el tema de mi relación con Juliett y dejarle en claro algunas cosas a Julieta. Era lo correcto, bajo mi percepción.Conversé con ella unos pocos minutos y quedamos en vernos en el bar de un hotel que nos quedaba cerca. En el bar conocían a Julieta y me convenció de elegir ese lugar con un tentador descuento de cliente frecuente por parte de ella. Ninguno de los dos mencionó porque queríamos hablar con el otro. Estuve durante la tarde trabajando
Desperté con una sensación incómoda y nauseabunda. Sentía una punzada muy fuerte en la parte superior de mi cabeza y apenas realizaba movimientos con mi cabeza porque sentía ganas de vomitar. No sabía en donde me encontraba, y los rayos del sol que entraban por la ventana impactaban directamente a mis ojos. Me senté en la cama y al apoyarme con uno de mis brazos sentí un peso a mi lado. Para mi sorpresa, era una mujer y estaba completamente desnuda, al igual que yo. Traté de acercarme para visualizar su rostro y fue impactante darme cuenta de que se trataba de Julieta. —¡Julieta! ¡Despierta! —toqué su hombro frenéticamente intentando que despertara. —Mmmm Lo último que recordaba era que después de tomar vino en el bar del hotel comencé a perder el conocimiento, lentamente. ¿Julieta hubiera sido capaz de manipular mi copa? ¿Sería capaz? me rehusaba a creerlo. —¿Jacob? ¿Estas bien? —preguntó Julieta sentándose en la cama mientras se cubría con la sabana. —¿Como voy a estar bien?
Nos quedamos en silencio unos minutos. Por mi parte aun sentía enojo por lo que Julieta fue capaz de hacer, pero también ahora sentía una mezcla de sorprendido y pasmado. ¿Qué había pasado? ¿Como llegamos a esto? simplemente quería averiguar quién era la amante de mi padre, no saber que secretamente compartía un hermano con la mujer que amaba.Sin duda, el que busca, encuentra. —¡P-padre!Lo que dijo Julieta me sacó de mis pensamientos abruptamente y pude ver en el umbral de una de las puertas al Sñr. Varcarnyo con una mirada desafiante y furiosa. Lo que él veía era a sus dos adoradas hijas sufriendo con sus ojos llenos de lágrimas, y el causante de esas lágrimas, yo. Pero nada más, alejado de la realidad. —¿Que les has hecho a mis hijas? —preguntó con una mirada fría hacia mi.—Mejor pregúntele a Julieta lo que ella me hizo a mi —dije sin dejarme intimidar. —Lo que hagan mis hijas siempre lo defenderé y más si esas acciones son contra ti ¿Por qué estás en mi casa? —dijo serio. —E
—¡Jacob! —gritó Juliett. Ella me gritó porque salí corriendo del jardín y fui directamente al baño a vomitar. Era mi cuerpo, expresando como me sentía en mi mente. Agobiado, asqueado, pero sorprendido por sobre todas las cosas, porque, yo sentía que podía esperar cualquier cosa de hombres poderosos y ricos como lo son el Sñr. Varcarnyo y mi padre, pero me equivoqué, mi cerebro no era capaz de soportar actos tan atroces como estos ¿Como debió haberse sentido Julia al perder el bebé? Ni siquiera la conocí y siento que me afecta demasiado, tanto, que no puedo dimensionar como se sienten sus hijas. —Jacob...tranquilo, entiendo cómo te sientes —decía Juliett mientras me daba palmadas en la espalda mientras yo seguía sacando todo de mi interior. Luego de terminar, me senté a un lado de la taza del baño y Juliett se sentó a mi lado. —Me estas consolando, pero yo soy quien debería hacerlo —respondí. —¿Por qué deberías? —No te hagas la dura conmigo Juliett, todo esto es sobre tu madre.
Querida Juliett,Es difícil para mí encontrar las palabras adecuadas para expresar todo lo que siento en este momento. Ha sido abrumador enfrentar todo lo que ha sucedido, especialmente en el hotel junto a tu hermana. Me siento usado, vulnerable y confundido. Nunca en mi vida había experimentado algo así, y necesito tiempo para procesar y sanar. Quiero que sepas que estoy buscando ayuda profesional, estoy yendo a terapia para poder enfrentar lo que viví y superarlo. Aunque el camino parece oscuro, estoy decidido a encontrar la luz al final del túnel.A pesar de todo, quiero que sepas que mi amor por ti no ha disminuido en lo absoluto. De hecho, se ha fortalecido al enfrentar esta situación. Me sorprende la profundidad de mis sentimientos hacia ti, incluso después de descubrir que compartimos un hermano. Es un giro inesperado en nuestras vidas, pero estoy seguro de que juntos encontraremos la manera de superarlo.Necesito tu opinión y tu apoyo en este momento tan complicado. ¿Cómo cree
Querido Jacob,No pensaba mandarte nada, pero siento que debo hacerlo. Me gustas y desde el comienzo fue asi. Sin embargo, me resulta injusto que te hayas fijado en mi gemela, cuando fui yo quien se enamoró primero de ti. Estoy segura de que lo que ella siente es solo un capricho, una especie de deseo por lo que no puede tener, una constante competencia por todo lo que tengo. Desde pequeñas ha sido así, siempre queriendo lo que la otra tiene.Me duele profundamente sentir que esta situación es una traición, a pesar de que nunca formalizamos nuestra relación, ni nada, me duele. Es por eso que no puedo abandonar a mi familia, a pesar de lo complicado que resulta compartir un hermano y el acto que se cometió, entiendo la postura de nuestro padre, aunque eso no disminuye el dolor que siento. Espero lo puedas entender.Quiero confesarte algo que me ha invadido de confusión. He llegado a considerar vestirme de blanco como mi gemela, pensando que tal vez eso te haría elegirme. Pero luego me