Cuando besé a Juliett el tiempo se detuvo por completo. Nunca pensé que se pudiera experimentar algo así en la vida real y sentía que solo existíamos los dos en este basto universo. Si fuera por mí, hubiera continuado el beso hasta que mis labios no pudieran más producto del cansancio, pero debo destacar, que la acción de mirarnos a los ojos y reír al terminar de besarnos también fue memorable y hermosa porque sentía mariposas no solo en el estomago si no que, de pies a cabeza.
De repente Juliett dirigió su mirada hacia otro lugar y acto seguido nos separó de improviso.
—¡Julieta! ¡Espérame ahí! —Juliett gritó en dirección a la ventana de donde miraba su hermana con una expresión de decepción.
Juliett tomó su vestido con ambas manos para evitar tropezar mientras corría y a pesar de que su expresión reflejaba preocupación en lo único que yo podía pensar es en que acababa de besarla ¡Que me había atrevido! y nadie me iba a quitar ese momento. Sinceramente yo no entendía porque Julieta estaría tan preocupada ¡Yo jamás me insinué hacia ella con un sentido romántico! No entendía porque Juliett quisiera apresuradamente darle una explicación.
Mientras seguía embobado agarré una copa de vino y me dispuse a caminar hacia donde se encontraban ambas gemelas y ayudar a Juliett con la situación.
—Juliett, lo que para ti es la champan es para mí el vino, solamente que el mío no es dorado, si no, borgoño —pensaba en voz alta mientras levantaba la copa y seguía caminando con seguridad.
Como expresé anteriormente, no entendía para nada porque Juliett tenía que darle tantas explicaciones hasta que llegué a la puerta y escuché algo que no me esperaba. Sé que no está bien espiar a los demás, pero no pude evitar quedarme quieto para escuchar.
—Julieta ¡Déjame explicarte! —decía Juliett con voz llorosa.
—¡Eres una pésima hermana! —respondia Julieta.
—¡Yo no quise que fuera así! ¡Solo sucedió! —decía Juliett mientras intentaba tomar la mano de Julieta, pero esta se apartaba bruscamente.
—¡Yo te dije que me interesaba y tú me animaste! —soltó Julieta—. ¡Decías que probablemente yo también le gustaba!
— ¡Y así lo creía! No tendría ninguna oportunidad de compararme contigo si eres perfecta ¡Nunca creí que se fijaría en alguien como yo! —confesó.
— ¿Y por qué creíste eso? —preguntó Julieta con una mirada fría.
—Porque siempre ha sido así con los chicos que me han gustado ¡Siempre terminaban fijándose en ti! —gritó con lágrimas en los ojos.
—¡No seas dramática, no siempre fue así! y las veces que sucedió rechacé a cada uno de la manera más educada posible. Algo que tú no puedes hacer por mi ahora.
—¿Que? —Juliett se limpió las lágrimas mientras intentaba comprender.
—Termina con Jacob por mi —dijo Julieta mientras intentaba salir de la habitación.
—Yo no te debo nada ¡No me hagas esto! —dijo Juliett mientras agarraba la mano de Julieta para detenerla.
Había visto suficiente y antes de que me sorprendieran espiando salí rápidamente de ese lugar. No podía procesar todo lo que había escuchado ¿Desde cuándo que Julieta empezó a interesarse en mí? ¿Juliett no era esa persona despreocupada y segura que siempre creí que era? Necesitaba salir de ese lugar rápidamente.
Decidí enviarle un mensaje a Juliett para que no hubiera sospechas y decidí irme "Creo que bebí de más así que prefiero irme a mi casa. Espero que puedas hablar con Julieta. Llámame mañana ¿Bueno? " - Jacob
Pero no sería tan fácil el plan de llegar a mi casa en paz porque en cuanto lo hice mi padre me estaba esperando en su sillón preferido color mostaza con un diseño desgastado y opaco, era de esos sillones el cual con una palanca se puede desplegar una plataforma para que puedan descansar tus pies estirados. Este preciado sillón se encontraba en la sala principal de la casa y cuando entrabas a la mansión era el primer lugar al cual tu mirada se dirigía.
—¿Qué haces despierto? —pregunté extrañado.
—Pensando —contestaba mientras se sacaba sus lentes para la lectura y se estrujaba la sien.
—Es tarde —dije con un tono adormilado.
—¿Estuviste con ella no es cierto? —dijo mientras se levantaba del sillón.
—¡Que importa! No entiendo porque te involucras en esto —dije harto de la situación.
—¡Escúchame insolente! ¡Esa familia no es buena para ti! —gritó desesperado.
—Si no me das razones contundentes no puedo hacerte caso —me senté en una silla cercana porque de verdad estaba cansado.
—No necesitas razones ¡Soy tu padre! ¿Eso no es suficiente razón para confiar?
Me levante abruptamente de la silla —¡Nunca fuiste un padre cercano así que no me vengas con sentimentalismos ahora! —grité con impotencia.
Comencé a caminar con la intención de llegar a mi cuarto y detener esta conversación, pero mi padre no se quedaría con los brazos cruzados así que me siguió deteniéndome a mitad de las escaleras.
—¡Aléjate de los Varcarnyo! —gritó deteniéndome.
De repente esa frase desbloqueó un recuerdo no tan lejano. Me acorde de la nota que recibí con esa misma frase.
—¿Así que fuiste tú? ¿El de la nota de advertencia?
—¿Que nota? —preguntó confundido — . ¿Alguien te mando una nota de advertencia? ¿Y ni con eso puedes entender?
Genuinamente parecía que él no había sido responsable de ese hecho, pero a estas alturas no sabía que cosas eran ciertas y que no.
— ¡Entiende que esa mujer no te conviene! —gritó el Sr. Wintt para retomar el tema.
Con eso ya era suficiente. No podía escuchar un segundo más como descalificaba a Juliett porque ella no era todo lo que él decía ¡Podía asegurarlo!
—Si hablamos de mujeres, tú no eres precisamente el ejemplo —solté.
Sé que dije que quería juntar las pruebas necesarias para encarar a mi padre sobre la carta misteriosa pero ya no podía más. Me daba igual si me lo negaba todo o si me contaba su versión manipulada, yo solo quería que supiera que lo descubrí.
—¿Que sabes tú? —atacó.
—Lo suficiente —me acerqué a él —.Como por ejemplo que tuviste una amante.
—¿Que? —se sorprendió.
—No lo niegues, encontré una carta de tu amante en la oficina ¿Cuánto tiempo pensabas ocultarle algo así a mi madre? —mi impotencia comenzaba a subir de nuevo porque no podía aguantar imaginarme lo engañada que ha vivido mi madre. No se lo merecía.
—Encontraste esa carta y aun así no entiendes que no debes acercarte a los Varcarnyo ¡Me trajeron desgracia a mí y ahora la historia se repite! —soltó con impaciencia.
—¿Que? —dije impresionado —. ¿Que me quieres decir con eso?
—Me refiero a la carta y mi amante.
—¡Así que admites que si tuviste una amante!
—Y fue la peor decisión de mi vida meterme con una Varcarnyo.
No podía creer lo que mis oídos escuchaban ¿Su amante era una Varcarnyo? Esto confirmaba mi sospecha y encajaba con que el diseño de la carta era exclusiva de esa familia. De repente comencé a sentir que mis piernas se sentían débiles así que me senté en uno de los peldaños de la escalera.
—Julia Varcarnyo —siguió hablando —. Dueña y señora.
Pero yo ya no quería seguir escuchando más. No podía creer lo que me estaba confesando.
—Madre de Julieta y Juliett.
—¡Basta! —grité con desesperación porque con cada palabra que seguía soltando me sentía peor anímicamente.
Antes de huir del lugar y dejar de verle la cara a mi padre necesitaba decirle dos cosas.
—La carta —decía mientras me levantaba del peldaño —. Estaba desgastada por los años así que no sabía quién era la dueña de tal escritura —solté.
—De todos modos, lo hubieras descubierto por tu cuenta tarde o temprano.
Y eso era verdad, me conocía muy bien. Era mi padre después de todo.
—Una última cosa —dije mientras le daba la espalda —.En la carta dijo que debía decirte algo muy importante, pero está tan desgastada la tinta y el papel que no pude leer los detalles ¿Al final te reuniste con ella para que te dijera eso tan relevante?
—Fui al lugar que acordamos, pero ella nunca llegó. Después con el tiempo me enteré de que Richard había descubierto nuestra aventura y nunca más la volví a ver y ella no se comunicó más conmigo. Con el paso de unos pocos años me enteré por el periódico que había muerto de una enfermedad.
—¿Quién es Richard? —pregunté.
—Ese es el nombre del padre de Julieta y Juliett. Richard Varcarnyo.
—No lo sabía —confesé —.Pero ¿nunca intentaste buscarla de nuevo?
—Si, pero luego descubrí que no estaba muy bien mentalmente. Nunca supe exactamente lo que tenía —.¡Me la arrebató!
Ahora si todo encajaba. Julia le escribía a mi padre con las esquelas que usaba en ese tiempo el Sñr. Varcarnyo, al ser la esposa tiene sentido que tuviera acceso a la papelería de la casa. Al enterarse del amorío de su esposa no me sorprendería que descubrió algunas cartas quizás y tendría sentido que haya cambiado el diseño años después para no recordar esa infidelidad y la humillación que debió haber sentido.
El tema me estaba agobiando más de lo que esperaba. Me arrepentía de haber hecho tantas preguntas porque mi cerebro se sentía agotado de tanta información recibida y que haya estado de fiesta horas antes no ayudaba. Además, sabía perfectamente que mi padre no se arrepentía para nada de haber engañado a mi madre, lo notaba por su expresión y como le cambiaba la mirada cada vez que recordaba a Julia. No necesitaba escuchar de su boca que no sentía ni una pizca de arrepentimiento.
Sin más que decir, me dirigí al cuarto para poder dormir un poco.
—Grábatelo en la cabeza ¡Aléjate de esa familia! —gritó mientras se alejaba de mí.
La que se supone debió ser una noche maravillosa, se arruinó completamente.
¿Sabes Juliett? No sé cómo habrá sido Julia con mi padre como para que sintiera que valía la pena traicionar su matrimonio. Pero te juro que ¡Yo no soy como él!
Luego de la abrumadora discusión con mi padre habían pasado tres días de los cuales no me había levantado de la cama, no tenía apetito y mi mente daba vueltas. No podía creer que mi padre haya tenido una relación extramarital y con una Varcarnyo. ¿Como le pudo hacer eso a mi madre?Mi madre solo le ha sabido dar los mejores años de su vida y siempre ha estado ahí para él. Es una mujer elegante y educada, experta en los negocios y la socialité y no lo digo porque sea su hijo, sino porque de verdad he visto lo influyente que ha podido llegar a ser. Por todo eso y más, sentía la responsabilidad de tener que contarle sobre esta infidelidad, si mi padre aun no lo hacía, yo debía hacerlo ahora que soy consciente de que sucedió y tengo pruebas.Aun así, el misterio no se había resuelto del todo. Mi padre no tiene idea que es lo que la Sra. Varcarnyo quería decirle con tanta desesperación y si bien quizás sea algo que no afecta para nada en mi vida, ya estaba lo suficientemente involucrado c
Durante días tenía la incertidumbre sobre el tema de Juliett y Julieta, quería saber con muchas ganas si Juliett se atrevería a hablar a solas con su hermana o me pediría acompañarla en este proceso. Sea como fuera, estaba dispuesto a hacer lo necesario para que nadie interfiera en mi relación con Juliett. De repente, me sorprendí, porque mi teléfono comenzó a sonar y estupefacto visualicé que era una llamada de Julieta. No sabía exactamente que quería, pero no podía desaprovechar esta oportunidad. Me sentí extremadamente impulsado a tratar el tema de mi relación con Juliett y dejarle en claro algunas cosas a Julieta. Era lo correcto, bajo mi percepción.Conversé con ella unos pocos minutos y quedamos en vernos en el bar de un hotel que nos quedaba cerca. En el bar conocían a Julieta y me convenció de elegir ese lugar con un tentador descuento de cliente frecuente por parte de ella. Ninguno de los dos mencionó porque queríamos hablar con el otro. Estuve durante la tarde trabajando
Desperté con una sensación incómoda y nauseabunda. Sentía una punzada muy fuerte en la parte superior de mi cabeza y apenas realizaba movimientos con mi cabeza porque sentía ganas de vomitar. No sabía en donde me encontraba, y los rayos del sol que entraban por la ventana impactaban directamente a mis ojos. Me senté en la cama y al apoyarme con uno de mis brazos sentí un peso a mi lado. Para mi sorpresa, era una mujer y estaba completamente desnuda, al igual que yo. Traté de acercarme para visualizar su rostro y fue impactante darme cuenta de que se trataba de Julieta. —¡Julieta! ¡Despierta! —toqué su hombro frenéticamente intentando que despertara. —Mmmm Lo último que recordaba era que después de tomar vino en el bar del hotel comencé a perder el conocimiento, lentamente. ¿Julieta hubiera sido capaz de manipular mi copa? ¿Sería capaz? me rehusaba a creerlo. —¿Jacob? ¿Estas bien? —preguntó Julieta sentándose en la cama mientras se cubría con la sabana. —¿Como voy a estar bien?
Nos quedamos en silencio unos minutos. Por mi parte aun sentía enojo por lo que Julieta fue capaz de hacer, pero también ahora sentía una mezcla de sorprendido y pasmado. ¿Qué había pasado? ¿Como llegamos a esto? simplemente quería averiguar quién era la amante de mi padre, no saber que secretamente compartía un hermano con la mujer que amaba.Sin duda, el que busca, encuentra. —¡P-padre!Lo que dijo Julieta me sacó de mis pensamientos abruptamente y pude ver en el umbral de una de las puertas al Sñr. Varcarnyo con una mirada desafiante y furiosa. Lo que él veía era a sus dos adoradas hijas sufriendo con sus ojos llenos de lágrimas, y el causante de esas lágrimas, yo. Pero nada más, alejado de la realidad. —¿Que les has hecho a mis hijas? —preguntó con una mirada fría hacia mi.—Mejor pregúntele a Julieta lo que ella me hizo a mi —dije sin dejarme intimidar. —Lo que hagan mis hijas siempre lo defenderé y más si esas acciones son contra ti ¿Por qué estás en mi casa? —dijo serio. —E
—¡Jacob! —gritó Juliett. Ella me gritó porque salí corriendo del jardín y fui directamente al baño a vomitar. Era mi cuerpo, expresando como me sentía en mi mente. Agobiado, asqueado, pero sorprendido por sobre todas las cosas, porque, yo sentía que podía esperar cualquier cosa de hombres poderosos y ricos como lo son el Sñr. Varcarnyo y mi padre, pero me equivoqué, mi cerebro no era capaz de soportar actos tan atroces como estos ¿Como debió haberse sentido Julia al perder el bebé? Ni siquiera la conocí y siento que me afecta demasiado, tanto, que no puedo dimensionar como se sienten sus hijas. —Jacob...tranquilo, entiendo cómo te sientes —decía Juliett mientras me daba palmadas en la espalda mientras yo seguía sacando todo de mi interior. Luego de terminar, me senté a un lado de la taza del baño y Juliett se sentó a mi lado. —Me estas consolando, pero yo soy quien debería hacerlo —respondí. —¿Por qué deberías? —No te hagas la dura conmigo Juliett, todo esto es sobre tu madre.
Querida Juliett,Es difícil para mí encontrar las palabras adecuadas para expresar todo lo que siento en este momento. Ha sido abrumador enfrentar todo lo que ha sucedido, especialmente en el hotel junto a tu hermana. Me siento usado, vulnerable y confundido. Nunca en mi vida había experimentado algo así, y necesito tiempo para procesar y sanar. Quiero que sepas que estoy buscando ayuda profesional, estoy yendo a terapia para poder enfrentar lo que viví y superarlo. Aunque el camino parece oscuro, estoy decidido a encontrar la luz al final del túnel.A pesar de todo, quiero que sepas que mi amor por ti no ha disminuido en lo absoluto. De hecho, se ha fortalecido al enfrentar esta situación. Me sorprende la profundidad de mis sentimientos hacia ti, incluso después de descubrir que compartimos un hermano. Es un giro inesperado en nuestras vidas, pero estoy seguro de que juntos encontraremos la manera de superarlo.Necesito tu opinión y tu apoyo en este momento tan complicado. ¿Cómo cree
Querido Jacob,No pensaba mandarte nada, pero siento que debo hacerlo. Me gustas y desde el comienzo fue asi. Sin embargo, me resulta injusto que te hayas fijado en mi gemela, cuando fui yo quien se enamoró primero de ti. Estoy segura de que lo que ella siente es solo un capricho, una especie de deseo por lo que no puede tener, una constante competencia por todo lo que tengo. Desde pequeñas ha sido así, siempre queriendo lo que la otra tiene.Me duele profundamente sentir que esta situación es una traición, a pesar de que nunca formalizamos nuestra relación, ni nada, me duele. Es por eso que no puedo abandonar a mi familia, a pesar de lo complicado que resulta compartir un hermano y el acto que se cometió, entiendo la postura de nuestro padre, aunque eso no disminuye el dolor que siento. Espero lo puedas entender.Quiero confesarte algo que me ha invadido de confusión. He llegado a considerar vestirme de blanco como mi gemela, pensando que tal vez eso te haría elegirme. Pero luego me
Durante los siguientes días y sin responder ninguno de los mensajes o cartas, me centré en mí mismo y seguí asistiendo a terapia. El acontecimiento en el hotel junto a Julieta me ha afectado más de lo creía e intenté muchas veces minimizar lo que pasó, pero la terapeuta me decía constantemente que está bien reconocer que fui una víctima. Lamentablemente, a veces tenía episodios, donde la sensación de sentirme vulnerado y desprotegido seguía ahí como si el evento hubiera pasado hace cinco minutos. Por lo tanto, aun necesitaba ayuda, pero estaba progresando. Encontrarme con Julieta la última vez fue desconcertante, porque ella actuaba bien, seguía con su vida y proyectaba seguridad y estabilidad ¿Por qué yo tengo que sentirme mal, si la que dañó fue ella? ¿Por qué soy yo quien tiene que asistir a terapia y no ella, quien fue la que me hizo daño? No es justo. Por otro lado, abordábamos en terapia el impacto que fue para mi enterarme que comparto un hermano con Julieta y Juliett. El i