Capítulo 11

Estaba embobado con lo que había pasado en la cocina y luego de ese día hablábamos todos los días con Juliett, ya sea por llamada, correo o chat. Cada día que pasaba, mi atracción hacia ella crecía más y más por lo tanto quería concretar una cita lo más pronto posible, ser mucho más sincero de lo que fui el día de la cocina y sacar a flote todo lo que siento por ella. Sin embargo, a pesar de que el tema de la carta se me había disipado de la mente un rato, este volvió inmediatamente como un balde de agua fría al ver que por la puerta de la casa entró mi padre con algunas maletas y su clásico sombrero de viaje. No sabía para qué vendría a Clicktons y porque ahora en este momento ¿A caso sabría de alguna manera que encontré su carta?

—¡¿Padre?!

—Buenos días, Jacob ¿Cómo llevas la casa en mi ausencia?

—¿Tú ausencia? Hace más de 10 años que no venías aquí.

—Pero sigue siendo mi casa.

A mi padre no le podías hacer bromas porque todo se lo tomaba en serio y eso muchas veces me disgustaba desde que era un niño. Supongo que por eso también tengo la personalidad que tengo, por otro lado, había algo que siempre temí de él y es que sabía leerme por completo sin necesidad de decirle ninguna palabra.

—He venido aquí por ti, hijo —me mira fijamente.

—¿Por qué?

—Pero, primero, quiero una taza de té.

Sin responderme la pregunta, pasa por delante de mí y se dirige a la habitación donde se encuentra su oficina. El mismo lugar donde encontré la carta. Acto seguido llama a una sirvienta y le dice que le prepare un té de menta.

—¿Que esperas? ¿No vas a entrar a la oficina? —dijo gritando hacia afuera para que pudiera escuchar.

—¡Voy! —grité exaltado.

Al entrar a la oficina, mi padre estaba sentando mirando hacia el enorme ventanal que decoraba el lugar. Ya había estado aquí antes, pero la atmósfera se sentía totalmente diferente, porque el dueño de esa silla había vuelto y yo, ya no me sentía bienvenido bajo ninguna circunstancia.

—Siéntate hijo —dijo sin mirarme.

Al sentarme no podía ver directamente el cuadro, pero sabía que ahí estaba, sabía lo que tenía detrás y me gritaba. Me gritaba desesperadamente que escupiera lo que sabía y que acabara con esta farsa familiar de una vez por todas.

—Al principio, cuando dijiste que querías irte a otra ciudad, nunca pensé que elegirías Clicktons —comenzó a hablar.

—Quería algo tranquilo —contesté.

—A mí, esa idea no me gustaba para nada ¿Sabes por qué?

—Sinceramente, no lo sé.

—Las gemelas —me miró a los ojos.

—¿Qué pasa con ellas?

—¿Crees que no sé qué las gemelas Varcarnyo llaman la atención? ¿Que no son interesantes?

—¿Qué? —dije confundido.

—Sabía perfectamente que te gustarían ¿Pero que dijo tu madre? "Dale la oportunidad, él de verdad quiere irse para trabajar no para distraerse". Decidí hacerle caso.

—Padre...

—Y me arrepiento.

—No entiendo por qué...

—Porque sé que una de ellas estuvo aquí en la casa hace unos días y estuvieron muy cariñosos.

—¿Cómo sabes?

—Nada pasa en este pueblo sin que yo me entere y tú deberías saberlo mejor que nadie.

Estaba en shock, porque a pesar de que lo conocía, nunca pude entender la frialdad con la que te decía que sabía todo sobre tu vida y de manera tan acelerada.

—No puedo entender cuál es el problema de que me guste Juliett -confesé.

—Esa familia no trae nada bueno y estoy seguro de que no eres bienvenido ahí y nunca lo serás.

—¡No importa su familia! Solo lo que ella piense.

—¡Los Varcarnyo priorizan a su familia por sobre todas las cosas! Créeme sé de lo que hablo.

Eso que dijo era el pase perfecto para sacar el tema de la carta, pero no podía hacerlo ahora, porque no tenía pruebas y mientras no tenga pruebas lo negará todo, me tratará de loco y me cerrará todas las pistas y caminos que pueda investigar. Era mejor fingir.

—No sé a qué te refieres, pero, las gemelas no son malas personas.

—Yo no metería las manos al fuego por nadie ¡Menos por esa familia!

—¡No estoy haciendo nada malo!

—¡YA DIJE QUE NO! —gritó mientras golpeó la mesa con un puño.

Al hacer eso la habitación había quedado en completo silencio en donde lo único que se escuchaba eran los "clicks" de los relojes en la casa. El ambiente era tan tenso e incómodo que mi cerebro se encontraba totalmente en blanco.

—Sal de aquí, necesito estar solo un momento —me dijo.

No dije nada más y me limité a hacerle caso, porque no valía la pena seguir la conversación. El hecho de que no le agrade la familia y se rehúse a verme junto a Juliett refuerza aún más que hay algo raro en todo esto y definitivamente la carta tenía algo que ver. Esa carta era mi llave principal y debía volver a retomar la investigación.

Subí a mi habitación y abrí el correo electrónico.

De: j.wintt@ email.com

Para: julieta.varcarnyo@ email.com

Buenos días, Julieta,

Esperando que estés bien, me gustaría agendar una cita con interés laboral contigo. Quisiera que habláramos de nuestras familias y ciertos convenios.

Estaré

atento a tu respuesta,

Saludos.

Sé que sería más fácil hablarle a Juliett de lo que está pasando, pero mi padre ya la tenía en la mira y no quiero que se involucre más de lo necesario. Con Julieta puedo excusarme con temas de la empresa y ser más formal pensando con la mente fría y sacar la información que quiero sin involucrar lo que siento por Juliett.

Que mi padre estuviera en el pueblo dificultaba mucho más la investigación, pero definitivamente no iba a parar de buscar respuestas más cuando estaba afectando mi relación con Juliett. Por fin estaba encontrando plenitud y felicidad con alguien y no iba a dejar que mi padre la involucrara en temas antiguos de conflictos familiares.

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