La familia Varcarnyo era un total enigma para mi mente y la aparición de las gemelas fue tan rápida que me sorprende que de manera fugaz hayan revuelto toda mi vida.
Ambas eran polos opuestos y eso era precisamente lo que me volvía loco. En el buen sentido.
—Juliett y Julieta, Julieta y Juliett —repetía constantemente mientras intentaba trabajar en mi despacho.
Pero sinceramente, no quería trabajar, o mejor dicho no podía. Necesitaba inspiración.
Decidido a encontrar esa inspiración y no quedarme sentado a esperar que me llegara de repente, empecé a caminar por la mansión en la cual vivía. Si bien es cierto que venía constantemente aquí cuando era niño, la verdad es que nunca me tomé el tiempo para recorrer cada rincón.
Gracias a las sirvientas nada estaba cubierto de polvo o fuera de su lugar, pero obviamente había cosas intactas que sabía que nadie había usado en años, como por ejemplo ropas, libros, cintas, etc.
Era extraño pensar en eso, pero a la vez hacía que me sintiera melancólico.
En fin, para dejar los recuerdos y penas atrás hice algo que normalmente mi persona no haría. Colocar música a mucho volumen y disfrutarla mientras cantaba y bailaba por toda la casa.
Las sirvientas me veían extrañadas cuando pasaba por los pasillos de la mansión. Decidí sacarme los zapatos y deslizarme por el piso muy limpio y reluciente que había.
—Si mi padre estuviera aquí, le daría un ataque —pensé en voz alta.
Estuve un buen rato disfrutando la música, hasta que llegué a una habitación que parecía ser una antigua oficina, no tenía nada fuera de lo común y la verdad es que nada resaltaba demasiado la atención. Tenía una gran alfombra con tonos cafés y rojos, sobre ella había un escritorio de madera refinada y encima algunas carpetas y lapiceros. Detrás del escritorio se encontraba una gran ventana que iluminaba el lugar y por último las paredes eran adornadas con estanterías gigantes y muchos cuadros.
—Tiene el olor de mi padre, es inconfundible el perfume que él usaba, debió pasar muchas horas aquí encerrado —pensé mientras veía todo y caminaba al ritmo de la música.
No veía por donde pisaba porque la verdad solo me estaba dejando llevar por los sonidos de mi alrededor y me sentía bastante relajado.
De repente me tropecé con una parte de la alfombra que estaba un poco doblada y al no tener zapatos puestos fue más fácil el tropezar. Intenté afirmarme por instinto a cualquier cosa que mi mano alcanzara a tocar y en este caso resultó ser uno de los cuadros que estaban colgados en la pared.
El cuadro era pequeño y el menos llamativo de todos, además no estaba demasiado firme así que caí junto a el. Afortunadamente la caída no fue tan dura gracias a la alfombra.
Me levanté y al tomar el cuadro para regresarlo a su lugar, un pedazo de papel cayó al suelo.
—Pero ¿Qué? —dije mientras levantaba el pedazo.
Al tenerlo más de cerca me di cuenta de que no era un simple pedazo de papel. Era una carta.
Querido:
El motivo de mi carta es para citarte en nuestro lugar de siempre.Lo que se sucede es ######## y la verdad yo no ######### espero no te lo tomes a mal #########
#################################-######### necesito que lo sepas, pero las palabras simplemente no me salieron cuando nos vimos la última vez. Ahora encontré el valor necesario y por fín te podré confesar algo que llevaba callando hace unos meses atrás.
###########Por favor, hablemos. Te espero.
###########################
Te amo.##########
####La carta estaba muy muy deteriorada, le faltaban pedazos, la tinta estaba corrida y algunas palabras no se entendían para nada. La fecha tampoco era clara pero lo que puedo deducir es que claramente era una carta dirigida a mi padre y la noticia de esta muchacha no era muy buena si mi padre decidió ocultar esta carta detrás de un cuadro.
También puedo descartar que esta carta sea de mi madre porque sabía perfectamente como era la letra de ella. Lo que me lleva a una horrible deducción.
—Tenía una amante —dije en voz alta—. O ¿La seguirá teniendo? —dudé con la voz quebrada tratando de asumir que podía ser una posibilidad.
Por otro lado, solo tenía una carta con muy escasa información ¿La estaré sacando de contexto? Espero que sí.
Luego de que pasaran unas horas, no podía parar de pensar en esa carta, pero lo bueno es que por supuesto me trajo mucha inspiración para mi trabajo. Sentía una mezcla de rabia, pena y curiosidad, sentimientos que para alguien que se dedica a escribir ayudan demasiado.
—¿Debería decírselo a alguien? —digo, sería extraño explicar cómo fue que encontré la carta y como es que asumo que es de mi padre.
—Señor, una jovencita pregunta por usted ¿Que le digo?
No me había percatado que una sirvienta se había acercado hacia mí, me sacó de mis pensamientos y me devolvió a la realidad.
—¿Una jovencita?, no esperaba a nadie hoy - dije con curiosidad.
Apagué la música que aun sonaba de fondo y decidí bajar yo mismo y ver de quien se trataba. Para mi sorpresa era Juliett.
—Juliett, que sorpresa ¿Qué haces aquí? —pregunté un poco alegre por su visita.
—Perdón si vine sin avisar, pero me sentía un poco sola así que pensé que quizás sería bueno hablar un rato. Solo si quieres —me preguntó mientras miraba al suelo.
Parecía una niña pequeña que me pedía que saliéramos a jugar un rato. Esta visita tan repentina y la invitación a hablar con ella que no tenía prevista son acciones que solo hacen resaltar aún más la personalidad de Juliett. Y eso me gustaba mucho.
Juliett no planeaba las cosas, solo las hacía. Y reconozco que se necesita valor para vivir de esa manera.
—¿Sabes qué? Está bien, hablemos —dije mientras salía de la casa y cerraba la puerta.
—¿De verdad? —me dijo mientras le brillaban los ojos.
Salimos a caminar a un parque que estaba cerca. Me dijo que no pasaba nada malo, pero que de vez en cuando se sentía melancólica y sentía que yo era una persona que le gustaba escuchar.
Hablamos de muchos temas diferentes. Y en ningún momento se crearon silencios incómodos o sentimientos negativos. En realidad, teníamos muchas cosas en común.
Pasamos horas hablando hasta que se hizo muy tarde.
—Gracias por acceder a hablar conmigo, la verdad es que hiciste que me olvidara de todo lo demás —decía Juliett mientras me daba un abrazo.
—Igualmente, la verdad no imaginé pasar un rato de calidad contigo de esta manera —le dije contento.
Terminamos de abrazarnos y cada uno se fue por su lado. Juliett era una mujer muy alegre y espontánea, sin embargo, a veces, con sólo mirar sus ojos podía sentir una pena muy profunda.
Esperaba que, con el tiempo, ella tuviera la confianza necesaria para contarme la razón de esa mirada tan solitaria.
¿Sabes Juliett? Hasta el día de hoy recuerdo esa caminata en el parque y siempre me digo a mí mismo que debí haberte recalcado de mejor manera mi apoyo.
Juliett era un enigma, pero eso no me molestaba, sino que lo que me sucedía era que me llenaba la cabeza de preguntas y quería saber todas las respuestas.Sin embargo, mi mente ocupaba en mayor medida otro tema que me tenía desconcertado y era la carta que había encontrado en el despacho de mi padre. No estaba seguro si preguntarle a la guarda llaves sobre el tema, ya que, ella misma había mencionado que llevaba años sirviendo a mi familia. Quizás ella haya visto a la mujer de la carta en esta casa tiempo atrás.Por otro lado, la guarda llaves se notaba que era una mujer fiel a mi padre y tenía miedo de que le contara a él lo que estoy tratando de averiguar. Si decide no contarme nada y a parte avisarle a mi padre lo que estoy haciendo saldría doblemente perdiendo. Tenía que pensarlo mejor.El aire del día era fresco y calmante lo cual provocaba inspiración en mi interior o quizás el clima era totalmente irrelevante y lo que en realidad me había inspirado era la desconcertante posible
Con el paso de las semanas mi inspiración se incrementaba como nunca y no podía dejar de crear contenido acerca de lo que sentía y lo que Juliett me hacía sentir. Sería imprudente de mi parte referir este sentimiento como amor ya que lo consideraba precipitado, pero creo que la palabra correcta era un "flechazo" y eso no necesariamente tiene que ver con el amor apasionado o romántico.Era difícil de explicar o encontrar las palabras de este sentimiento, pero más que nada era porque nunca lo había experimentado antes y era difícil hablar de algo que no conoces, sin embargo, había una cosa que si tenía bien claro y era que Juliett me agradaba y quería seguir conociéndola.Intenté juntarme con ella varias veces después del último encuentro, pero siempre estaba ocupada, aunque, nunca me decía que cosas consumían su tiempo, supongo que, no tenía derecho a pedir explicaciones si solo nos estábamos conociendo.Me sumergí en mi trabajo y era inevitable no escribir sobre las cualidades que me
Julieta era parte de la empresa de su familia, aquel negocio era sobre flores y exportaban una gran cantidad de rosas durante todos los meses en donde su especialidad se centraba en las rosas amarillas.A consecuencia de dicho trabajo ha vivido y crecido en una brillante cuna de oro al igual que su hermana. No me malinterpreten, que esto no es con un fin de criticar o reflexionar sobre la sociedad y los privilegios, porque yo provengo de esa misma realidad y no me correspondería hacer ese juicio de valor. La diferencia de mi legado con el de ellas es que el mío no es las rosas amarillas si no que me dejan a mi merced el mundo de la medicina (la cual dejé), por lo cual, entiendo en qué tipo de mundo se desenvuelven. A lo que quiero llegar con todo esto es que esa cuna de oro la representaba muy bien a Julieta y sabía sacarle provecho. Por donde se le mire irradiaba elegancia de esa con la que se nace y un vocabulario admirable con el que se aprende. A pesar de que le dije que se visti
Luego de esa experiencia con Julieta los meses pasaron. Yo me dediqué a mi trabajo y de vez en cuando también hablaba con Juliett sobre las aventuras que ella tenía por toda la ciudad. No me sorprendía todo lo que compartía conmigo porque desde el primer día supe que tenía una gran personalidad inquieta.Constantemente me decía que debía hacer lo mismo que ella, que me olvidara de escribir, pero sinceramente no podía. Me tentaba cada vez que me decía que la siguiera, pero mi pasión era la literatura y no había renunciado a toda una vida de medicina para terminar de no potenciar y exprimir mi talento como escritor.Luego de la monotonía por un mes aproximadamente recibí una invitación de Juliett para ir a su casa y pasar el rato. Quería contarme sus anécdotas que había vivido durante esa semana y sinceramente nunca sabía cómo es que encontraba tanto panorama por hacer.Al llegar a su casa me dirigió inmediatamente a su habitación. Tal como sospeché su cuarto era totalmente blanco, aunq
Los días pasaron y en lo único que podía pensar era en ese diseño tan particular de la carta que había encontrado. Lo primero que hice fue buscar el diseño por internet, pero no encontré nada, lo cual me hizo creer que es un diseño personalizado, por lo tanto, me lleva también a creer que es imposible que ese diseño lo tenga más de una sola persona.Pensé durante toda la semana lo que podría hacer para averiguar más sobre esa carta y al mismo tiempo no levantar sospechas porque no quería que me ocultaran la verdad. Si mi padre tenía una amante necesitaba saberlo y mi madre también. Me quemé las neuronas tratando de pensar hasta que se me ocurrió un plan decente y mínimamente aceptable. Resulta que Julieta trabajaba para la empresa de su padre por lo cual es posible que ella tuviera casi todos los contactos de aquellos productores que utilizan, por lo tanto, sólo necesitaba decirle que mi material para cartas se había acabado y que quería probar nuevos emprendimientos. Solo así no lev
Estuve obsesionado durante semanas intentando encontrar la verdad. No iba a dejar ninguna piedra sin levantar, investigar o interrogar porque quería con todas mis ganas saber el origen de la carta y de donde provenía todo.Aun así, admito que esta obsesión escaló bastante, porque en mis tiempos libres no hacía otra cosa que no tuviera relación con la carta, encerrándome en mi escritorio durante horas, dejando de lado mis escrituras y demás intereses.Sin embargo, me rehusaba a dejar de buscar, ya estaba metido en esto después de todo y era algo que carcomía mi mente todo el día.Absorto en mis pensamientos mientras almorzaba en mi escritorio y no en el comedor para así ahorrar tiempo en mi investigación, tocaron a la puerta repentinamente.—Señor, tiene una visita —avisó.—¿De quién? —me asombré.—Dijo que su nombre era Juliett Varcarnyo —respondió.¿Qué? Estaba comenzando a acostumbrarme a la actitud de Juliett en donde hacia cosas sin pensar. Era alguien revoltosa e impulsiva y de h
Estaba embobado con lo que había pasado en la cocina y luego de ese día hablábamos todos los días con Juliett, ya sea por llamada, correo o chat. Cada día que pasaba, mi atracción hacia ella crecía más y más por lo tanto quería concretar una cita lo más pronto posible, ser mucho más sincero de lo que fui el día de la cocina y sacar a flote todo lo que siento por ella. Sin embargo, a pesar de que el tema de la carta se me había disipado de la mente un rato, este volvió inmediatamente como un balde de agua fría al ver que por la puerta de la casa entró mi padre con algunas maletas y su clásico sombrero de viaje. No sabía para qué vendría a Clicktons y porque ahora en este momento ¿A caso sabría de alguna manera que encontré su carta?—¡¿Padre?!—Buenos días, Jacob ¿Cómo llevas la casa en mi ausencia?—¿Tú ausencia? Hace más de 10 años que no venías aquí.—Pero sigue siendo mi casa.A mi padre no le podías hacer bromas porque todo se lo tomaba en serio y eso muchas veces me disgustaba de
Afortunadamente Julieta me respondió al otro día y mencionó que tenía tiempo en su hora de almuerzo. Me dijo que me acercara a la empresa de su familia y entrara directamente al comedor de trabajadores. Nunca esperé que me invitara a la empresa porque nunca había ido presencialmente y no sabía dónde quedaba tampoco, aunque eso no me preocupaba tanto, porque para eso estaba el mapa de internet. "Buscar Varcarnyo. Corps" No fue para nada difícil encontrar la ubicación, así que, me alisté, subí a mi auto y solamente me acompañaban mis pensamientos centrados en la carta que tenía mi padre pero que, curiosamente el diseño de esta era un diseño únicamente usado por los Varcarnyo. No quería sacar conclusiones precipitadas hasta tener evidencia. Una vez que llegué, hice exactamente lo que me indicó Julieta, así que, me dirigí al comedor de trabajadores y me senté en una mesa que tenía dos sillas. No demoró mucho en llegar.—¡Jacob! ¿Esperaste mucho? —dijo Julieta.—¡Para nada! Me alegro de