¿Ser su hija?

Itzel

Caminaba lentamente por el bosque aprovechando la claridad del día, pues pese a que deseara quedarme en éste lugar al no tener motivo por el cual volver, aquel mandilon y odioso leon dijo que lo mejor era volver al lugar que pertenezco.

¡CLARO! ME CORTARON LA SOGA Y TENGO QUE VER POR MI MISMA COMO SALIR, PORQUE EL SEÑORITO NI SE MOLESTA EN DAR UN BENDITO SALTO PARA SUBIRME.

Ash.. Lo peor de todo esto es que ni siquiera era su culpa. Termine aquí por ser confianzuda y creer que las pocas personas que me rodeaban eran en quienes podía depositar todo de mi. 

Aun recuerdo la mirada de Nick al verme caer, pese a que juraba amarme como a nadie, ni siquiera vi una pizca de dolor reflejarse en sus ojos. 

¡AL DDEMONIO CON TODOS! ¡AL DEMONIO COM KARLA, NICK Y EL IDIOTA DE CAMERON! no me merecian.

Aflijida y destrozada, me detengo justo al lado de unas rocas que encerraban una especie de aguas termales, lo ideal para un buen baño. 

Tenía que aprovechar la ocasión, pues al regresar ni siquiera sé si contaré con mis pertenencias las cuales estaban guardadas en casa de mi “mejor amiga”

Decidida recogi mi cabello en una coleta, el cual ate con este mismo y luego me desvesti, metiendo mi cuerpo en esas aguas y relajandome ante el calor que estaba recibiendo después de vagar por un día y medio. 

—¿Quien es tu padre? —esa fria voz llegó una vez más, consiguiendo que diera un fuerte salto y cubriera rápidamente mi desnudo cuerpo, pues pese a que las aguas lo tapaban temia que pudiera llegar algo de mi a sus ojos.

—¿Que haces aquí? —pregunté mientras mi ceño se fruncia y mis ojos lo fusilaban. 

—Pregunté primero.

—Dijiste que me fuera y que no volviera por aqui, ahora vienes y me haces preguntas ¿eres bipolar? 

—Mi pregunta va por la marca que tienes en tu nuca —contestó y me sorprendí.

—¿Cual marca? —pregunté girandome tontamente, como si al hacerlo pudiera llegar a verlo.

—Tienes una marca de luna en tu nuca, lo que quiere decir que perteneces a una manada de lobos —contó y mi sorpresa aumento. ¿Acaso estaba jugando conmigo? —solo los que pertenecen a una pieden tenerla y jamas mencionaste nada de tus padres ni el porque estabas rodeada de humanos.

—No se de lo que hablas —Dije alejandome de él y dirigiéndome a la otra orilla —. Aun sigo asimilando que un enorme leon negro pueda ser humano también y... Tú vienes y mencionas el echo de ¿ser una loba? ¿Que clase de tontería es esa? 

—No estoy diciendo tonterias, conozco muchas manadas que llevan la misma marca y en varias de ellas han perdido a sus miembros después de las guerras iniciados con los... —y no dijo más. Solo giró su mirada en otra dirección y negó como si lo que acabara de decir fuera información que no puede ser revelada. 

—No tengo padres —comenté bajando mi cabeza —una familia de la ciudad me encontro cuando era una pequeña niña y se encargaron de darme crianza, pero luego de ccumplir 15 años desaparecieron extrañamente y nunca jamás supe de ellos. 

—Entonces eres una de esas víctimas que fue arrebatada de sus familias y creo que posiblemente pueda llevarte para que te reconozcan.

—¿En verdad? 

—Eres una loba después de todo y necesitas el entrenamiento adecuado, aunque no sé si eres luchadora, de la realeza o solo una más del montón —añadió y parade sin poder creer en lo que decía. 

—¿Y si no soy lo que dices? 

—Si no lo eres, yo dejaré de ser el rey de estás tierras y me convertire en tu cachorro.

—Eres viejo para ser cachorro, aunque si lo dices de esa manera creo que tienes bastante seguridad de que sea lo que dices —añadi bajando mi cabeza y pensando un poco más en todo. 

Por alguna extraña razón algo dentro de mi quiere creerlo, mantener la esperanza de que no estoy sola en este mundo y puedo llegar a encontrar una verdadera familia.

—Es un viaje muy largo el que tendriamos que hacer, aunque si pudieras tomar tu forma de loba al cumplí los 20, sería mucho más fácil rastrear a los de tu manada y llegar en menos tiempo del que nos llevaría —argumentó y lo vi sin saber que decir —hagamos un pacto.

—¿Un pacto? —pregunté y él asintió —¿Que quieres? ¿Mi alma? 

—Ciertamente tengo una amistad con una manada de los alrededores, por ello no me molestaría hacerle un favor a los de su clan y ayudarte —contestó —. Puedo darte entrenamiento para que logres tomar tu forma de loba y seas una poderosa, pero paea hacerlo tienes que convertirte en uno de los mios también y... La única forma de hacerlo es que me dejes adoptarte como hija, no afectará en nada tus genes, pero llevaras mi marca también.

—Seré una especie de mestiza entonces, mitad loba mitad leona —comente con una risa de por medio, algo que al malhumorado no le hizo gracia —bien, acepto gustosamente que me entrenes, en caso de ser una humana ordinaria como los idiotas con los que vine, al menos puedo hacerme más fuerte y regresar a la ciudad por mi venganza.

—Si así lo quieres —contestó girandose —vistete y vayamos a mi hogar para empezar con el procedimiento de aceptación.

—¿Eso dolera? —pregunté mientras salia del agua.

—Dolera mas cuando tomes tu forma de loba por primera vez, así que no te asustes. 

—Entonces tendré que llamarte papá desde ahora en adelante —dije con una sonrisa. 

—Puedes llamarme como se te venga en ganas, solo date prisa antes de que anochesca y esas cosas nos encuentren sin refugio alguno. 

Solo asenti y procedí a vestirme para salir cuanto antes de aquí.

No me importa si es una cueva o simplemente son rocas apiladas su hogar, me basta con saber que no estaré sola y que pase lo que pase, esta enorme bestia me enseñara a defender y obtener la venganza que tanto anhelo.

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