¡Auch! Me duele el cuerpo como si hubiese boxeado con un gigante. Bueno también es que esta chica tiene una resistencia fantástica, Mila Brockovitch es la hija del senador con el mismo apellido, toda una chica de sociedad; solo que le importa una m****a su posición social, ya su padre ha intentado hacerme a un lado pero ella no obedece. Le doy un beso, ya duchado y vestido me encamino a la puerta.
—¡Ella no va a prestarte atención! - ¡eh! No entiendo.
—¿Quién?
—Pues Leila
—¿Leila?
—¡Si genio, la nombraste anoche! Mientras teníamos todo ese sexo deliciosamente erótico – abrí los ojos ¡no puede ser!
—No te creo, yo no hablo mientras tengo sexo tu misma lo has dicho – ¡no salgo de mi asombro!
—¡Pues anoche si hablaste! Y ahora ¿vienes o no? – negué.
—Tengo examen de literatura preciosa, debo ir a clases – mentí.
—Ok, pero no creo que sea buena idea acercarte a ella ¡Bye! – giré para irme de allí, en realidad nunca hablamos tanto.
Tomo mi vehículo para dirigirme a la universidad, sé que pensé en no ir a clases pero esa enana es… ¡interesante!
Me parqueo en la zona para vehículos pequeños ¡seeeh! Esta universidad es tan pija que hasta los estacionamientos son por separado (ruedo los ojos) al bajar escucho un jadeo de dolor y diviso a lo lejos un par de idiotas lastimando un chico de primer año.
—¡Hi gays! ¿Les colaboro? – giraron asintiendo hacia mí ¿en serio creen que voy a ayudarlos a golpearlo? era el mismo chico al que le di el aventón la semana pasada. No soy el tipo con la mejor conducta pero este pobre ser parece un espárrago de pequeño y delgaducho que es ¿por qué lo golpean?
Propiné un gancho de derecha al gorila de mi izquierda y cayó tendido en el pavimento, el otro golpeó mi hombro y se abalanzó sobre mí. Lo proyecté con una maniobra llamada bombera y también se desplomó en el piso como una m****a. El chico me mira aterrado ¿Cómo se llama? ¡Diablos! Se me escapó el nombre.
—¡G-gracias! – pronuncia después de haber temblado como un papel.
—¡De nada … - quedé pensativo y entendió.
—¡Charles! – ¡eso, Charles! ¿Qué clase de nombre es ese?
—¿Siempre te metes en líos? – Negó enérgicamente —¡Entonces ve a clases amiguito! – desordené su cabello rizado y lo ayudé a levantar del piso.
Al ingresar me esperaba el Rector.
—¡Sr. Serrano! Pase a mi oficina, si es tan amable – eso no fue una pregunta, fue una… ¡no me interesa!
—¡Si señor!
Pasé y me senté en la silla frente a su escritorio, observo el montón de trofeos en el mueble ubicado en la esquina de la habitación y las fotos de los chicos deportistas que han sobresalido a lo largo de la historia de ésta institución.
Yo encabezo las fotografías y en los últimos tres años he recopilado más de cien trofeos en deportes de contacto: lucha, boxeo y judo. También en las artes marciales: jiu-jitsu, muay thai y krav maga. Prácticamente soy un asesino en potencia, para cualquiera que se enfrente conmigo en un tatami o un cuadrilátero. La voz del profesor Anton Sutherland me sacó del estupor.
—…no es un estudiante modelo pero, sus notas son bastante aceptables y representa apasionadamente la universidad mostrando amor y respeto por las disciplinas deportivas aplicadas Dr. Serrano – puse los ojos en blanco, mi padre todos los años a mediados del mismo llama directamente al Rector para conocer mi comportamiento y rendimiento ¡imbécil!
¿Por qué coño no viene personalmente?
¡Sencillo, porque me odia!
¡Porque no soy el hijo deseado!
¡Porque tengo tatuajes y practico lucha!
¡Porque soy menos inteligente que mi gemelo y mi hermanita la genio!
Y mi padre puede irse mucho a la m****a con su protocolo burócrata, hipócrita y falso que solo atiende a las jerarquías formales de maldito cuello blanco con lo que el pueblo queda desplazado de los beneficios propios. Solo atienden y consideran individuos de importancia, a todo aquel que ostente una fortuna o cuente con empresas y negocios a su nombre. La bilis amenaza con ahogarme, quemando el esófago y la garganta buscando salir y vaciar el líquido de mi estómago, la verdad es que no he ingerido alimento desde ayer en el almuerzo cuando mi Nana lo sirvió y tuve que quedarme a comer.
—¡Profesor Anton! Necesito urgentemente ir al baño – éste asintió sin soltar el aparato telefónico y yo salí deprisa para no hacer un desastre.
"No solo el corazón se rompe en mil pedazos por amor". Jonás.
¡Uf, casi no llego a tiempo! A Dios gracias el profesor de matemáticas es más sociable que el de química, es una mierda de profesor y pedante hasta los tuétanos.—¿Dónde voy a estar? ¡Meando en el baño tonta! El maldito Marshall casi deja que me haga en la ropa ¿qué su madre no lo quería? ¡Hijo de puta! – me acomodé la ropa y salí a lavarme.—¿Con esa boca tan sucia besas a tu madre muñeca? – salté tan alto del susto que casi doy con el techo y caí sentada en piso con las piernas abiertas, obsequiándole una vista perfecta de mi entrepierna con una panty de encajes que odio pero por levantarme tarde hoy tuve que ponérmela.—¿Estás loco idiota? – el muy estúpido sonríe y pasa la lengua por sus labios.
—¡No! Tú estás loca ¡pudiste lastimarla y meterte… meternos a todos en un lío Mila! – la chica rodo los ojos. —¡Estas exagerando Jonás! – dijo con una tranquilidad que acabo con mi paciencia. —¿Exagero? ¡La desmayaste Mila! ¡Perdió el maldito conocimiento! – grité tan cerca de su cara que instintivamente cerró los ojos. —¡¿Y a ti que te importa?! A menos que ella te interese, solo fue una pelea de chicas – eso me devolvió a la realidad y ahora necesito defenderme. Si alguien me hubiese dicho que al verla desplomarse mi corazón se iba a desbocar con intención de partirme en dos el pecho me hubiese reído a carcajadas. —Tú – la señale con el dedo índice — No eres una chica cualquiera – sonrió de lado — ¡Eres peligrosa! - sonrió triunfante. —¡Lo sé! – Se acercó y coloco la mano en mi entrepierna — ¡Soy dueña de esto! – ¿entonces de eso se trata? Es un juego de poder.
Hace ya cinco días que no veo al tonto, idiota y engreído del Jonás. Su noviecita me mira con cara de ¡si te acercas te ahorco! Y no estoy dispuesta a cometer la ridiculez de enfrentarme a ella nuevamente ¡es peligrosa! Deambulo por el pasillo con las chicas y me quedo rezagada viendo unos mensajes de mi madre que se encuentra en un crucero mientras yo tengo que aguantarme el fastidio de mi hermanita la perfecta ¿será que yo tengo algo malo?—¡Oh si, mas por favor! – escucho gemidos, me encontraba tan absorta con el celular que no me di cuenta cuando me recosté a la puerta de los laboratorios en el ala este de la universidad.—¡Ssssshhht! Silencio por favor - ¡plass! Se escuchó un golpe seco y un alarido — ¡Dije que silencio! – otros dos golpes y un ¡si señor! Se escuchó y me asomé, la voz gruesa y pas
Subí la vista y mi boca se curvó en una sonrisa amistosa, lo que hizo que él también sonriera. Un chico más o menos de veinticinco años y ¡atractivísimo! sus ojos de color chocolate sonríen con junto a sus labios gruesos y carnosos que me hicieron la boca agua ¡Dios, es hermoso! ¿Quién será? Estira su mano para ayudarme a levantar y ladea la cabeza en actitud cariñosa.— ¡Gracias! - dije sin titubeos.— ¡Disculpa, no te vi! - volvió a sonreír y sus ojos se achinaron.— ¿Y cómo la verías George, no ves su tamaño? - no supe cómo actuar. Si insulto a la perra de Georgia frente a él se llevará una mala impresión de mi ¿verdad? Pues ¿saben qué? ¡Me importa un pito!— ¿Tama&
Ese desgraciado de Parker cree que me quedaré de brazos cruzados, ya la vio y sé que la quiere para él, lo noté en sus malditos ojos. Pero primero lo mato antes de que la toque. Ésta vez no sucederá igual que con Nannette, Leila es joven, frágil, se nota que bajo esa coraza de agresividad se encuentra un ser afable y con mucha dulzura. Sé que no debo acercarme a ella pero; en vista de éste peligro me siento con la responsabilidad de protegerla. Jamás me he creído un héroe pero considerando que ya tuve una mala experiencia con ese malnacido, no voy a esperar la próxima.Llego a mi apartamento directo a la ducha y me aseo a conciencia tengo hambre y recuerdo que no ingiero alimento desde la mañana, voy a tener que vigilar eso porque últimamente estoy haciendo una sola comida y mi estómago se resiente y eso, aunado al malestar que tengo por lo arbitrario
¿Recuerdan lo que les dije de las chicas?Ahí lo tienen, una enorme pancarta que pone “Jonás, nos hace feliz con su gran polla” y otra “eres un orgasmo con pies” y muchas otras que se refieren a sexo y promiscuidad ¿lindo eh? Esto es obra de la loca Mila ¿no sé por qué pensé que me había librado de ella? Ya entiendo la bronca del entrenador, las chicas – diecisiete en total – se encuentran en ropa interior de encajes y algunas no llevan sujetador, sino unas estrellitas adhesivas en los pezones. Una rubia pecho gigante se acerca a mí.—¡Hola Jonás! – levanto las cejas entorno a sus prominentes pechos y ¡uf! Mi cuerpo responde de inmediato —¿Podríamos? – se restregó un poco.—¡Por supuesto que sí cariño! –
—¿Leila? – Avanzo hacia ella —¿Qué coño haces aquí? – No responde, solo mira mi cuerpo y aunque no me siento incómodo, mi hombría despierta —¡Leila! – trueno los dedos frente a su rostro.—¿Ah, hola? – baja a mi torso y me recorre ¡Dios! Coloco mis dedos índice y corazón debajo de su barbilla y la subo —¡Yo… eh… eh… ya vine… si, vine… a! – prácticamente está babeando. Tengo una maldita leche de perros.—¿Desconcentrada muñeca? – Me burlo para que se enoje —¡Me agrada que te guste lo que ves cielo, pero me retrasas y me esperan arriba! ¿Qué necesitas? – sus parpados están caídos y su respiración es muy rápida, está e
Me separo de ella abruptamente, no debo acercarme más de lo debido porque es menor de edad aun o por lo menos hasta el viernes, según su amiga la que se enrolla con Robert. Sonrío para bajar el color de su rostro y arranco el coche de nuevo, estoy segurísimo de que Mila vio cuando le di el beso fingido a esta muñequita que no quiero ni mirar en este momento. Su boca sabe dulce, eso quiere decir que su sexo también debe saber así. Suspiro y me concentro en el par de Nenazas que se enrollan en la habitación que estoy usando en casa de Jonathan, para alejar cualquier pensamiento lujurioso con Leila, observo el retrovisor y el descapotable viene detrás; apenas diviso algunos mechones color rosa del cabello de Mila.Ya hemos llegado a casa de la muñeca y ella me da las gracias, pero como tengo público y yo soy un artista, me bajo del auto para abrir la puerta y atraer hacia mí a Leila