Es un imbécil cara de idiota, se cree lo mejor que le ha pasado al mundo ¿Qué tal? Si bien es un tipazo, también es un engreído y egocéntrico cabeza de chorlito ¡uyyyy, me molesta la gente así!
Camino a mi salón de clases solo porque no deseo recordar la cara de perro pitbull de la loca Georgia y sus mil cabezas. Ella también es ¡horrible! Y Richard puede irse ¡mucho a la m****a! Con su “nos vemos en clase cielo" es un…
—¡Buen día Srta. Monserrat! nos honra con su presencia – sonrío encantadora pero, con el profesor de Lógica es imposible congeniar.
—¡Buen día profesor! Tuve un percance y me vi obligada a resolverlo – le hablé pausado y sin pensar en Jonás “soy tu tipo".
—¡Por supuesto! Entiendo que despegarse de los brazos de su novio fue todo un problema - ¿qué? Ese ser es un narcisista, pedante, egocéntrico.
—¡Eh, no sé de qué habla! – dije con falsa inocencia.
El profesor me extendió su teléfono con un video y unas fotos mías donde se veía una pareja que al parecer estaba enamorada, éramos Jonás “tonto y yo”, rodé los ojos negando la acción y todos se rieron de mí porque según todo el mundo, él es un delincuente y mala conducta. Eso me molestó porque “si es idiota” y “si es Narciso “, pero ¿un delincuente? ¡No lo creo! Bueno, eso creo…
—¡Es un chico normal con tatuajes Alice! – la rubia tenía cara de terror cuando me observó. Negó pausadamente y tapó sus ojos casi violetas con el dorso de su mano en un gesto bastante teatral.
—¡Es un chico malo cariño! – Dijo con voz chillona — ¡Solo anda con chicas para tener sexo sórdido y sucio! – abrí los ojos como platos.
Mi dulce amiga Alice es una de esas chicas que nació para tener una familia: es paciente, recatada y espera tener un esposo, tres hijos, un perro y una hermosa casa en el bosque como la caperucita roja (seeeh es muy ridícula) pero es una buena amiga. Es hermosa y tiene un cuerpo y postura de reina de belleza, toda una Barbie. Su cabello color trigo queda perfecto con sus ojos azul casi violeta y su silueta es como dije la atracción de los chicos. A diferencia de mí, no quiero nada con chicos ni casarme, solo tengo diecisiete años ¡soy una cría!
—¿Qué sabes tú de sexo sórdido? A ver ¡cuéntame tu experiencia! – su rostro se coloreó de rojo por la vergüenza — ¡Si bueno, eso pensé! – Solté la carcajada y cuando la miré tenía los brazos cruzados y el ceño fruncido — ¡Ay por favor Alice, fue una broma cambia esa cara! – se levantó y tomó su mochila encaminándose al salón de clases donde ya se congregaban los estudiantes para la clase de Ética.
Ésta clase dura una eternidad y todos bostezamos sin ningún pudor ya que el aburrimiento nos mata lentamente. Hasta que al fin la clase termina y todos felices nos dirigimos a nuestros hogares hasta que mi puta mala suerte se topa con Richard y mi cuerpo comienza a temblar como la hoja de un árbol
—¿Podemos hablar Leila?
—¡No! Vete con tu novia o con la que acariciaba el rostro a la entrada de la Uni – me sentía furiosa porque él y su voz de seda me encantan.
—¡Por favor, solo deseo disculparme! Fui un tonto – y vaya que lo fue.
—Tienes cinco minutos y el tiempo corre, te aconsejo que lo que vayas a decir sea rápido porque no tengo tiempo – sus ojos se entristecieron y mi corazón con ellos pero, él no ha terminado con la hidra y ya no confío.
—¡Verás nena! No quiero ser un bastardo arrogante pero mi atractivo no ayuda y las chicas pues… - ¡ok entiendo! Esto es para que el encanto se esfume, no solo es arrogante sino egocéntrico e idiota.
—¡Richard! – Respiré profundo — Descuida, no pasa nada pero, no creo que sea una buena idea que Georgia nos vea junto ¿no crees? – me observó pensativo.
—¡Ah entiendo! Deseas que todo quede en un bajo perfil - ¿Qué? No solo es idiota sino que sus neuronas se extinguieron a causa del gel que usa en el cabello, estoy segura.
—Escúchame Rich, no quiero ser grosera pero se acabó el tiempo y necesito ir a casa para que no me regañen ¿hablamos después, te parece? – asintió distraído.
Observe hacia donde miraba y puse los ojos en blanco ya que quien se encontraba allí era Georgia alias Hidra con un chico muy acaramelada ¡ja! Me voy de aquí y lo que es más, lejos de él.
"Un simple encuentro y ya empiezan los problemas ¿sabré manejar lo que llegará despues?". Leila.
¡Auch! Me duele el cuerpo como si hubiese boxeado con un gigante. Bueno también es que esta chica tiene una resistencia fantástica, Mila Brockovitch es la hija del senador con el mismo apellido, toda una chica de sociedad; solo que le importa una mierda su posición social, ya su padre ha intentado hacerme a un lado pero ella no obedece. Le doy un beso, ya duchado y vestido me encamino a la puerta.—¡Ella no va a prestarte atención! - ¡eh! No entiendo.—¿Quién?—Pues Leila—¿Leila?—¡Si genio, la nombraste anoche! Mientras teníamos todo ese sexo deliciosamente erótico – abrí los ojos ¡no puede ser!—No te creo, yo no hablo mientras tengo sexo tu misma lo has dicho – ¡no salgo de mi asombro!
¡Uf, casi no llego a tiempo! A Dios gracias el profesor de matemáticas es más sociable que el de química, es una mierda de profesor y pedante hasta los tuétanos.—¿Dónde voy a estar? ¡Meando en el baño tonta! El maldito Marshall casi deja que me haga en la ropa ¿qué su madre no lo quería? ¡Hijo de puta! – me acomodé la ropa y salí a lavarme.—¿Con esa boca tan sucia besas a tu madre muñeca? – salté tan alto del susto que casi doy con el techo y caí sentada en piso con las piernas abiertas, obsequiándole una vista perfecta de mi entrepierna con una panty de encajes que odio pero por levantarme tarde hoy tuve que ponérmela.—¿Estás loco idiota? – el muy estúpido sonríe y pasa la lengua por sus labios.
—¡No! Tú estás loca ¡pudiste lastimarla y meterte… meternos a todos en un lío Mila! – la chica rodo los ojos. —¡Estas exagerando Jonás! – dijo con una tranquilidad que acabo con mi paciencia. —¿Exagero? ¡La desmayaste Mila! ¡Perdió el maldito conocimiento! – grité tan cerca de su cara que instintivamente cerró los ojos. —¡¿Y a ti que te importa?! A menos que ella te interese, solo fue una pelea de chicas – eso me devolvió a la realidad y ahora necesito defenderme. Si alguien me hubiese dicho que al verla desplomarse mi corazón se iba a desbocar con intención de partirme en dos el pecho me hubiese reído a carcajadas. —Tú – la señale con el dedo índice — No eres una chica cualquiera – sonrió de lado — ¡Eres peligrosa! - sonrió triunfante. —¡Lo sé! – Se acercó y coloco la mano en mi entrepierna — ¡Soy dueña de esto! – ¿entonces de eso se trata? Es un juego de poder.
Hace ya cinco días que no veo al tonto, idiota y engreído del Jonás. Su noviecita me mira con cara de ¡si te acercas te ahorco! Y no estoy dispuesta a cometer la ridiculez de enfrentarme a ella nuevamente ¡es peligrosa! Deambulo por el pasillo con las chicas y me quedo rezagada viendo unos mensajes de mi madre que se encuentra en un crucero mientras yo tengo que aguantarme el fastidio de mi hermanita la perfecta ¿será que yo tengo algo malo?—¡Oh si, mas por favor! – escucho gemidos, me encontraba tan absorta con el celular que no me di cuenta cuando me recosté a la puerta de los laboratorios en el ala este de la universidad.—¡Ssssshhht! Silencio por favor - ¡plass! Se escuchó un golpe seco y un alarido — ¡Dije que silencio! – otros dos golpes y un ¡si señor! Se escuchó y me asomé, la voz gruesa y pas
Subí la vista y mi boca se curvó en una sonrisa amistosa, lo que hizo que él también sonriera. Un chico más o menos de veinticinco años y ¡atractivísimo! sus ojos de color chocolate sonríen con junto a sus labios gruesos y carnosos que me hicieron la boca agua ¡Dios, es hermoso! ¿Quién será? Estira su mano para ayudarme a levantar y ladea la cabeza en actitud cariñosa.— ¡Gracias! - dije sin titubeos.— ¡Disculpa, no te vi! - volvió a sonreír y sus ojos se achinaron.— ¿Y cómo la verías George, no ves su tamaño? - no supe cómo actuar. Si insulto a la perra de Georgia frente a él se llevará una mala impresión de mi ¿verdad? Pues ¿saben qué? ¡Me importa un pito!— ¿Tama&
Ese desgraciado de Parker cree que me quedaré de brazos cruzados, ya la vio y sé que la quiere para él, lo noté en sus malditos ojos. Pero primero lo mato antes de que la toque. Ésta vez no sucederá igual que con Nannette, Leila es joven, frágil, se nota que bajo esa coraza de agresividad se encuentra un ser afable y con mucha dulzura. Sé que no debo acercarme a ella pero; en vista de éste peligro me siento con la responsabilidad de protegerla. Jamás me he creído un héroe pero considerando que ya tuve una mala experiencia con ese malnacido, no voy a esperar la próxima.Llego a mi apartamento directo a la ducha y me aseo a conciencia tengo hambre y recuerdo que no ingiero alimento desde la mañana, voy a tener que vigilar eso porque últimamente estoy haciendo una sola comida y mi estómago se resiente y eso, aunado al malestar que tengo por lo arbitrario
¿Recuerdan lo que les dije de las chicas?Ahí lo tienen, una enorme pancarta que pone “Jonás, nos hace feliz con su gran polla” y otra “eres un orgasmo con pies” y muchas otras que se refieren a sexo y promiscuidad ¿lindo eh? Esto es obra de la loca Mila ¿no sé por qué pensé que me había librado de ella? Ya entiendo la bronca del entrenador, las chicas – diecisiete en total – se encuentran en ropa interior de encajes y algunas no llevan sujetador, sino unas estrellitas adhesivas en los pezones. Una rubia pecho gigante se acerca a mí.—¡Hola Jonás! – levanto las cejas entorno a sus prominentes pechos y ¡uf! Mi cuerpo responde de inmediato —¿Podríamos? – se restregó un poco.—¡Por supuesto que sí cariño! –
—¿Leila? – Avanzo hacia ella —¿Qué coño haces aquí? – No responde, solo mira mi cuerpo y aunque no me siento incómodo, mi hombría despierta —¡Leila! – trueno los dedos frente a su rostro.—¿Ah, hola? – baja a mi torso y me recorre ¡Dios! Coloco mis dedos índice y corazón debajo de su barbilla y la subo —¡Yo… eh… eh… ya vine… si, vine… a! – prácticamente está babeando. Tengo una maldita leche de perros.—¿Desconcentrada muñeca? – Me burlo para que se enoje —¡Me agrada que te guste lo que ves cielo, pero me retrasas y me esperan arriba! ¿Qué necesitas? – sus parpados están caídos y su respiración es muy rápida, está e