—¡No! Tú estás loca ¡pudiste lastimarla y meterte… meternos a todos en un lío Mila! – la chica rodo los ojos.
—¡Estas exagerando Jonás! – dijo con una tranquilidad que acabo con mi paciencia.
—¿Exagero? ¡La desmayaste Mila! ¡Perdió el maldito conocimiento! – grité tan cerca de su cara que instintivamente cerró los ojos.
—¡¿Y a ti que te importa?! A menos que ella te interese, solo fue una pelea de chicas – eso me devolvió a la realidad y ahora necesito defenderme. Si alguien me hubiese dicho que al verla desplomarse mi corazón se iba a desbocar con intención de partirme en dos el pecho me hubiese reído a carcajadas.
—Tú – la señale con el dedo índice — No eres una chica cualquiera – sonrió de lado — ¡Eres peligrosa! - sonrió triunfante.
—¡Lo sé! – Se acercó y coloco la mano en mi entrepierna — ¡Soy dueña de esto! – ¿entonces de eso se trata? Es un juego de poder. Esta chica cree que soy de su propiedad pero creo que se equivoca.
Hasta ahora nadie ha podido tenerme completamente, jamás me he enamorado de nadie y no es ésta chica la que me va a atrapar.
—¡Mila! – Aparté su mano —Esto solo lo diré una vez – acerqué mi rostro al de ella — ¡Nunca te tomes atribuciones conmigo, que no te pertenecen! – la tomé por el cabello — ¡Tú y yo sólo nos divertimos, nada más! – la solté y por poco cae al piso, tiré de su brazo para evitarlo. Se quejó de dolor — ¡No necesito problemas en este momento! Compórtate y ¡aléjate de esa chica! ¿Entendiste? – la solté como si quemara, estoy enojado y prefiero irme antes de lastimarla.
—¡Entendí que te agrada! Ella no es para ti, eres tóxico cariño ¡date cuenta! – me detuve con intención de volver y me repetí varias veces: es una chica, es una chica.
Decidí que mi fuerza de voluntad era mayor a su provocación y continué mi camino hacia la enfermería, doblé la esquina y el chico cuyo nombre nunca recuerdo es empotrado en una pared por la rubia pechos grandes que estudia con la ojiverde; paso por su lado, le hago un guiño y levanto el pulgar. Al llegar el Rector interrogaba a Leila al respecto.
— Sr. Serrano ¿tendría la bondad de informarme acerca de lo sucedido? – la muñeca (porque es preciosa) me mira con ojos suplicantes ¡Ok, no sé a qué se refiere! creo que esto va a ser divertido.
—¡Ya le dije Serrano! Es algo de las Luchas que practicamos ¿cierto? – no salgo de mi asombro, asiento como un autómata y entrecierro los ojos.
—¡Si Sr. Antón así es! Estoy practicando con un grupo de chicas “defensa personal" – hago comillas con los dedos — Y Leila forma parte del grupo, la que por supuesto es la más nueva – éste negó con la cabeza — ¡No estoy de acuerdo con las exhibiciones en los pasillos! Si las reta estoy completamente de su lado – ella me mira con ojos desorbitados y la boca abierta.
—No en esta ocasión Sr. Serrano – objetó el Rector — Pero necesito un informe detallado semanal del curso o electiva y que no se pase por alto las reglas de la institución. Las clases clandestinas están prohibidas – observó detenidamente el rostro pálido y asombrado de la chica y el mío tranquilo y sombrío — Le sugiero que no haya próxima vez Srta. Monserrat. Tengan buen día – el profesor se retiró y yo quede embobado con las piernas de esta chica.
Es extraño que me llame tanto la atención, sobre todo sus ojos que parecen esmeraldas, espero que se resista un poco aunque no voy a acercarme mucho. Normalmente las mujeres (de cualquier edad, pongo los ojos en blanco mentalmente) caen rendidas a mis pies en… ¿media hora? No tengo intención de llevarme a la cama a esta enana, o por lo menos no aún porque debe ser menor de edad. Como dije antes… no deseo tener líos con nadie a estas alturas. Tengo veintdos iaños y aunque no sea el mejor tipo, no soy asesino ni abusador.
—¡Vuelve a clases muñeca! Hablaremos de esto tu y yo – nos señalé a ambos — ¡Creo que te daré las nalgadas que Antón no quiso darte – tapó su boca de labios gruesos y rojos con las dos manos y luego me hizo malos ojos.
—¡Eres muy desagradable! ¿Sabes? – la observe descaradamente de pies a cabeza deleitándome con lo bella que es y lo buenísima que está.
—¡Lo sé! Y aun así te gustaría tener algo conmigo – hice un gesto subiendo y bajando las cejas, saltó de la camilla, pisando mal y tropezando justo para caer en mis brazos. Puse los ojos en blanco cuando la atrapé — ¿Siempre eres así de torpe muñequita? - observé su expresión con los labios apretados para evitar la carcajada.
—¡Suelta idiota! – Dio un paso atrás y yo le lancé un beso — ¡Eres detestable! ¿Ni siquiera sé por qué te hablo? - pasó por delante de mi empujándome con mucha fuerza.
¡Me gusta esta chica!
Es torpe e inocente pero, tiene lo que más me agrada: “personalidad".
"Me condenaré, pero solo por ti". Jonás S.
Hace ya cinco días que no veo al tonto, idiota y engreído del Jonás. Su noviecita me mira con cara de ¡si te acercas te ahorco! Y no estoy dispuesta a cometer la ridiculez de enfrentarme a ella nuevamente ¡es peligrosa! Deambulo por el pasillo con las chicas y me quedo rezagada viendo unos mensajes de mi madre que se encuentra en un crucero mientras yo tengo que aguantarme el fastidio de mi hermanita la perfecta ¿será que yo tengo algo malo?—¡Oh si, mas por favor! – escucho gemidos, me encontraba tan absorta con el celular que no me di cuenta cuando me recosté a la puerta de los laboratorios en el ala este de la universidad.—¡Ssssshhht! Silencio por favor - ¡plass! Se escuchó un golpe seco y un alarido — ¡Dije que silencio! – otros dos golpes y un ¡si señor! Se escuchó y me asomé, la voz gruesa y pas
Subí la vista y mi boca se curvó en una sonrisa amistosa, lo que hizo que él también sonriera. Un chico más o menos de veinticinco años y ¡atractivísimo! sus ojos de color chocolate sonríen con junto a sus labios gruesos y carnosos que me hicieron la boca agua ¡Dios, es hermoso! ¿Quién será? Estira su mano para ayudarme a levantar y ladea la cabeza en actitud cariñosa.— ¡Gracias! - dije sin titubeos.— ¡Disculpa, no te vi! - volvió a sonreír y sus ojos se achinaron.— ¿Y cómo la verías George, no ves su tamaño? - no supe cómo actuar. Si insulto a la perra de Georgia frente a él se llevará una mala impresión de mi ¿verdad? Pues ¿saben qué? ¡Me importa un pito!— ¿Tama&
Ese desgraciado de Parker cree que me quedaré de brazos cruzados, ya la vio y sé que la quiere para él, lo noté en sus malditos ojos. Pero primero lo mato antes de que la toque. Ésta vez no sucederá igual que con Nannette, Leila es joven, frágil, se nota que bajo esa coraza de agresividad se encuentra un ser afable y con mucha dulzura. Sé que no debo acercarme a ella pero; en vista de éste peligro me siento con la responsabilidad de protegerla. Jamás me he creído un héroe pero considerando que ya tuve una mala experiencia con ese malnacido, no voy a esperar la próxima.Llego a mi apartamento directo a la ducha y me aseo a conciencia tengo hambre y recuerdo que no ingiero alimento desde la mañana, voy a tener que vigilar eso porque últimamente estoy haciendo una sola comida y mi estómago se resiente y eso, aunado al malestar que tengo por lo arbitrario
¿Recuerdan lo que les dije de las chicas?Ahí lo tienen, una enorme pancarta que pone “Jonás, nos hace feliz con su gran polla” y otra “eres un orgasmo con pies” y muchas otras que se refieren a sexo y promiscuidad ¿lindo eh? Esto es obra de la loca Mila ¿no sé por qué pensé que me había librado de ella? Ya entiendo la bronca del entrenador, las chicas – diecisiete en total – se encuentran en ropa interior de encajes y algunas no llevan sujetador, sino unas estrellitas adhesivas en los pezones. Una rubia pecho gigante se acerca a mí.—¡Hola Jonás! – levanto las cejas entorno a sus prominentes pechos y ¡uf! Mi cuerpo responde de inmediato —¿Podríamos? – se restregó un poco.—¡Por supuesto que sí cariño! –
—¿Leila? – Avanzo hacia ella —¿Qué coño haces aquí? – No responde, solo mira mi cuerpo y aunque no me siento incómodo, mi hombría despierta —¡Leila! – trueno los dedos frente a su rostro.—¿Ah, hola? – baja a mi torso y me recorre ¡Dios! Coloco mis dedos índice y corazón debajo de su barbilla y la subo —¡Yo… eh… eh… ya vine… si, vine… a! – prácticamente está babeando. Tengo una maldita leche de perros.—¿Desconcentrada muñeca? – Me burlo para que se enoje —¡Me agrada que te guste lo que ves cielo, pero me retrasas y me esperan arriba! ¿Qué necesitas? – sus parpados están caídos y su respiración es muy rápida, está e
Me separo de ella abruptamente, no debo acercarme más de lo debido porque es menor de edad aun o por lo menos hasta el viernes, según su amiga la que se enrolla con Robert. Sonrío para bajar el color de su rostro y arranco el coche de nuevo, estoy segurísimo de que Mila vio cuando le di el beso fingido a esta muñequita que no quiero ni mirar en este momento. Su boca sabe dulce, eso quiere decir que su sexo también debe saber así. Suspiro y me concentro en el par de Nenazas que se enrollan en la habitación que estoy usando en casa de Jonathan, para alejar cualquier pensamiento lujurioso con Leila, observo el retrovisor y el descapotable viene detrás; apenas diviso algunos mechones color rosa del cabello de Mila.Ya hemos llegado a casa de la muñeca y ella me da las gracias, pero como tengo público y yo soy un artista, me bajo del auto para abrir la puerta y atraer hacia mí a Leila
¡Ok, eso fue raro! Jonás Serrano siendo dulce y tierno, además de agradable… no me lo creo.Subo la escalera rápidamente y cuando ingreso a mi habitación cambio mi ropa y entro a la cama, mañana tengo un examen de literatura y debo concentrarme, claro que es difícil cuando la boca me hormiguea de este modo, luego de que cierto buenorro me haya mordisqueado el labio inferior y… ¡ay Dios, estoy asustada! No soy una chica tan romántica aunque Henry Cavill me haya cortejado de vez en cuando en algún sueño, pero esta noche Jonás estuvo muy atento y lindo conmigo ¡y eso sí que es romántico! Me permitió tocar sus tatuajes y los ojos le brillaban. Tiene los ojos más bellos que he visto y la boca… los labios, son una pequeña almohadilla, gruesos, deliciosos y suaves, muy suaves y hoy no fue tosco conmigo, no lo fue y… eso
Salgo de mi alcoba y mi madre se despide de Louis en la puerta. Mi hermana tiene un contrato como modelo de pasarela y se va de gira – ella si es la perfecta – es elegante y sofisticada como él. En cambio yo soy tan normal que a ellos no les cabe en la cabeza. Soy la fea y gorda, torpe y corriente. No me arrepiento de ser como soy y me da igual lo que piensen total ¡alguien tiene que pisar firme en esta casa de locos! ¿No?—¡Me voy hermanita, estudia mucho! – sonríe radiante mientras ni siquiera me mira a mí sino a James.—¡Sí lo que sea! – levanto la mano y digo adiós.—Creo que necesitas entrenamiento privado de modales en lugar de estudios – pincha como siempre, venenosa.—¡Búscate una vida y deja la mía en paz! – respondo acida y James