Por fin era viernes, esta noche se imprimían los ejemplares y tenía millones de nervios, me encontraba terminando de editar mi artículo modificando lo que Cristopher me remarcó de mí nota, tenía altas expectativas en cuanto a mí trabajo espero tener buena respuesta de los lectores y obtener una buena venta, término y envío todo a redacción cierro mi laptop y me dirijo a casa para cambiarme para esta noche, espero encontrar a Paul en casa y que se una a nuestro festejo aunque lo veo poco probable.
Al subir al bus mí teléfono empieza a vibrar e inmediatamente lo veo tenía varios mensajes de mí grupo de chat del trabajo.
Las chicas de Scott
Alana: chicas prepárense esta noche para perrear
Scott: mis chicas hoy las quiero bien perras
Malena: espero esta noche conseguir algo o me volveré monja
Scarlett: vamos que ni tú te la crees seguramente está noche ligas algún papacito
Yo: jajaja me hacen reír malditas perras
Scott: @Annie hasta que te dignas en aparecer mujer, dime qué ya estás lista para romperla.
Yo: estoy llegando a casa y más que lista para mover todo mi esqueleto en la pista.
Entro en mí departamento, voy a mí habitación y noto que Paul regreso, estaba su bolso de viaje sobre la cama pero no había rastro de él seguramente fue al bufete, me doy una ducha salgo me pongo mí lencería negra mis pantuflas y una bata, me acerco a mí tocador seco mí cabello y luego lo recojo en un moño, me maquillo los párpados de un negro intenso resaltando el marrón de mis ojos, los labios los llevo de color uva, suelto mí cabello y lo plancho dejando ondas en las puntas, me encanta como me veía con mí cabellera larga suelta, mí color natural es negro pero amo el colorado por lo tanto me lo pinto de ese color. Me decido poner un pantalón engomado negro con una blusa color morada y una campera de cuero negra, me calzo mis botas negras y tomo mí bolso, antes de salir me pongo mí perfume aroma jazmín, tomo mí celular y salgo a la sala allí me encuentro a mí esposo viendo TV.
—¡Annie estás hermosa! —apaga la televisión, se levanta y me rodea con sus brazos dejando un beso en mi cuello y luego toma mis labios, a pesar de nuestra falta de comunicación sus besos y caricias me encantan, era adicta a sus besos.
—¡Gracias! Por lo que veo me extrañaste —vuelve a besarme.
—¡Mucho! ¿Y a dónde va mi hermosa esposa? —Me suelto de su agarre y lo miro mal.
—Me estás jodiendo ¿Verdad? Te mandé un mensaje —él me mira como recordando y se lleva la mano a la cabeza.
—¡Lo olvidé! Con todo lo del caso que estoy trabajando, ¡Amor lo siento! No puedo ir en una hora viene Henry —mira la hora en su reloj de muñeca.
—¡Está bien! Me voy sola, volveré temprano —respiro profundo y cuando me estoy por ir me detiene.
—¡Lo siento! Prometo que lo compensare —Seguimos un rato más entre besos, abrazos, pero esto así no quedara me las voy a cobrar.
****
Llegué al bar y visualice a mis amigos, estaban todos me acerco lentamente y abrazo por atrás a Scott.
—Amiga creí que ya no venías —saludo a todos con un beso.
—¿Cómo no iba a venir? Hay que festejar mi nuevo puesto —me ubico junto a Scott y Alana al frente mío estaba Malena y Scarlett.
—Bueno ahora que no falta ninguno, ¿Qué vamos a tomar? —Habla Alana.
—Qué les parece si empezamos por unos tequilas —dice Malena.
—¡Tequila será! —Scott llama al mesero y pedimos tequila y nachos con picante para acompañar.
—¡Oh por dios! ¡No me jodan! —Se tapa la boca Malena muy exagerada.
—¿Qué pasa? —Pregunta Scarlett.
—Acaban de entrar al bar nuestro jefe junto a Zac, Edward, Mathew y un hombre más que no reconozco, ¿Cómo me veo? —Se levanta llamando la atención de algunas personas.
—¡Pareces gata en celo amiga! Eres muy obvia ¡Siéntate ya! —La toma Scarlett por el hombro obligándola a sentarse.
—Al parecer coincidimos en el bar —miro de reojo hacia Scott.
—¡Hay chicas! La verdad no hay coincidencias, publique en mi estado de F******k que vendríamos para aquí, a poco no les gusta la idea —llega nuestro pedido, el mozo deja todo y se retira.
—Scott como no me avisas me ponía más hermosa —dice con voz fingida Malena.
—Creo que de verdad no mientes cuando dices que te falta atención masculina —todos empezamos a reír.
—¡Váyanse todos a cagar! —Cada uno toma un shot de tequila y brindamos por esta noche.
—Bien amigas aquí vinimos a pasarla bomba —Scarlett se levanta y toma de la mano a Malena.
—¡Estoy de acuerdo! Además, si Mahoma no va a la montaña, pues yo voy hacia él o como sea —Malena mira hacia donde están nuestros compañeros y disimuladamente giró mi rostro y quedó desencajada por la persona que está allí con ellos.
—¿Scott porque no me dijiste? —Le susurro para que nadie más escuche.
—¡¡Calma sí!! Que no sabía que Tayler vendría y mucho menos que era amigo de ellos —tomó mí shot y lo trago rápidamente tratando de no pensar.
—Es mejor que me calme, además lo nuestro pasó hace mil años —veo como bailaban mis tres amigas juntas.
—¡Yo creo que s! Porque vienen hacia aquí —abro mis ojos e intenté pararme, pero escucho a mí jefe atrás mío y giró mi cuerpo fingiendo una sonrisa.
—¿Qué casualidad chicos? —Sonrió falsamente hacia ambos.
—¡Tayler Benson! Tanto tiempo —le saluda Scott.
—¿Cómo ustedes se conocen? —Los señala Cris a ambos.
—¡Los conozco! —Toma mi mano dejando un beso en ella —Annie pasan los años y sigues igual de bella.
—¡Gracias Tayler! —Dios este hombre es desagradable. Levanto mi mano para pedir otra ronda de tequila.
—¡Y dime! ¿Qué te trae por Buenos Aires? —Le pregunta Scott.
—Trabajaré con ustedes —me ahogo con mi tequila al escuchar lo que dijo.
—¿Annie estás bien? —Cris me palmea la espalda.
—Si gracias ¡Todo bien! —Me devuelvo a mí asiento y tomo mi teléfono tratando de ignorarlos.
—Bien ya que estamos aquí disfrutemos —habla Taylor y piden más bebidas y todos se acomodan en nuestra mesa uniendo otra.
Luego de varios minutos ya me estaba empezando a incomodar la mirada de Taylor, era desesperante tenerlo cerca, odiaba estar aquí y odiaba que Paul no me acompañara.
—¡Annie! Cambia esa cara amiga —se sienta Scott al lado mío.
—¡Quiero irme a casa! —Miraba mi teléfono como buscando escapar por allí ojalá pudiera.
—Oye nena ¡Nada de eso! Esta es nuestra noche ¡¡Tu noche!! —Me abraza dejando un beso en mi frente.
—¡Vaya suerte la mía! Encontrarme con él y encima trabajara con nosotros —levanto mi mirada y sonrió al ver a Paul entrando al bar junto a su amigo Henry.
—Amiga cálmate si tampoco es el fin del... —me levanté ignorando a Scott y voy directo a mí marido.
—¡Cariño siempre si viniste! —Le sonrió y me cuelgo de su cuello y nos besamos.
— No podría no estar contigo —mira hacia la mesa de mis amigos y se queda observando y habla.
—Ese de allí no es Tayler —luego me mira confundido.
—¡Así es! Es el mismo —toma mi mano y vamos hacia donde estaban todos. Nos sentamos juntos y Paul me abraza por detrás.
—¿Paul Carter? —Le habla Cristopher.
—¡Siii…! —Contesta.
—Soy Cristopher Collins jefe de tu... —me mira como intentando descifrar nuestra relación.
—¡Es mi esposo! —Contestó rápidamente llamando la atención de Tayler.
—Pero Annie porque nunca me dijiste que tú esposo era él —se acerca y se dan un apretón de manos.
—¡Nunca nadie me preguntó! Además, en mí hoja de vida está todo —nos miramos con Scott.
—Ya ves que chico es el mundo Collins —acota Tayler.
—¿Ustedes se conocen también? —Los señala Cris a mí marido y a Tayler.
—Fuimos compañeros en la universidad y nos graduamos juntos —responde mí marido.
—¡Compartimos muchas cosas! —Lo dice mirándome a mí y me incomoda, me levanto con la excusa de querer ir al baño.
—Cariño voy al baño —dejo un beso en sus labios y caminó hacia los sanitarios. Entro y no hago nada solo quería irme a casa porque tenía que pasarme esto se supone que está noche sería para festejar mí nuevo puesto no para esto, me lavo la cara y me retoco un poco mi maquillaje, una vez lista salgo, pero al abrir la puerta me encuentro a Tayler apoyado en el marco del baño para discapacitados, paso ignorándolo y me detiene agarrándome del brazo.
—¿Qué te pasa? ¡Suéltame! —Intento zafarme, pero me sostiene fuerte.
—Quiero que hablemos —me rio de sus palabras.
—No hay nada de qué hablar —forcejeo con él y me entra al baño cerrando la puerta con seguro.
—¿Que m****a te pasa? ¡Déjame salir! —Golpeó su pecho y solo sonríe el muy estúpido.
—Mira nada más que valiente eres ahora, después de que me usaste para poder estar con Paul ¡Mí mejor amigo! —Me escupe a la cara.
—Pero que resentido eres y déjame decirte que nunca te utilice, siempre supiste que no te quería —intentó nuevamente salir y me sostiene por los hombros.
—Llevo muchos años buscando la manera de que seas mía y que entiendas que soy mejor hombre que tú maridito —me río burlona.
—¡Jamás serás mejor que Paul! Lo elegí a él y así será siempre.
—Pues yo no diría lo mismo, pero déjame decirte que el tiempo me está dando la razón ¿O me equivoco? —Cómo podía él saber de mis problemas amorosos.
—No sé de qué hablas y déjame salir ya —se corre y me deja salir, vuelvo con mis amigos y solo Scott se da cuenta que algo pasó, le digo que hablaremos el lunes en la oficina, para mí suerte, Tayler se alejó y consiguió una conquista cosa que agradezco, pude relajarme y disfrutar mí noche gracias a mis amigos, mi marido por su parte se la pasó hablando con Henry y Cristopher de negocios.
El día lunes llegó y estaba muy satisfecha con la respuesta que obtuve de mi primera nota, pero lo que más me sorprendió fue que Cris puso mí nota como destacada, me halagaba mucho el valor que me daba. Llegó a la revista con mi café en mano, subo al ascensor y marco mí piso al llegar caminó hacia mí cubículo, pero alguien jala de mis cabellos tirándome al suelo y mi café cae encima de mí blusa, levantó la vista y me encuentro con Montserrat encima mío.
—¡Suéltame! ¿Qué te pasa? —ella está arriba mío tirándome del cabello yo intento sacármela de encima, pero es imposible y le devuelvo los jalones de cabello tirándoselos también. —¡Eres una zorra! Seguramente te abriste de piernas para Cristopher —Me araña el rostro y siento el ardor en mi cara. —¡Por dios! Deja de hablarme así —nuestros compañeros intentan sacarla de encima hasta que lo hacen, a mí me sostiene Scott y a ella Zac. —Es la verdad te acostaste con él para llegar hacer columnista y encima destacada —intenta soltarse de su agarre y empieza a patalear, pero no lo consigue. —Eres una loca desquiciada no puedo creer que esto lo haces por mí ascenso —le gritó ya no podía más ahora sí quería irme encima suyo y arrancarle las extensiones forcejeo con Scott, pero no me suelta. —Yo seré loca, pero tú eres una prostituta bara... —¡YA BASTA! —Grita nuestro jefe Cristopher y todos se quedan en silencio —vuelvan a su tra
—Primero que nada, quería pedirte una disculpa por lo sucedido en el bar la otra noche —el haber aceptado estar aquí ya me estaba asqueando. —No pasa nada ya lo olvidé —le digo tratando de así poder librarme de él. —Entonces podemos empezar de cero ya que ahora seremos compañeros de trabajo y no sé tal vez lleguemos a ser amigos. —Tayler solo seremos compañeros de trabajo eso no implica ninguna relación más que la laboral —me levanto para irme y él me detiene tomando mi mano. —Jamás querría nada de ti solo llevar la fiesta en paz —me suelta y toma de su café. —¡Me parece bien! —Y me dirijo hacia mis amigos para almorzar. —Annie cariño si sigues con ese humor tu comida te caerá mal —me habla Scott. —Tienes razón, pero ese estúpido de Taylor me fastidia —llevó una mano a mí rostro y cubrió mis ojos. —Que te dijo ahora —le cuento a mí amigo lo sucedido luego él se encargó de hacerme olvidar mi mal humo
Annalise Tomo la carpeta entre mis manos, no podía dejar de temblar, aún tenía en mi mente a Paul sentado en su oficina con ese puto punto rojo marcando el blanco donde pegar, al leer el contenido de esta empecé a hiperventilar no podía creer lo que veía. —¿Qué m****a es esto? —le miró furiosa. —Acaso eres estúpida o no sabe leer la columnista estrella del magazine "Estilo" —se levanta de su asiento y se acerca extendiendo un bolígrafo. —¡Estás demente! Que pretendes con esto —empieza a reírse y me da miedo no sé qué más pueda llegar a pasar. —Lo que pretenda es mí problema tu solo obedece y firma —no podía no quería hacerlo Paul era mi marido lo amaba y él me está obligando a firmar mí divorció. —¡No lo haré! Mátame si quieres prefiero mil veces eso —intenté levantarme, pero me detiene pegándome una cachetada me ardía la mejilla y sentía el calor de la sangre bajar por mi labio.
Tayler —Te volviste loco Tayler —Steven empezó a caminar en círculos en mi despacho. —Qué más podía hacer, sabía que ella se rehusaba a vivir conmigo —me acomodo bien en mi sillón. —¡Pero secuestrarla! Sabes que hay una denuncia y que la buscan por todo el país —se rasca su nuca y su nerviosismo me está alterando. —¡Cálmate si! Que ya está establecida en mi Quinta en Puerto Madero —apoyo mis manos en mi escritorio —además, no creo que la encuentren —deja de caminar y se sienta por fin. —Y qué piensas hacer luego que te canses de ella —él vuelve a tomar asiento en su lugar. —La amo y nunca la dañaría —saco un paquete de cigarros y prendo uno. —Qué manera tan peculiar la tuya de amar —le doy una calada a mí cigarro luego prendo mi monitor para verla. —Necesito que investigues el curso de su búsqueda —levantó la mirada. —Y que logras con ello, según tú nunca la encontr
Natasha —Todo salió tal cual lo planeamos —sirvo más vino en mi copa y lo bebo deleitándome con su exquisito sabor. —Tú crees que saldrá todo bien —la pregunta de Monserrat me inquieta. —Hay querida como si no me conocieras, primero que te deje el camino libre con Cristopher es todo tuyo, segundo Tayler no sabe con quién se metió y tercero y más importante Paul me las va a pagar por haber dejado a Claudio en coma de por vida —mi amiga se veía nerviosa. —Bueno si tienes razón, esperé mucho por este día, dime qué la perra de Annalise está sufriendo —su mirada irradiaba veneno. —Por supuesto ese Tayler es un animal, pero se ve que la quiere aún no abusó de ella —y eso me tranquiliza, busco venganza, pero no justamente de Annalise. —Y hasta cuándo tendré que aguantarlo en la oficina —ella hace cara de asco. —En esta semana va a pedir la renuncia ya que le hará creer que lo llamaron a t
Sentía que estaba en una pesadilla, de la cual no podía despertar, me sentía sucia de mí mente no salían las imágenes de lo sucedido hace un momento, el me hizo suya me tomo como si fuera de su propiedad, nunca en mi vida pensé que esto podría pasarme, mientras la lágrimas caían sin cesar, yo me encontraba desnuda bajo los brazos de Tyler, intentaba cerrar mis ojos para dormir pero en cada intento recordaba lo sucedido y me desesperaba saber que esto sería así por el resto de mi vida, de repente siento su mano moverse desde mi ombligo hacia mí seno deteniéndose en mí pezón, trague saliva al sentir sus caricias, quería salir corriendo pero no podía, lo único que tenía en mi mente eran las imágenes de lo sucedido. Flashback —Eres tan hermosa Annie —él término de sacarse su ropa quedando completamente desnudo ante mis ojos, yo solo lo miraba no había hablado en ningún momento ya que solo quería que esto acabe pronto, no estab
Annalise —Todo esto es una maldita m****a —suelto enfurecida sentada al lado de Natasha, también estaba Brandon el guardaespaldas de Tayler vigilándonos. —¡Cálmate si! —Ruedo los ojos ante su comentario. —No entiendo ¿Qué hacemos aquí? —Estaba tan enfurecida que tomó una copa de vino y la tomó de un saque. —Tu marido quería presentarte ante la sociedad —me señala con la cabeza hacía Tayler. —Ya sabes que no puedes tomar, los antibióticos no te van a hacer efecto —había tenido angina la cual me dejó afónica. —Ni que fuera un premio y tomar un poco de vino no me va a hacer mal —busco con la mirada a Paul hasta que lo veo, está con una morena, ella le coquetea y él se sonríe con ella, me levanto de mi silla para irme. —¿A dónde vas? —Me detiene Natasha. —¡Quiero irme a casa! No ves que no vine para que conozcan a la esposa de Tayler sino para eso —le señalo hacia Paul quie
Dos semanas después Ya habían pasado 14 días desde que estuve con Paul, y no podía entender cómo es que él no notó que era yo quien estuvo en sus brazos, esa noche me sentí plena, nunca pensé que volveríamos a estar juntos, todo se lo debía a Natasha, este tiempo ella me ayudó mucho a poder estar aquí, aún no entendía su postura, sé que algo oculta ya que Tayler confía ciegamente en ella. Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. —¿Sí quién es? —preguntó. —¡Soy Natasha! —le dejó entrar, trae una charola con comida —te traje una sopa de verduras — entra y deja la bandeja sobre la cama. —Gracias no debiste molestarte —le sonrió. —Sabes que no es molestia, además somos amigas —acaricia mi cabello con el dorso de su mano. —¡Por supuesto que sí! Cambiando de tema ¿Sabes si Tayler volverá hoy? —Llevaba dos días fuera, no es que lo extrañe, pero a veces temía que le hicier