—Primero que nada, quería pedirte una disculpa por lo sucedido en el bar la otra noche —el haber aceptado estar aquí ya me estaba asqueando.
—No pasa nada ya lo olvidé —le digo tratando de así poder librarme de él.
—Entonces podemos empezar de cero ya que ahora seremos compañeros de trabajo y no sé tal vez lleguemos a ser amigos.
—Tayler solo seremos compañeros de trabajo eso no implica ninguna relación más que la laboral —me levanto para irme y él me detiene tomando mi mano.
—Jamás querría nada de ti solo llevar la fiesta en paz —me suelta y toma de su café.
—¡Me parece bien! —Y me dirijo hacia mis amigos para almorzar.
—Annie cariño si sigues con ese humor tu comida te caerá mal —me habla Scott.
—Tienes razón, pero ese estúpido de Taylor me fastidia —llevó una mano a mí rostro y cubrió mis ojos.
—Que te dijo ahora —le cuento a mí amigo lo sucedido luego él se encargó de hacerme olvidar mi mal humor por eso adoro a Scott no solo es mi confidente es mi mejor amigo.
Llegando a casa me encuentro con Tamara mi prima hermana, hacía mucho no la veía y justamente ella iba camino a mí hogar.
—¡Hola Ann! Tanto tiempo —me saluda con un beso.
—Tami es bueno volverte a ver, dime qué te trae por aquí —le devuelvo su saludo con un abrazo.
—Vine a invitarlos a mí boda —me sonríe toda alegré.
—Wow felicidades es una hermosa noticia —luego de caminar un poco llegamos a casa.
—Ven sube tomemos un café —entramos al edificio y subimos a mí departamento.
—Hermoso tu departamento ¿Y Paul? —Entramos y tomamos asiento en la barra de la cocina.
—Debe estar en el bufete, esta semana estuvo muy ocupado —sirvo dos tazas de café y me siento a su lado.
—¿Y cómo están ustedes? Digo llevan tantos años de casados —deja su café y me observa.
—Bien nada fuera de lo común, ya pronto lo sabrás —intentó evadir su pregunta ya que no quiero hablar de mi conflictiva relación con ella.
—Y... ¿No volvieron a intentarlo?
—No entiendo tú pregunta ¿Intentar qué?
—¡Ya sabes! ¡Tener un bebé! —Me ahogo con mi café ya que hablar de eso me pone mal.
—Lo siento no quise hacerte poner mal, pero creí que ya pasó mucho tiempo y deberían darse una oportunidad.
—Gracias Tami, pero es algo que está fuera de nuestros planes, no quiero volver a intentarlo no soportaría perder otro bebé —llevaba siete años de casada y con Paul nos embarazamos dos veces, pero siempre los pierdo, es algo mal en mí y me es difícil superar este dolor por no poder ser madre.
—Sabes que nunca es tarde para intentarlo, siempre está la opción de adoptar -ella toma mis manos con las suyas.
—Si podría ser creo que lo pensaré —Tami se quedó una hora más, charlamos de todo, su boda será dentro de dos meses y me eligieron como dama de honor y estaba súper feliz con la noticia, con ella éramos como hermanas, yo solo tenía dos hermanos varones, Erick dos años mayor y Patrick cinco años menor, mis padres Simón y Eugenia tenían un hermoso matrimonio y hubiese dado todo por tener algo de ello en mí vida de casada, sentía cada día más alejado a Paul, llegaba y casi que no hablamos solo teníamos sexo pero era escaso y aún no podía entender porque estaba pasando todo esto.
—¡Annie despierta! —Abrí mis ojos y Paul estaba parado al lado mío.
—Lo siento me dormí ¿Qué hora es? —Buscaba mi teléfono para ver la hora.
—Son las 10 pm, ven vamos a cenar —me levanto voy al baño me aseo y vuelvo a la cocina.
—¿Cocinaste? —Observó todo sorprendida.
—Lamento decepcionarte, solo puse los platos —se encoge de hombros.
—¡Bueno algo es algo! —Sirvo jugo en mi vaso.
—Llegue y estabas dormida con tu laptop encima.
—Si trabajo con mi nueva columna, es estresante hacerlo sola en fin ¿Tienes mucho trabajo? —Lo miro esperando su respuesta.
—El caso para el que estoy trabajando demanda mucho mi tiempo —sigue comiendo mientras que yo no puedo probar bocado.
—¡Ya veo! Bueno espero se resuelva rápido así pueda tenerte más tiempo.
—Annie de eso quería hablarte —deja su comida y me habla muy serio.
—De que no entiendo ¿Qué pasó?
—Me ofrecieron trabajar dos meses para Wilder.
—¡Es genial!, sería un logro más para ti —él toma mis manos y ya me estoy preocupando.
—Si, pero no sería aquí —suelto sus manos.
—¿Cómo?
—Que el puesto que me ofrece es en su compañía de New York.
—Pero como no entiendo tendría que dejar todo, no me malinterpretes, pero ahora que conseguí un puesto como columnista... —Él me interrumpe.
—Lo siento Annie, pero creo que lo mejor será que vaya solo y nos tomemos estos meses para pensar qué hacer con nuestro matrimonio —me levanto de mi silla y voy hacia el balcón necesito tomar aire.
—Tú quieres que nos separemos —tapo mi rostro con mis manos.
—Annie no es eso, sabes que te quiero, pero no estamos bien —intenta acercarse, pero me alejo.
—Si, pero estarás lejos —le gritó, aunque sé que estamos mal.
—Lo sé, pero es solo por trabajo créeme no hay nadie más —siento el dolor en sus palabras.
—Es que... ¿Cuándo te vas? —Lo digo en un susurro.
—Dentro de dos semanas debo ir —fuimos a nuestra habitación a descansar, pero antes acordamos no decir nada a nadie hasta saber qué hacer con lo nuestro, me tomó por sorpresa y al mismo tiempo me dolió, es difícil terminar una relación, pero sé que este tiempo que nos demos será para afianzar la relación o para terminarla.
Tayler
—Aquí tienes todo como lo pediste —Steven mí gerente y mejor amigo me extiende el contrato de Paul Carter.
—Muy buen trabajo Steven, ahora sí me la van a pagar esos malditos, será como matar dos pájaros de un tiro —tomó de mí vaso de whisky.
—Estás seguro de todo esto, no quiero meterme en tu vida, pero como vas a acercarte a ella —me levanto y busco el folder dónde está mi contrato de la revista de Collins.
—Wow me sorprendes, entonces nadie sabe de tus negocios.
—Por supuesto que no, además el bufete aún sigue con el nombre de mi difunta esposa Valeria Wilder —me levanto de mi sillón y caminó hacia el ventanal de mi oficina.
—Y qué vas a hacer cuando pasen los dos meses del contrato, pedirás que se quede en New York, siempre y puede volver con su esposa —me río ante su comentario.
—Créeme que eso no sucederá Annie le pedirá el divorcio y de eso me encargo yo, tu solo ocúpate de que nadie sepa de mis negocios y mucho menos de mí vinculación a Wilder.
Annalise
—Scott por aquí —estaba esperando a mí amigo para ir juntos al aeropuerto para despedir a Paul.
—Cariño vamos y disculpa mi tardanza —subimos al ascensor y bajamos hasta el estacionamiento.
—Creo que debería reconsiderar la idea de comprarme un auto —subimos y arranca.
—Deberías, ahora que Paul no estará usa su auto —seguimos charlando y 20 minutos después llegamos, caminamos hasta el área de embarcación y ahí estaba con su maleta en mano y su valija en la otra.
—Annie creía que no llegabas —me acerco a él y nos fundimos en un beso. Un carraspeo nos separa y miramos ambos hacia Scott
—Scott amigo gracias por traerme a mí hermosa mujer —ambos se saludan estrechando su mano.
—Por ella todo, bueno los dejo así se despiden —vuelve a saludar a Paul y se retira.
—Prometes buscar una terapeuta allí, yo aquí tengo la mía, sé que la distancia nos ayudará —nos abrazamos y nos quedamos así un rato.
—Por supuesto que sí, tú más que nadie sabe lo que te quiero y si una profesional nos puede ayudar lo haré con tal de volver a recuperar nuestra relación —nos despedimos con un abrazo y un beso. El subió a su avión y yo volví a casa con mi amigo.
Casi dos meses después
Tayler
—Bueno preparaste lo que te pedí —estaba furioso Annie y el estúpido de Paul se estaban llevando mejor la distancia los acerco más debía hacer algo urgente.
—Sí, aquí está —me extiende una carpeta con el pedido de divorcio de Annie —estás seguro de esto, mejor déjala y busca alguien que te quiera —lo tomó por su camisa y le habló muy furioso.
—No necesito tus consejos, ella será mía por las buenas o por las malas —lo suelto bruscamente y me dirijo al minibar de la habitación y tomo una botella de vodka.
—Sabes que cuentas conmigo, pero temo que esto se te salga de las manos —se acerca y me quita la botella.
—Nunca dañaría a Annie —le miento ya que mis intenciones sé que a ella no le gustarán.
—Espero así sea, sabes que debo volver a New York, solo te pido que reflexiones y tomes mi consejo —Steven se va, me quedo solo y empiezo a maquinar mi plan, estos dos meses ella estuvo distante me tiraba indirectas y siempre me esquivaba, eso me cabreaba, pero cambiará y será mía así sea a la fuerza.
Annalise
—Como me veo —giro en mis talones mostrando mi atuendo a mis amigas.
—Estás hermosa amiga —me vuelvo a sentar y tomo el otro vestido para medirme, compré tres en total, uno para el civil y otro para la iglesia de la boda de mi prima Tami, ahora con mi puesto de columnista mi salario aumentó y puedo darme unos que otro gustito.
—Yo creo que vas a sorprender y mucho a tu marido —me halaga Scarlett.
—Ese es mi propósito —nos reímos y caminamos hasta una mesa del bar, nos sentamos y pedimos un café.
—Me alegro tanto por ti Annie, veo la felicidad en tus ojos —me habla Alana. Luego de una larga charla regreso a casa y me encuentro con la desagradable visita de Taylor.
—¿Qué quieres? —Abro mi puerta entró y él lo hace por detrás mío.
—Vine a traerte esto —me extiende una carpeta.
—Y no podías esperar hasta mañana —le recibo la carpeta y la dejó en la mesa.
—¡Léela! —Me ordena y yo río.
—Lo haré más tarde ¡Ahora vete! —Me dirijo a abrir la puerta y él la cierra bruscamente.
—¡Que la leas AHORA! —Me grita y me tomó del cabello acercando mi rostro al suyo.
—Suéltame estúpido que haces —empiezo a forcejear, pero él es más fuerte y solo logro que me tiré más fuerte del cabello.
—Con que muy cocorita me saliste —me avienta y caigo sobre el sillón, se acerca y me da nuevamente la carpeta.
—Vete o... —me interrumpe.
—¿O qué? —se acerca y me tomó de la barbilla y lame mi rostro, yo solo siento asco.
—¡Suéltame! —lo empujó y me levanto del sillón, intento salir y me ataca dobla mi mano y tapa mi boca y me habla al oído.
—¡Muy bien! Será por las malas entonces —saca su celular y me muestra a Paul sentado en una oficina y veo un punto rojo en su nuca.
—Noo... ¡Por favor no...! Déjalo —le hablo desesperada.
—Ahora nos entendemos —sonríe con malicia.
Annalise Tomo la carpeta entre mis manos, no podía dejar de temblar, aún tenía en mi mente a Paul sentado en su oficina con ese puto punto rojo marcando el blanco donde pegar, al leer el contenido de esta empecé a hiperventilar no podía creer lo que veía. —¿Qué m****a es esto? —le miró furiosa. —Acaso eres estúpida o no sabe leer la columnista estrella del magazine "Estilo" —se levanta de su asiento y se acerca extendiendo un bolígrafo. —¡Estás demente! Que pretendes con esto —empieza a reírse y me da miedo no sé qué más pueda llegar a pasar. —Lo que pretenda es mí problema tu solo obedece y firma —no podía no quería hacerlo Paul era mi marido lo amaba y él me está obligando a firmar mí divorció. —¡No lo haré! Mátame si quieres prefiero mil veces eso —intenté levantarme, pero me detiene pegándome una cachetada me ardía la mejilla y sentía el calor de la sangre bajar por mi labio.
Tayler —Te volviste loco Tayler —Steven empezó a caminar en círculos en mi despacho. —Qué más podía hacer, sabía que ella se rehusaba a vivir conmigo —me acomodo bien en mi sillón. —¡Pero secuestrarla! Sabes que hay una denuncia y que la buscan por todo el país —se rasca su nuca y su nerviosismo me está alterando. —¡Cálmate si! Que ya está establecida en mi Quinta en Puerto Madero —apoyo mis manos en mi escritorio —además, no creo que la encuentren —deja de caminar y se sienta por fin. —Y qué piensas hacer luego que te canses de ella —él vuelve a tomar asiento en su lugar. —La amo y nunca la dañaría —saco un paquete de cigarros y prendo uno. —Qué manera tan peculiar la tuya de amar —le doy una calada a mí cigarro luego prendo mi monitor para verla. —Necesito que investigues el curso de su búsqueda —levantó la mirada. —Y que logras con ello, según tú nunca la encontr
Natasha —Todo salió tal cual lo planeamos —sirvo más vino en mi copa y lo bebo deleitándome con su exquisito sabor. —Tú crees que saldrá todo bien —la pregunta de Monserrat me inquieta. —Hay querida como si no me conocieras, primero que te deje el camino libre con Cristopher es todo tuyo, segundo Tayler no sabe con quién se metió y tercero y más importante Paul me las va a pagar por haber dejado a Claudio en coma de por vida —mi amiga se veía nerviosa. —Bueno si tienes razón, esperé mucho por este día, dime qué la perra de Annalise está sufriendo —su mirada irradiaba veneno. —Por supuesto ese Tayler es un animal, pero se ve que la quiere aún no abusó de ella —y eso me tranquiliza, busco venganza, pero no justamente de Annalise. —Y hasta cuándo tendré que aguantarlo en la oficina —ella hace cara de asco. —En esta semana va a pedir la renuncia ya que le hará creer que lo llamaron a t
Sentía que estaba en una pesadilla, de la cual no podía despertar, me sentía sucia de mí mente no salían las imágenes de lo sucedido hace un momento, el me hizo suya me tomo como si fuera de su propiedad, nunca en mi vida pensé que esto podría pasarme, mientras la lágrimas caían sin cesar, yo me encontraba desnuda bajo los brazos de Tyler, intentaba cerrar mis ojos para dormir pero en cada intento recordaba lo sucedido y me desesperaba saber que esto sería así por el resto de mi vida, de repente siento su mano moverse desde mi ombligo hacia mí seno deteniéndose en mí pezón, trague saliva al sentir sus caricias, quería salir corriendo pero no podía, lo único que tenía en mi mente eran las imágenes de lo sucedido. Flashback —Eres tan hermosa Annie —él término de sacarse su ropa quedando completamente desnudo ante mis ojos, yo solo lo miraba no había hablado en ningún momento ya que solo quería que esto acabe pronto, no estab
Annalise —Todo esto es una maldita m****a —suelto enfurecida sentada al lado de Natasha, también estaba Brandon el guardaespaldas de Tayler vigilándonos. —¡Cálmate si! —Ruedo los ojos ante su comentario. —No entiendo ¿Qué hacemos aquí? —Estaba tan enfurecida que tomó una copa de vino y la tomó de un saque. —Tu marido quería presentarte ante la sociedad —me señala con la cabeza hacía Tayler. —Ya sabes que no puedes tomar, los antibióticos no te van a hacer efecto —había tenido angina la cual me dejó afónica. —Ni que fuera un premio y tomar un poco de vino no me va a hacer mal —busco con la mirada a Paul hasta que lo veo, está con una morena, ella le coquetea y él se sonríe con ella, me levanto de mi silla para irme. —¿A dónde vas? —Me detiene Natasha. —¡Quiero irme a casa! No ves que no vine para que conozcan a la esposa de Tayler sino para eso —le señalo hacia Paul quie
Dos semanas después Ya habían pasado 14 días desde que estuve con Paul, y no podía entender cómo es que él no notó que era yo quien estuvo en sus brazos, esa noche me sentí plena, nunca pensé que volveríamos a estar juntos, todo se lo debía a Natasha, este tiempo ella me ayudó mucho a poder estar aquí, aún no entendía su postura, sé que algo oculta ya que Tayler confía ciegamente en ella. Unos golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos. —¿Sí quién es? —preguntó. —¡Soy Natasha! —le dejó entrar, trae una charola con comida —te traje una sopa de verduras — entra y deja la bandeja sobre la cama. —Gracias no debiste molestarte —le sonrió. —Sabes que no es molestia, además somos amigas —acaricia mi cabello con el dorso de su mano. —¡Por supuesto que sí! Cambiando de tema ¿Sabes si Tayler volverá hoy? —Llevaba dos días fuera, no es que lo extrañe, pero a veces temía que le hicier
Natasha —Por favor cálmate sí que nada va a sucederles —estaba en el estudio de Steven. —Tu mejor que nadie conoces a Tayler —lleva sus manos a su cabeza. —Mira Steven yo sé que es difícil, pero hay algo que debes saber —él me mira incrédulo. —¿Qué? —me acerco a su escritorio y tomó asiento. —Primero debo saber algo —siento el ambiente tenso, pero debo decirle mí verdad. —Por dios Natasha habla de una maldita vez —pega un golpe a la mesa. —Carajo Steven lo que hago es para proteger a tu familia ¿Vas a contestar mi pregunta si o no? —le digo furiosa. —Habla pregunta lo que sea —se tira para atrás apoyándose en su sillón —Muy bien necesito que digas todo lo que sabes de los negocios de Tayler y cuando digo todo es todo entendiste —se inclina y me mira raro. —No entiendo para qué quieres saber eso ¿Cómo ayudarías a mí familia con esa información? —Bueno
Annalise Los días pasaban y las esperanzas de que me encuentren se desvanecen día tras día, de Natasha no sabía nada, llevaba más de una semana sin venir a la mansión, el abogado tampoco vino, Tayler se la pasaba encerrado en su oficina hecho una furia ya que no conseguía sacarme del país. —Señora quiere más café —Antonia me saca de mis pensamientos. —No gracias, puedes retirarte a descansar —ella asiente y se va dejándome sola, me levanto limpio lo que ensucie y siento gritos en la entrada, caminó lentamente hacia la sala, entran el abogado seguido de Natasha. —Maldito Benson sal de tu cueva —me quedo escondida tras una columna. —No me hagas reír Steven, sabías que si juegas con fuego te puedes quemar —Tayler larga una risa maquiavélica. —¡Bastardo! —le lanza un puñetazo a su boca y Brandon interviene apuntado hacia el abogado. —Yo te avise querido amigo, quien avisa no traiciona