capitulo 4

—Primero que nada, quería pedirte una disculpa por lo sucedido en el bar la otra noche —el haber aceptado estar aquí ya me estaba asqueando.

—No pasa nada ya lo olvidé —le digo tratando de así poder librarme de él.

—Entonces podemos empezar de cero ya que ahora seremos compañeros de trabajo y no sé tal vez lleguemos a ser amigos. 

—Tayler solo seremos compañeros de trabajo eso no implica ninguna relación más que la laboral —me levanto para irme y él me detiene tomando mi mano.

—Jamás querría nada de ti solo llevar la fiesta en paz —me suelta y toma de su café.

—¡Me parece bien! —Y me dirijo hacia mis amigos para almorzar.

—Annie cariño si sigues con ese humor tu comida te caerá mal —me habla Scott.

—Tienes razón, pero ese estúpido de Taylor me fastidia —llevó una mano a mí rostro y cubrió mis ojos.

—Que te dijo ahora —le cuento a mí amigo lo sucedido luego él se encargó de hacerme olvidar mi mal humor por eso adoro a Scott no solo es mi confidente es mi mejor amigo.

Llegando a casa me encuentro con Tamara mi prima hermana, hacía mucho no la veía y justamente ella iba camino a mí hogar.

—¡Hola Ann! Tanto tiempo —me saluda con un beso.

—Tami es bueno volverte a ver, dime qué te trae por aquí —le devuelvo su saludo con un abrazo.

—Vine a invitarlos a mí boda —me sonríe toda alegré.

—Wow felicidades es una hermosa noticia —luego de caminar un poco llegamos a casa.

—Ven sube tomemos un café —entramos al edificio y subimos a mí departamento.

—Hermoso tu departamento ¿Y Paul? —Entramos y tomamos asiento en la barra de la cocina.

—Debe estar en el bufete, esta semana estuvo muy ocupado —sirvo dos tazas de café y me siento a su lado.

—¿Y cómo están ustedes? Digo llevan tantos años de casados —deja su café y me observa.

—Bien nada fuera de lo común, ya pronto lo sabrás —intentó evadir su pregunta ya que no quiero hablar de mi conflictiva relación con ella.

—Y... ¿No volvieron a intentarlo?

—No entiendo tú pregunta ¿Intentar qué?

—¡Ya sabes! ¡Tener un bebé! —Me ahogo con mi café ya que hablar de eso me pone mal.

—Lo siento no quise hacerte poner mal, pero creí que ya pasó mucho tiempo y deberían darse una oportunidad. 

—Gracias Tami, pero es algo que está fuera de nuestros planes, no quiero volver a intentarlo no soportaría perder otro bebé —llevaba siete años de casada y con Paul nos embarazamos dos veces, pero siempre los pierdo, es algo mal en mí y me es difícil superar este dolor por no poder ser madre.

—Sabes que nunca es tarde para intentarlo, siempre está la opción de adoptar -ella toma mis manos con las suyas.

—Si podría ser creo que lo pensaré —Tami se quedó una hora más, charlamos de todo, su boda será dentro de dos meses y me eligieron como dama de honor y estaba súper feliz con la noticia, con ella éramos como hermanas, yo solo tenía dos hermanos varones, Erick dos años mayor y Patrick cinco años menor, mis padres Simón y Eugenia tenían un hermoso matrimonio y hubiese dado todo por tener algo de ello en mí vida de casada, sentía cada día más alejado a Paul, llegaba y casi que no hablamos solo teníamos sexo pero era escaso y aún no podía entender porque estaba pasando todo esto.

—¡Annie despierta! —Abrí mis ojos y Paul estaba parado al lado mío.

—Lo siento me dormí ¿Qué hora es? —Buscaba mi teléfono para ver la hora.

—Son las 10 pm, ven vamos a cenar —me levanto voy al baño me aseo y vuelvo a la cocina.

—¿Cocinaste? —Observó todo sorprendida.

—Lamento decepcionarte, solo puse los platos —se encoge de hombros.

—¡Bueno algo es algo! —Sirvo jugo en mi vaso.

—Llegue y estabas dormida con tu laptop encima. 

—Si trabajo con mi nueva columna, es estresante hacerlo sola en fin ¿Tienes mucho trabajo? —Lo miro esperando su respuesta.

—El caso para el que estoy trabajando demanda mucho mi tiempo —sigue comiendo mientras que yo no puedo probar bocado.

—¡Ya veo! Bueno espero se resuelva rápido así pueda tenerte más tiempo.

—Annie de eso quería hablarte —deja su comida y me habla muy serio.

—De que no entiendo ¿Qué pasó?  

—Me ofrecieron trabajar dos meses para Wilder. 

—¡Es genial!, sería un logro más para ti —él toma mis manos y ya me estoy preocupando.

—Si, pero no sería aquí —suelto sus manos.

—¿Cómo? 

—Que el puesto que me ofrece es en su compañía de New York. 

—Pero como no entiendo tendría que dejar todo, no me malinterpretes, pero ahora que conseguí un puesto como columnista... —Él me interrumpe.

—Lo siento Annie, pero creo que lo mejor será que vaya solo y nos tomemos estos meses para pensar qué hacer con nuestro matrimonio —me levanto de mi silla y voy hacia el balcón necesito tomar aire.

—Tú quieres que nos separemos —tapo mi rostro con mis manos. 

—Annie no es eso, sabes que te quiero, pero no estamos bien —intenta acercarse, pero me alejo.

—Si, pero estarás lejos —le gritó, aunque sé que estamos mal.

—Lo sé, pero es solo por trabajo créeme no hay nadie más —siento el dolor en sus palabras.

—Es que... ¿Cuándo te vas? —Lo digo en un susurro.

—Dentro de dos semanas debo ir —fuimos a nuestra habitación a descansar, pero antes acordamos no decir nada a nadie hasta saber qué hacer con lo nuestro, me tomó por sorpresa y al mismo tiempo me dolió, es difícil terminar una relación, pero sé que este tiempo que nos demos será para afianzar la relación o para terminarla.

Tayler

—Aquí tienes todo como lo pediste —Steven mí gerente y mejor amigo me extiende el contrato de Paul Carter.

—Muy buen trabajo Steven, ahora sí me la van a pagar esos malditos, será como matar dos pájaros de un tiro —tomó de mí vaso de whisky.

—Estás seguro de todo esto, no quiero meterme en tu vida, pero como vas a acercarte a ella —me levanto y busco el folder dónde está mi contrato de la revista de Collins.

—Wow me sorprendes, entonces nadie sabe de tus negocios.

—Por supuesto que no, además el bufete aún sigue con el nombre de mi difunta esposa Valeria Wilder —me levanto de mi sillón y caminó hacia el ventanal de mi oficina.

—Y qué vas a hacer cuando pasen los dos meses del contrato, pedirás que se quede en New York, siempre y puede volver con su esposa —me río ante su comentario.

—Créeme que eso no sucederá Annie le pedirá el divorcio y de eso me encargo yo, tu solo ocúpate de que nadie sepa de mis negocios y mucho menos de mí vinculación a Wilder. 

Annalise

—Scott por aquí —estaba esperando a mí amigo para ir juntos al aeropuerto para despedir a Paul.

—Cariño vamos y disculpa mi tardanza —subimos al ascensor y bajamos hasta el estacionamiento.

—Creo que debería reconsiderar la idea de comprarme un auto —subimos y arranca.

—Deberías, ahora que Paul no estará usa su auto —seguimos charlando y 20 minutos después llegamos, caminamos hasta el área de embarcación y ahí estaba con su maleta en mano y su valija en la otra.

—Annie creía que no llegabas —me acerco a él y nos fundimos en un beso. Un carraspeo nos separa y miramos ambos hacia Scott

—Scott amigo gracias por traerme a mí hermosa mujer —ambos se saludan estrechando su mano.

—Por ella todo, bueno los dejo así se despiden —vuelve a saludar a Paul y se retira.

—Prometes buscar una terapeuta allí, yo aquí tengo la mía, sé que la distancia nos ayudará —nos abrazamos y nos quedamos así un rato.

—Por supuesto que sí, tú más que nadie sabe lo que te quiero y si una profesional nos puede ayudar lo haré con tal de volver a recuperar nuestra relación —nos despedimos con un abrazo y un beso. El subió a su avión y yo volví a casa con mi amigo.

Casi dos meses después

Tayler

—Bueno preparaste lo que te pedí —estaba furioso Annie y el estúpido de Paul se estaban llevando mejor la distancia los acerco más debía hacer algo urgente.

—Sí, aquí está —me extiende una carpeta con el pedido de divorcio de Annie —estás seguro de esto, mejor déjala y busca alguien que te quiera —lo tomó por su camisa y le habló muy furioso.

—No necesito tus consejos, ella será mía por las buenas o por las malas —lo suelto bruscamente y me dirijo al minibar de la habitación y tomo una botella de vodka.

—Sabes que cuentas conmigo, pero temo que esto se te salga de las manos —se acerca y me quita la botella.

—Nunca dañaría a Annie —le miento ya que mis intenciones sé que a ella no le gustarán.

—Espero así sea, sabes que debo volver a New York, solo te pido que reflexiones y tomes mi consejo —Steven se va, me quedo solo y empiezo a maquinar mi plan, estos dos meses ella estuvo distante me tiraba indirectas y siempre me esquivaba, eso me cabreaba, pero cambiará y será mía así sea a la fuerza.

Annalise

—Como me veo —giro en mis talones mostrando mi atuendo a mis amigas.

—Estás hermosa amiga —me vuelvo a sentar y tomo el otro vestido para medirme, compré tres en total, uno para el civil y otro para la iglesia de la boda de mi prima Tami, ahora con mi puesto de columnista mi salario aumentó y puedo darme unos que otro gustito.

—Yo creo que vas a sorprender y mucho a tu marido —me halaga Scarlett.

—Ese es mi propósito —nos reímos y caminamos hasta una mesa del bar, nos sentamos y pedimos un café.

—Me alegro tanto por ti Annie, veo la felicidad en tus ojos —me habla Alana. Luego de una larga charla regreso a casa y me encuentro con la desagradable visita de Taylor.

—¿Qué quieres? —Abro mi puerta entró y él lo hace por detrás mío.

—Vine a traerte esto —me extiende una carpeta.

—Y no podías esperar hasta mañana —le recibo la carpeta y la dejó en la mesa.

—¡Léela! —Me ordena y yo río.

—Lo haré más tarde ¡Ahora vete! —Me dirijo a abrir la puerta y él la cierra bruscamente.

—¡Que la leas AHORA! —Me grita y me tomó del cabello acercando mi rostro al suyo.

—Suéltame estúpido que haces —empiezo a forcejear, pero él es más fuerte y solo logro que me tiré más fuerte del cabello.

—Con que muy cocorita me saliste —me avienta y caigo sobre el sillón, se acerca y me da nuevamente la carpeta.

—Vete o... —me interrumpe.

—¿O qué? —se acerca y me tomó de la barbilla y lame mi rostro, yo solo siento asco.

—¡Suéltame! —lo empujó y me levanto del sillón, intento salir y me ataca dobla mi mano y tapa mi boca y me habla al oído.

—¡Muy bien! Será por las malas entonces —saca su celular y me muestra a Paul sentado en una oficina y veo un punto rojo en su nuca.

—Noo... ¡Por favor no...! Déjalo —le hablo desesperada.

—Ahora nos entendemos —sonríe con malicia.

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