Está bien, no le hablaré de tus planes, solo no lo vuelvas loco.
Ella sonrió al tiempo que negaba con su cabeza a modo burla. Minutos después habían llegado al lugar, mientras Violet y Michael, escogían el material que necesitaban para lo que ella deseaba, Ignacio se paseaba con la mujercita de reunión en reunión, bajo la supervisión de Lana, el hombre no perdía oportunidad para preguntar a Lana, si Violet hablaba de él.Deseoso de conocer sus posibilidades y sintiéndose un poco mal por el modo en que había actuado, pero se dijo a sí mismo que estaba bien, después de todo ella lo había dejado sin opciones, negándose ante sus intentos para remediar su error.Emocionado por su plan de lograr conseguir lo que ya era suyo, Ignacio concluía sus reuniones. Violet con la tranquilidad de saber que lo tenía a sus pies, seguía cumpliendo con su deber.—Vamos a almorzar Lana, ¿tiene algún lugar al que quiera ir?—Podríamos pedir y comer aquí, a cómo anda las cosas y sin la seguridad de la jefecita, es mejor evitar.—Tiene razón, ¿podría ir con Liana y pedirle lo que usted desee y para la mujercita? Dígale que me pida lo de siempre.Lana salió, justo cuando simón estaba llegando. Con una sonrisa se acercó, saludó a su amigo, la jefecita lo esquivó como de costumbre.—Muy sumiso, ¿ya arreglaste las cosas con la madre?—Honestamente no, es una caprichosa indolente, sabe que me está volviendo loco y prefiere hacerse la difícil. Tengo un plan, no voy a dejarla escapar después de que me convirtieron la vida en una montaña de emociones, de situaciones y de cambios.Simón ofreció una sonrisa, y procedió a preguntar por Fermina y la competencia.—Tobías y su marca son historia, en cuanto a Fermina, sé que está a la espera de culminar su servicio para irse del país.—Es una pena, pero claro, debe asumir las consecuencias de sus actos, venía para despedirme, estaré un par de meses fuera del país, aunque claro, podría volver antes si estás pensando en casarte.—Aún no, te mencioné que quiero que Violet viva su vida, tendremos tiempo para ello, quizás en un par de semanas, cuando mi plan de resultados, pueda alcanzarte, esperaré a que la caprichosa se decida a levantarme el castigo para irnos de viaje.—Mucha suerte hombre, y tu jefecita ve a ver si vas cambiando tu carácter.Simón salió de la oficina y Lana entró informando ya habían realizado la orden.—Llame a Violet, la mujercita quiere hablar con ella.Lana lo miró con el entrecejo fruncido.Él sonrió, aceptando que era quien quería y necesitaba hablar con ella.Después de una hora el almuerzo había llegado y en la oficina de Ignacio almorzaban, mientras él miraba su móvil, Lana no había llamado a Violet, pero habían hablado vía mensaje. Ignacio se sintió tentado a llamar a Michael, pero decidió no mostrarse intenso.A las 4 pm Violet había ido a dejar a Michael, al ver que Lana había salido con su hija, pero sin el padre decidió provocarlo.Saludó a las chicas y les pidió volver, dirigiéndose al puesto de Liana, al ver que su plan no estaba dando resultados elevó la voz hasta que consiguió que el hombre saliera.Parado en la entrada de su oficina, con ambas manos en sus bolsillos, la miraba, creyendo que solo hablaba con Liana, la veía sonreír y se acercó.—Hola Violet, parece que mis empleados han sido de mucha ayuda para ti hoy, ¿no hay algo en lo que pueda serte útil?—Hola Ignacio, no, solo venía a preguntarle algo a Liana, pero ya me iba para no quitarle tiempo y no vayas a llamarle la atención.—Está bien, todos tienen la orden de obedecer a mi mujer, ¿lo olvidas?—No soy la mujer de nadie, soy una mujer soltera…Él sonrió al tiempo que negaba con la cabeza.—Puedes decir eso, si te hace sentir mejor, pero sabemos que tengo razón, ¿Y qué necesitabas de Liana, lo has conseguido?—Sí, ya me iba, gracias Liana, tu siempre tan amable, hasta luego Ignacio.—Violet, espera, ¿podemos hablar un momento?—Tengo que irme, Salomé y Lana me esperan —miró en la dirección en que estaban las dos.—Por favor, solo unos minutos.—Ok, dime que necesitas Ignacio.—¿Podemos ir a mi oficina?en silencio, fingiendo no le interesaba, aun cuando tenía la intención de acompañarlo, se hizo la de rogar.Violet caminó adelante, Ignacio la miraba, suspiró al reconocer lo que la deseaba.—Y bien Ignacio, ¿qué es lo que necesitas?—Disculparme por el comportamiento de hace horas, pero no sé qué más hacer, es irónico, creí que era el hombre que nada le quedaba grande, ahora debo reconocer que una mujercita lo está haciendo, Violet lo acepto, acepto que me siento perdido y sin idea de que hacer para lograr que me des una oportunidad.Violet lo miró sin poder evitar una risita maliciosa.—No es gracioso, Violet solo dime que quieres que haga y lo haré.—Nada Ignacio, estamos mejor así —pretendía marcharse y la sujetó.—No vas a irte Violet, ¿lo ves? Estoy intentando ser el hombre que solía ser, pero no me dejas opciones más que actuar como un adolescente estúpido.—Suéltame Ignacio, no pued…La besó.con tenerme a tus pies? Violet estoy dispuesto a todo por ti, pero necesito saber si quieres esto, ¿cuánto tiempo más vas a tenerme así?Violet se acercó dando la impresión de que lo besaría.—Gánate el privilegio de que vuelva a confiar en ti —puso su dedo deteniendo el beso que iba a darse—. Me ofendiste, no la tendrás tan fácil y sí, Ignacio me gustas, te deseo, quiero…—Me tienes Violet, mujer me tienes, ¿qué quieres que haga? ¿Qué quieres de mí?—Tengo que irme, Ignacio, tú eres el hombre que puede resolverlo todo.Le sujetó el brazo.—Ok, juguemos tu juego, te estás haciendo la difícil, a mí nada me ha quedado grande y esto no será la excepción —la sujetó por la cintura y la jaló contra él.Violet fingía estar molesta, pero disfrutaba de ver las actitudes de Ignacio.Inmadura, caprichosa, sé que lo estás disfrutando, que te gusta verme perder la cordura por ti, te gusta tenerme a tus pies, voy a quitarte lo caprichosa Violet.Ella lo miraba con picardía, haciéndose ideas, recorrió el fuerte cuerpo del hombre e involuntariamente mordió sus labios.—¿Lo ves? Eres una caprichosa, también te deseo Violet, me estás volviendo loco.—Tengo que irme Ignacio…—¿Por qué? ¿Tienes miedo de lo que estás provocando?—¿Miedo? Ignacio no tienes idea de lo que dices.—Demuéstramelo Violet…—Es un privilegio que te costará, Ignacio, si quieres algo debes demostrar que pensarás antes de volver a ofenderme, que puedes confiar en mí.—¿Este es tu castigo? Me estás volviendo loco, Violet te deseo, te necesito —se acercó y rozó su cuello con sus dedos—. No tienes idea de las cosas que me tienes imaginando, y no quiero sonar enfermo, pero…—Tengo que irme —excusó Violet sintiéndose acalorada por aquellas palabras, miradas y roces.—¿Estás segura de que irte es lo que des
Llamaron a la puerta, extrañado por el modo en que recordaba, solo Fermina, molesta, lo hacía, se dirigió a la misma, al darse cuenta de que era Violet, no le dio importancia al modo en que estaba.Abrió la puerta con una amplia sonrisa, Violet quien tenía listo el insulto, se detuvo al ver el torso desnudo, su marcado abdomen, su cabello húmedo.—Hola, qué linda, me trajiste flores, me siento alagado —cerró un poco la puerta para asomar su rostro—. Violet hola, hola.Concentrada en su marcado abdomen y lo que la toalla le permitía apreciar, Violet reaccionó cuando el hombre le zarandeó su mano frente al rostro, Ignacio se apoyó al marco de la puerta mientras la miraba.—¿No vas a decirme nada, Violet, me trajiste flores?—Tú… ¿Tú estás con alguien?Para mortificarla, Ignacio miró al interior y sonrió con malicia al volver a mirarla.—Que te diviertas —le dejó los cuatro arreglos que había conseguido subir—. Baja por el resto de tus flores.Violet pretendía marcharse y este la alcanzó
Tras esperar unos minutos y no verlo regresar, Violet decidió entrar, desnudo, Ignacio seguía en la llamada.Violet se acercó y acarició su espalda, Ignacio se giró y sonrió, ella pudo escuchar, se trataba de un asunto legal importante.Violet empezó acariciar sus abdominales, para terminar con su mano en el erecto miembro.—¡No! —balbuceó Ignacio al verla ponerse de rodillas—. No, Richard, no estoy hablando contigo, resume el asunto, tengo algo impor…Ignacio apretó sus labios para evitar gemir al sentir la lengua de Violet en su glande.Lo miró con morbo para después escupir en su miembro, Ignacio cerró los ojos e inclinó la cabeza, apoyó el móvil con su hombro y recogió el cabello de Violet, ayudándole a profundizar.—Richard ahora no puedo atenderte, haz lo que puedas —tiró la llamada antes de obtener respuesta.Ayudó a Violet a continuar hasta que sintió debía tomar el control.Le extendió la mano, al tenerla de pies le sonrió y acarició la mejilla para después besarla y subirla
—¿Puedo pensarlo?Se quedó observándola, Violet se mordió el labio y sonrió por lo bajo.—¿Qué te preocupa?—No he vivido antes en pareja, sería mi primera relación seria, honestamente eres mi primer novio Ignacio y…—Marido, seré tu marido Violet. Pero no debes preocuparte, no pretendo atarte, sé que aún tienes mucho que vivir, y experimentar, aunque esta última, espero sea solo conmigo, en asuntos más íntimos, sé que puedes hacer de lo nuestro algo maravilloso, será como tú quieras, pero me encantaría despertar a tu lado todos los días. Ver y recrear recetas venezolanas al desayuno y seguir practicando el Kama sutra.—Me quedaré esta noche, pero lo de vivir juntos, ¿puedo pensarlo?—Por supuesto, solo no te demores mucho —le besó el cuello y se acostó de espaldas.Violet se acomodó sobre su pecho, subió su pierna.—Eres hermosa Violet, tienes una figura de ensueño y ni hablar de tu destreza en la intimidad.—Solo dime qué me quieres Ignacio.—Qué presumida, pero sí, es justo lo que
—Ok, Violet, es tu decisión, no quiero imponerte nada, solo quería asegurar el bienestar de Salomé, no quiero parecer tóxico, solo ten en cuenta que no estoy celoso.—Está bien, no estás celoso, para nada celoso, puedes ayudarme, evaluar mis poses, seguro que todo se verá perfecto, la lencería me quedará hermosa, mira, se verá mejor que esta, solo imagina todo.Ignacio se sirvió más agua.—¿Todo será así diminuto Violet? —inquirió señalándole el panti que usaba, se acercó para mirar mejor—. No está cubriendo debidamente lo que debe cubrir.—Si, incluso, pueden ser más pequeños, a juego con el sostén o la parte superior, hay tantos modelos, diseños, tú lo sabes, eres diseñador, pero le daré mi toque especial, ya sabes, todo se verá mejor cuando lo esté usando y si me preparas, si ayudas con algunas poses…—Basta Violet, no tienes que darme detalles.—Ok, pensé que querías escuchar que no le afectará a Salomé.Violet se dejó la camisa abierta, se acercó a servirse agua, Ignacio la mira
—Solo por ella le daremos importancia —la tumbó aprisionándole las manos—. No me importa reconocer que estaba en un error, quiero que todos sepan que eres mi mujer, alejará a los interesados, no quiero que piensen que eres una mujer libre.—No hubiera imaginado que resultaras tan tóxico, Ignacio.—No soy tóxico, no conozco ese término.—Sí, tampoco eras celoso.—No eran celos, era una estrategia, por cierto, tengo mi regalo para Salomé, ¿tú quieres que compre algo? Lo que desees, ya que no quieres un gran evento, dime exactamente que quieres para nuestra hija.—Algo familiar, ¿tu padre estará fuera para esas fechas?—Sí, está bien, podría poner el mundo a sus pies si quieres, es una O’Kelly.—Sí, también es Mauco, estamos en la misma posición, Ignacio, pero es cuestión de seguridad, por su bienestar.—Lo sé — le dio un beso y se puso de pies.Ignacio revisó su móvil mientras Violet lo miraba.—Eres un desconsiderado con tus empleados, Ignacio, es tarde, tú estás pasando bien, deja al
—Interesante —le acarició los pechos—, ¿qué te gustaría desayunar?—Ah, lo haré en casa, ya nos comimos el postre antes.—Ok, iré a dejarte, a saludar a la jefecita y haré el desayuno, piensa en mi propuesta, prometo que te gustarán los despertares a mi lado. Piénsalo, tú, nuestra hija y yo siendo una familia.—Lo somos, vamos un poco despacio, debo asumir que tendré marido.—Ok, piénsalo, te gustará, me aseguraré de ello.—Muy adecuado, me gustas Ignacio —le acarició el brazo que la arropaba—. ¿Superaste lo de los empleados?—No quiero gustarte, quiero que me ames, Violet. En cuanto a los empleados, de haberlo sabido antes hubiera hecho algo, me gusta que todo funcione, no me gusta forzar las cos… ok, contigo las forzaría todo lo necesario, al punto que voy es que si no me determinan desconozco, no soy mala persona, puedo realizar cambios y adaptarme, si la situación lo requiere.—Lo sé, lo he notado —dijo ella algo ansiosa.—Ok, vamos a la ducha, veo que de veras quieres irte. ¿Sigu
—Ok, solo ese pedacito, y no creas que siempre va a funcionarte.Ella sonrió satisfecha.Él continuó conduciendo, ella comía los chocolates. Al llegar se bajó para abrirle y recoger las compras, Violet se acomodó el abrigo y entró.Desde afuera escucharon los gritos de alegría de Salomé, Violet llamó a la puerta con la esperanza de que su hija la hubiera extrañado tanto como ella.La jefecita agitó sus manos mientras llamaba con alegría a su padre.Lana se acercó a Violet y para evitar hacerla sentir incómoda, empezó a contarle lo que habían hecho con Salomé.—Trajimos algunas cosas para el desayuno, Lana, te pagaré horas extras, te agradezco mucho.—Descuida Violet, siempre has sido muy generosa, sabes que me encanta estar con ella, además tú merecías lo que sea que te hayas quedado haciendo.—Desempolvando la cueva —dijo Mariska acercándose, saludando a todos—. Tienes una cara de que liberaste más que un demonio y ni hablar del robot, parece sacado de fábrica.Violet se sonrojó, par