Parte once

—Ok, solo ese pedacito, y no creas que siempre va a funcionarte.

Ella sonrió satisfecha.

Él continuó conduciendo, ella comía los chocolates. Al llegar se bajó para abrirle y recoger las compras, Violet se acomodó el abrigo y entró.

Desde afuera escucharon los gritos de alegría de Salomé, Violet llamó a la puerta con la esperanza de que su hija la hubiera extrañado tanto como ella.

La jefecita agitó sus manos mientras llamaba con alegría a su padre.

Lana se acercó a Violet y para evitar hacerla sentir incómoda, empezó a contarle lo que habían hecho con Salomé.

—Trajimos algunas cosas para el desayuno, Lana, te pagaré horas extras, te agradezco mucho.

—Descuida Violet, siempre has sido muy generosa, sabes que me encanta estar con ella, además tú merecías lo que sea que te hayas quedado haciendo.

—Desempolvando la cueva —dijo Mariska acercándose, saludando a todos—. Tienes una cara de que liberaste más que un demonio y ni hablar del robot, parece sacado de fábrica.

Violet se sonrojó, par
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo