Él asintió, aunque pretendía hacer caso omiso, sabía que ella se sentía del mismo modo, iba a conquistarla.
—Por cierto, Franyely estuvo aquí, quería que la empleara, le he dicho que no.—Ok, gracias por decirlo, me voy Ignacio, pasaré por Salomé y Lana más tarde.—Ok, no lo mencioné, pero estás más hermosa que de costumbre.Ella rodó los ojos y empezó a caminar, seguida por él.«Más caprichosa de lo que imaginé, pero me gusta lo difícil, lo casi imposible, por supuesto que voy a aprovecharme de que estaremos fingiendo para recuperarte Violet, no hay tiempo para esperar a que recapacites»Vio a Michael salir a su encuentro con Violet y se acercó a él.—¿Por qué estás fuera de tu puesto de trabajo? —inquirió con dobles intenciones.—Le he pedido yo que me acompañe a algo importante.Se quedó mirándola y aunque sabía que iba a conseguir molestarla, se le ocurrió un plan.—Ya no trabajas en mi empresa Violet, no tenemos un vínculo laboral y mucho menos sentimental que me permita ceder a tus deseos o permitirte disponer de mis empleados, regresa a tu puesto Michael, a menos que la señorita aquí presente acepte cenar conmigo el sábado.—No, no voy a salir contigo —dijo furiosa y mirándolo fulminante—. Qué inmaduro eres Ignacio, no te creí capaz.—Correcto, no era capaz de muchas cosas hasta que llegaste tú a cambiarlo todo, eres la única responsable de que esté actuando como un idiota para conseguir estar cerca a la mujer que me interesa.—Pues no te va a funcionar, puedo hacerlo sola.Empezó a caminar pensando este la detendría, pero al ver que no lo hizo apretó sus puños y se devolvió.—Ok, Ignacio, tú ganas, cenaré contigo, pero no esperes nada de tu chantaje tan inmaduro, es solo porque necesito a Michael.Él sonrió con risita burlona.—Puedes acompañar a mi mujer a donde ella desee, estás a su disposición Michael.—No soy tu mujer Ignacio, no soy nada de …La besó, ella forcejeó, pero no le permitió liberarse, Michael se retiró para ir con el resto que miraban con gracia lo que pasaba.—A mí me respetas —dijo y levantó su mano con la intención de abofetearlo.Se la detuvo en el aire y la jaló contra él.—No puedes ponerte tan agresiva delante de nuestra hija, no le enseñes malos modales, en su lugar puedes darme un beso.—Suéltame Ignacio, suéltame o te juro que…La miraba aun sonriendo, sujetándola por su cadera, mientras le sujetaba la mano.—Que inmaduro Ignacio, no es divertido.—Es tu culpa, no me dejas opciones, he dicho que lo siento, de verdad perdona por haber sido un idiota, no puedes negar que me quieres Violet, no puedes.—Suéltame —exigió sin contradecirlo.—¿Vas a darme una bofetada?—Suéltame Ignacio...—No puedo, quédate un poco más, no sé por qué ni como, pero has causado un problema que nos dejará en vergüenza a los dos.—¿De qué hablas?Él miró su pantalón y ella hizo lo mismo.—Estás enfermo Ignacio.—Posiblemente por ti, Violet me estás volviendo loco con tu indiferencia, todo lo que me pasa últimamente es tu culpa, no quieres verme, me evitas y hasta te mientes porque sé que sientes lo mismo, oye soy humano, cometo errores y haberte ofendido es algo de lo que me arrepiento, pero no hagas esto, no nos niegues la oportunidad de vivir lo que sentimos, por lo menos de reconquistarte.—¿Podrías acelerar la solución de tu problema?—No lo provoqué yo, pero desaparecerá en un momento, entonces podrás irte, me encanta como hueles, Violet, ¿puedo saber para qué necesitas a Michael?—No, no puedes, no le cuento a gente sin importancia en mi vida, sobre mis planes.—Orgullosa, caprichosa, inmadura —dijo y se acercó para besarla.—Idiota, no te atrevas a besarme —logró quitarse el tacón y amenazarlo.Ignacio empezó a reírse, levantó las manos y retrocedió dos pasos.—Ok, ok no te tocaré, pero le estás dando un mal ejemplo a nuestra hija, eres muy testaruda, aun así, te ves más sexi Violet.Violet miró a donde estaban los demás riendo eufóricos y que se giraron al verla mirar en esa dirección.—Chao amor —dijo Ignacio, sarcástico.Lo miró con los ojos entrecerrados y le enseñó su zapato cuál alma letal, logrando que con gesto de paz este retrocediera.Violet se alejó cojeando ante la falta de uno de sus tacones, el cual se puso al llegar con los demás, se despidió de su hija y resto de presentes, Michael, sin evitar reírse, la siguió.«Más caprichosa y altanera no podría ser, pero voy a dominarla antes de que me vuelva loco».Violet y Michael abordaron el auto, empezaron hablar de asuntos laborales, Violet le comentó la razón para solicitar su ayuda y este no tuvo problemas, se negó a recibir el pago que la mujer le ofrecía.—¿Puedo hacerte una pregunta Violet?—Las que quieras, Michael.—¿De verdad no piensas darte una oportunidad con el jefe?Violet lo miró y se echó a reír.—Oye mujer… qué inconsciente, no te descuides mientras conduces, ¿qué es tan gracioso?—Lo siento, es solo que me da mucha risa recordar el rostro de Ignacio cuando le hago entender que no pasará nada entré nosotros.—¿Qué quieres decir? Espera… ¿Tú estás jugando con el jefe?Violet volvió a reírse, esta vez sin desconcentrarse.—No, no estoy jugando con él, pero si quiero castigarlo por lo que nos hizo, dudó de mí, de ti, incluso insinuó que no debió sentir nada por mí, ya sabes sus tontas razones por las que según no le gustan las jóvenes.—Violet… vas a enloquecer al jefe, ese hombre anda desesperado por ti, no sabes cuantas preguntas me hace a diario sobre ti.—Solo un poco, se lo compensaré cuando le deje probar lo que tengo para él, por ahora que sufra un poco por inconsciente, impulsivo. Me haré la difícil un poco más, así lo pensará antes de volver a cometer un error.—Qué mala eres mujer, ¿no crees que se canse y deje de insistir? Ya sabes, es Ignacio, por algo le apodaban el robot y honestamente prefiero la versión que era antes de este error.—Lo tengo bajo control, hablando en serio, Ignacio me gusta y no solo por ser el padre de mi hija, hay muchas cosas, aunque claro también tiene muchas que no, quiero darme una oportunidad con él, lo haremos cuando lo haya castigado por inconsciente, no le digas nada por favor.Está bien, no le hablaré de tus planes, solo no lo vuelvas loco.Ella sonrió al tiempo que negaba con su cabeza a modo burla. Minutos después habían llegado al lugar, mientras Violet y Michael, escogían el material que necesitaban para lo que ella deseaba, Ignacio se paseaba con la mujercita de reunión en reunión, bajo la supervisión de Lana, el hombre no perdía oportunidad para preguntar a Lana, si Violet hablaba de él.Deseoso de conocer sus posibilidades y sintiéndose un poco mal por el modo en que había actuado, pero se dijo a sí mismo que estaba bien, después de todo ella lo había dejado sin opciones, negándose ante sus intentos para remediar su error.Emocionado por su plan de lograr conseguir lo que ya era suyo, Ignacio concluía sus reuniones. Violet con la tranquilidad de saber que lo tenía a sus pies, seguía cumpliendo con su deber.—Vamos a almorzar Lana, ¿tiene algún lugar al que quiera ir?—Podríamos pedir y comer aquí, a cómo anda las cosas y sin la seguridad de la jefeci
Inmadura, caprichosa, sé que lo estás disfrutando, que te gusta verme perder la cordura por ti, te gusta tenerme a tus pies, voy a quitarte lo caprichosa Violet.Ella lo miraba con picardía, haciéndose ideas, recorrió el fuerte cuerpo del hombre e involuntariamente mordió sus labios.—¿Lo ves? Eres una caprichosa, también te deseo Violet, me estás volviendo loco.—Tengo que irme Ignacio…—¿Por qué? ¿Tienes miedo de lo que estás provocando?—¿Miedo? Ignacio no tienes idea de lo que dices.—Demuéstramelo Violet…—Es un privilegio que te costará, Ignacio, si quieres algo debes demostrar que pensarás antes de volver a ofenderme, que puedes confiar en mí.—¿Este es tu castigo? Me estás volviendo loco, Violet te deseo, te necesito —se acercó y rozó su cuello con sus dedos—. No tienes idea de las cosas que me tienes imaginando, y no quiero sonar enfermo, pero…—Tengo que irme —excusó Violet sintiéndose acalorada por aquellas palabras, miradas y roces.—¿Estás segura de que irte es lo que des
Llamaron a la puerta, extrañado por el modo en que recordaba, solo Fermina, molesta, lo hacía, se dirigió a la misma, al darse cuenta de que era Violet, no le dio importancia al modo en que estaba.Abrió la puerta con una amplia sonrisa, Violet quien tenía listo el insulto, se detuvo al ver el torso desnudo, su marcado abdomen, su cabello húmedo.—Hola, qué linda, me trajiste flores, me siento alagado —cerró un poco la puerta para asomar su rostro—. Violet hola, hola.Concentrada en su marcado abdomen y lo que la toalla le permitía apreciar, Violet reaccionó cuando el hombre le zarandeó su mano frente al rostro, Ignacio se apoyó al marco de la puerta mientras la miraba.—¿No vas a decirme nada, Violet, me trajiste flores?—Tú… ¿Tú estás con alguien?Para mortificarla, Ignacio miró al interior y sonrió con malicia al volver a mirarla.—Que te diviertas —le dejó los cuatro arreglos que había conseguido subir—. Baja por el resto de tus flores.Violet pretendía marcharse y este la alcanzó
Tras esperar unos minutos y no verlo regresar, Violet decidió entrar, desnudo, Ignacio seguía en la llamada.Violet se acercó y acarició su espalda, Ignacio se giró y sonrió, ella pudo escuchar, se trataba de un asunto legal importante.Violet empezó acariciar sus abdominales, para terminar con su mano en el erecto miembro.—¡No! —balbuceó Ignacio al verla ponerse de rodillas—. No, Richard, no estoy hablando contigo, resume el asunto, tengo algo impor…Ignacio apretó sus labios para evitar gemir al sentir la lengua de Violet en su glande.Lo miró con morbo para después escupir en su miembro, Ignacio cerró los ojos e inclinó la cabeza, apoyó el móvil con su hombro y recogió el cabello de Violet, ayudándole a profundizar.—Richard ahora no puedo atenderte, haz lo que puedas —tiró la llamada antes de obtener respuesta.Ayudó a Violet a continuar hasta que sintió debía tomar el control.Le extendió la mano, al tenerla de pies le sonrió y acarició la mejilla para después besarla y subirla
—¿Puedo pensarlo?Se quedó observándola, Violet se mordió el labio y sonrió por lo bajo.—¿Qué te preocupa?—No he vivido antes en pareja, sería mi primera relación seria, honestamente eres mi primer novio Ignacio y…—Marido, seré tu marido Violet. Pero no debes preocuparte, no pretendo atarte, sé que aún tienes mucho que vivir, y experimentar, aunque esta última, espero sea solo conmigo, en asuntos más íntimos, sé que puedes hacer de lo nuestro algo maravilloso, será como tú quieras, pero me encantaría despertar a tu lado todos los días. Ver y recrear recetas venezolanas al desayuno y seguir practicando el Kama sutra.—Me quedaré esta noche, pero lo de vivir juntos, ¿puedo pensarlo?—Por supuesto, solo no te demores mucho —le besó el cuello y se acostó de espaldas.Violet se acomodó sobre su pecho, subió su pierna.—Eres hermosa Violet, tienes una figura de ensueño y ni hablar de tu destreza en la intimidad.—Solo dime qué me quieres Ignacio.—Qué presumida, pero sí, es justo lo que
—Ok, Violet, es tu decisión, no quiero imponerte nada, solo quería asegurar el bienestar de Salomé, no quiero parecer tóxico, solo ten en cuenta que no estoy celoso.—Está bien, no estás celoso, para nada celoso, puedes ayudarme, evaluar mis poses, seguro que todo se verá perfecto, la lencería me quedará hermosa, mira, se verá mejor que esta, solo imagina todo.Ignacio se sirvió más agua.—¿Todo será así diminuto Violet? —inquirió señalándole el panti que usaba, se acercó para mirar mejor—. No está cubriendo debidamente lo que debe cubrir.—Si, incluso, pueden ser más pequeños, a juego con el sostén o la parte superior, hay tantos modelos, diseños, tú lo sabes, eres diseñador, pero le daré mi toque especial, ya sabes, todo se verá mejor cuando lo esté usando y si me preparas, si ayudas con algunas poses…—Basta Violet, no tienes que darme detalles.—Ok, pensé que querías escuchar que no le afectará a Salomé.Violet se dejó la camisa abierta, se acercó a servirse agua, Ignacio la mira
—Solo por ella le daremos importancia —la tumbó aprisionándole las manos—. No me importa reconocer que estaba en un error, quiero que todos sepan que eres mi mujer, alejará a los interesados, no quiero que piensen que eres una mujer libre.—No hubiera imaginado que resultaras tan tóxico, Ignacio.—No soy tóxico, no conozco ese término.—Sí, tampoco eras celoso.—No eran celos, era una estrategia, por cierto, tengo mi regalo para Salomé, ¿tú quieres que compre algo? Lo que desees, ya que no quieres un gran evento, dime exactamente que quieres para nuestra hija.—Algo familiar, ¿tu padre estará fuera para esas fechas?—Sí, está bien, podría poner el mundo a sus pies si quieres, es una O’Kelly.—Sí, también es Mauco, estamos en la misma posición, Ignacio, pero es cuestión de seguridad, por su bienestar.—Lo sé — le dio un beso y se puso de pies.Ignacio revisó su móvil mientras Violet lo miraba.—Eres un desconsiderado con tus empleados, Ignacio, es tarde, tú estás pasando bien, deja al
—Interesante —le acarició los pechos—, ¿qué te gustaría desayunar?—Ah, lo haré en casa, ya nos comimos el postre antes.—Ok, iré a dejarte, a saludar a la jefecita y haré el desayuno, piensa en mi propuesta, prometo que te gustarán los despertares a mi lado. Piénsalo, tú, nuestra hija y yo siendo una familia.—Lo somos, vamos un poco despacio, debo asumir que tendré marido.—Ok, piénsalo, te gustará, me aseguraré de ello.—Muy adecuado, me gustas Ignacio —le acarició el brazo que la arropaba—. ¿Superaste lo de los empleados?—No quiero gustarte, quiero que me ames, Violet. En cuanto a los empleados, de haberlo sabido antes hubiera hecho algo, me gusta que todo funcione, no me gusta forzar las cos… ok, contigo las forzaría todo lo necesario, al punto que voy es que si no me determinan desconozco, no soy mala persona, puedo realizar cambios y adaptarme, si la situación lo requiere.—Lo sé, lo he notado —dijo ella algo ansiosa.—Ok, vamos a la ducha, veo que de veras quieres irte. ¿Sigu