—¿Puedo pensarlo?Se quedó observándola, Violet se mordió el labio y sonrió por lo bajo.—¿Qué te preocupa?—No he vivido antes en pareja, sería mi primera relación seria, honestamente eres mi primer novio Ignacio y…—Marido, seré tu marido Violet. Pero no debes preocuparte, no pretendo atarte, sé que aún tienes mucho que vivir, y experimentar, aunque esta última, espero sea solo conmigo, en asuntos más íntimos, sé que puedes hacer de lo nuestro algo maravilloso, será como tú quieras, pero me encantaría despertar a tu lado todos los días. Ver y recrear recetas venezolanas al desayuno y seguir practicando el Kama sutra.—Me quedaré esta noche, pero lo de vivir juntos, ¿puedo pensarlo?—Por supuesto, solo no te demores mucho —le besó el cuello y se acostó de espaldas.Violet se acomodó sobre su pecho, subió su pierna.—Eres hermosa Violet, tienes una figura de ensueño y ni hablar de tu destreza en la intimidad.—Solo dime qué me quieres Ignacio.—Qué presumida, pero sí, es justo lo que
—Ok, Violet, es tu decisión, no quiero imponerte nada, solo quería asegurar el bienestar de Salomé, no quiero parecer tóxico, solo ten en cuenta que no estoy celoso.—Está bien, no estás celoso, para nada celoso, puedes ayudarme, evaluar mis poses, seguro que todo se verá perfecto, la lencería me quedará hermosa, mira, se verá mejor que esta, solo imagina todo.Ignacio se sirvió más agua.—¿Todo será así diminuto Violet? —inquirió señalándole el panti que usaba, se acercó para mirar mejor—. No está cubriendo debidamente lo que debe cubrir.—Si, incluso, pueden ser más pequeños, a juego con el sostén o la parte superior, hay tantos modelos, diseños, tú lo sabes, eres diseñador, pero le daré mi toque especial, ya sabes, todo se verá mejor cuando lo esté usando y si me preparas, si ayudas con algunas poses…—Basta Violet, no tienes que darme detalles.—Ok, pensé que querías escuchar que no le afectará a Salomé.Violet se dejó la camisa abierta, se acercó a servirse agua, Ignacio la mira
—Solo por ella le daremos importancia —la tumbó aprisionándole las manos—. No me importa reconocer que estaba en un error, quiero que todos sepan que eres mi mujer, alejará a los interesados, no quiero que piensen que eres una mujer libre.—No hubiera imaginado que resultaras tan tóxico, Ignacio.—No soy tóxico, no conozco ese término.—Sí, tampoco eras celoso.—No eran celos, era una estrategia, por cierto, tengo mi regalo para Salomé, ¿tú quieres que compre algo? Lo que desees, ya que no quieres un gran evento, dime exactamente que quieres para nuestra hija.—Algo familiar, ¿tu padre estará fuera para esas fechas?—Sí, está bien, podría poner el mundo a sus pies si quieres, es una O’Kelly.—Sí, también es Mauco, estamos en la misma posición, Ignacio, pero es cuestión de seguridad, por su bienestar.—Lo sé — le dio un beso y se puso de pies.Ignacio revisó su móvil mientras Violet lo miraba.—Eres un desconsiderado con tus empleados, Ignacio, es tarde, tú estás pasando bien, deja al
—Interesante —le acarició los pechos—, ¿qué te gustaría desayunar?—Ah, lo haré en casa, ya nos comimos el postre antes.—Ok, iré a dejarte, a saludar a la jefecita y haré el desayuno, piensa en mi propuesta, prometo que te gustarán los despertares a mi lado. Piénsalo, tú, nuestra hija y yo siendo una familia.—Lo somos, vamos un poco despacio, debo asumir que tendré marido.—Ok, piénsalo, te gustará, me aseguraré de ello.—Muy adecuado, me gustas Ignacio —le acarició el brazo que la arropaba—. ¿Superaste lo de los empleados?—No quiero gustarte, quiero que me ames, Violet. En cuanto a los empleados, de haberlo sabido antes hubiera hecho algo, me gusta que todo funcione, no me gusta forzar las cos… ok, contigo las forzaría todo lo necesario, al punto que voy es que si no me determinan desconozco, no soy mala persona, puedo realizar cambios y adaptarme, si la situación lo requiere.—Lo sé, lo he notado —dijo ella algo ansiosa.—Ok, vamos a la ducha, veo que de veras quieres irte. ¿Sigu
—Ok, solo ese pedacito, y no creas que siempre va a funcionarte.Ella sonrió satisfecha.Él continuó conduciendo, ella comía los chocolates. Al llegar se bajó para abrirle y recoger las compras, Violet se acomodó el abrigo y entró.Desde afuera escucharon los gritos de alegría de Salomé, Violet llamó a la puerta con la esperanza de que su hija la hubiera extrañado tanto como ella.La jefecita agitó sus manos mientras llamaba con alegría a su padre.Lana se acercó a Violet y para evitar hacerla sentir incómoda, empezó a contarle lo que habían hecho con Salomé.—Trajimos algunas cosas para el desayuno, Lana, te pagaré horas extras, te agradezco mucho.—Descuida Violet, siempre has sido muy generosa, sabes que me encanta estar con ella, además tú merecías lo que sea que te hayas quedado haciendo.—Desempolvando la cueva —dijo Mariska acercándose, saludando a todos—. Tienes una cara de que liberaste más que un demonio y ni hablar del robot, parece sacado de fábrica.Violet se sonrojó, par
Ignacio entró a su oficina y realizó algunas llamadas para contratar el personal que se haría cargo de su padre, llamó al hombre con el cual tenía un asunto legal pendiente y quedaron de verse.Una hora después, Ignacio salió de su oficina y le pidió a Liana informar a los empleados de su decisión y de que tenían una reunión al día siguiente.Ignacio dejó las instalaciones para ir a reunirse con el hombre con el cual se disputaban el fallo de una estrategia comercial, de algún modo las malas decisiones de Fermina estaba afectando sus negocios con algunos anfitriones de su marca.Estaba tan decidido a cambiar algunos aspectos de su vida que decidió que perder una vez no sería gran cosa, ya había acumulado suficientes éxitos a lo largo de su trayectoria como el mejor en su sector, se dio cuenta de que tenía asuntos más importantes en los que concentrarse, como el disfrutar de su familia, de la presencia de su padre e hija, de su mujer, por lo mismo decidió ceder, aceptando la derrota.E
Violet se acomodó sobre él después de un beso, empezaron a hablar, mientras él le acariciaba con delicadeza uno de los brazos, pasaban de un tema a otro.Los minutos pasaban con la pareja, disfrutando de conocerse más, riendo con sus anécdotas, hablando de sus proyectos en curso.Empezó a llover y Violet se preocupó al ver que solo faltaba media hora y que la lluvia parecía intensificarse.—Voy a ir a dejarte, no te preocupes, dormirás en casa, lo prometo, aunque esté en contra de mis deseos.—Sé que es algo infantil, Ignacio, pero debes entender. Lo haré poco a poco, iré dejando el apego, es por su asma, me gusta estar cerca, cuidar de ella.Él la abrazó, no quiso insistir en que se mudara con él, no quería ser intenso.—Me gustas mucho, señorita Williams —se acercó y la abrazó mientras ella miraba por la ventana.Violet se giró y le devolvió el abrazo, acompañándolo de un beso. Empezó a levantar su suéter, Ignacio sonreía mientras la miraba.—¿Estás segura? Esto llevará más del tiem
Unos minutos más tarde, se separaron, vistieron y continuaron su camino. Ignacio conducía, ella lo miraba buscando entender sus recientes comportamientos.Habían llegado y guardado el auto, decidieron que era mejor que no subiera a despedirse de Salomé una vez más. Estaban esperando el servicio solicitado. Ignacio la tenía abrazada por la espalda, besando su cuello, disfrutando de su aroma.—Dale un beso a la jefecita, dile cuanto la amo —pidió el hombre cariñoso.—Por supuesto, avísame al llegar, Ignacio.El servicio llegó y estos se despidieron finalmente. Ignacio facilitó la dirección y el hombre empezó hablarle del clima. De la vida y otros asuntos.Para Ignacio, su vida empezó a estar llena de nuevos sucesos, escuchaba al hombre mientras pensaba en cómo estaba cambiando su vida, le gustaban las cosas que estaban sucediendo, a lo que se estaba atreviendo.El hombre dijo algo que lo hizo pensar en cuántas vivencias, se había estado perdiendo por sus absurdas reglas y forma de ver el