Llamaron a la puerta, extrañado por el modo en que recordaba, solo Fermina, molesta, lo hacía, se dirigió a la misma, al darse cuenta de que era Violet, no le dio importancia al modo en que estaba.
Abrió la puerta con una amplia sonrisa, Violet quien tenía listo el insulto, se detuvo al ver el torso desnudo, su marcado abdomen, su cabello húmedo.—Hola, qué linda, me trajiste flores, me siento alagado —cerró un poco la puerta para asomar su rostro—. Violet hola, hola.Concentrada en su marcado abdomen y lo que la toalla le permitía apreciar, Violet reaccionó cuando el hombre le zarandeó su mano frente al rostro, Ignacio se apoyó al marco de la puerta mientras la miraba.—¿No vas a decirme nada, Violet, me trajiste flores?—Tú… ¿Tú estás con alguien?Para mortificarla, Ignacio miró al interior y sonrió con malicia al volver a mirarla.—Que te diviertas —le dejó los cuatro arreglos que había conseguido subir—. Baja por el resto de tus flores.Violet pretendía marcharse y este la alcanzó, la cargó y metió a su casa.—No estoy con nadie, solo me duchaba, creí que no eras celosa.—No me importa, solo vine a dejar tus flores y reclamarte por exagerado, no debiste enviarme todos esos ramos.—Ok, enviaré menos, para la próxima, pensé que me llamarías, pero el que hayas venido es mucho mejor. ¿Cómo está nuestra hija?—Bien, tengo que irme, te dejo tus flores —dijo al verlo acercarse.La sujetó y esta lo empujó, pisó en falso y se cayó, Ignacio se fingió desmayado cuando su cabeza golpeó la mesa de centro.Violet tragó grueso y se acercó, empezó a llamarlo y al ver que no reaccionaba se agobió.—Ignacio despierta, por favor, no me hagas esto, lo siento, no quise empujarte, por favor despierta, Ignacio despierta.Lo tocaba desesperada, sin comprobar su pulso.—Despierta por favor, Ignacio despierta, prometo que te daré una oportunidad, pero no te mueras.—¿De verdad me la darás?Abrió los ojos con una sonrisita que la hizo comprender que fingía.—Qué tonto, me voy, ya estás bien.—No te vayas —le sujetó la mano—. Me golpeé la cabeza, podría tener una contusión cerebral y morir más tarde.—¿De verdad te duele Ignacio?Negó con la cabeza.—No, solo es una excusa para que te quedes, Violet.Se sentó y se acercó a ella, acarició su mejilla para después besarla.—Tienes un abdomen sexi, Ignacio —mordió sus labios después del beso.—Podrías si quieres descubrir que más te puede gustar —se puso de pies y le extendió la mano a la mujer aún sentada—. No tienes idea de cuanto te deseo, Violet.Violet lo miró y mordió su labio inferior, se acercó y acunando sus mejillas en sus manos la besó. Violet lo empujó hasta lograr que cayera sentado en el sofá, para proceder a sentarse en su regazo.Con besos errantes, Ignacio le dejaba saber lo que deseaba volver a tenerla, dejó sus labios, para besar su cuello mientras quitaba su sostén. Los recuerdos de aquella noche llegaron a Ignacio y este se detuvo.—¿Qué sucede? ¿Ya no quieres? —inquirió Violet cuando este dejó de besarla y acariciarla.—Lo recuerdo, Violet, acabo de recordar esa noche y… —le acarició la mejilla—. Lo siento, fui muy rudo. Lo remediaré.Logró quitarle el sostén, empezó a besarla. Violet se puso de pies, se retiró el abrigo, del mismo modo en que Ignacio quitó su toalla, logrando que Violet mordiera de nuevo su labio al ver su miembro y lo erecto que el hombre ya estaba.Ignacio se recostó al sofá y mientras la miraba con perversión, disfrutaba del modo lento en que Violet se retiraba el resto de sus prendas, se acarició el miembro.Violet retiró su panti y se acercó al hombre, quien se acomodó y la jaló contra él, empezó a besar su vientre, subir su mano con lentitud hasta terminar agarrando sus pechos.Parada en medio de las piernas de Ignacio, Violet inclinó la cabeza hacia atrás al sentir los besos en su monte de venus, le apretó los glúteos y le ayudó a subir una pierna sobre el sofá, Violet le agarró con fuerza el cabello al sentir su lengua moverse en círculos.Se puso de pies para tumbarla en el sofá y continuar deleitándose con su humedad. Violet evitaba gemir, pero cuando él miraba no podía evitarlo. Cerró sus ojos y los recuerdos empezaron a llegar, recordó el modo en que las drogas la habían llevado a seducir al extraño ebrio, saliendo del baño en poca ropa.Violet empezó a acariciar sus pechos mientras apoyaba sus piernas sobre los hombros del rubio que la miraba con morbo mientras le demostraba su destreza al usar su lengua.Ella abrió los ojos cuando dejó de sentir la lengua, para descubrir al hombre preparándose para entrar en ella.—¿Te estás cuidando? —preguntó con voz cachonda y frotando su miembro con saliva.Violet, asintió y este se acercó para empezar a masajear sin entrar en ella, lo dejó sobre su monte de venus, para acercarse, la besó, para después concentrarse en sus pechos, en sus pezones duros.—Me vuelves loco, señorita Williams —susurró con voz excitada y la recorrió con sus manos y mirada, adorando su belleza.Violet le sonrió y él devolvió la sonrisa, volvió sobre sus rodillas y escupió en su miembro, empezó a frotarla, Violet apretó sus pechos y mordió sus labios de nuevo, deseando sentirlo. Ignacio estaba a punto de penetrarla, cuando su móvil sonó.Violet lo atrapó con sus piernas y negó con la cabeza, indicándole no responder, él sonrió y estaba volviendo a su posición, cuando el móvil volvió a sonar.—Por favor no…—Está bien, será solo para descartar que se trate de mi padre o Salomé, nos divertiremos mucho, lo prometo hermoso pecado —le dejó un beso en su monte de venus antes de levantarse.Violet lo vio alejarse con dirección a la habitación, suspiró al ver su tatuaje y recordar esa noche.Tras esperar unos minutos y no verlo regresar, Violet decidió entrar, desnudo, Ignacio seguía en la llamada.Violet se acercó y acarició su espalda, Ignacio se giró y sonrió, ella pudo escuchar, se trataba de un asunto legal importante.Violet empezó acariciar sus abdominales, para terminar con su mano en el erecto miembro.—¡No! —balbuceó Ignacio al verla ponerse de rodillas—. No, Richard, no estoy hablando contigo, resume el asunto, tengo algo impor…Ignacio apretó sus labios para evitar gemir al sentir la lengua de Violet en su glande.Lo miró con morbo para después escupir en su miembro, Ignacio cerró los ojos e inclinó la cabeza, apoyó el móvil con su hombro y recogió el cabello de Violet, ayudándole a profundizar.—Richard ahora no puedo atenderte, haz lo que puedas —tiró la llamada antes de obtener respuesta.Ayudó a Violet a continuar hasta que sintió debía tomar el control.Le extendió la mano, al tenerla de pies le sonrió y acarició la mejilla para después besarla y subirla
—¿Puedo pensarlo?Se quedó observándola, Violet se mordió el labio y sonrió por lo bajo.—¿Qué te preocupa?—No he vivido antes en pareja, sería mi primera relación seria, honestamente eres mi primer novio Ignacio y…—Marido, seré tu marido Violet. Pero no debes preocuparte, no pretendo atarte, sé que aún tienes mucho que vivir, y experimentar, aunque esta última, espero sea solo conmigo, en asuntos más íntimos, sé que puedes hacer de lo nuestro algo maravilloso, será como tú quieras, pero me encantaría despertar a tu lado todos los días. Ver y recrear recetas venezolanas al desayuno y seguir practicando el Kama sutra.—Me quedaré esta noche, pero lo de vivir juntos, ¿puedo pensarlo?—Por supuesto, solo no te demores mucho —le besó el cuello y se acostó de espaldas.Violet se acomodó sobre su pecho, subió su pierna.—Eres hermosa Violet, tienes una figura de ensueño y ni hablar de tu destreza en la intimidad.—Solo dime qué me quieres Ignacio.—Qué presumida, pero sí, es justo lo que
—Ok, Violet, es tu decisión, no quiero imponerte nada, solo quería asegurar el bienestar de Salomé, no quiero parecer tóxico, solo ten en cuenta que no estoy celoso.—Está bien, no estás celoso, para nada celoso, puedes ayudarme, evaluar mis poses, seguro que todo se verá perfecto, la lencería me quedará hermosa, mira, se verá mejor que esta, solo imagina todo.Ignacio se sirvió más agua.—¿Todo será así diminuto Violet? —inquirió señalándole el panti que usaba, se acercó para mirar mejor—. No está cubriendo debidamente lo que debe cubrir.—Si, incluso, pueden ser más pequeños, a juego con el sostén o la parte superior, hay tantos modelos, diseños, tú lo sabes, eres diseñador, pero le daré mi toque especial, ya sabes, todo se verá mejor cuando lo esté usando y si me preparas, si ayudas con algunas poses…—Basta Violet, no tienes que darme detalles.—Ok, pensé que querías escuchar que no le afectará a Salomé.Violet se dejó la camisa abierta, se acercó a servirse agua, Ignacio la mira
—Solo por ella le daremos importancia —la tumbó aprisionándole las manos—. No me importa reconocer que estaba en un error, quiero que todos sepan que eres mi mujer, alejará a los interesados, no quiero que piensen que eres una mujer libre.—No hubiera imaginado que resultaras tan tóxico, Ignacio.—No soy tóxico, no conozco ese término.—Sí, tampoco eras celoso.—No eran celos, era una estrategia, por cierto, tengo mi regalo para Salomé, ¿tú quieres que compre algo? Lo que desees, ya que no quieres un gran evento, dime exactamente que quieres para nuestra hija.—Algo familiar, ¿tu padre estará fuera para esas fechas?—Sí, está bien, podría poner el mundo a sus pies si quieres, es una O’Kelly.—Sí, también es Mauco, estamos en la misma posición, Ignacio, pero es cuestión de seguridad, por su bienestar.—Lo sé — le dio un beso y se puso de pies.Ignacio revisó su móvil mientras Violet lo miraba.—Eres un desconsiderado con tus empleados, Ignacio, es tarde, tú estás pasando bien, deja al
—Interesante —le acarició los pechos—, ¿qué te gustaría desayunar?—Ah, lo haré en casa, ya nos comimos el postre antes.—Ok, iré a dejarte, a saludar a la jefecita y haré el desayuno, piensa en mi propuesta, prometo que te gustarán los despertares a mi lado. Piénsalo, tú, nuestra hija y yo siendo una familia.—Lo somos, vamos un poco despacio, debo asumir que tendré marido.—Ok, piénsalo, te gustará, me aseguraré de ello.—Muy adecuado, me gustas Ignacio —le acarició el brazo que la arropaba—. ¿Superaste lo de los empleados?—No quiero gustarte, quiero que me ames, Violet. En cuanto a los empleados, de haberlo sabido antes hubiera hecho algo, me gusta que todo funcione, no me gusta forzar las cos… ok, contigo las forzaría todo lo necesario, al punto que voy es que si no me determinan desconozco, no soy mala persona, puedo realizar cambios y adaptarme, si la situación lo requiere.—Lo sé, lo he notado —dijo ella algo ansiosa.—Ok, vamos a la ducha, veo que de veras quieres irte. ¿Sigu
—Ok, solo ese pedacito, y no creas que siempre va a funcionarte.Ella sonrió satisfecha.Él continuó conduciendo, ella comía los chocolates. Al llegar se bajó para abrirle y recoger las compras, Violet se acomodó el abrigo y entró.Desde afuera escucharon los gritos de alegría de Salomé, Violet llamó a la puerta con la esperanza de que su hija la hubiera extrañado tanto como ella.La jefecita agitó sus manos mientras llamaba con alegría a su padre.Lana se acercó a Violet y para evitar hacerla sentir incómoda, empezó a contarle lo que habían hecho con Salomé.—Trajimos algunas cosas para el desayuno, Lana, te pagaré horas extras, te agradezco mucho.—Descuida Violet, siempre has sido muy generosa, sabes que me encanta estar con ella, además tú merecías lo que sea que te hayas quedado haciendo.—Desempolvando la cueva —dijo Mariska acercándose, saludando a todos—. Tienes una cara de que liberaste más que un demonio y ni hablar del robot, parece sacado de fábrica.Violet se sonrojó, par
Ignacio entró a su oficina y realizó algunas llamadas para contratar el personal que se haría cargo de su padre, llamó al hombre con el cual tenía un asunto legal pendiente y quedaron de verse.Una hora después, Ignacio salió de su oficina y le pidió a Liana informar a los empleados de su decisión y de que tenían una reunión al día siguiente.Ignacio dejó las instalaciones para ir a reunirse con el hombre con el cual se disputaban el fallo de una estrategia comercial, de algún modo las malas decisiones de Fermina estaba afectando sus negocios con algunos anfitriones de su marca.Estaba tan decidido a cambiar algunos aspectos de su vida que decidió que perder una vez no sería gran cosa, ya había acumulado suficientes éxitos a lo largo de su trayectoria como el mejor en su sector, se dio cuenta de que tenía asuntos más importantes en los que concentrarse, como el disfrutar de su familia, de la presencia de su padre e hija, de su mujer, por lo mismo decidió ceder, aceptando la derrota.E
Violet se acomodó sobre él después de un beso, empezaron a hablar, mientras él le acariciaba con delicadeza uno de los brazos, pasaban de un tema a otro.Los minutos pasaban con la pareja, disfrutando de conocerse más, riendo con sus anécdotas, hablando de sus proyectos en curso.Empezó a llover y Violet se preocupó al ver que solo faltaba media hora y que la lluvia parecía intensificarse.—Voy a ir a dejarte, no te preocupes, dormirás en casa, lo prometo, aunque esté en contra de mis deseos.—Sé que es algo infantil, Ignacio, pero debes entender. Lo haré poco a poco, iré dejando el apego, es por su asma, me gusta estar cerca, cuidar de ella.Él la abrazó, no quiso insistir en que se mudara con él, no quería ser intenso.—Me gustas mucho, señorita Williams —se acercó y la abrazó mientras ella miraba por la ventana.Violet se giró y le devolvió el abrazo, acompañándolo de un beso. Empezó a levantar su suéter, Ignacio sonreía mientras la miraba.—¿Estás segura? Esto llevará más del tiem