Él sacó un pañuelo de su bolsillo y lo ató en mi cuello, luego de eso lanzó la servilleta justo donde la novia de Selim se encontraba.
— No te equivoques Princesa del Zoco, también hay otras personas que tienen dinero en esta ciudad. Quizás no tanto como tú, pero no dejamos de tenerlo.
— Espera un momento — él me miró — ¿Cómo te llamas?
— Llámame el dragón del desierto — él me guiñó el ojo —, nah, mejor conóceme cómo lo hace el resto. El perro del desierto.
— Bueno, te agradezco lo que has hecho.
— ¿Acaso no me vas a decir, perro del desierto? —Yo negué y él mostró cierto atisbo de sorpresa —. Vaya, eres interesante, como dicen. Adiós, Princesa del Zoco. Cuídate de esas locas y se más selectiva con tus amistades o, en este caso, las dementes que escogen como pareja.
Él le lanzó una mirada fugaz a Selim y después se marchó. Todos se acercaron al mismo tiempo y estaban preguntando por mí cuando mi agresora empezó a despertar.
— Creo que mejor me voy de aquí, no vaya a ser que tu novia venga a…
Un golpe en seco se volvió a escuchar y miré a Zhara con el mismo tazón que le habían dado inicialmente a esta mujer.
— Ella debe estar sedada, dado que no tenemos tranquilizantes modernos, pues tendré que ocupar los de la época medieval.
Al final Selim se llevó a su novia a cuestas. Decidí que ellos se adelantaran y hablé con el gerente del sitio que no dejaba de pedirme disculpas por lo sucedido.
— A forma de disculpa por favor lleve este postre — él colocó un empaque en mis manos — es de tres leches y la hizo el propio chef.
— No se preocupe y le agradezco por el postre, me gustaría que me dijera quién es el amable hombre que me ha salvado de la novia del ingeniero Selim.
— ¿Qué hombre? — el gerente miró al mesero que nos atendió — ¿Sabes quién es?
— Se trata del perro del desierto.
— Por favor no le digas así, creo que tiene un nombre y me gustaría saber cuál es.
— Claro, le ofrecemos mil disculpas — el gerente miró con reproche al mesero — su nombre es Zahid Iqbal.
—No me suena ese apellido en absoluto, bueno, supongo que eso es lo de menos. Quiero pagar la cuenta de lo que él consuma, aquí tiene mi tarjeta —se la extendí y saqué dinero en efectivo entonces se lo entregué al mesero —te agradezco por la atención que me brindaste, sigue siendo así de amable.
Una vez que la cuenta estaba saldada, me fui del restaurante. Al entrar al carro de mi hermano me tranquilicé al ver que la novia de Selim no se encontraba con nosotros.
— Dile a Selim que lleve a su loca a mi casa — Aramis se sorprendió por lo que escuchó — obedece, si no quieres que me enoje contigo y vaya de vuelta a mi otra propiedad.
— En serio que eres terca — él lanzó un suspiro pesado y movió su cabeza de un lado al otro — en fin, te conozco lo suficiente para saber que no vas a desistir de esa idea absurda.
— Así es, quiero hablar con ella y poner las cosas en claro de una vez. Si no esa demente es capaz de perseguirme por toda la ciudad y matarme a punto de pedradas o con cualquier cosa que se le atraviese en el camino.
Aramis llamó a Selim y quedamos de encontrarnos en mi casa. Durante todo el camino pensaba en el hombre que me había salvado, acaricié el pañuelo en mi cuello y sonreí al recordar su amabilidad.
— Zhara — la miré por el espejo retrovisor — necesito que investigues a Zahid Iqbal, él es el hombre que me ha salvado en el restaurante y quiero agradecerle de una manera más formal.
— ¿Zahid Iqbal? ¡Claro, es él! Ya se me hacía conocido de algún lado.
— ¿Lo conoces? — ella asintió — dime quién es él y también habla de su familia en caso de que lo sepas.
— Zahid Iqbal es el hijo bastardo del señor Farís. Él hace un tiempo tuvo una aventura con la hija de un empresario bastante rico y producto de eso salió embarazada, no quiso reconocer a su hijo en absoluto y trató de borrar toda pista que lo pudiera culpar. Por suerte el padre de la señorita Iqbal la decidió amparar y con el tiempo se fueron de los Emiratos Árabes, ya sabe usted que allá no hay perdón para este tipo de cosas.
— ¿Acaso es una broma? — me sorprendí al escuchar eso — bueno, vaya que las apariencias engañan y lo tenía bien escondido el señor Farís. Esas costumbres tan retrógradas son lo que detesto de mi país, en fin, espero que eso algún día cambie totalmente.
— Así es, por cierto, hablando de él, quiero decirle que quiere verla lo más pronto posible. Le dije que en estos momentos se encontraba ocupada y me dijo que es algo urgente, dice que quiere presentarle a alguien.
— Eso me suena a que quiere concretar un matrimonio con su hijo, me preguntó si es del mismo que estamos hablando o es otro. ¿Sabes si tiene otro hijo?
— Una hija, más bien — Zhara habló algo tímida y levanté las cejas — ¿Acaso cree que…?
— Felicidades, hermanita — Aramis habló en forma de burla —. Ahora te quieren volver lesbiana con tal de poner las manos en la fortuna de tu familia paterna.
— Te juro que eso es algo que no me sorprendería, estas personas hacen cualquier cosa con tal de concretar un matrimonio conmigo. Pero no creo que siendo tan reservados vengan a ofrecerme a su hija, quizás a lo mejor lo que desean es presentarme a su preciosa heredera para casarla contigo, dado que sigues soltero teniendo esa edad y también que los demás saben bien que eres mi hermano a pesar de que he mantenido esa información bien guardada para protegerte de toda la porquería que me rodea.
El rostro de Aramis se distorsionó al pensar en esa posibilidad y me reí al verlo. Decidí concretar una reunión con el señor Farís y después de eso ver si podía hablar con Zahid.
— Si la propuesta es para mí, diles que soy gay y que no acepto nada, que no mide unos 25 cm.
— ¿Y si lo consiguen? — El asco en el rostro de Aramis fue sublime — te fijas, todo por andar hablando al peso de la lengua.
Me reí y él se quedó en silencio. Al lado de Aramis podía ser yo, sin temor a ser juzgada o algo por el estilo. Por eso lo amaba tanto a pesar de que solo compartimos la mitad de nuestra sangre.
— Bueno, ya hemos llegado — Aramis estacionó el carro en nuestra casa — ¿Trajiste el agua bendita, el crucifijo, el incienso y todo lo necesario para hacer el exorcismo a esa chupacabras? Porque créeme que lo vas a necesitar. Incluso metería un poco de ajo, balas de plata y cualquier cosa que sea santa para que te proteja.
— Deja de ser tan exagerado. Es cierto que parece una demente, pero te aseguro que yo no soy una princesa delicada como todos piensan, es solo que no me gusta utilizar la fuerza si no lo considero necesario.
Entramos a la casa y Aramis lo hizo seguido de nosotros. Ella aún se encontraba inconsciente, así que la colocamos en la sala y esperamos pacientemente a que despertara.
— Aramis, necesito que llames a un doctor. Fueron dos porrazos lo que le dieron y no me quiero meter en un lío legal.
— Por favor, es más probable que metan preso al mismo alcalde antes que a ti. Pero bueno, vamos a hacer lo que la princesa dice.
El doctor llegó y la revisó, por suerte solo se encontraba inconsciente. Luego de varios minutos empezó a entrar en sí y Zhara se había armado con una sartén.
— Hola, bienvenida al mundo de nuevo — me crucé de piernas — ¿Podemos hablar civilizadamente o mi asistente personal va a tener que darte con la sartén que está sosteniendo?
— No tengo nada que hablar con la golfa que se consiguió mi hombre, eres tú la que tiene que hablar conmigo y pedirme perdón.
— Por comenzar no te tengo que pedir perdón, segundo, no soy la amante de Selim. Me llamo Kenna Rizik y soy la hermana de Aramis, el mejor amigo de tu novio. También soy la propietaria de la casa en la que viven y de la cual no me llegó conocimiento de que habían metido a otra persona — miré a Selim — esperaba al menos eso de ti.
— Lo siento mucho, Kenna. Iba a decirte, pero es que todo fue muy rápido y también tomé en cuenta que vivías demasiado ocupada viajando por todos lados.
— Es cierto, pero eso no significa que no tenga tiempo para este tipo de cosas. Ya después vamos a hablar sobre este asunto.
— Tú no le tienes que estar dando explicaciones a esta tipa. Ella debería estar agradecida por el hecho que le hemos cuidado su casa de forma gratuita. Incluso la debería denunciar porque me agredió dos veces.
— Yo no te he agredido, lo hicieron dos personas diferentes. Si quieres levantar la denuncia, pues hazlo, pero ya te digo que eso no va a proceder y, en caso de que lo haga, sacaré a cualquiera de los que te detuvieron cuando intentaste agredirme.
— No quiero hablar con esta cínica con aires de gran señora que se viene a creer mucho solo porque tiene dinero. Te voy a denunciar por andar de lujuriosa con mi hombre…
Me sentí enfadada al escuchar la manera como esa loca se refería a Selim.— Qué corriente suena eso, “mi hombre”, por favor, trata de tener un poco más de clase porque al abrir la boca solo te pones en evidencia.— Te crees mucho, ¿No es así? Vienes a pisar a los demás solo porque tienes dinero.— Querida, no me creo mucho, soy mucho. El hecho de que tú te sientas inferior a mí, es tu asunto, no el mío. Además, te pregunto, ¿De qué otra forma voy a tratar a una persona que solo me ha sabido insultar y agredir? — Anna, quiero que le pidas disculpas a Kenna por haberla herido — Selim habló firme y autoritario —. Ella tiene la razón en todo lo que dice, no es mi amante y también es la dueña de la casa en la que vivimos. Agradecida deberías estar, ya que finalmente estás en una propiedad que cumple con todas tus expectativas, ¿Tienes una puta idea lo que cuesta vivir en un sitio así? Es una fortuna, créeme que si nos cobrará la renta, ni siquiera pagándonos por cuidar la propiedad, nos
Mi decepción al ver las tres leches de vainilla fue grande, nuevamente nadie daba con el sabor que tanto me gustaba.— Ni modo, hermanita — Aramis sacudió mi cabello con su gran mano — quizás en la próxima alguien te dé tu sabor favorito.Cuando Aramis intentó meter sus dedos en mi postre, le di un golpe y solo pudo llevarse un poco de merengue.— Olvidaba lo celosa que eras con esto. En fin, pareces un perrito chihuahua cuando alguien te toca tus tres leches o cualquier comida.— No veo la necesidad de meter mano, llama y pide el tuyo si tanto quieres comer un postre. Estoy segura de que el mismísimo chef va a prepararlo en cuanto sepa de quién se trata.— Nah, aquí la princesa dorada eres tú. Yo solo soy un lacayo cuando me pongo a tu lado, pero no te preocupes hermanita que no estoy celoso y tramando una venganza para herirte porque me he sentido inferior todo este tiempo. Para drama tienes a la loca de Anna.— Y a la loca que pensaba que tú eras mi hombre, vaya, la manzana no cae
Pensé en resistirme, en empujarlo y en hacer muchas cosas. Sin embargo, no lo hice y solamente correspondí a ese beso que era tan demandante que me costaba seguirle el ritmo, en especial porque era la primera vez que besaba a alguien. Mis manos se sujetaron de sus brazos, estos eran tonificados y lo suficientemente fuertes como para apoyarme en ellos sin ningún tipo de problema.— Vaya, princesa del Zoco. Así que tomas pesado, aunque tengo que reconocer que es un whisky bastante bueno el que has bebido — él habló de tal forma que solo yo lo pude escuchar — no esperaba menos de ti.Él me soltó y me mantuve en pie con bastante dificultad, tuve que apoyarme de la mesa para poder recuperar un poco la compostura. Una vez que pude aterrizar, miré que varias personas me veían y todos sin excepción estaban con la boca abierta.— Creo que la junta puede seguir después, ofrezco disculpas por lo sucedido — miré al resto — ¿Ustedes que están esperando para irse? Desde ya les digo que no quiero ch
Selim me miró bastante incómodo, él sabía muy bien que ese trabajo, a pesar de ser tan bueno, no era mucho en comparación con lo que llevaba de tiempo.— Les voy a pedir que nos dejen a solas — miré a Aramis y al señor Delacroix — necesito hablar con Selim.Ellos se fueron y nos dejaron a solas. Me levanté de la enorme mesa que había en la sala de juntas, entonces me acerqué a la ventana que dejaba entrar una cantidad inmensa de luz natural.— Selim, sé bien que eres un excelente ingeniero civil. Me atrevería a decir que el mejor que esta empresa tiene — me di la vuelta y lo miré fijamente — es por eso que tu trabajo me deja demasiado decepcionada. Entre más días de retraso tengamos, es más dinero el que se pierde. Sabes bien que esto no me afecta totalmente a mí; sin embargo, si lo hace con las personas que dependen del trabajo que les da esta empresa, y entre esas personas se encuentra mi hermano junto con el señor Delacroix, que es como un padre para mí.— Sé bien que el trabajo qu
Podía ver cierta sorpresa en los ojos de Zahid, aunque casi no se veía, pues noté cierto cambio en su mirada.— Nunca me han importado las habladurías de los demás y sé bien que en el fondo eres una buena persona, pero esta sociedad te ha hecho pasar por alguien malo, todo por culpa de la forma como te concibieron. Ya sé bien lo que Farís le hizo a tu madre y lamento mucho que las cosas se dieran así.— Interesante, quién diría que la princesa llorona tiene el valor de tocar un tema que es un tabú en el medio por el que te mueves. Pensé que solo eras una llorona que se lamentaba porque un idiota no la ama de la forma que ella lo ama.— En definitiva, contigo no se puede hablar con cortesía, en fin. Es cierto que me duele el hecho de que Selim no me quiere de la manera que yo lo quiero; sin embargo, no ando llorando y, aunque así fuera, no creo que tenga algo de malo. Todos en cierto punto necesitamos llorar y tú no eres la excepción. Si acaso algún día necesitas un hombro para llorar,
Vaya, esa invitación, sí que no me la esperaba. ¿Será buena idea ir? Mmm, no lo sé. Se supone que iba a estar aquí por un corto tiempo y ahora estoy festejando como si me viniera a vivir aquí.“¿Puedes o no? Sé bien que te gusta la playa a pesar de todo. Entiendo que eres una mujer ocupada, pero no todo es trabajo y lo sabes bien.— Lo sé, está bien, hay que ir. Supongo que Aramis y Zhara vienen con nosotros, porque dudo mucho que la invitación sea dirigida solo para mí. ¿O me equivoco?“Claro que no, ellos también vienen — Selim respondió a toda prisa y la pequeña esperanza que tenía se vio esfumada por completo — de eso quería hablar. Viene también Anna.”— Ya salió el peine, entonces lo lamento, pero no podré asistir. Sabes bien que la novia que has escogido me detesta sin motivo aparente y hace un romance entre nosotros que solo existe en su cabeza.“Por favor no hagas esto, se supone que es para celebrar tu regreso y si faltas tú, ¿Qué se puede festejar?”— Lo siento, pero no, si
Pude ver la decepción en los ojos de Farís, sonreí porque sabía bien que ella no haría tal cosa. Devika era la única persona con la que me llevaba bien de esa familia, era una buena chica.—Entonces ya sabes la condición, Farís —abrí la puerta de mi apartamento —adiós, ni se te ocurra hacer un escándalo porque voy a llamar a la policía. Te recuerdo que tienes una orden de restricción y no te puedes acercar a mí.La puerta se cerró y él insistió un poco más, pero después se lo llevó su adorado hijo-sobrino. Así que el viejo se encuentra casi en la quiebra y queriendo concretar un matrimonio con la Princesa del Zoco, vaya que es interesante.Esa chica me encantaba fastidiarla, verla enojada era bastante tierno e incluso cuando maldecía. Al recordar el sostén que usaba y todos esos tirantes en forma de cruz sobre su pecho… Demonios… Tenía que reconocer que la deseaba y vaya que mucho.—Maldición — sentí un dolor punzante en mi entrepierna — ¿Es en serio? Pareces un conejo hormonal, no pu
La princesa del Zoco se encontraba de compras y era acompañada por su asistente personal, ellas veían unos trajes de baño que se veían bastante reservados. ¿Así que piensan ir a la playa o a la piscina? Será interesante verla con este tipo de prendas, ya me la imagino cubriéndose con sus brazos o con una camiseta oversize.— ¿Hermano? — Devika habló y sonreía con picardía — se te van a ir los ojos. Si tanto te interesa esa bella señorita deberías acercarte a ella.— ¿Sabes quién es esa bella señorita? — Devika negó — vaya, ¿En qué clase de cueva vivías o te tenían? Todo mundo en esta ciudad sabe bien que ella es la princesa del Zoco.— Así que esa es la mujer que puede salvar a mi familia de la ruina, ¿Con ella te ibas a casar? Pues tengo que reconocer que tienes buen gusto, es hermosa.— No pensaba casarme con ella, te recuerdo que para un matrimonio tienen que estar de acuerdo ambas partes y este no es el caso. A duras penas me tolera y a mí me encanta fastidiarla demasiado, ya sabe