Kenna se levantó y acarició el pene de Zahid que la miraba totalmente sorprendido por la actitud de esta mujer.—También este amigo tiene que recargar baterías. Pero de esta habitación no vas a salir pronto.Y fue tal como Kenna lo había dicho, ella se encerró por completo en el cuarto de Zahid. No hubo un solo rincón que no conociera la pasión de estos dos, desde el baño hasta incluso la ventana que daba a la otra casa.—Cariño, creo que es suficiente —él gruñó y miró a Kenna —demonios…Kenna tomó el pene de Zahid y lo introdujo totalmente en su boca, ella lo sacaba y lo volvía a meter. Incluso le daba pequeñas mordidas que eran totalmente placenteras para este hombre.—Sigue —él puso su mano en la cabeza de Kenna y la hizo bajar —eso, bebé.Los ruidos guturales que salían de la garganta de aquella mujer, solo favorecían a que el pene de Zahid se endureciera cada vez más.—Vamos, córrete para mí.Kenna comenzó a masturbarlo a una velocidad que pronto tuvo toda la leche de Zahid en su
Al día siguiente ellas empiezan a vestir a Kenna, cuando finalmente estaba lista, Selim la esperaba en la parte de abajo.—¿Nos vamos? —él extendió su mano —tu hermano me ha dado el honor de entregarte.Kenna sonrió y asintió, detrás de la limusina iban los empleados en otros vehículos que ella proporcionó para que estuvieran presentes en su matrimonio.Selim y Kenna iban caminando hacia el altar mientras que Zahid estaba esperándola se encontraba sonriendo de lado a lado —Cuánto me gustaría estar en el lugar de Zahid.—Lo siento tanto, Selim.—No tienes por qué sentirlo, después de todo te perdí por preferir a alguien que solo vino a atormentar nuestras vidas, yo sabía muy en el fondo que Zahid aún estaba arraigado en tu corazón, solo que no quería aceptarlo. —En serio que intenté quererte siempre, deseaba que fueras tú quien esperará al final del altar. Pero las cosas no sucedieron así y perdón por lo que te voy a decir, pero prefiero a Zahid antes que a ti.—No te preocupes, yo s
Cada vez que escucho hablar a los demás sobre su primer amor, viene a mi mente una sola persona y es exactamente la misma que ha permanecido en mi corazón durante más de dos décadas. Selim, ese era su nombre. —Señorita Rizik, hemos llegado a la ciudad — la azafata me habló mientras se inclinaba — por favor abróchese el cinturón.Así lo hice y mientras el avión descendía desde los cielos, veía la ciudad más claramente. El aterrizaje fue perfecto y me puse mis lentes de sol, bajé a pasos largos y ya en tierra me esperaba mi asistente personal.— Señorita Rizik, el jeque Farís la invita a cenar el día de hoy. Quiere celebrar su llegada a la ciudad. También el director general desea invitarla a desayunar al hotel…— Ten calma, Zhara. Apenas estoy llegando a la ciudad, hay otras cosas que me gustaría hacer, aparte de ir a comer con personas que solo buscan como concretar un matrimonio conmigo. Por un demonio, quiero ver a mi familia y amigos.— Disculpe, señorita Rizik — ella se inclinó c
Mi cuerpo se acopló en el carro y después el potente motor arrancó. El dolor seguía latente y tenía miedo de perder la vista.— Ya hemos llegado — escuché cuando Selim se desabrochó el cinturón y lo hizo con el mío — espera un momento.Nuevamente, me cargó y escuché el ruido tradicional del hospital junto con el olor al desinfectante que llegaba hasta mi nariz.— Necesito ayuda, ella no puede abrir los ojos y la han golpeado. Por favor, se trata de la señorita Kenna Rizik.Estas simples palabras fueron suficientes para que todo el personal se moviera de manera desenfrenada. Los doctores llegaron e intentaron hacer que Selim se fuera, pero lo dejaron, ya que yo no quería estar sola.— ¿Qué le sucede, señorita Rizik? — un doctor me preguntó mientras escuchaba que se ponía los guantes — ¿Quién la agredió?— Fue una persona que no conozco, ella me arrojó un vaso con agua helada y algunos pedazos de hielo entraron en mis ojos. Me duelen demasiado y no puedo abrirlos, por favor dígame que n
Él sacó un pañuelo de su bolsillo y lo ató en mi cuello, luego de eso lanzó la servilleta justo donde la novia de Selim se encontraba.— No te equivoques Princesa del Zoco, también hay otras personas que tienen dinero en esta ciudad. Quizás no tanto como tú, pero no dejamos de tenerlo.— Espera un momento — él me miró — ¿Cómo te llamas? — Llámame el dragón del desierto — él me guiñó el ojo —, nah, mejor conóceme cómo lo hace el resto. El perro del desierto.— Bueno, te agradezco lo que has hecho. — ¿Acaso no me vas a decir, perro del desierto? —Yo negué y él mostró cierto atisbo de sorpresa —. Vaya, eres interesante, como dicen. Adiós, Princesa del Zoco. Cuídate de esas locas y se más selectiva con tus amistades o, en este caso, las dementes que escogen como pareja.Él le lanzó una mirada fugaz a Selim y después se marchó. Todos se acercaron al mismo tiempo y estaban preguntando por mí cuando mi agresora empezó a despertar.— Creo que mejor me voy de aquí, no vaya a ser que tu novia
Me sentí enfadada al escuchar la manera como esa loca se refería a Selim.— Qué corriente suena eso, “mi hombre”, por favor, trata de tener un poco más de clase porque al abrir la boca solo te pones en evidencia.— Te crees mucho, ¿No es así? Vienes a pisar a los demás solo porque tienes dinero.— Querida, no me creo mucho, soy mucho. El hecho de que tú te sientas inferior a mí, es tu asunto, no el mío. Además, te pregunto, ¿De qué otra forma voy a tratar a una persona que solo me ha sabido insultar y agredir? — Anna, quiero que le pidas disculpas a Kenna por haberla herido — Selim habló firme y autoritario —. Ella tiene la razón en todo lo que dice, no es mi amante y también es la dueña de la casa en la que vivimos. Agradecida deberías estar, ya que finalmente estás en una propiedad que cumple con todas tus expectativas, ¿Tienes una puta idea lo que cuesta vivir en un sitio así? Es una fortuna, créeme que si nos cobrará la renta, ni siquiera pagándonos por cuidar la propiedad, nos
Mi decepción al ver las tres leches de vainilla fue grande, nuevamente nadie daba con el sabor que tanto me gustaba.— Ni modo, hermanita — Aramis sacudió mi cabello con su gran mano — quizás en la próxima alguien te dé tu sabor favorito.Cuando Aramis intentó meter sus dedos en mi postre, le di un golpe y solo pudo llevarse un poco de merengue.— Olvidaba lo celosa que eras con esto. En fin, pareces un perrito chihuahua cuando alguien te toca tus tres leches o cualquier comida.— No veo la necesidad de meter mano, llama y pide el tuyo si tanto quieres comer un postre. Estoy segura de que el mismísimo chef va a prepararlo en cuanto sepa de quién se trata.— Nah, aquí la princesa dorada eres tú. Yo solo soy un lacayo cuando me pongo a tu lado, pero no te preocupes hermanita que no estoy celoso y tramando una venganza para herirte porque me he sentido inferior todo este tiempo. Para drama tienes a la loca de Anna.— Y a la loca que pensaba que tú eras mi hombre, vaya, la manzana no cae
Pensé en resistirme, en empujarlo y en hacer muchas cosas. Sin embargo, no lo hice y solamente correspondí a ese beso que era tan demandante que me costaba seguirle el ritmo, en especial porque era la primera vez que besaba a alguien. Mis manos se sujetaron de sus brazos, estos eran tonificados y lo suficientemente fuertes como para apoyarme en ellos sin ningún tipo de problema.— Vaya, princesa del Zoco. Así que tomas pesado, aunque tengo que reconocer que es un whisky bastante bueno el que has bebido — él habló de tal forma que solo yo lo pude escuchar — no esperaba menos de ti.Él me soltó y me mantuve en pie con bastante dificultad, tuve que apoyarme de la mesa para poder recuperar un poco la compostura. Una vez que pude aterrizar, miré que varias personas me veían y todos sin excepción estaban con la boca abierta.— Creo que la junta puede seguir después, ofrezco disculpas por lo sucedido — miré al resto — ¿Ustedes que están esperando para irse? Desde ya les digo que no quiero ch