Pude ver la decepción en los ojos de Farís, sonreí porque sabía bien que ella no haría tal cosa. Devika era la única persona con la que me llevaba bien de esa familia, era una buena chica.—Entonces ya sabes la condición, Farís —abrí la puerta de mi apartamento —adiós, ni se te ocurra hacer un escándalo porque voy a llamar a la policía. Te recuerdo que tienes una orden de restricción y no te puedes acercar a mí.La puerta se cerró y él insistió un poco más, pero después se lo llevó su adorado hijo-sobrino. Así que el viejo se encuentra casi en la quiebra y queriendo concretar un matrimonio con la Princesa del Zoco, vaya que es interesante.Esa chica me encantaba fastidiarla, verla enojada era bastante tierno e incluso cuando maldecía. Al recordar el sostén que usaba y todos esos tirantes en forma de cruz sobre su pecho… Demonios… Tenía que reconocer que la deseaba y vaya que mucho.—Maldición — sentí un dolor punzante en mi entrepierna — ¿Es en serio? Pareces un conejo hormonal, no pu
La princesa del Zoco se encontraba de compras y era acompañada por su asistente personal, ellas veían unos trajes de baño que se veían bastante reservados. ¿Así que piensan ir a la playa o a la piscina? Será interesante verla con este tipo de prendas, ya me la imagino cubriéndose con sus brazos o con una camiseta oversize.— ¿Hermano? — Devika habló y sonreía con picardía — se te van a ir los ojos. Si tanto te interesa esa bella señorita deberías acercarte a ella.— ¿Sabes quién es esa bella señorita? — Devika negó — vaya, ¿En qué clase de cueva vivías o te tenían? Todo mundo en esta ciudad sabe bien que ella es la princesa del Zoco.— Así que esa es la mujer que puede salvar a mi familia de la ruina, ¿Con ella te ibas a casar? Pues tengo que reconocer que tienes buen gusto, es hermosa.— No pensaba casarme con ella, te recuerdo que para un matrimonio tienen que estar de acuerdo ambas partes y este no es el caso. A duras penas me tolera y a mí me encanta fastidiarla demasiado, ya sabe
Terminamos las compras y luego las invité a comer un helado, estábamos sentados en una mesa de la planta baja cuando varias personas se acercaron para tomarse una foto con la princesa del Zoco. En fin, las cosas que tenía que soportar.— Adiós — ella les sonrió amablemente — que tengan un buen día.— “Adiós” — sonreí con burla mientras movía mis pestañas — “que tengan un buen día.”— ¡Eres un idiota! — Ella me dio un golpe — ¿Por qué te encanta fastidiarme tanto? Desde que nos conocimos, eres así.— Es porque he encontrado un nuevo juguete y no lo quiero soltar, espera princesa que tienes un poco de helado en tu rostro.Me acerqué y pasé mi lengua cerca de sus labios, el rojo carmesí en sus mejillas fue enormemente satisfactorio para mí y luego me recosté en mi silla.— Listo, ¿Por qué estás roja, princesita? — puse mi frente con la suya y nuestros ojos se encontraron — vaya, al parecer tienes fiebre. Deberías guardar reposo si estás enferma y no andar de compras.— ¡Qué fiebre ni qué
Ella abrió y cerró la boca varias veces, quería decir algo, pero no podía. En sus manos se encontraba un pastel que sostenía con mucha fuerza; lo tomé y se lo entregué a una de las empleadas.Saqué mi celular, ya que seguía con la misma expresión chistosa, y le tomé una foto.—Te juro que pareces un pescado intentando respirar fuera del agua. ¿Qué se supone que estás haciendo aquí? —¡Es lo que yo tengo que preguntar! ¡Te has mudado al lado de mi casa! —Ella reaccionó finalmente —¡No puedo creer hasta donde ha llegado tu cinismo!—Necesitaba una casa más grande y esta se encontraba disponible, además es un sitio bastante seguro y como puedes imaginar soy hermano soltero.—Eres un idiota, yo me largo de aquí. Espero que disfruten el pastel, a pesar de todo, es delicioso.Pude escuchar cómo ella resopló molesta, cerré la puerta y al ver en el comedor miré a Devika comiendo el postre de tres leches.—Es divino, ¿Quién lo ha traído? Pude haber jurado que escuché a Kenna, ella es muy buena
Ella se encontraba tan enojada que sus pómulos se miraban un tanto más rojos que de costumbre y había cierta chispa en su mirada.—¿Sabes? No lo había pensado, pero en definitiva es una idea genial — alcé mis pulgares — felicidades, princesa del Zoco, al parecer tienes la cabeza para algo más que para cargar esas feas greñas.— ¡Te detesto! Eres un barro en el…— ¿En el? — puse mi mano detrás de mi oreja — ¿Por qué la princesita del Zoco se ha quedado a medias? Vamos, dilo. ¡Eres un barro en el culo!— Ya tú lo dijiste, no veo la necesidad de estarlo repitiendo — miré que ella tomó una bolsa — por cierto, ten esto.Ella arrojó la bolsa y al sacar la prenda que estaba dentro, miré mi chaqueta de cuero. La misma que le había dado para que se cubriera, al parecer la había mandado a lavar, ya que se veía limpia.— Esa chaqueta estaba inmunda, no puedo creer lo descuidado que eres con tus cosas. No es nada complicado de hacer, en especial si…— Gracias — le dije de forma sincera e interrum
— Y pensar que soy la hermana menor, ni yo llego a tanto narcisismo como tú.Devika me dio un codazo y seguí manejando. Luego de un buen rato llegamos a la playa y la propiedad en la que nos íbamos a quedar no me sorprendió, al final se trataba de la casa de la princesa del Zoco.— Aramis, la piscina no se encuentra techada. Pensé que lo iba a estar para estas fechas. Disculpa, si estoy siendo muy melindrosa, pero ya sabes mi problema con el sol.— Lo siento, hermanita. Hubo unas complicaciones y preferí priorizar la piscina de la casa, puesto que ahí vas a pasar más tiempo.— No te preocupes, sé bien que hiciste tu mayor esfuerzo — ella le dio un beso a su hermano en la mejilla — además traje protector solar. Solo lo dejaré aquí abajo para no olvidarlo en mi cuarto.Ella sacó su protector solar y miré que era de alta protección, después de eso una empleada llegó a darnos la bienvenida y se acercó a la princesa para decirle algo al oído. Luego de esto se fue con una gratitud de su jef
Estaba hirviendo y el termómetro mostraba que tenía 39 grados. Me sentí furioso, así que bajé nuevamente en busca de ese tipo. Él abrazaba a su novia y esto fue lo que hizo que me pusiera peor.—Escucha — empujé a Anna y lo sostuve por la camiseta —en estos momentos la mujer que consideras una amiga se encuentra pidiendo por ti. No es por su hermano, por Devika o por mí; es por ti exclusivamente. Así que vas a dejar a esta loca de lado e irás a ver a la Princesa del Zoco, no es algo que se encuentre a discusión.—Selim no tiene ninguna responsabilidad de estar cuidando a esa mujer, su deber es estar a mi lado.—Tú cállate y ve a nadar.La empujé a la piscina y el agua nos salpicó, justo por eso era que no me gustaba juntarme con las personas. Habían algunas que eran más que brutas y aquí tenemos el perfecto ejemplo.—Ve a ver a esa mujer que se encuentra en cama por la loca que te has conseguido como novia. Si pidiera por alguien más, créeme que no estaría acá.—Pero…—Suficiente, tra
—Eres un insoportable —le lancé la almohada y él la esquivó —. ¡Además, bien le hubieras dicho a Devika que no querías prestar tu casa! Estoy segura de que ella lo hubiese entendido.—Princesa del Zoco, deberías mejorar tu puntería.Zahid me lanzó la almohada y me dio justo en la cara, él se fue mientras lo escuchaba reír a carcajadas. Sentí tanto enojo que por poco despedazo sus preciosas almohadas.—Kenna —Aramis entró al cuarto que estaba a oscuras —¡Ay!De repente sentí que un tazón me cayó en la cabeza y seguido de esto un líquido que recorría mi piel que por suerte se encontraba frío.—Encender luces.La voz de Zahid resonó en la habitación y después de eso toda la pieza se alumbró. Él me miró, pensé que se iba a aguantar, pero al final terminó riendo a carcajadas y se doblaba a la mitad.—Princesa del Zoco, sinceramente te imaginaba llena con otro tipo de leche —él se acercó a mí y me lamió —pero estás deliciosa.—¡¿Qué haces?! Deja de pasarme tu lengua cochina por mi piel, ¿Ac