Ley del espía: Nunca reveles tu identidad. Para Roksana, una espía rusa cuya misión es robar información del Pentágono, romper esta ley no llegó a estar en su mente; gracias a Taylor Johnson, el hijo del presidente de los Estados Unidos, revelar su identidad será ganar dominio sobre él. «Le doy mi palabra, de que, si llega a estar en peligro la salvaré, cuésteme lo que me cueste» A pesar de su extraña relación y una novia llena de celos interponiéndose entre ellos, tendrán que superar su resentimiento mutuo para poder salvar sus vidas, no es cuando, todo parece ir a la perfección, que el secreto de Taylor sale a la luz: «¿El responsable de la muerte de mi hermano?» Una relación llena de malentendidos y rencor, una relación prohibida entre dos naciones que se detestan entre sí, ¿podrá Roksana completar su misión y regresar a Rusia? O ¿preferirá darle la espalda a su amada nación?
Leer másUnos pasos se detuvieron frente a él, elevando su cabeza, se encontró con la cálida mirada de Roksana —¿Qué haces ahí tirado? Ya te había dicho la contraseña para que pasaras — Una pequeña risita se escapó de sus labios mientras extendía su mano en dirección al joven para que se pusiera de pie. —¿Cómo te fue en tu noche loca con Irene? — preguntó una vez que estaban en el interior del departamento. Las mejillas de Taylor se enrojecieron y evitó a toda costa que Roksana lo observara.—Ella me dijo que tú estabas herida en su casa, o que algo te había pasado, sentía tanto miedo por ti que corrí directo a su trampa, solo recuerdo que desperté con un dolor horrible de cabeza. Yo… No sé exactamente qué sucedió en el tiempo de mi inconsciencia ¡Pero te juro que no hice nada con ella! Los dos sabemos que la detesto, aunque… estoy dispuesto a sufrir cualquier consecuencia que esto me traiga, o si no me quieres volver a ver jamás. Haré lo que sea que tú me pidas.El rostro de Roksana permanecí
—¿Qué está pasando aquí? — cuestionó Roksana intentando no elevar demasiado el tono de su voz, sentía cómo el calor se apoderaba de ella al mismo tiempo de querer golpearlos a ambos; sin embargo, ella tenía una cosa demasiado clara: Taylor nunca había sentido algo por Irene. Y ahí fue dónde comenzó a fallar el plan, si tan solo, hubiera sido otra mujer la que se encontraba al lado de Taylor, lo habría llegado a creer y el fuego de los celos de Roksana se encendería sin ninguna señal de advertencia; pero estaba Irene. No había nada más, sino simplemente Irene.—Roksana… yo… ¿Qué haces aquí? — preguntó la joven con un gesto de confusión y sorpresa, se sentó y cubriendo su cuerpo con la sabana se dispuso a aclarar el malentendido con Roksana. —Es una pena que nos hayas encontrado así, sé que eres la amiga de Taylor y que probablemente conozcas nuestro pasado.Roksana suponía comprender a dónde se dirigía eso, así que se limitó a sacudir su cabeza de un lado a otro y se sentó en el lugar
Roksana y sus compañeros habían pasado una vez más, la noche acompañando a Irene, poco antes de que el sol iluminara el día con fuerza, ella había sido dada de alta, todos mostrando un poco su apoyo frente a lo que ella había vivido, la acompañaron a casa; ninguno de sus padres estaba en el sitio, lo que había hecho un poco más sencillo el regreso de Irene.—¿Qué piensas responder cuando ellos te pregunten en dónde estabas? — cuestionó Verónica dejando un poco de agua en frente de su nueva amiga. Ella se mantuvo en silencio por unos momentos sin que la excusa perfecta cruzara por su cabeza.—Podría simplemente decir que se quedó en casa de una amiga que se encontraba enferma. Si ellos llegan a preguntar más detalles, podría llamar a alguna de nosotras, tiene nuestros números. Oh, y cuando el criminal sea atrapado, nos encargaremos de que todo se solucione de la manera menos ruidosa posible… y si gustas, todo esto permanecerá oculto, incluso de tus padres — intervino Roksana.—Roksi, e
Roksana cruzó por la puerta con una amplia sonrisa, estaba haciendo todo lo posible para dejar atrás lo que su identidad falsa había tenido en contra de Irene; esta era una oportunidad para comenzar desde cero, además de eso, ella sentía lástima por lo que había pasado; eso sin contar que ella había oído abandonada por su prometido sin ningún tipo de cuidado.—Hablé con el encargado y se está desplegando una búsqueda en la zona, el primer lugar de rastreo serán las montañas y sus alrededores, de esa manera no habrá posibilidades de que él llegue a escapar a algún otro lugar. ¿Cómo te sientes, Irene? — interrogó la chica apoyándose en la puerta. —¿Y los chicos, dónde están? — preguntó frunciendo el ceño.—Fueron por comida — respondió Taylor, con una pequeña sonrisa que estaba intentando ocultar. En contra de todo lo que él quería reflejar, el hecho de que su rostro se iluminara en el momento mismo en el que escuchó la voz de Roksana, terminó delatándolo frente a los ojos de Irene; sin
Roksana abandonó el lugar y se dirigió en busca del comandante, ella no podría hacer mucho por su cuenta y si deseaba que todo se acelerara, era necesario que ella fuera con alguien que tenía un poco más de autoridad. Luego de un par de minutos llegó a la oficina del hombre, pero sorprendentemente él no se encontraba ahí, lo esperó por un tiempo mientras curioseaba alrededor, pero no había señal alguna de él. —Hey, Larry, ¿Has visto al comandante Fisher? Debo entregarle algo urgente y no lo veo en su oficina — susurró ella justo después de interceptar a uno de los tenientes con los que había intercambiado un par de palabras antes. Él conocía que ella, a pesar de no tener un «título de militar» había servido en algunas de las misiones y que, también se había llegado a convertir en la mano derecha de Fisher. —Sí, está en el karaoke del edificio que está al frente de este ¿Lo conoces? — preguntó elevando una de sus cejas, con lentitud, Roksana negó llevando su cabeza de un lado a otro.
—Taylor, ¿Podrías prestarme la libreta de tu bolsillo? — cuestionó ella extendiendo su mano con firmeza, Taylor la observó con un poco de confusión, en ningún momento había puesto una libreta en su bolsillo, es más, él nunca cargaba nada en su bolsillo además de su billetera. —Es que no tengo bolsillos y la dejé ahí, en la bolsa derecha de tu chaqueta — aclaró para evitar algún malentendido, y, además de eso, ella sabía que Taylor no comprendería si no le hablaba con claridad.—Aquí está — masculló frunciendo el ceño, aún no se acostumbraba a que su compañera pudiera meter y sacar cosas sin ser notada, jamás olvidaría el día en el que logró tomar su arma sin ningún tipo de dificultad, ¿sería eso lo que le hizo sentir más atracción por ella? ¿El simple hecho de saber que era una mujer peligrosa? Bueno, el cerebro se enamora más fácil cuando hay peligro alrededor, por eso, no olviden subir a la montaña rusa en su primera cita.—Gracias. Bueno, Irene ¿Puedes describirme el aspecto del ho
Taylor pensó detenidamente sin abrir sus labios, si provenía de Roksana, todo podría ser una trampa. —Yo — masculló aclarando una vez más su garganta, había comenzado a mover rítmicamente sus extremidades inferiores, procurando ocultar su notorio nerviosismo. —Cuando nos conocimos, yo no supe la existencia de Roksana, estaba limitado a la identidad de Sharon; a pesar de eso, Sharon era irritantemente amable, por lo que llegó a molestarme en ese aspecto. Con el tiempo descubrí el misterioso lado de Roksana, aunque no sabía cómo describirle, y sí, ese fue el que me llegó a atraer — interrumpió su discurso para tomar la mano de Roksana. —Estoy seguro de que ese lado misterioso que me atrajo era la verdadera Roksana ¿No es así? Me enamoré de ese peligroso lado tuyo, que deseó por un momento lanzar a mi hermano al caudaloso rio.La joven se mantenía en silencio observando con detenimiento a su compañero, ¿Lo había dicho con honestidad o simplemente estaba intentando salirse con las suyas y
—¿Estás segura de que vas a ir a ver a Irene? Me refiero a que, a pesar de que ella no te reconozca, tú sabes muy bien quién es y qué tantas cosas habían llegado a hacerle — el tono de voz de Taylor era un poco suave, él no deseaba que Roksana se encontrara en una situación incómoda, además, él estaba reconsiderando la idea de ir al hospital por esa misma razón. Nathan perfectamente podía encargarse de Irene y de esta manera no tendrían que relacionarse con ella.—Sí, estoy segura. La curiosidad acerca de lo que pasó me está carcomiendo… y… ¿Quién sabe si esta vez podamos llevarnos de una mejor manera? — sus palabras se interrumpieron gracias a un suspiro que se escapó de sus labios. —Creo que deberíamos, por ahora, mantener en secreto que nos conocemos delante de ella, o por lo menos que tenemos algo ¿Recuerdas? Tú estabas perdidamente enamorado de Sharon, sería extraño que ella despertara y te viera con una persona diferente ¿No? Podríamos levantar sospechas y lograr una colaboració
Taylor intentaba mantener la calma en ese momento; sin embargo, sentía como su cuerpo comenzaba a arder. Roksana por su parte lo observaba en silencio, ella disfrutaba ver ese gesto en su compañero, a pesar de eso, ella sabía perfectamente que no había cometido ningún pecado… Bueno, no a comparación de la persona que se encontraba en frente, con una sonrisa ladina y después de haber bebido un poco de vino, posó su mirada una vez más sobre Taylor.—¿Eso dice la persona que, a pesar de haberse comprometido con la hija del ministro, le echó el ojo a la enfermera de su padre? — ella aclaró con pudor su garganta, claro estaba que en aquella pequeña «lucha» ella había salido ganadora.Taylor se atragantó con su bebida e intentaba excusarse de diferentes maneras; sin embargo, esto no le había ayudado en lo absoluto. Él lo sabía, pero aun así, mantenía abriendo su boca.—Sé muy bien que no estabas de acuerdo con esa relación — expuso la joven intentando contener su risa. —Pero eso no signific