22. La llovizna

La rutina bien planeada y elaborada de Hadriel había sido asaltada por una mariposa, cuyo aleteo había aflorado raros sentimientos que se habían mantenido ocultos en los lugares más inhóspitos de su alma. No era amor, ni tampoco enamoramiento. Era un enorme deseo de protección y pasión, los que habían emergido de ser al compartir con ella. Llegó espacioso baño, en el que los vidrios de la ventana, así como los de la sala de estar, dejaban ver un maravilloso paisaje de la ciudad. Había una tina, que estaba encima de pequeños pisos más pequeños, y junto a ella había una silla. Estaba el lavabo con un enorme espejo. También se podía divisar un armario de vidrio donde estaban las toallas y demás ropas sanitarias, y al lado estaba la zona de la ducha, protegido por muros de cristal. La puso con cuidado en el piso y se dio media vuelta. Agarró dos de las toallas que estaban disponibles; liberándose así del de la pesada sábana, para pasar a taparse con la nueva prenda que había alcanzado. Es
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo