25. Los sueños

Hadriel, nada más con ese simple comentario, supo del problema que había encaminado a su Cenicienta a aceptar el trabajo de dama de compañía. Si era virgen, no podía tener hijos, entonces debía ser por un hermano o alguno de sus padres. Seguiría averiguándolo más adelante. Estaba muy interesado en ella y quería ayudarla en lo que pudiera. La vio con detenimiento, mientras en su cabeza imaginaba la posible escena que había pasado. Alguno de ellos había sido detectado con una enfermedad terminal y aún había oportunidad de salvarse. El tratamiento era caro, por lo que necesitaba de urgencia una gran cantidad de dinero, para poder salvar a su familia. Era un acto desesperado para mantener a un ser querido con vida. Dibujó una sonrisa afable en sus labios. Estaban el mundo real, pero, así como en la historia del cuento de hadas, su Cenicienta sufría sola. Su mariposa estaba padecía de terribles males que la habían traído hasta este lugar. No soportaba las injusticias y se sentía molesto,
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