... Llegamos a la orilla del río, era un día hermoso y soleado, el paisaje era perfecto, lleno de paz. Betty acomodó su caballete, se colocó al frente del arroyo y se sentó a crear. Yo no podía quitarle los ojos de encima, me gustaba pintar, pero me gustaba más ella, por encima de todo. Me levanté y me acerque por detrás. Besé su cuello haciendo erizar su piel - ¡Tom! Por Dios, aún estamos en clase - - Lo se, pero es imposible no verte. Eres hermosa - Bajó el pincel, giró y me miró a los ojos. Yo solo deseaba besar sus labios, nos perdimos en una húmeda y cálida pelea de lenguas, que aumentaba cada vez más su efervescencia. La tomé por la espalda y la pegué hacia mi cuerpo. Su pecho estaba comprimido al mío, podía sentir sus latidos, su corazón vibrando. Era como leer sus pensamientos, sabía que ese beso la estaba calentando. Poco a poco levanté su falda, se que ella podía sentirlo pero no me detuvo. Metí mis manos por debajo acariciando sus muslos, llegué hasta sus preciosos glút
Llegué a casa de Betty, abrí mi regalo que estaba envuelto en papel decorado con rosas. Mi gran sorpresa fué que era un enorme cuadro con mi rostro plasmado sobre él. Ella realmente se esforzó en hacerlo, pensando en mi con cada pincelada. Me sentí realmente halagado con tal obsequio. La llene de besos, no solo en los labios, si no, en todo el cuerpo. La hice mía una gloriosa vez más. Después de hacer el amor nos metimos bajo las cobijas, abrazándonos, juntando nuestra piel al desnudo.- Betty ¿Te casarías conmigo cuando le diga a mis padres de lo nuestro? - Pregunté tan repentinamente.Ella me miró durante unos segundos y después sonrió feliz y entusiasmada - ¡Por supuesto que sí! Pero... - Su sonrisa se apagó - Tus padres no estarán de acuerdo -- Ya soy mayor y lo que ellos digan ya no importa. Es más, si nos casamos y ellos continúan sin aceptarlo pues nos vamos. Nos vamos lejos para no ser molestados -- Sería una locura. Pero si mi príncipe decide hacerlo, yo lo sigo sin dudar -
Giré su cuerpo con mis manos y la recargue sobre el escritorio, metí mis manos debajo de su falda hasta llegar a sus bragas y bajarlas un poco, solo por encima de sus muslos.- Thomas ¿Que haces? Nos van a escuchar -- Lo lamento princesa, pero no puedo aguantar hasta la noche para poseerte -Al verla ahí empinada, con sus nalgas resaltando no pude resistir más, bajé mi rostro hasta su intimidad y pasé mi lengua dónde no le da el sol. Ella tapó su boca con ambas manos para no dejar salir los quejidos de goce que emitía en su interior.Ya con su vagina bastante húmeda y lubricada, desabroché mi pantalón dejando salir mi miembro que ya palpitaba por la gran erección que tenía. Abrí sus piernas y me coloque en medio de ellas, introduje mi virilidad poco a poco dentro de ella mientras ella paraba su rabo dándome la bienvenida a su interior. Entraba y salía despacio, pero de un momento a otro mi sangre comenzó a fluír con fuerza, mi rostro hervía de fogosidad y mis ojos eran como flamas qu
"Cada vez que intentes hacerme daño, solo conseguirás hacerme más fuerte". - Se preguntarán, como todos los demás ¿Por qué ese hombre es tan malvado? Pues verán, así es la vida - Se encoge de hombros, como si no importase la respuesta - Yo no solía ser mala persona, por el contrario, amaba la vida, amaba a mis padres, a mis hermanos... Bueno - sonríe sarcásticamente - era un idiota, siendo positivo, brincando y saltando como un pequeño gatito con los ojos vendados, sin poder ver al feroz lobo llamado "vida" - pone una expresión de molestia - Pero claro, ustedes quieren saber la verdadera razón. Para eso están aquí no?... Pues se las contaré -Y así es como inicia está historia:- Comenzaré diciendo que era un niño muy listo, más que mi hermano Terrence, obviamente - dice orgulloso con una sonrisa de oreja a oreja - Al ser hijo de William y Phillipa, el rey y la reina de Inglaterra, debíamos asistir a una prestigiosa escuela privada, dónde solo asistían pocos niños, aunque todos de bu
Me encontraba tan a gusto charlando con aquella bonita mujer, era bastante linda y al ser mayor que yo pude imaginar que sabría besar mejor que las otras chicas. Le lancé un par de piropos, noté como le gustaba escuchar a un caballero como yo, decirle cosas bonitas al oído. Era evidente que ya estaba enganchada.De pronto escuché una voz - ¿Thomas? -Voltee la mirada y ahí estaba mi primer cita - ¡Ah! hola - Volví mi cabeza y apunté la mirada hacia la chica de las flores.- ¿Que crees que haces? ¿Por qué me ignoras de esa manera? -- Lo lamento pero ahora estoy ocupado - Fuí breve.- ¿Que?! Eres un patán! Sabes que... ¡Terminamos! - Dió media vuelta y caminó a toda prisa lejos de mi.Sonreí incrédulo - No le hagas caso. Ni siquiera la conozco -Le propuse dejar ahí el puesto encargado con alguien más y me acompañara a dar un corto paseo. Acepto encantada, la tomé de la mano cuál dama.Pero tan solo caminamos unos cuantos pasos y nuevamente fuimos interrumpidos - ¿Thomas? - Alguien pro
Era hora de hacer algo más por mi. Quería cuidar mi físico así que busqué con que ayudarme. Pensé por un momento en la esgrima, pero recordé que Terrence ya asistía a esa clase así que lo olvidé, lo que menos quería era tener a ese hablador cerca de mi. Aún que muy de vez en cuando lo ayudaba a entrenar, y vaya que lo hacía con entusiasmo.Al final me inscribí en artes marciales, capoeira y equitación. No me decidía en cuál quedarme así que pensé en probar las tres y al final quedarme en la que más me agradará.Igual no había mucho que hacer los fines de semana y aunque mi hermano era un imbécil, tenía razón en una cosa. Debía alejarme un poco de las chicas. Sabía que era un hombre irresistible... Bueno... aún lo soy. Pero después de perder a un amigo por dejarme seducir pues quería tomarme un tiempo para mí y despejar mi mente.Pasaron unos meses, al final solo había asistido a equitación unas 5 o 6 semanas, me había quedado con las artes marciales tres días a la semana y la capoeira
Terrence y yo nos detuvimos. Nuestras miradas buscaron al dueño de aquella aguda voz. Era nuestra madre furiosa al ver tal escena de salvajismo.- ¿Que rayos está sucediendo aquí? -Ambos nos levantamos, nos separamos uno del otro, acomodando y sacudiendo nuestras ropas.- Madre, lamento que hayas tenido que ver esto - Dijo mi hermano agachando la mirada.- ¡Madre! Todo ha sido culpa de Terrence -- ¡¿Que?! - Exclamó él.- Eres un traidor - Respondí mirándolo con recelo.- Claro que no! Es tu culpa -De nuevo la discucion no se hacía esperar, tenía tanto que decirle.- Basta! - Exclamó nuestra madre - Terrence ve a tu habitación, no quiero que vuelvas a pelear con tu hermano -- Está bien madre - Dió la vuelta sin mirar atrás.- Y tu Thomas, tu padre y yo ya nos enteramos de lo que recientemente hiciste. A partir de mañana comenzarán tus clases de regularización -- ¡Pero madre! -- Nada de "peros" Ya está dicho. Espero que esto te sirva de lección y comiences a ser un hombre serio. E
El día tan odiado había llegado, desperté y fui directo a desayunar. Una vez en la mesa creí que si hablaba con mis padres ellos me retirarían el castigo. Pero al pedírselo ellos se negaron rotundamente.- Pero esa vie... Digo, mi profesora se irá. No le veo sentido seguir con las clases -- Traerá a alguien de confianza - Respondió mi padre.- Es su nieta. No dudo que sea igual de buena e inteligente que ella. Debes tratarla bien, con respeto y poner atención a sus clases - Agregó mi madre.- ¡No puede ser! - Dije en voz baja.Fui a darme una ducha en la tina, totalmente desanimado.Llego la hora de la clase y como cada fin de semana, mi maestra hablaba sin parar, yo estaba que me dormía del aburrimiento. Después de 5 largas y tediosas horas, miró su reloj y se levantó de su asiento - Joven Thomas, me marcho, ya es la hora de irme. Pero no sin antes presentarle a mi nieta, que debe estar afuera esperando -Abrió la puerta y ahí estaba parada con la mano arriba, como si estuviese a pu