"Cada vez que intentes hacerme daño, solo conseguirás hacerme más fuerte".
- Se preguntarán, como todos los demás ¿Por qué ese hombre es tan malvado? Pues verán, así es la vida - Se encoge de hombros, como si no importase la respuesta - Yo no solía ser mala persona, por el contrario, amaba la vida, amaba a mis padres, a mis hermanos... Bueno - sonríe sarcásticamente - era un idiota, siendo positivo, brincando y saltando como un pequeño gatito con los ojos vendados, sin poder ver al feroz lobo llamado "vida" - pone una expresión de molestia - Pero claro, ustedes quieren saber la verdadera razón. Para eso están aquí no?... Pues se las contaré - Y así es como inicia está historia: - Comenzaré diciendo que era un niño muy listo, más que mi hermano Terrence, obviamente - dice orgulloso con una sonrisa de oreja a oreja - Al ser hijo de William y Phillipa, el rey y la reina de Inglaterra, debíamos asistir a una prestigiosa escuela privada, dónde solo asistían pocos niños, aunque todos de buenas familias - - Siempre me gustó estar rodeado de amigos, aún que eso no siempre fue bueno ya que al ser un niño con mucha energía pues... Ya se imaginarán - gira los ojos - me metía en problemas al hacer travesuras - tapa su boca con una mano al recordar - Terrence nunca me seguía el juego así que ya saben, era el chismoso - habla con voz baja - el que iba y me acusaba. ¡Aaaggh! - Voltea los ojos en blanco y hace una mueca de disgusto - Eso me metió en muchos problemas con mis padres y maestros - - Desde pequeño fuí imparable, corriendo por todo el castillo, gritando, siendo el niño más feliz de toda Inglaterra. Creí que mi hermano Terrence era mi mejor amigo, mi cómplice en mis travesuras, pero al llegar a la pubertad él o quizá ambos cambiamos - - Cuando cumplí 12 años comenzó mi gusto y atracción hacia las chicas. Mis amigos y yo teníamos curiosidad así que se nos ocurrió la grandiosa idea de acercarnos a los baños de vapor de lado de las damas a hacer un poco de "investigación". Pero por desgracia alguien me había acusado con mi madre. Si, había sido mi querido hermano. Estábamos frente a mí madre. Yo con la mirada hacia otra dirección y con una gran mueca en los labios. Terrence dándole los detalles de mi fechoría. Mi madre mirándome con enojo - Ella estaba furiosa, sus gritos se escuchaban por todo el castillo - Tendré que darte un castigo ¡Eso no se hace Thomas! - - Aaay por favor! Solo estábamos jugando - Mire a mi hermano y el muy serio movía la cabeza negando. - Lo siento, pero tendré que decirle a tu padre - Dijo mi madre antes de dar media vuelta y caminar por los pasillos de tan grande mansión. - ¡Está bien, está bien! No lo volveré a hacer. Lo prometo - Dije persiguiendo a mi madre. Unos minutos después salió mi padre del salón principal, dónde se encontraba su trono y se acercó a mi. En cuanto me vió comenzó a carcajear - Me he enterado de lo que hiciste y vaya - Sonrió - ¡Saliste igual que tu padre! - continuó con las risas - Recuerdo que a tu edad las chicas también me llamaban la atención. Siempre estuve rodeado de hermosas mujeres, pero debo decirte que tu madre tiene razón. No debes espiar a las damas de esa manera - - Lo siento - Agache la mirada avergonzado. - Lo se hijo. Mira, si te gusta una chica acércate y háblale. Eres un chico agradable y muy atractivo, se que no te rechazarán - - Aamm, pero ¿No sé supone que deba casarme con una mujer de una familia adinerada? - - Pero para eso hace falta mucho tiempo. Por ahora lo mejor es que conozcas a mas mujeres, agarres experiencia y cuando llegue la indicada ya no tendrás más esas dudas ni curiosidad por "probar otros sabores del helado" ¿Si me entiendes? - Guiñó un ojo. - Aaah! ... Si, si! - Acenté con la cabeza. - Bien, ahora ve a hacer tus deberes y recuerda lo que hablamos - - Si ¡Gracias padre! - Ese día mi mente se aclaró. Sabía lo que debía hacer: volverme un hombre seguro de si mismo y ser directo. Obtener lo que quería era mi meta desde ahora. Pasaron los meses y pronto conocí a una chica hermosa, iba conmigo en la clase de matemáticas. Recordé las palabra de mi padre: "si te gusta una chica acércate y háblale". Suspiré y caminé hacia ella - Hola! Yo... Soy Thomas - - Oh sí. Vas en mi clase ¿cierto? - - Si, me has visto ¿eh? - - Claro. Tu, eres el príncipe ¿verdad? - Sonreí de lado. De pronto, me di cuenta que tenía un gran punto a mi favor, ser el príncipe de Inglaterra sería como un imán que atraerá a todas las chicas que quiera. Invité a salir a mi compañera de clase y con gusto aceptó. Fuimos al parque y nos sentamos en una de las bancas. Tomé su mano y sin más, di mi primer beso. No fue el mejor debo aceptarlo, pero le di el privilegio de ser la primera en probar de mis dulces labios. Era un inocente beso de un par de adolescentes. Quedamos pegados por un par de segundos, sin movernos ni un centímetro. Nos separamos, le sonreí y me sonroje, mire hacia otro lado para evadir la vergüenza. Salimos por un par de semanas hasta que conocí a una linda chica, era un año mayor que yo. Iba en la clase de inglés de Terrence. Me presenté y rápidamente me reconoció. La invité a salir y fuimos a caminar al lago. Nos sentamos sobre el césped, platicamos un poco de la escuela y sentí que el momento preciso había llegado, era hora de practicar los besos. Este no había sido tan diferente del primero, no sentí una gran emoción pero debo decir que me gustó que ella mordió mi labio inferior, lo tomó entre sus dientes suavemente y lo jaló con mucha delicadeza. Mientras tanto yo toque un poco su pierna, me asusté, duele aceptarlo, pero así fué. Retiré mi mano despacio. Seguimos caminando hasta el atardecer. Después de eso nos despedimos y cada uno tomo su camino. Un par de días después, en el camino una chica que vendía flores por las calles llamo mi atención, se vestía de forma sencilla, con un vestido floreado y unas sandalias, pero a pesar de eso era muy bonita. Me acerque a preguntar por sus flores y mientras aproveché para preguntar su edad. Tenía 15 años, era un par de años mayor pero eso no era problema para mí. Ella preguntó mi nombre y bueno, la sorpresa era que al parecer no conocía a los miembros de la realeza ¿Como un habitante ingles podía no conocer al rey, la reina, y a sus hijos? En fin, con mis dotes de galantería debía caer. Tomé una rosa de entre su canasta, la olí y la acerque a su bello rostro - Quiero llevarme esta bella flor... - Hice una pausa mientras la miraba a los ojos -...junto con su vendedora ¿Cuánto le quedaré a deber? - Ella se sonrojo y sonrió muy tierna. Lo que pasó después fue algo que realmente no esperaba...Me encontraba tan a gusto charlando con aquella bonita mujer, era bastante linda y al ser mayor que yo pude imaginar que sabría besar mejor que las otras chicas. Le lancé un par de piropos, noté como le gustaba escuchar a un caballero como yo, decirle cosas bonitas al oído. Era evidente que ya estaba enganchada.De pronto escuché una voz - ¿Thomas? -Voltee la mirada y ahí estaba mi primer cita - ¡Ah! hola - Volví mi cabeza y apunté la mirada hacia la chica de las flores.- ¿Que crees que haces? ¿Por qué me ignoras de esa manera? -- Lo lamento pero ahora estoy ocupado - Fuí breve.- ¿Que?! Eres un patán! Sabes que... ¡Terminamos! - Dió media vuelta y caminó a toda prisa lejos de mi.Sonreí incrédulo - No le hagas caso. Ni siquiera la conozco -Le propuse dejar ahí el puesto encargado con alguien más y me acompañara a dar un corto paseo. Acepto encantada, la tomé de la mano cuál dama.Pero tan solo caminamos unos cuantos pasos y nuevamente fuimos interrumpidos - ¿Thomas? - Alguien pro
Era hora de hacer algo más por mi. Quería cuidar mi físico así que busqué con que ayudarme. Pensé por un momento en la esgrima, pero recordé que Terrence ya asistía a esa clase así que lo olvidé, lo que menos quería era tener a ese hablador cerca de mi. Aún que muy de vez en cuando lo ayudaba a entrenar, y vaya que lo hacía con entusiasmo.Al final me inscribí en artes marciales, capoeira y equitación. No me decidía en cuál quedarme así que pensé en probar las tres y al final quedarme en la que más me agradará.Igual no había mucho que hacer los fines de semana y aunque mi hermano era un imbécil, tenía razón en una cosa. Debía alejarme un poco de las chicas. Sabía que era un hombre irresistible... Bueno... aún lo soy. Pero después de perder a un amigo por dejarme seducir pues quería tomarme un tiempo para mí y despejar mi mente.Pasaron unos meses, al final solo había asistido a equitación unas 5 o 6 semanas, me había quedado con las artes marciales tres días a la semana y la capoeira
Terrence y yo nos detuvimos. Nuestras miradas buscaron al dueño de aquella aguda voz. Era nuestra madre furiosa al ver tal escena de salvajismo.- ¿Que rayos está sucediendo aquí? -Ambos nos levantamos, nos separamos uno del otro, acomodando y sacudiendo nuestras ropas.- Madre, lamento que hayas tenido que ver esto - Dijo mi hermano agachando la mirada.- ¡Madre! Todo ha sido culpa de Terrence -- ¡¿Que?! - Exclamó él.- Eres un traidor - Respondí mirándolo con recelo.- Claro que no! Es tu culpa -De nuevo la discucion no se hacía esperar, tenía tanto que decirle.- Basta! - Exclamó nuestra madre - Terrence ve a tu habitación, no quiero que vuelvas a pelear con tu hermano -- Está bien madre - Dió la vuelta sin mirar atrás.- Y tu Thomas, tu padre y yo ya nos enteramos de lo que recientemente hiciste. A partir de mañana comenzarán tus clases de regularización -- ¡Pero madre! -- Nada de "peros" Ya está dicho. Espero que esto te sirva de lección y comiences a ser un hombre serio. E
El día tan odiado había llegado, desperté y fui directo a desayunar. Una vez en la mesa creí que si hablaba con mis padres ellos me retirarían el castigo. Pero al pedírselo ellos se negaron rotundamente.- Pero esa vie... Digo, mi profesora se irá. No le veo sentido seguir con las clases -- Traerá a alguien de confianza - Respondió mi padre.- Es su nieta. No dudo que sea igual de buena e inteligente que ella. Debes tratarla bien, con respeto y poner atención a sus clases - Agregó mi madre.- ¡No puede ser! - Dije en voz baja.Fui a darme una ducha en la tina, totalmente desanimado.Llego la hora de la clase y como cada fin de semana, mi maestra hablaba sin parar, yo estaba que me dormía del aburrimiento. Después de 5 largas y tediosas horas, miró su reloj y se levantó de su asiento - Joven Thomas, me marcho, ya es la hora de irme. Pero no sin antes presentarle a mi nieta, que debe estar afuera esperando -Abrió la puerta y ahí estaba parada con la mano arriba, como si estuviese a pu
Betty llegó, yo ya me encontraba en la oficina más que listo.- Joven Thomas, que puntual - Dijo sonriente.- ¡Claro! Mi padre me enseñó a que nunca se debe dejar esperando a una dama -Me lanzó una sonrisa y se sentó del otro lado del escritorio.- Bueno joven Thomas, sé que estoy aquí como sucesora de mi abuela, y que usted está aquí como castigo. En realidad mi abuela no me dió muchos detalles, pero supongo que son más duros con usted por ser el príncipe -- Aammm... - Agaché la cabeza, no quería decir nada. Era mejor que no se enterará.- Sé muy bien lo que es pasar por esa edad. Y también se que aún le falta mucho para ser libre de estás clases extras así que, yo prefiero tomar otro método, nada parecido a mi abuela, yo soy más comprensiva -- ¿En verdad? Uufff - Expresé.- Sí. Creo que salir un poco no le haría nada mal. Tendremos clase de artes, música, cultura general, entre todo lo aburrido -- ¡Wow! Me parece maravilloso -- ¡Bien! Entonces comencémos -Abrió su bolso y sacó
Ya en la escuela, estaba más despistado de lo normal, no lograba concentrarme. Pensaba en la bella Lizzie, sus hermosos cabellos pelirrojos, sus delicadas curvas, las pecas de su nariz esos grandes y brillantes ojos jade, en fin... Toda su humilde belleza.Pero no solo pensaba en eso, también pensaba en que esa hermosa sonrisa escondía una gran tristeza. Quizá su interior estaba lleno de depresión, soledad y mucho dolor, algo que su dulzura quería evadir a toda costa.La campana del receso sonó sin entrar por mis oídos. Cuando reaccioné, voltee a ver a mi alrededor pero yo era el único que seguía dentro del aula. Me levanté, pero una chica entro al aula cerrando detrás de ella la puerta.- Hola Thomas - Dijo caminando hacia mí.- Aamm... Hola... ¿Te conozco? - Pregunté confundido.- Sí. Bueno en los pasillos siempre te saludo pero nunca he podido hablar contigo. Siempre estás rodeado de chicas -- ¡Oh! Pues lo siento mucho - Sonreí de lado.- No te preocupes. En realidad, varias de el
Ambas me tomaron por los brazos y me jalaron fuertemente haciéndome pasar.- Ven Tommy, siéntate ¿Quieres tomar algo? - Preguntó una de las chicas.- ¿Quieres algo de comer? - Preguntó la otra, acercándome un racimo de uvas.- Gracias preciosas. Que atentas son -Ambas se miraron, sabía que tramaban algo. Se sentaron una a cada lado mío y entrelazaron sus dedos por mis cabellos jugando con el.- Nos gustas mucho Thomas - Dijeron en coro.- Y ustedes a mí - Sonreí.Una de ellas comenzó a lamer el exterior de mi oído, mordisqueaba mi lóbulo, provocando que mi piel se erizara, mientras la otra desabrochaba mi chaqueta haciendo que resbalara por mis hombros, hasta caer en el sofá.Debo admitir que me puse algo nervioso. Ambas mujeres se habían puesto de acuerdo para hacerme caer ante sus provocaciones, y yo realmente me estaba desplomando.Bajó lentamente de mi oído a mi cuello, las partes más sencibles de mi ser. La otra dama, más atrevida, lamió mis labios haciéndome perseguirlos para q
El fin de semana llegó y Betty estaba lista para empezar las clases. -Muy buen día joven Thomas - Atravesó la puerta saludando. - ¡Hey! Ya habíamos hablado respecto a las formalidades - Dije. - Aamm... Si, lo siento es solo que no quiero que se mal interprete lo que pasó en la colina - Agachó la mirada sonrojada. - No, no para nada. Espero que no pienses mal de mi - En realidad había sido mi culpa, no quería hacerla sentir mal - Mejor olvidemos eso y dime... ¿Que haremos hoy? - - ¡Ah! Pues hoy veremos cultura general así que iremos a las calles para averiguar lo que la gente compra y vende en los pequeños puestos de la plaza - - Me parece muy interesante - Caminamos por las calles, nos detuvimos en algunos puestos armables con mesas, vendían de todo, desde vestidos lindos, zapatos, comida casera hasta dulces hechos en casa. Me encantan las golosinas así que me detuve ahí para poder probar algunas. Compré un macarrón, son mis favoritos, es un dulce realizado con leche de cabra