El camino para ser un rey
El camino para ser un rey
Por: Eliza Inuzuka
Capítulo 1

"Cada vez que intentes hacerme daño, solo conseguirás hacerme más fuerte".

- Se preguntarán, como todos los demás ¿Por qué ese hombre es tan malvado? Pues verán, así es la vida - Se encoge de hombros, como si no importase la respuesta - Yo no solía ser mala persona, por el contrario, amaba la vida, amaba a mis padres, a mis hermanos... Bueno - sonríe sarcásticamente - era un idiota, siendo positivo, brincando y saltando como un pequeño gatito con los ojos vendados, sin poder ver al feroz lobo llamado "vida" - pone una expresión de molestia - Pero claro, ustedes quieren saber la verdadera razón. Para eso están aquí no?... Pues se las contaré -

Y así es como inicia está historia:

- Comenzaré diciendo que era un niño muy listo, más que mi hermano Terrence, obviamente - dice orgulloso con una sonrisa de oreja a oreja - Al ser hijo de William y Phillipa, el rey y la reina de Inglaterra, debíamos asistir a una prestigiosa escuela privada, dónde solo asistían pocos niños, aunque todos de buenas familias -

- Siempre me gustó estar rodeado de amigos, aún que eso no siempre fue bueno ya que al ser un niño con mucha energía pues... Ya se imaginarán - gira los ojos - me metía en problemas al hacer travesuras - tapa su boca con una mano al recordar - Terrence nunca me seguía el juego así que ya saben, era el chismoso - habla con voz baja - el que iba y me acusaba. ¡Aaaggh! - Voltea los ojos en blanco y hace una mueca de disgusto - Eso me metió en muchos problemas con mis padres y maestros -

- Desde pequeño fuí imparable, corriendo por todo el castillo, gritando, siendo el niño más feliz de toda Inglaterra. Creí que mi hermano Terrence era mi mejor amigo, mi cómplice en mis travesuras, pero al llegar a la pubertad él o quizá ambos cambiamos -

- Cuando cumplí 12 años comenzó mi gusto y atracción hacia las chicas. Mis amigos y yo teníamos curiosidad así que se nos ocurrió la grandiosa idea de acercarnos a los baños de vapor de lado de las damas a hacer un poco de "investigación". Pero por desgracia alguien me había acusado con mi madre. Si, había sido mi querido hermano. Estábamos frente a mí madre. Yo con la mirada hacia otra dirección y con una gran mueca en los labios. Terrence dándole los detalles de mi fechoría. Mi madre mirándome con enojo -

Ella estaba furiosa, sus gritos se escuchaban por todo el castillo - Tendré que darte un castigo ¡Eso no se hace Thomas! -

- Aaay por favor! Solo estábamos jugando - Mire a mi hermano y el muy serio movía la cabeza negando.

- Lo siento, pero tendré que decirle a tu padre - Dijo mi madre antes de dar media vuelta y caminar por los pasillos de tan grande mansión.

- ¡Está bien, está bien! No lo volveré a hacer. Lo prometo - Dije persiguiendo a mi madre.

Unos minutos después salió mi padre del salón principal, dónde se encontraba su trono y se acercó a mi.

En cuanto me vió comenzó a carcajear - Me he enterado de lo que hiciste y vaya - Sonrió - ¡Saliste igual que tu padre! - continuó con las risas - Recuerdo que a tu edad las chicas también me llamaban la atención. Siempre estuve rodeado de hermosas mujeres, pero debo decirte que tu madre tiene razón. No debes espiar a las damas de esa manera -

- Lo siento - Agache la mirada avergonzado.

- Lo se hijo. Mira, si te gusta una chica acércate y háblale. Eres un chico agradable y muy atractivo, se que no te rechazarán -

- Aamm, pero ¿No sé supone que deba casarme con una mujer de una familia adinerada? -

- Pero para eso hace falta mucho tiempo. Por ahora lo mejor es que conozcas a mas mujeres, agarres experiencia y cuando llegue la indicada ya no tendrás más esas dudas ni curiosidad por "probar otros sabores del helado" ¿Si me entiendes? - Guiñó un ojo.

- Aaah! ... Si, si! - Acenté con la cabeza.

- Bien, ahora ve a hacer tus deberes y recuerda lo que hablamos -

- Si ¡Gracias padre! -

Ese día mi mente se aclaró. Sabía lo que debía hacer: volverme un hombre seguro de si mismo y ser directo.

Obtener lo que quería era mi meta desde ahora.

Pasaron los meses y pronto conocí a una chica hermosa, iba conmigo en la clase de matemáticas. Recordé las palabra de mi padre: "si te gusta una chica acércate y háblale".

Suspiré y caminé hacia ella - Hola! Yo... Soy Thomas -

- Oh sí. Vas en mi clase ¿cierto? -

- Si, me has visto ¿eh? -

- Claro. Tu, eres el príncipe ¿verdad? - Sonreí de lado.

De pronto, me di cuenta que tenía un gran punto a mi favor, ser el príncipe de Inglaterra sería como un imán que atraerá a todas las chicas que quiera.

Invité a salir a mi compañera de clase y con gusto aceptó. Fuimos al parque y nos sentamos en una de las bancas. Tomé su mano y sin más, di mi primer beso. No fue el mejor debo aceptarlo, pero le di el privilegio de ser la primera en probar de mis dulces labios. Era un inocente beso de un par de adolescentes. Quedamos pegados por un par de segundos, sin movernos ni un centímetro. Nos separamos, le sonreí y me sonroje, mire hacia otro lado para evadir la vergüenza.

Salimos por un par de semanas hasta que conocí a una linda chica, era un año mayor que yo. Iba en la clase de inglés de Terrence. Me presenté y rápidamente me reconoció. La invité a salir y fuimos a caminar al lago. Nos sentamos sobre el césped, platicamos un poco de la escuela y sentí que el momento preciso había llegado, era hora de practicar los besos.

Este no había sido tan diferente del primero, no sentí una gran emoción pero debo decir que me gustó que ella mordió mi labio inferior, lo tomó entre sus dientes suavemente y lo jaló con mucha delicadeza. Mientras tanto yo toque un poco su pierna, me asusté, duele aceptarlo, pero así fué. Retiré mi mano despacio. Seguimos caminando hasta el atardecer. Después de eso nos despedimos y cada uno tomo su camino.

Un par de días después, en el camino una chica que vendía flores por las calles llamo mi atención, se vestía de forma sencilla, con un vestido floreado y unas sandalias, pero a pesar de eso era muy bonita. Me acerque a preguntar por sus flores y mientras aproveché para preguntar su edad. Tenía 15 años, era un par de años mayor pero eso no era problema para mí.

Ella preguntó mi nombre y bueno, la sorpresa era que al parecer no conocía a los miembros de la realeza ¿Como un habitante ingles podía no conocer al rey, la reina, y a sus hijos? En fin, con mis dotes de galantería debía caer.

Tomé una rosa de entre su canasta, la olí y la acerque a su bello rostro - Quiero llevarme esta bella flor... - Hice una pausa mientras la miraba a los ojos -...junto con su vendedora ¿Cuánto le quedaré a deber? - Ella se sonrojo y sonrió muy tierna.

Lo que pasó después fue algo que realmente no esperaba...

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