Carla
Los siguientes días fueron una sucesión de nervios y de pensamientos intrusivos que intenté apartar saliendo a pasear, viendo series y comiendo todo lo que pillaba por la casa. Y, por fin, al quinto día, el teléfono empezó a sonar. ”Hola, Carla Alec al teléfono, ¿quién es? ” No se por qué había contestado así, un poco ridículo teniendo en cuenta que llevo contando cada hora minuto y segundo desde hace cinco días para recibir esta llamada. ”Hola señorita Alec, soy de la empresa Ripec, queremos informarle de que está usted contratada y que debe presentarse pasado mañana día 19 a las 7:30 en la planta 21 para firmar el contrato y conocer las instalaciones.“ Se me empezó a acelerar el corazón por la alegría, quería gritar a todo volumen y dar saltos por toda la habitación, pero conseguí controlarme y con voz profesional dije ”Perfecto, allí estaré “, como si ya supiera que me iban a contratar, como si lo diera por hecho; y acto seguido, colgaron. ¡No me lo podía creer! ¡Todo este tiempo había servido para algo! Estaba tan emocionada que me serví una copa de vino, cosa que no suelo hacer a menos que vaya a alguna fiesta o algo así y llamé inmediatamente a Marc. Esto había que celebrarlo, y que mejor forma de hacerlo que con una fiesta de pijamas improvisada junto a una pequeña comida y un buen vino. Mientras esperaba a que viniera Marc me di una ducha y me puse a pensar en él. Marc, alto, moreno , de ojos oscuros y pelo negro, inteligente , buen amigo y un cuerpo que cada vez que veía me daban ganas de lamer como si de un helado se tratara. Aparté esos pensamientos de mi, avergonzada, sólo éramos amigos, nada más. A Marc le conocí hace cinco años en una fiesta, conectamos de inmediato y desde esa misma noche no hay semana que no nos veamos. Después de dos años de amistad una noche tonta de mucho vino nos acabamos besando. Me avergüenzo mucho al recordarlo (de lo poco que me acuerdo.) Los días siguientes no hablé con él y cuando por fin quedamos, ninguno supimos cómo sacar el tema. Al final de la semana lo acabamos hablando y nos dimos cuenta de que no pasaba nada, que a veces el alcohol confunde y ocurrían estas cosas, pero que la amistad era más fuerte que eso. Era una relación fácil y leal, y siempre podíamos contar el uno con el otro, en las buenas y en las no tan buenas. Me había apoyado mucho durante estos años y dado fuerzas para seguir con mi objetivo cuando yo quería rendirme. Estaba tan absorta pensando, que no me di cuenta que alguien llamaba entraba por la puerta de mi casa y llamaba insistentemente a la puerta del baño. “Hola preciosa“ Casi me da un infarto al escuchar eso y estuve a punto de caerme de la ducha, acto seguido escuché su risa malévola. Con el corazón a mil intenté taparme el cuerpo como pude. “MARC!! NO ES GRACIOSO, TE VOY A QUITAR LAS LLAVES DE MI CASA!” Grité e intenté recomponerme del susto mientras el seguía riendo. ”Venga no ha sido para tanto, ha sido gracioso.Además he entrado porque estaba preocupado por ti, he llamado primero al timbre y luego he aporreado esta puerta y no me has contestado. Estaba seriamente preocupado, creía que te habías desmayado en la ducha y tenía que salvarte la vida.” Le miré a través del cristal lleno de gotas de la ducha. Estaba de espaldas, con las llaves en la mano y con una postura relajada, el pelo ligeramente mojado de la lluvia de fuera. ”Si claro para salvarme la vida, si casi me tienes que reanimar aquí mismo por el susto, nada, te quedas sin llaves“ Vi cómo su espalda y hombros temblaban mientras soltaba una carcajada. ”Noo, venga dime, ¿qué puedo hacer para compensarte? Haré lo que sea“ me dijo haciendo pucheros y simulando arrepentimiento. “Lo que sea” volvió a repetir lentamente. Mi cara se empezó a teñir de rojo. ¿Se estaba insinuando? ¿Lo estaba haciendo adrede para avergonzarme? A veces Marc hacía estas comentario que me dejaban un poco incómoda y descolocada. Creo que en secreto, y no tan en secreto, disfrutaba haciéndome sentir así, le parecía gracioso. Disimulé cómo pude, aunque tardé unos segundos en contestar. “Pues ve a la cocina y ve preparando toda la comida y poniendo la mesa” dije rápidamente. “Si mi señora, ¿desea usted algo más?” dijo Marc saliendo por la puerta riendo y rompiendo el momento incómodo. “Sólo somos amigos, para él son bromas normales, eres tú la que te pones rara, para ya” me reproché internamente. Y con esos pensamientos proseguí con la ducha.Carla Salí súper relajado de la ducha y fui directa a la habitación a vestirme. Me puse un pijama ligero largo, ya que en esta casa siempre hacía mucho calor, me até la toalla al pelo y me dirigí al espejo echarme mis cremas en la cara. Terminé y me miré, el pijama se pegaba un poco en mis pechos y en mi trasero. “Quizás debería comprarme uno más grande para visitas ” pensé mientras intentaba que quedara un poco más separado de mi cuerpo. Sin darle más vueltas salí de mi habitación y me dirigí a la cocina. Allí me encontré a Marc, con música en su móvil mientras cocinaba algo sin camiseta. Se me desvió la vista hacia su espalda, le había visto muchas veces sin camiseta, pero siempre me sorprendía un poco. Marc siempre había tenido un cuerpo increíble, desde que le conocí, espalda ancha, torso definido, pero últimamente se había puesto todavía más en serio a entrenar y los resultados eran más que evidentes. Miré la curva de sus hombros y la definición de sus brazos. Si,
Me desperté con un dolor de cabeza tremendo y no recordando el final de la noche de ayer. Me empecé a desperezar y de repente noté un cuerpo pegado a mi. Me quedé inmóvil, alguien me estaba abrazando por detrás, y en la zona de mi culo notaba una dureza considerable. Me levanté rápidamente primero asustada, y, tras ver a Marc profundamente dormido, profundamente avergonzada. ¿Le dije que se quedara a dormir?, ¿Pasó algo?, ¿Por qué estábamos tan pegados? Me puse unas zapatillas y una bata y con mucho esfuerzo me dirigí a la cocina a hacerme un buen batido anti resacas con muchas vitaminas y a despejar mi mente de lo que hubiera ocurrido en esa habitación.Estuve leyendo para distraerme un poco hasta que Marc por fin se levantó. “Buenos días campeona, ¿cómo va esa resaca“ dijo de forma totalmente natural, todavía desperezándose y estirando el cuerpo. Le miré mientras lo hacía, el sol que entraba por la ventana le daba directamente en su torso perfectamente bronceado, por deba
Me desperté asustada, ¿Qué hora era?, ¿Llegaría tarde?. Busqué mi móvil rápidamente por la cama, ¿había sonado la alarma? ¿La había pospuesto?. Por fin lo encontré entre las sábanas y lo encendí, las 5:30. Un suspiro enorme salió de mi, menos mal, ni siquiera había sonado la alarma. Me empecé a estirar bostezando. Por fin había llegado el día. Me di una ducha mientras se hacía el café y me intenté tomar un par de tostadas, aunque sólo me pude acabar media, tenía el estómago completamente cerrado. Después fui hacia mi habitación y observé la ropa que me había comprado ayer, ¿Cuál sería la perfecta para el primer día? Estuve unos minutos dándole vueltas y al final me decidí por un traje de dos partes gris plateado muy elegante. Tenía pantalones de pata ancha que se apretaban al llegar a la parte del culo acompañados con un chaleco a juego, me puse una camisa blanca debajo, por encima llevaría sólo mi abrigo largo beige. Acto seguido fui al baño a hacerme mi rutina de crem
Carla Me giré un poco sobresaltad al escuchar esa voz detrás de mi. “¿Sería el jefe?“ pensé, pero lo descarté casi al momento por la forma totalmente irónica en la que había dicho “privacidad” era evidente que no podía haber ninguna privacidad en este sitio siendo todo de cristal. Detrás de mi, apoyado relajadamente en una de las puertas había un joven sonriendo perezosamente. Era alto y atractivo, con pelo moreno en melenita que le llegaba por encima de las orejas abriéndose en dos en su frente, dándole un aspecto juvenil y despreocupado, ojos marrones claros, y un sonrisa que haría desmayarse a muchas a su paso. “Señor Klaus“ dijo Rubi no muy entusiasmada por la intervención no pedida del hombre, “esta es la señorita Alec, su nueva compañera, empezará a trabajar en este despacho“ después se giró hacia mi para dar por finalizada la conversación con el señor Klaus. “Es un placer señorita Alec, mi nombre es Alejandro, si en algún momento necesita algo, estaré en la fila de
Gabriel “Otra reunión inanguantable para hacerme perder el tiempo” pensé recostado en la silla, aburrido ya por la charla interminable y sin conclusiones que estaban teniendo mis subordinados a mi alrededor. “¿Qué opina entonces señor De Luca?” dijo uno de ellos mirándome. Me levanté de mi asiento. “Opino que llevamos dos horas dando vueltas a lo mismo y no hemos llegado a ninguna conclusión, me gustaría posponer esta reunión hasta que obtengan más información sobre esa empresa y por qué alguien querría hacerse con sus datos” dije con indiferencia. Acto seguido cogí mis documentos y salí por la puerta. No soportaba perder el tiempo y mucho menos que me lo hicieran perder. Hace años que era el propietario de esta empresa y había conseguido que en este poco tiempo se convirtiera en una de las empresas más importantes del mundo. Las grandes compañías no dudaban en reclamar nuestros servicios para proteger todas sus bases informáticas o para crear nuevos recursos tecnológic
Me levanté como cada día desde hacía tres semanas, con el sonido horrible de la alarma, pero feliz y satisfecha con mi vida. Fui a por café a la cocina y estaba leyendo las noticias en mi móvil cuando me llegó un mensaje. “Buenos días señora, le mando este mensaje para notificarle que no olvide que tenemos reunión a las 9:30” Solté una carcajada, era Alejandro, mi compañero de trabajo. Estas dos semanas nos habíamos estado conociendo y la verdad es que me estaba empezando a caer muy bien. Hablábamos todos los días y nos ayudábamos a resolver los problemas del trabajo. Tenía que reconocer que Alejandro me alegraba allí la vida, siempre con su cara pilla y sus bromas. Con ese pensamiento llegué al trabajo, sabiendo que Alejandro me esperaba para tomarnos nuestra reglamentaria taza de café. Me bajé del ascensor y allí estaba, con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque… hoy le pasaba algo, no le llegaba la sonrisa a los ojos, que parecían muy cansados. “Buenos días, ¿cómo has desc
Me desperté sobresaltada y gritando.Busqué la luz rápidamente y la encendí. Gotas de sudor caían por mi frente.Otra vez pesadillas, hacia mucho que no me pasaba, pero siempre me despertaba con una sensación horrible que permanecía en mis entrañas durante todo el día. Una mezcla de angustia y miedo.Siempre soñaba sobre lo mismo, la muerte de mi padre y la desaparición de mi madre, y cómo cambió mi vida después de eso. Me quedé sola a los 15 años, sin familiares ni nadie que quisiera atenderme. Al principio caí en un agujero negro de tristeza del que pensé que jamás podría salir. Dormía en casas abandonadas y robaba comida para sobrevivir pero sin tener realmente ganas de seguir viviendo. La gente con la que me cruzaba me miraba con desprecio o desviaban la mirada. Por dios era una NIÑA, ¿cómo puede ser que nadie me ayudara?. Aprieto los puños con rabia.Hasta aquel día que ÉL me recogió, aprieto más la mandíbula. Roger Klein, el hombre que creía que iba a salvarme y acabó destru
Ahí estaba, avanzando por el pasillo bajo la mirada de ese hombre imponente y serio. ¿Tal había sido la magnitud de los daños como para que se presentara el señor De Luca personalmente? En estos momentos quería que la tierra me tragase. Llegué a donde estaban sin atreverme a levantar la mirada. ¿Por qué no decían nada? “He llegado lo antes posible” dije para romper el silencio “Señorita Alec, el señor Klaus ha resuelto ya el problema de filtración de datos, ahora deberemos valorar de qué magnitud ha sido” dijo Rubi cortándome. El señor De Luca se irguió y me miró con frialdad. “La quiero al final del día en mi despacho señorita Alec” dijo y vi cómo se alejaba por el pasillo. Rubi se marchó detrás sin decir una palabra más. “Hola…” le dije a Alejandro cuando se marcharon “siento que te hayas visto envuelto en este lío” Alejandro suspiró. “No pasa nada, yo ya estaba aquí, y sabes que estoy encantado de ayudarte. He he hecho un arreglo temporal, tendrás que