4. Marc (2)

Me desperté con un dolor de cabeza tremendo y no recordando el final de la noche de ayer.

Me empecé a desperezar y de repente noté un cuerpo pegado a mi. Me quedé inmóvil, alguien me estaba abrazando por detrás, y en la zona de mi culo notaba una dureza considerable.

Me levanté rápidamente primero asustada, y, tras ver a Marc profundamente dormido, profundamente avergonzada.

¿Le dije que se quedara a dormir?, ¿Pasó algo?, ¿Por qué estábamos tan pegados?

Me puse unas zapatillas y una bata y con mucho esfuerzo me dirigí a la cocina a hacerme un buen batido anti resacas con muchas vitaminas y a despejar mi mente de lo que hubiera ocurrido en esa habitación.

Estuve leyendo para distraerme un poco hasta que Marc por fin se levantó.

“Buenos días campeona, ¿cómo va esa resaca“ dijo de forma totalmente natural, todavía desperezándose y estirando el cuerpo.

Le miré mientras lo hacía, el sol que entraba por la ventana le daba directamente en su torso perfectamente bronceado, por debajo, los pantalones grises a medio camino de su bóxer.

Aparté la mirada antes de que me pillara mientras él se ponía una camiseta.

“Muy mal, ayer me pasé, no me acuerdo del final de la noche” dije con voz débil esperando expectante la respuesta de Marc.

“¿No te acuerdas de nada de nada?” dijo Marc divertido.

“No, ¿por?, ¿me tendría que acordar de algo?” dije con el corazón saliéndose por mi garganta y con mis mejillas ardiendo ya.

Él comenzó a reírse.

“Iba a ser malo contigo y hacértelo pasar mal un poco más de tiempo, pero creo que con la resaca tienes suficiente por hoy. Ayer no pasó nada, estabas muy borracha te acosté y me preguntaste si me quedaba. Cómo estaba también borracho y cansado decidí que era muy tarde para irme a casa, nada más.” dijo todavía sonriendo.

Solté un suspiro de alivio, hubiera sido muy incómoda la situación si no.

“Aunque…” dijo Marc poniéndose misterioso.

“Aunque qué” dije tensándome otra vez.

“Pues que te pusiste muy insistente en que te diera un beso”

El calor volvió a subir a mi cara.

“Deja de bromear ya Marc”

“No no, es no es broma” dijo mirándome aguantándose las ganas de reírse más.

“M****a“ pensé “no vuelvo a beber"

Haciendo un esfuerzo por mirarle a los ojos le pregunté

“¿Y qué hiciste?“

Se puso muy serio de repente

“Yo jamás me aprovecharía de una mujer en ese estado”

“Pero ten cuidado con insistirme tanto para otra vez… no soy de piedra” dijo rompiendo completamente con la seriedad anterior y mirándome don sonrisa maliciosa.

Abrí mucho los ojos y me puse más nerviosa.

“Bueno, pues igual la siguiente vez insisto más” dije en un intento de defenderme jugando a incomodarle a él también.

Se quedó callado él, mirándome fijamente durante unos segundos y al final estallamos los dos en una carcajada.

“Venga, desayuna algo y vístete, que nos hemos levantado tarde y necesito comprar cosas para mañana” dije metiéndole prisa y dando por zanjada esta conversación.

“Vale, vale” dijo yendo a la cocina a prepararse un café.

Después nos preparamos y salimos a pasear.

El resto del día fue muy tranquilo.

Marc y yo estuvimos de compras y me ayudó a elegir algún conjunto que poder ponerme para trabajar. Todos elegantes y formales, pero que favorecían mi figura.

Marc me acompañó a casa con todas las bolsas, y tras subir todo me dio un abrazo y se fue, no sin antes desearme mucha suerte para mi primer día de trabajo.

Me dediqué a guardar la ropa antes de irme a la cama, me aseé y por fin me metí en la cama, dispuesta a conciliar el sueño.

Pero el sueño no llegó, estaba tan nerviosa por saber qué sucedería el día siguiente que no podía dormir, daba vueltas y vueltas por la cama.

Además empecé a recordar levemente cómo le había pedido a Marc que me besara. “De verdad, no vuelvo a beber tanto, me hace decir tonterías”

Después de un rato y una tila de por medio, por fin me pude quedar dormida.

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