Capítulo 5 – Inseminación artificial
Brenda:Ese hombre me ponía sumamente nerviosa, se suponía que nuestro matrimonio era solo un trámite, pero ahora se había convertido en algo más. Traté de hablar con mi abuela para ver la manera de anular el trato, pero no me respondía a ninguno de sus teléfonos, todos me decían fuera de servicio, estaba enloqueciendo. Me sentía aún más sola que antes, no tenía con quien hablar ni a quien pedirle ayuda. Pasé todo el día encerrada en mi dormitorio, de pronto miré por la ventana hacia el jardín y vi a Jordan, el primo de Mateo, me había parecido muy simpático en la boda, así que bajé corriendo las escaleras para ir hasta donde se encontraba‒ Jordan, buenas tardes, ¿me recuerdas?‒ Claro que sí, eres mi flamante prima – y me dio un beso en la mejilla – lo que no recuerdo es tu nombre, perdona, soy un desastre para eso‒ Descuida, suele pasarme, soy Brenda‒ Y cuéntame Brenda, ¿cómo has estado, como te ha sentado la vida de casada? – inmediatamente recordé lo sucedido con Izan y me ruboricé – bueno no es necesario contarme los detalles – se había dado cuenta de mi vergüenza, aunque supongo que no sabría el motivo‒ No, si no se trata nada de eso, es solo que… – y no supe que decirle‒ Olvida, fue una pregunta muy tonta de mi parte – y sonrió, tenía una sonrisa cálida lo que lo hacía parecer un joven confiable‒ ¿Qué me dices tú? ¿viniste a ver a tu primo?‒ Sí, tengo que hablar con él de algunas cosas de negocios, pero no saldrá corriendo a ningún lado, así que me puede esperar – y soltó a reír frente a su sarcasmo, también reí, de pronto timbró su teléfono móvil – estoy en el jardín, si ya subo – lo guardó nuevamente en su bolsillo – era Mateo, no podrá correr, pero las manos para joder con el móvil las tiene intactas. Debo dejarte, un gusto haberte visto Brenda‒ Ojalá la próxima vez vengas con más tiempo‒ Descuida, la próxima vez que venga será exclusivamente para verte a ti – beso mi mejilla y se fue corriendoNarrador:‒ Creí haber sido lo suficientemente claro contigo, cuando te dije qué te mantuvieras lejos de mi esposa‒ Y lo fuiste, fue ella quien vino a saludarme, ¿qué esperabas que hiciera?‒ Ok, hablemos de negociosAmbos hombres se pusieron a discutir algunos asuntos de las empresas, pues Jordan era el gerente de una de ellas.‒ Necesito que vayan los dos‒ Sabes que eso es imposible‒ Mateo es necesario, aunque podemos hacer la inauguración de la planta de procesamiento el lunes y la de reciclado el martes, uno iría a una, el otro a otra y no tendrían que juntarse‒ Eso me gusta, que Izan se presente el martes‒ ¿Llevarás a Brenda?‒ Es complicado‒ Lo sé, pero tienen que empezar a verte con ella en público‒ Ok, el lunes iré con ella‒ Sabes, en la noche hice que la visitara Izan‒ ¿Te has vuelto loco?, ¿ella que dijo?‒ Todavía lo está procesando‒ Y como pasaron‒ Eso no te lo voy a contar, es algo que queda entre nosotros‒ Bien, sabes que soy una tumba‒ Pero este tema es muy delicado y prefiero que no salga de los involucrados‒ Perfecto‒ Necesitas algo más de mi‒ Solo que organices mi llegada con todo lo que eso requiere y la de Izan, con lo que eso significa‒ Despreocúpate, déjalo en mis manos – se retiraba pero se detuvo en la puerta – y ten mucho cuidado, no sea cosa que Brenda se enamore de Izan, eso no te conviene y lo sabes‒ Lo sé, pero vale la pena el riesgoBrenda permaneció en el jardín a la espera de que Jordan pasara por allí al retirarse, pero fue en vano, el joven salió directamente por el garaje. Ella estaba sentada en una banca, cuando una voz, esa voz, paralizó su respiración‒ ¿Te gusta el jardín?‒ Sí, es hermoso – trató de sonar natural, pero su voz era quebrada‒ Brenda no tienes que tenerme miedo‒ No le…, perdón, te tengo miedo a ti. No me gusta en lo que quieres convertirme‒ Te juro que no es nada malo – se acercó a ella y trató de tomarle las manos, pero ella se las retiró – solo necesitaba una esposa y te vi tan frágil a merced de esa mujer tan despiadada que es tu abuela, que creí que sería bueno para ti también este arreglo‒ Y lo era, hasta que involucraste a tu hermano‒ Izan, se llama Izan‒ Lo sé, ten seguro que me acuerdo muy bien de él‒ Necesito un heredero y solo él puede dármelo‒ Existe la inseminación artificial, ¿lo sabes no? – la pregunta era retórica – pudiste pedirle un poco de su esperma, si es que el tuyo no sirve, y hacerlo, yo hubiera aceptado gustosa, pero lo de anoche… – dejó caer una lágrima – eso no voy a perdonártelo mientras tenga vida, sé que no te interesa mi perdón, pero no lo tendrás‒ No fue mi idea‒ ¿Cómo?, ¿a qué te refieres con eso de “no fue mi idea”?‒ A eso, a que no fue mi idea‒ ¿Entonces de quien fue?, no me digas que de mi abuela, porque no te creo‒ De Izan‒ ¿De Izan? – casi gritó‒ Yo le pedí su esperma para hacer lo que tú dices de la inseminación artificial, pero él se negó rotundamente, dijo que se haría a la antigua o no se haría‒ Y por eso permites que abuse de mi‒ Es el precio que debo pagar si quiero tener un hijo‒ ¿El precio soy yo?‒ El sacrificio debe ser de ambos, ¿tú crees que estoy feliz de que Izan intime con mi esposa?‒ Pareciera que sí‒ No es así, no tengo otra alternativa y a ti no te queda otra cosa que obedecer, o tu abuela…‒ Si, ya me lo dijiste y me quedó claro, solo quiero que le digas a tu hermano que será a la fuerza o no será, que ni se imagine que me voy a entregar por voluntad propia‒ Brenda, no te resistas, cuanto más lo hagas más se alargará tu agonía‒ No puedo creer que me estés pidiendo que goce de mi ultrajeMe parece a mí o está sacado ese Mateo, ustedes que opinan, quiero comentariosCapítulo 6 – Las bragas que le gustarán a IzanNarrador:Brenda volvió a recluirse en su dormitorio, pero la paz le duraría muy poco‒ ¿Qué haces aquí? – le preguntó a Mateo cuando abrió la puerta y entró‒ Necesito que hablemos‒ Ya hemos hablado y lo único que me ha quedado en claro es que soy tu prisionera y la esclava de tu hermano, del cual, no puedo ni decir su nombre‒ Creo que hay cosas que debemos aclarar y pautas que debemos establecerBrenda se sentó en la cama a escuchar lo que Mateo tenía para decirle ya que era evidente que ese hombre no se marcharía de su habitación hasta que lo hiciera.‒ Bien, te escucho‒ Primero que nada, no eres mi prisionera, eres mi esposa y segundo no eres la esclava de Izan, tu interacción con él será por poco tiempo, hasta que quedes en cinta, luego no lo volverás a ver, tienes mi palabra‒ Entenderás si te digo que me es un poco difícil confiar en tu palabra, luego de que le diste carta blanca a tu hermano para que abusara de mí, con tal de c
Capítulo 7 – El tilo y la pastillaBrenda:Luego de beber el té y tener una conversación amena con la joven, quien resultó ser hija de la cocinera, que estudiaba en la Universidad pero estaba pasando con su madre las vacaciones en la mansión, volví a mi dormitorio. Mi cuerpo no dejaba de temblar, así que decidí darme un baño caliente y meterme en la cama. De todas formas no dejé de temblar, tenía pánico de lo que se avecinaba. Las palabras “tenemos una cita mañana” con esa voz grave y profunda que tenía mi agresor, retumbaron durante todo el día en mi cabeza, pero al llegar la noche era lo único que escuchaba. Era imposible que tratara de evitar lo que se avecinaba, así que decidí acostarme completamente desnuda, de esa forma vendría haría lo suyo y se iría sin demasiada demora, con un poco de suerte el té haría su trabajo y yo permanecería dormida mientras eso pasaba. El tilo y una pastilla para dormir, que me facilitó Ema, hicieron su efecto, casi arrastrándome llegué a la cama y ni
Capítulo 8 – Acaba de ponerte precioNarrador:Brenda se encontraba desayunando pacíficamente en el comedor, disfrutando de la soledad, cuando Mateo interrumpió‒ Buenos días Brenda, ¿cómo pasaste la noche?‒ ¿Acaso eso importa o lo que importa es si fui o no visitada por el donador de esperma?‒ Estas un poco punzante hoy, mi querida esposa‒ ¿Miento?‒ Fíjate que sí, bueno, no es que mientas, solo que estás equivocada, me preocupo por tu bienestar y el dormir bien forma parte de eso‒ Dormí como un bebé – y se llevó la mano a la boca – perdón, no quise ser alusiva con lo del bebé – acotó sonrojada‒ Descuida, lo sé – y le sonrió – luego de desayunar el chofer te llevará al banco y luego de compras, yo no te podré acompañar, hoy no me siento muy bien, espero no te moleste ir sola‒ En realidad sí me molesta – vio como brillaron los ojos de Mateo – ¡Oh!, pero descuide que no esperaba su compañía ni la quiero‒ ¿Entonces? – preguntó un poco decepcionado‒ Ema‒ ¿Ema?‒ Sí, Ema, la hija
Capítulo 9 – Tú y yo tenemos un trabajo que hacerBrenda:¡Madre mía!, ese hombre me dejó temblando, no creía que fuera capaz de hacer lo que había dicho; “No tienes que pedirme nada, cerré la puerta cuando entré y quiero hacerte el amor en esta mesa mientras froto tu trasero contra estos papeles donde mi hermano acaba de ponerte un precio” y luego su promesa para la noche; “Shhh, mejor no digas nada o voy a arrepentirme de dejarte en paz aquí e irme, pero esta noche volveré por lo que me corresponde, espero que te encuentres tan dispuesta como anoche”, junto con la insinuación de que algo había pasado que yo no recordaba, eso hacía que mi cuerpo se estremeciera y no quisiera responderme‒ Sírvase, Señora Amery, aquí tiene su tarjeta de crédito ya lista para que pueda usarla donde y como le plazca. No tiene límite, ya que en el caso de exceder lo que tiene en su cuenta, de manera automática se le transferirá el monto original directo de la cuenta de su esposo, el Señor Amery – por sue
Capítulo 10 – Eres muy afortunadaNarrador:Luego de su encuentro tanto en el banco como en el coche con Izan, Brenda había quedado muy perturbada y buscando la manera de terminar con ese trato, el cual la estaba volviendo loca, le solicitó al chófer que la llevara a casa de su abuela.‒ Brenda, pero ¿qué carajos haces aquí?‒ Abuela – y se lanzó a los brazos de la anciana a llorar‒ ¿Pero qué sucede?, ya suéltame – y se quitó a su nieta de encima – no puedes estar aquí Brenda, el trato fue que tú y yo no volviéramos a mantener contacto nunca más‒ ¿Por eso es que cambiaste de número telefónico?‒ Exacto y me hubiera mudado si no estuviera segura de que no vendrías jamás – frunció el ceño – pero parece que me equivoqué, pues aquí está
Capítulo 11 – Tendrás que provocarlo tú mismaNarrador:Luego de la tensa conversación con Mateo, Brenda se dirigió a su dormitorio sin detenerse por nada más en el camino. Al entrar cerró la puerta tras de sí y recostó su espalda a la misma, dejó escapar un largo y profundo suspiro, redondeó los ojos y pensó “hoy ya nada puede ser peor”, sin embargo observó que había algo sobre su cama, parecía ropa. Se acercó lentamente pensando que tal vez Clara la hubiera dejado allí para que se la pusiera luego de darse una ducha, pero su corazón se detuvo y sus ojos se abrieron hasta casi saltarse de sus cuencas. No eran prendas comunes, era un conjunto de ropa interior muy sexy de encaje ne*gro, también había una rosa roja y debajo de ella lo que parecía ser una nota. La tomó con la punta de los dedos tratando de no mover la rosa como si se tratara de una bomba que podría estallar si se movía. Abrió el papel y la leyó“Estabas muy sexy hoy en el banco y me dejaste con ganas de ti, no he dejado
Capítulo 12 – Izan es muy bueno en esas cuestionesNarrador:Brenda lloró durante toda la noche eso hizo que no lograra dormir. Cuando llegó la mañana, como todas ellas, Clara irrumpió en la habitación y abrió las persianas, dejando así que todo el dormitorio se iluminara por la entrada del astro rey en su plenitud‒ Señora Amery, el señor la espera en el comedor para desayunar‒ ¡Una vez, Clara, solo por una vez!, ¿podrías ser amable conmigo y no solo no abrir las persianas para provocarme poco menos que una ceguera, sino que además harías el esfuerzo de saludarme como si me consideraras una persona real?‒ Yo la considero una persona real, créame, la veo muy real, y si no interactúo más con usted es a pedido del Señor Amery, él ha sido muy específico en cuanto al relacionamiento que debemos tener la servidu
Capítulo 13 – El vestido para la galaNarrador:Al fin había llegado el lunes, día en que, Mateo y Brenda, se presentarían por primera vez en un evento como un matrimonio ante la sociedad. La inauguración con su correspondiente apertura y puesta en marcha de la planta de procesamiento de desechos químicos en la fábrica de la cual Jordan era el gerente. Desde la noche en la cual Izan había castigado a Brenda, haciendo que ella tuviera que satisfacerse a sí misma, no había vuelto a colarse en su habitación. Eso provocaba en Brenda, sentimientos enfrentados, por un lado le odiaba por lo que le hacía y por el otro estaba expectante a que viniera y le hiciera sentir las cosas que solo él le había hecho sentir. De pronto algo la sacó de sus pensamientos, era Clara, que venía, como todos los días, a despertarla‒ Buenos días Señora Amery