Capítulo 4 – Como un fantasma
Brenda:Todo había pasado tan rápido, mis padres murieron, fui a casa de mi abuela y ahora estaba casada. Tanto cambio me estaba siendo imposible de procesar. Salí de la ducha y me metí en la cama, esperando pasar una buena noche ya que venía de muchas sin casi pegar un ojo. Cuando lo estaba logrando sentí la fina seda sobre mi piel y unas manos estrujaron mi cadera. Sin darme cuenta estaba atada a la cama desnuda a merced de un hombre que ni siquiera veía por la oscuridad. Su sombra de barba rozó toda mi piel, generando que se erizara. Sentía pánico y cuando me dijo que haríamos el heredero que necesitaba mi esposo creí morir, yo nunca había estado con un hombre y no creí que lo fuera a estar, menos esa noche, pero allí estaba siendo atacada por unos abrasadores labios que quemaban mi piel. Cuando metió su lengua en mi boca, al principio me resistí, pero luego me entregué, pues reconozco que me terminó gustando. Pero al meterse en mi entrepierna, me hizo ver las estrellas. Yo había escuchado mucho hablar del se*xo oral, pero no creí que fuera tan magnífico, ese hombre me generaba una mezcla de miedo con excitación. Traté de no darle al gusto de correrme, pero me fue imposible y exploté en su boca. Mi espalda se separó de la cama y mi cuerpo se llenó de espasmos involuntarios. Al relajarme nuevamente, atacó otra vez mi boca he hizo que le pasara la lengua por los labios y así sentir el sabor de líquido derramado por mí al correrme, no me fue del todo desagradable. Pero el miedo volvió a invadirme, lo peor estaba por venir, sin embargo se fue, así como vino, como un fantasmaIzan:Todo era una locura, pero esa chica me había puesto a mil cuando la vi en casa de su abuela, tenía que ser mía, pero eso no pasaría si permanecía allí, así que no se me ocurrió mejor idea que casarla con Mateo. De esa forma la sacaría de allí y la tendría toda para mí hasta que me aburriera, cosa que esperaba no sucediera demasiado pronto. Cuando al fin pude meterme en su cama y acariciar su delicada y suave piel, creí enloquecer. Era perfectaSu aroma me embriagaba y su sabor era un dulce néctar para mis sentidos. No imaginaba que fuera virgen, no he estado con ninguna en muchos años, creí que ya no existían, pero cuando me lo dijo, además lo noté, mi excitación se multiplicó, quería embestirla de una manera brutal, hacer que gritara pero de placer, que se enloqueciera por mí. Pero tocó esperar, así que hice lo mejor que se hacer, darle placer a una mujer, esa chiquilla lo disfrutó, ¡vaya si lo disfrutó!, aunque se resistió y me rogó porque me detuviera, al final sucumbió y estalló en mil pedazos en mi boca sobre mi lengua. ¡Qué exquisita criatura era!, seguro la iba a disfrutar mucho, mi primera meta sería lograr que rogara porque me metiera en ella y solo había una forma de hacerlo, enloqueciéndola de placer hasta que no pueda resistirlo más. Cuando le pregunté si era virgen y me respondió “Lo soy, se lo ruego”, perdí la cabeza, por suerte me controlé, me gusta que las mujeres se derritan por mí y cuando ya están entregadas a mis más básicos instintos, las dejo así me recuerdan por siempre.Narrador:Brenda casi no pudo dormir en toda la noche, luego de que Izan se fuera, volvió a darse un baño, se sentía sucia, era la primera vez que tenía un orgasmo provocado directamente por un hombre y nada más ni nada menos que con su lengua, eso era mucho para ella. A la mañana se levantó porque Clara la llamó‒ Despierte señora Amery, el señor la espera en el comedor para desayunar, así que no se demore, aquí le dejo la ropa para que se vista‒ Gracias Clara – pero esa mujer era muy tosca y ni siquiera le respondióSe levantó con pereza y luego de pasar por el baño se vistió, le habían dejado un pantalón de tela fina, una blusa haciendo juego y unos zapatos bajos, “no está mal” pensó. Cuando llegó al comedor, se ruborizó tanto que su rostro le ardió, si bien no había podido verle bien por la oscuridad, el hombre sentado del otro lado de la mesa, era idéntico al que había abusado de ella la noche anterior‒ Buenos días Brenda, ¿cómo dormiste anoche? – su voz la estremeció, era idéntica‒ ¿Cómo dormí? Antes o después de la visita de su… – pero él la interrumpió‒ Delante de los sirvientes, no, luego del desayuno iremos a mi estudio y allí hablaremos de las pautas de nuestro matrimonio‒ ¿No deberíamos haberlo hablado antes de llevarlo a cabo?‒ Yo arreglé lo que tenía que arreglar con su señora abuela‒ Me hubiera gustado enterarme de ciertos detalles antes – ¿de dónde había salido tanto coraje?, un solo orgasmo y ya se sentía empoderada – perdón, no debí haber levantado la voz – allí estaba la vieja Brenda, esa con la que se sentía más cómodaDesayunaron en silencio y luego Mateo se dirigió a su estudio seguido por Brenda, quien trató de empujarle la silla, pero este rezongó‒ No es necesario que hagas eso, yo puedo hacerlo solo‒ Bien, no quise molestarloUna vez dentro‒ Sé que te es difícil, pero debes dejar de tratarme de usted, se supone que eres mi esposa y no estamos en el siglo XIX, se ve mal delante de la gente‒ Trataré‒ Escucha, lo que hablemos siempre tiene que ser en privado, odio el cotilleo de la servidumbre, ¿comprendes?‒ Sí, por supuesto‒ Mis padres murieron hace más de 15 años, todo quedó a mi nombre, pero con la condición de que antes de cumplir los 33 me casara y antes de los 35 tuviera aunque fuera un hijo, sino todo pasaría a un fideicomiso. Como verás, es imposible que yo pueda hacerte concebir, por eso llegué a un acuerdo con mi hermano, pues un hijo suyo será lo más cerca a ser padre que estaré‒ No se supone que pueda opinar‒ En realidad no, pues llegué a ese acuerdo con tu abuela, está todo firmado, si no quieres que ella pierda todo y tu vuelvas a una vida aún peor de la que tenías con tu abuela, aceptaras de buena gana‒ ¡Tu esposa de día, su amante de noche! – y salió del despacho dando un portazo¿Qué dicen?, ¿aceptarían un trato así?, dejen sus comentariosCapítulo 5 – Inseminación artificialBrenda:Ese hombre me ponía sumamente nerviosa, se suponía que nuestro matrimonio era solo un trámite, pero ahora se había convertido en algo más. Traté de hablar con mi abuela para ver la manera de anular el trato, pero no me respondía a ninguno de sus teléfonos, todos me decían fuera de servicio, estaba enloqueciendo. Me sentía aún más sola que antes, no tenía con quien hablar ni a quien pedirle ayuda. Pasé todo el día encerrada en mi dormitorio, de pronto miré por la ventana hacia el jardín y vi a Jordan, el primo de Mateo, me había parecido muy simpático en la boda, así que bajé corriendo las escaleras para ir hasta donde se encontraba‒ Jordan, buenas tardes, ¿me recuerdas?‒ Claro que sí, eres mi flamante prima – y me dio un beso en la mejilla – lo que no recuerdo es tu nombre, perdona, soy un desastre para eso‒ Descuida, suele pasarme, soy Brenda‒ Y cuéntame Brenda, ¿cómo has estado, como te ha sentado la vida de casada? – inmediatamente r
Capítulo 6 – Las bragas que le gustarán a IzanNarrador:Brenda volvió a recluirse en su dormitorio, pero la paz le duraría muy poco‒ ¿Qué haces aquí? – le preguntó a Mateo cuando abrió la puerta y entró‒ Necesito que hablemos‒ Ya hemos hablado y lo único que me ha quedado en claro es que soy tu prisionera y la esclava de tu hermano, del cual, no puedo ni decir su nombre‒ Creo que hay cosas que debemos aclarar y pautas que debemos establecerBrenda se sentó en la cama a escuchar lo que Mateo tenía para decirle ya que era evidente que ese hombre no se marcharía de su habitación hasta que lo hiciera.‒ Bien, te escucho‒ Primero que nada, no eres mi prisionera, eres mi esposa y segundo no eres la esclava de Izan, tu interacción con él será por poco tiempo, hasta que quedes en cinta, luego no lo volverás a ver, tienes mi palabra‒ Entenderás si te digo que me es un poco difícil confiar en tu palabra, luego de que le diste carta blanca a tu hermano para que abusara de mí, con tal de c
Capítulo 7 – El tilo y la pastillaBrenda:Luego de beber el té y tener una conversación amena con la joven, quien resultó ser hija de la cocinera, que estudiaba en la Universidad pero estaba pasando con su madre las vacaciones en la mansión, volví a mi dormitorio. Mi cuerpo no dejaba de temblar, así que decidí darme un baño caliente y meterme en la cama. De todas formas no dejé de temblar, tenía pánico de lo que se avecinaba. Las palabras “tenemos una cita mañana” con esa voz grave y profunda que tenía mi agresor, retumbaron durante todo el día en mi cabeza, pero al llegar la noche era lo único que escuchaba. Era imposible que tratara de evitar lo que se avecinaba, así que decidí acostarme completamente desnuda, de esa forma vendría haría lo suyo y se iría sin demasiada demora, con un poco de suerte el té haría su trabajo y yo permanecería dormida mientras eso pasaba. El tilo y una pastilla para dormir, que me facilitó Ema, hicieron su efecto, casi arrastrándome llegué a la cama y ni
Capítulo 8 – Acaba de ponerte precioNarrador:Brenda se encontraba desayunando pacíficamente en el comedor, disfrutando de la soledad, cuando Mateo interrumpió‒ Buenos días Brenda, ¿cómo pasaste la noche?‒ ¿Acaso eso importa o lo que importa es si fui o no visitada por el donador de esperma?‒ Estas un poco punzante hoy, mi querida esposa‒ ¿Miento?‒ Fíjate que sí, bueno, no es que mientas, solo que estás equivocada, me preocupo por tu bienestar y el dormir bien forma parte de eso‒ Dormí como un bebé – y se llevó la mano a la boca – perdón, no quise ser alusiva con lo del bebé – acotó sonrojada‒ Descuida, lo sé – y le sonrió – luego de desayunar el chofer te llevará al banco y luego de compras, yo no te podré acompañar, hoy no me siento muy bien, espero no te moleste ir sola‒ En realidad sí me molesta – vio como brillaron los ojos de Mateo – ¡Oh!, pero descuide que no esperaba su compañía ni la quiero‒ ¿Entonces? – preguntó un poco decepcionado‒ Ema‒ ¿Ema?‒ Sí, Ema, la hija
Capítulo 9 – Tú y yo tenemos un trabajo que hacerBrenda:¡Madre mía!, ese hombre me dejó temblando, no creía que fuera capaz de hacer lo que había dicho; “No tienes que pedirme nada, cerré la puerta cuando entré y quiero hacerte el amor en esta mesa mientras froto tu trasero contra estos papeles donde mi hermano acaba de ponerte un precio” y luego su promesa para la noche; “Shhh, mejor no digas nada o voy a arrepentirme de dejarte en paz aquí e irme, pero esta noche volveré por lo que me corresponde, espero que te encuentres tan dispuesta como anoche”, junto con la insinuación de que algo había pasado que yo no recordaba, eso hacía que mi cuerpo se estremeciera y no quisiera responderme‒ Sírvase, Señora Amery, aquí tiene su tarjeta de crédito ya lista para que pueda usarla donde y como le plazca. No tiene límite, ya que en el caso de exceder lo que tiene en su cuenta, de manera automática se le transferirá el monto original directo de la cuenta de su esposo, el Señor Amery – por sue
Capítulo 10 – Eres muy afortunadaNarrador:Luego de su encuentro tanto en el banco como en el coche con Izan, Brenda había quedado muy perturbada y buscando la manera de terminar con ese trato, el cual la estaba volviendo loca, le solicitó al chófer que la llevara a casa de su abuela.‒ Brenda, pero ¿qué carajos haces aquí?‒ Abuela – y se lanzó a los brazos de la anciana a llorar‒ ¿Pero qué sucede?, ya suéltame – y se quitó a su nieta de encima – no puedes estar aquí Brenda, el trato fue que tú y yo no volviéramos a mantener contacto nunca más‒ ¿Por eso es que cambiaste de número telefónico?‒ Exacto y me hubiera mudado si no estuviera segura de que no vendrías jamás – frunció el ceño – pero parece que me equivoqué, pues aquí está
Capítulo 11 – Tendrás que provocarlo tú mismaNarrador:Luego de la tensa conversación con Mateo, Brenda se dirigió a su dormitorio sin detenerse por nada más en el camino. Al entrar cerró la puerta tras de sí y recostó su espalda a la misma, dejó escapar un largo y profundo suspiro, redondeó los ojos y pensó “hoy ya nada puede ser peor”, sin embargo observó que había algo sobre su cama, parecía ropa. Se acercó lentamente pensando que tal vez Clara la hubiera dejado allí para que se la pusiera luego de darse una ducha, pero su corazón se detuvo y sus ojos se abrieron hasta casi saltarse de sus cuencas. No eran prendas comunes, era un conjunto de ropa interior muy sexy de encaje ne*gro, también había una rosa roja y debajo de ella lo que parecía ser una nota. La tomó con la punta de los dedos tratando de no mover la rosa como si se tratara de una bomba que podría estallar si se movía. Abrió el papel y la leyó“Estabas muy sexy hoy en el banco y me dejaste con ganas de ti, no he dejado
Capítulo 12 – Izan es muy bueno en esas cuestionesNarrador:Brenda lloró durante toda la noche eso hizo que no lograra dormir. Cuando llegó la mañana, como todas ellas, Clara irrumpió en la habitación y abrió las persianas, dejando así que todo el dormitorio se iluminara por la entrada del astro rey en su plenitud‒ Señora Amery, el señor la espera en el comedor para desayunar‒ ¡Una vez, Clara, solo por una vez!, ¿podrías ser amable conmigo y no solo no abrir las persianas para provocarme poco menos que una ceguera, sino que además harías el esfuerzo de saludarme como si me consideraras una persona real?‒ Yo la considero una persona real, créame, la veo muy real, y si no interactúo más con usted es a pedido del Señor Amery, él ha sido muy específico en cuanto al relacionamiento que debemos tener la servidu