Capítulo 3 – La boda
Narrador:Brenda se encontraba ya en casa de Mateo Amery, pasaron unos días y no lo había visto desde que lo conoció en casa de su abuela. Pero la casa era un torbellino de idas y venidas por los aprontes de la boda. Le habían hecho probar miles de vestidos, hasta que se encontró con el perfecto. La joven estaba realmente asustada, no tenía idea de lo que le depararía el futuro, la única certeza que tenía era que se casaría con un hombre que no conocía, bastante mayor que ella y paralítico. Cuando llegó el momento caminó hasta el altar, sola, bajo la atenta mirada de los allí presentes, que no eran muchos, la ceremonia era más bien íntima, solo un puñado de invitados. Al llegar frente al sacerdote, sus sentidos se perdieron, lo único que alcanzó a escuchar fue‒ Los declaro marido y mujerMiró su mano y tenía un anillo de bodas, no recordó cuando se lo colocaron, ni nada de lo dicho anteriormente. Giró y bajó la mirada para ver al hombre que yacía a su lado sentado en la silla de ruedas. Este la cogió de la mano y se marcharon lentamente por el pasillo de vuelta a la salida. Marice, el mayordomo de Mateo era quien empujaba la silla de ruedasFueron conducidos a un salón junto a la capilla para un pequeño brindis. Nadie le prestaba atención a la novia, todos hablaban con Mateo pero nadie con ella, ni siquiera la miraban. Se sentó en el lugar destinado para la novia, se levantó el velo y comenzó a comer, que era lo único que podía hacer, hasta que fue interrumpida‒ Felicitaciones prima – Brenda lo miró sorprendida – ¿puedo llamarte así?, es que soy primo de Mateo así que ahora soy el tuyo también – le extendió la mano – Jordan‒ Un placer Jordan, soy Brenda – y le estrechó la mano‒ Es hora de que te retires a la habitación Brenda – interrumpió Mateo‒ Como diga – miró a Jordan – un gusto‒ Lo mismo digo, Brenda, espero que nos veamos prontoPero ella bajó su cabeza y siguió a Clara, la ama de llaves y se fue a la casa con ella. En el dormitorio la ayudó a desvestirse‒ La señora tiene un armario lleno de ropa que le compró el señor, elija que ponerse, la dejaré sola, si necesita algo, solo toque este timbre y vendré de inmediato‒ Muchas gracias‒ Es mi trabajo – y se marchóBrenda aprovechó para darse un largo baño y meterse dentro de un finísimo camisón de seda, nunca se había puesto algo tan suave y se metió en la cama. Ella estaba tranquila porque le había dicho Clara que ese dormitorio sería solo para ella ya que Mateo dormía en uno al final del pasillo. Ya había logrado conciliar el sueño cuando sintió unas manos acariciar su cadera por debajo del camisón, eso la sobre saltó‒ ¡Qué! – gritó, pero su boca fue tapada‒ ¡Shhh, haz silencio!, voy a tratarte con cariño, soltaré tu boca, pero no grites – Brenda asintió con la cabeza‒ ¿Quién es usted y porque está en mi cama?‒ Yo soy Izan, el hermano gemelo de Mateo y he venido a pasar la noche de bodas contigo‒ Pero yo me casé con él‒ Si, durante el día serás su esposa, pero a la noche serás mi amante‒ ¿Cómo? – preguntó aterrada‒ Eso, él necesita herederos, como habrás notado tiene un pequeño problema con eso, así que me toca a mí hacerte un hijo para él‒ ¿Acaso se volvieron locos?Trató de levantarse de la cama, pero Izan se lo impidió‒ Esto va a suceder, estés de acuerdo o no, a mí me da lo mismo si tengo que forzarte, de ti depende si lo disfrutas o lo sufres, así que decide‒ No voy a dejar que me toque, gritaré‒ Nadie va a venir en tu ayuda, ya está todo arreglado, así que empecemos a practicar para hacer ese bebéEra un hombre fornido y muy fuerte, mientras ella era muy frágil, así que todo intento de resistencia fue inútil. Gritó, peleó, pero nadie vino en su ayuda, sin darse cuenta el hombre le había atado las manos al cabezal de la cama. Comenzó a subirle el camisón, ella se estremeció ante el suave roce de la seda sobre su piel. Las fuertes manos comenzaron a recorrer su cuerpo, hasta que le pasó la prenda por sobre la cabeza, dejando sus redondos y perfectos pechos al descubierto, sin mediar palabra pasó su lengua por unos de sus pe*zones y vio como se le endurecía. Luego la besó obligándola a abrir su boca con lalengua, ella se resistió pero fue inútil, mientras la besaba le metió la mano por debajo de sus bragas llegando a su intimidad. Entonces rió‒ Para estarte resistiendo estas muy mojada, cualquiera diría que te excita lo que te hago‒ Se lo suplico, ya déjeme, por favor‒ Eso no va a pasar, ya te lo dije, tengo una tarea la cual pienso cumplir y muy bienDicho esto le quitó las bragas y la obligó a abrir sus piernas‒ No, por lo que más quiera‒ En este momento lo que más quiero eres tú, te ves deliciosa – fue bajando lentamente mientras pasaba sus labios por el abdomen de la joven – ahora vamos a ver que hay para mi aquíY le pasó la lengua entre los labios inferiores generando que ella diera un leve grito‒ Noooo‒ Tienes un sabor irresistible, ¿eres virgen?‒ Lo soy, se lo ruego‒ Deja de rogar, no voy a detenerme, menos ahoraY volvió a internarse en la pelvis de la joven hasta que vio su espalda arquearse y su cuerpo llenarse de espasmos, cuando cesaron, volvió a atacar su boca‒ Yo…‒ Pasa tu lengua por mis labios – ella negó con la cabeza – que lo hagas te he dicho – así que le obedeció – ¿sientes el sabor? – no le respondió solo asintió con la cabeza – esa eres tú, es tu sabor, ¿a que es delicioso? – Brenda temblaba ante lo que sospechaba que se venía – tranquila, no es necesario que tiembles, no voy a montarte, no hoy al menos. Solo quería saber si me gustaba tu sabor y me ha encantado – le desató las manos – ahora descansa, tenemos una cita mañana –volvió a besarla casi al punto de devorarla y se marchóWow…!!! ¿Qué paso allí?, comentenCapítulo 4 – Como un fantasmaBrenda:Todo había pasado tan rápido, mis padres murieron, fui a casa de mi abuela y ahora estaba casada. Tanto cambio me estaba siendo imposible de procesar. Salí de la ducha y me metí en la cama, esperando pasar una buena noche ya que venía de muchas sin casi pegar un ojo. Cuando lo estaba logrando sentí la fina seda sobre mi piel y unas manos estrujaron mi cadera. Sin darme cuenta estaba atada a la cama desnuda a merced de un hombre que ni siquiera veía por la oscuridad. Su sombra de barba rozó toda mi piel, generando que se erizara. Sentía pánico y cuando me dijo que haríamos el heredero que necesitaba mi esposo creí morir, yo nunca había estado con un hombre y no creí que lo fuera a estar, menos esa noche, pero allí estaba siendo atacada por unos abrasadores labios que quemaban mi piel. Cuando metió su lengua en mi boca, al principio me resistí, pero luego me entregué, pues reconozco que me terminó gustando. Pero al meterse en mi entrepierna, me hizo
Capítulo 5 – Inseminación artificialBrenda:Ese hombre me ponía sumamente nerviosa, se suponía que nuestro matrimonio era solo un trámite, pero ahora se había convertido en algo más. Traté de hablar con mi abuela para ver la manera de anular el trato, pero no me respondía a ninguno de sus teléfonos, todos me decían fuera de servicio, estaba enloqueciendo. Me sentía aún más sola que antes, no tenía con quien hablar ni a quien pedirle ayuda. Pasé todo el día encerrada en mi dormitorio, de pronto miré por la ventana hacia el jardín y vi a Jordan, el primo de Mateo, me había parecido muy simpático en la boda, así que bajé corriendo las escaleras para ir hasta donde se encontraba‒ Jordan, buenas tardes, ¿me recuerdas?‒ Claro que sí, eres mi flamante prima – y me dio un beso en la mejilla – lo que no recuerdo es tu nombre, perdona, soy un desastre para eso‒ Descuida, suele pasarme, soy Brenda‒ Y cuéntame Brenda, ¿cómo has estado, como te ha sentado la vida de casada? – inmediatamente r
Capítulo 6 – Las bragas que le gustarán a IzanNarrador:Brenda volvió a recluirse en su dormitorio, pero la paz le duraría muy poco‒ ¿Qué haces aquí? – le preguntó a Mateo cuando abrió la puerta y entró‒ Necesito que hablemos‒ Ya hemos hablado y lo único que me ha quedado en claro es que soy tu prisionera y la esclava de tu hermano, del cual, no puedo ni decir su nombre‒ Creo que hay cosas que debemos aclarar y pautas que debemos establecerBrenda se sentó en la cama a escuchar lo que Mateo tenía para decirle ya que era evidente que ese hombre no se marcharía de su habitación hasta que lo hiciera.‒ Bien, te escucho‒ Primero que nada, no eres mi prisionera, eres mi esposa y segundo no eres la esclava de Izan, tu interacción con él será por poco tiempo, hasta que quedes en cinta, luego no lo volverás a ver, tienes mi palabra‒ Entenderás si te digo que me es un poco difícil confiar en tu palabra, luego de que le diste carta blanca a tu hermano para que abusara de mí, con tal de c
Capítulo 7 – El tilo y la pastillaBrenda:Luego de beber el té y tener una conversación amena con la joven, quien resultó ser hija de la cocinera, que estudiaba en la Universidad pero estaba pasando con su madre las vacaciones en la mansión, volví a mi dormitorio. Mi cuerpo no dejaba de temblar, así que decidí darme un baño caliente y meterme en la cama. De todas formas no dejé de temblar, tenía pánico de lo que se avecinaba. Las palabras “tenemos una cita mañana” con esa voz grave y profunda que tenía mi agresor, retumbaron durante todo el día en mi cabeza, pero al llegar la noche era lo único que escuchaba. Era imposible que tratara de evitar lo que se avecinaba, así que decidí acostarme completamente desnuda, de esa forma vendría haría lo suyo y se iría sin demasiada demora, con un poco de suerte el té haría su trabajo y yo permanecería dormida mientras eso pasaba. El tilo y una pastilla para dormir, que me facilitó Ema, hicieron su efecto, casi arrastrándome llegué a la cama y ni
Capítulo 8 – Acaba de ponerte precioNarrador:Brenda se encontraba desayunando pacíficamente en el comedor, disfrutando de la soledad, cuando Mateo interrumpió‒ Buenos días Brenda, ¿cómo pasaste la noche?‒ ¿Acaso eso importa o lo que importa es si fui o no visitada por el donador de esperma?‒ Estas un poco punzante hoy, mi querida esposa‒ ¿Miento?‒ Fíjate que sí, bueno, no es que mientas, solo que estás equivocada, me preocupo por tu bienestar y el dormir bien forma parte de eso‒ Dormí como un bebé – y se llevó la mano a la boca – perdón, no quise ser alusiva con lo del bebé – acotó sonrojada‒ Descuida, lo sé – y le sonrió – luego de desayunar el chofer te llevará al banco y luego de compras, yo no te podré acompañar, hoy no me siento muy bien, espero no te moleste ir sola‒ En realidad sí me molesta – vio como brillaron los ojos de Mateo – ¡Oh!, pero descuide que no esperaba su compañía ni la quiero‒ ¿Entonces? – preguntó un poco decepcionado‒ Ema‒ ¿Ema?‒ Sí, Ema, la hija
Capítulo 9 – Tú y yo tenemos un trabajo que hacerBrenda:¡Madre mía!, ese hombre me dejó temblando, no creía que fuera capaz de hacer lo que había dicho; “No tienes que pedirme nada, cerré la puerta cuando entré y quiero hacerte el amor en esta mesa mientras froto tu trasero contra estos papeles donde mi hermano acaba de ponerte un precio” y luego su promesa para la noche; “Shhh, mejor no digas nada o voy a arrepentirme de dejarte en paz aquí e irme, pero esta noche volveré por lo que me corresponde, espero que te encuentres tan dispuesta como anoche”, junto con la insinuación de que algo había pasado que yo no recordaba, eso hacía que mi cuerpo se estremeciera y no quisiera responderme‒ Sírvase, Señora Amery, aquí tiene su tarjeta de crédito ya lista para que pueda usarla donde y como le plazca. No tiene límite, ya que en el caso de exceder lo que tiene en su cuenta, de manera automática se le transferirá el monto original directo de la cuenta de su esposo, el Señor Amery – por sue
Capítulo 10 – Eres muy afortunadaNarrador:Luego de su encuentro tanto en el banco como en el coche con Izan, Brenda había quedado muy perturbada y buscando la manera de terminar con ese trato, el cual la estaba volviendo loca, le solicitó al chófer que la llevara a casa de su abuela.‒ Brenda, pero ¿qué carajos haces aquí?‒ Abuela – y se lanzó a los brazos de la anciana a llorar‒ ¿Pero qué sucede?, ya suéltame – y se quitó a su nieta de encima – no puedes estar aquí Brenda, el trato fue que tú y yo no volviéramos a mantener contacto nunca más‒ ¿Por eso es que cambiaste de número telefónico?‒ Exacto y me hubiera mudado si no estuviera segura de que no vendrías jamás – frunció el ceño – pero parece que me equivoqué, pues aquí está
Capítulo 11 – Tendrás que provocarlo tú mismaNarrador:Luego de la tensa conversación con Mateo, Brenda se dirigió a su dormitorio sin detenerse por nada más en el camino. Al entrar cerró la puerta tras de sí y recostó su espalda a la misma, dejó escapar un largo y profundo suspiro, redondeó los ojos y pensó “hoy ya nada puede ser peor”, sin embargo observó que había algo sobre su cama, parecía ropa. Se acercó lentamente pensando que tal vez Clara la hubiera dejado allí para que se la pusiera luego de darse una ducha, pero su corazón se detuvo y sus ojos se abrieron hasta casi saltarse de sus cuencas. No eran prendas comunes, era un conjunto de ropa interior muy sexy de encaje ne*gro, también había una rosa roja y debajo de ella lo que parecía ser una nota. La tomó con la punta de los dedos tratando de no mover la rosa como si se tratara de una bomba que podría estallar si se movía. Abrió el papel y la leyó“Estabas muy sexy hoy en el banco y me dejaste con ganas de ti, no he dejado