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El Heredero y Yo (Amor sin Barreras)
El Heredero y Yo (Amor sin Barreras)
Por: Julia River
Capítulo 1 El Príncipe Hechizado.

Edward  tomaba su exquisito café, en su elegante y sofisticada oficina en Singapur, mientras mantenía una conversación mediante una video llamada con su hijo mayor, James.

El joven era un prodigio en las finanzas, con su gran sagacidad e inteligencia había logrado llevar a la cúspide al imperio comercial y financiero que poseían.

_ Otro negocio que has cerrado de manera exitosa _ le dijo a su hijo _ aunque tardaste bastante en convencerlos. La próxima vez, debes presionar más para no perder tanto tiempo en nimiedades.

El joven suspiró hondo. Siempre era lo mismo, hiciera lo que hiciera su padre jamás estaría conforme, le exigiría más.

_ Lo siento padre, es que hasta el último minuto lucharon por mantener su empresa_ dijo sonriendo tranquilamente _ entenderás que no debe ser fácil deshacerse de algo que les llevó tanto tiempo construir.

_ Tonterías _ protestó Edward sin mostrar emoción _ Nosotros no hacemos caridad, eso se lo dejo a tu madre. Estamos aquí para ganar dinero y para mantener nuestro apellido en lo más alto. Hablando de tu madre... _ prosiguió el hombre con tono de cansancio _ deberías venir para navidad, ya sabes como se pone cuando pasa mucho tiempo sin verte, no entiende que estás trabajando.

James sonrió levemente. Su madre era su único cable a tierra en el mundo, por así decirlo.

_ Intentaré ir _ dijo tocándose la frente _ solo que tengo varias reuniones pautadas para los próximos días. Pero, iré apenas termine todo. Además están re decorando el Penthouse y quisiera ver como quedó cuando terminen... sinceramente odio estar en este hotel.

Edward notó que su hijo estaba realmente cansado, nunca lo había visto así. Ellos nunca hablaban de nada personal, pero sabía por su esposa Eleanor, que James había sufrido una especie de desengaño amoroso y que estaba bastante afectado por eso, aunque no lo demostrara.

Pero de esa situación ya había pasado casi un año, así que el hombre descartó que fuera mal de amores. De todas maneras, la mujer que eligiera James tenía que ser aprobada por él y por su abuelo John, así se conducían en esa familia, era la tradición y había que cumplirlas.

_ Pues tendrías que regresar cuanto antes _ dijo en tono autoritario el hombre _ Tenemos que hablar sobre tu situación James, creo que es hora de poner en orden tu vida. ¡No es posible que tu hermana se haya casado antes que tú! Para darme disgustos ya tengo a Patrick.

James puso los ojos en blanco y respiró hondo. Sabía perfectamente cuál era su rol dentro de la familia, pero muchas veces se le hacía muy pesada la carga de portar semejante apellido y responsabilidad.

El cumplía a rajatabla con todo lo que su abuelo y padre le imponían, solo hubo una vez en que saltó todas las reglas, sin importarle nada y lo había hecho por amor a una chica a quien ayudó incondicionalmente a pesar de saber que nunca sería correspondido.

_ Muy pronto regresaré a casa _ le dijo cansado _ ¿solo podrías dejarme solucionar lo que necesito? ¡Con respecto a poner en orden mi vida, por ahora estoy bien como estoy!

A Edward no le gustaba en absoluto que su hijo intentara evadir sus órdenes. Pero no quería discutir algo tan importante a la distancia. Ya vería como hacer para que Eleanor, la madre de James lo convenciera de casarse.

_ ¡Bien has lo que tengas que hacer y regresa a casa, también te necesito aquí! _ le dijo sin contemplación alguna.

James asintió. Cortó la llamada y se sentó en la cama, totalmente abatido.

El joven tenía la fama de ser alguien imperturbable que jamás mostraba emoción alguna. Su vida giraba en torno a su trabajo y a eventos sociales, a los cuales odiaba asistir.

Se tiró sobre la cama mirando al techo, sus bellos ojos negros quedaron inertes por un momento mientras pensaba lo que tenía que hacer al día siguiente: más reuniones, más presiones, más negociaciones.

¿Y todo para qué? Para ganar más millones.

El destino de James, desde el día en que nació estaba marcado: al ser el principal Heredero de la fortuna familiar valuada en miles de millones, era quien tendría que dirigir todo ese imperio. Por lo tanto, desde pequeño fue educado para eso.

Enviado a un internado, donde recibió la mejor educación y como buen niño que era, logró ser el mejor de la clase, lo mismo sucedió cuando se graduó en la universidad con mención honorífica.

Su madre había tratado de darle todo el apoyo y amor posible, pero era su padre quien decidía por él ya que consideraba a su esposa demasiado blanda al momento de poner límites.

Y James, necesitaba límites y reglas para poder forjar un carácter que le permitiera ser seguro de si mismo e intransigente, porque no había otra manera de lograr el éxito en los negocios.

Se levantó de la cama y se sirvió un whisky, y se asomó a la ventana, afuera ya comenzaba a nevar mientras el sol iba cayendo lentamente.

Pensó que así se sentía un poco por dentro.

_ Necesito vacaciones _ dijo de pronto _ no puedo seguir así. Lo siento papá, no voy a regresar a casa aún.

Muchos que habían visto desde afuera la vida de James lo habían tildado de arrogante, desafiante y distante, como creyéndose superior a los demás.

La realidad era que a pesar de toda su inteligencia y seguridad, era un ser que no tenia el talento de hablar con las personas al menos que él las considerara interesantes, siempre decía lo que pensaba sin ningún reparo, la sutilidad no era su virtud.

Tampoco le interesaba ser amable con alguien a menos que la persona en cuestión, lograra su afecto.

Lo que se dice, era una especie de príncipe en su etapa de sapo.

Quizás, en algún rincón de la tierra existiera la doncella que lo liberara del hechizo.

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